Fuente: La Nación ~ Apuestan a volver confortables sus patios, veredas y terrazas en los días permitidos para atraer clientes con estufas de exterior, pirámides eléctricas, mantas y cortinas de calefacción
El frío se intensifica y los restaurantes y bares afilan sus estrategias. Sin posibilidad de atender puertas adentro debido a las restricciones aplicadas para contener los contagios de coronavirus y con el nuevo cerco que implica tener que cerrar los fines de semana, solo queda apostar fuerte a la aclimatación de veredas, patios, terrazas y balcones. Porque si bien el sol otoñal del mediodía puede ser una caricia agradable, conforme va bajando también lo hace la temperatura, ahuyentando a aquellos clientes que solían juntarse a comer y tomar algo post trabajo, hacia la tardecita. Ni lerdos ni perezosos, los emprendedores gastronómicos otra vez le buscaron la vuelta: estufas de exterior, pirámides eléctricas, cortinas de calefacción y mantas y ponchos son algunas de las estrategias que se pusieron en órbita. “Trabajo por la zona del boulevard Caseros, y me encanta almorzar en alguno de sus restaurantes. Pensé que con el frío se iba a cortar esa costumbre, pero varios hicieron inversiones. En Hierbabuena incluso tuve una reunión con café de por medio a la mañana y la calefacción lo hizo súper agradable”, describe Matías Obarrio, un programador que en sus dos días de oficina presencial sigue eligiendo salir a comer para cortar el día. “Adquirimos cinco estufas que cubren hasta 6 metros de calor cada una. Y además, desde hace unos años ofrecemos ponchos a nuestros clientes”, describe Diego Sicoli, chef y propietario de este restaurante de comida saludable y natural. Según cuenta, el cambio de actitud de la gente desde que pusieron esta nueva tecnología fue notable. El modelo de llama a la vista atrae y compite codo a codo con las mesas en la línea del sol del mediodía. “El único problema que vemos es la inversión que hicimos, y que no sabemos si vamos a recuperar pronto, ya que por las restricciones estamos trabajando con un turno menos, el de la noche”, apunta.
El frío se intensifica y los restaurantes y bares afilan sus estrategias. Sin posibilidad de atender puertas adentro debido a las restricciones aplicadas para contener los contagios de coronavirus y con el nuevo cerco que implica tener que cerrar los fines de semana, solo queda apostar fuerte a la aclimatación de veredas, patios, terrazas y balcones. Porque si bien el sol otoñal del mediodía puede ser una caricia agradable, conforme va bajando también lo hace la temperatura, ahuyentando a aquellos clientes que solían juntarse a comer y tomar algo post trabajo, hacia la tardecita. Ni lerdos ni perezosos, los emprendedores gastronómicos otra vez le buscaron la vuelta: estufas de exterior, pirámides eléctricas, cortinas de calefacción y mantas y ponchos son algunas de las estrategias que se pusieron en órbita. “Trabajo por la zona del boulevard Caseros, y me encanta almorzar en alguno de sus restaurantes. Pensé que con el frío se iba a cortar esa costumbre, pero varios hicieron inversiones. En Hierbabuena incluso tuve una reunión con café de por medio a la mañana y la calefacción lo hizo súper agradable”, describe Matías Obarrio, un programador que en sus dos días de oficina presencial sigue eligiendo salir a comer para cortar el día. “Adquirimos cinco estufas que cubren hasta 6 metros de calor cada una. Y además, desde hace unos años ofrecemos ponchos a nuestros clientes”, describe Diego Sicoli, chef y propietario de este restaurante de comida saludable y natural. Según cuenta, el cambio de actitud de la gente desde que pusieron esta nueva tecnología fue notable. El modelo de llama a la vista atrae y compite codo a codo con las mesas en la línea del sol del mediodía. “El único problema que vemos es la inversión que hicimos, y que no sabemos si vamos a recuperar pronto, ya que por las restricciones estamos trabajando con un turno menos, el de la noche”, apunta.
El frío se intensifica y los restaurantes y bares afilan sus estrategias. Sin posibilidad de atender puertas adentro debido a las restricciones aplicadas para contener los contagios de coronavirus y con el nuevo cerco que implica tener que cerrar los fines de semana, solo queda apostar fuerte a la aclimatación de veredas, patios, terrazas y balcones. Porque si bien el sol otoñal del mediodía puede ser una caricia agradable, conforme va bajando también lo hace la temperatura, ahuyentando a aquellos clientes que solían juntarse a comer y tomar algo post trabajo, hacia la tardecita. Ni lerdos ni perezosos, los emprendedores gastronómicos otra vez le buscaron la vuelta: estufas de exterior, pirámides eléctricas, cortinas de calefacción y mantas y ponchos son algunas de las estrategias que se pusieron en órbita. “Trabajo por la zona del boulevard Caseros, y me encanta almorzar en alguno de sus restaurantes. Pensé que con el frío se iba a cortar esa costumbre, pero varios hicieron inversiones. En Hierbabuena incluso tuve una reunión con café de por medio a la mañana y la calefacción lo hizo súper agradable”, describe Matías Obarrio, un programador que en sus dos días de oficina presencial sigue eligiendo salir a comer para cortar el día. “Adquirimos cinco estufas que cubren hasta 6 metros de calor cada una. Y además, desde hace unos años ofrecemos ponchos a nuestros clientes”, describe Diego Sicoli, chef y propietario de este restaurante de comida saludable y natural. Según cuenta, el cambio de actitud de la gente desde que pusieron esta nueva tecnología fue notable. El modelo de llama a la vista atrae y compite codo a codo con las mesas en la línea del sol del mediodía. “El único problema que vemos es la inversión que hicimos, y que no sabemos si vamos a recuperar pronto, ya que por las restricciones estamos trabajando con un turno menos, el de la noche”, apunta.
El frío se intensifica y los restaurantes y bares afilan sus estrategias. Sin posibilidad de atender puertas adentro debido a las restricciones aplicadas para contener los contagios de coronavirus y con el nuevo cerco que implica tener que cerrar los fines de semana, solo queda apostar fuerte a la aclimatación de veredas, patios, terrazas y balcones. Porque si bien el sol otoñal del mediodía puede ser una caricia agradable, conforme va bajando también lo hace la temperatura, ahuyentando a aquellos clientes que solían juntarse a comer y tomar algo post trabajo, hacia la tardecita. Ni lerdos ni perezosos, los emprendedores gastronómicos otra vez le buscaron la vuelta: estufas de exterior, pirámides eléctricas, cortinas de calefacción y mantas y ponchos son algunas de las estrategias que se pusieron en órbita. “Trabajo por la zona del boulevard Caseros, y me encanta almorzar en alguno de sus restaurantes. Pensé que con el frío se iba a cortar esa costumbre, pero varios hicieron inversiones. En Hierbabuena incluso tuve una reunión con café de por medio a la mañana y la calefacción lo hizo súper agradable”, describe Matías Obarrio, un programador que en sus dos días de oficina presencial sigue eligiendo salir a comer para cortar el día. “Adquirimos cinco estufas que cubren hasta 6 metros de calor cada una. Y además, desde hace unos años ofrecemos ponchos a nuestros clientes”, describe Diego Sicoli, chef y propietario de este restaurante de comida saludable y natural. Según cuenta, el cambio de actitud de la gente desde que pusieron esta nueva tecnología fue notable. El modelo de llama a la vista atrae y compite codo a codo con las mesas en la línea del sol del mediodía. “El único problema que vemos es la inversión que hicimos, y que no sabemos si vamos a recuperar pronto, ya que por las restricciones estamos trabajando con un turno menos, el de la noche”, apunta.
Otra variante utilizada y que comienza a verse mucho en las calles porteñas son las pirámides eléctricas de calor, que se alzan como tótems y calefaccionan varias mesas a su alrededor. Es lo que ha implementado Osaka en sus locales de Palermo y Puerto Madero, donde tienen espacios amplios al aire libre. Para incentivar su uso y el consumo además seducen con propuestas como el Ozakaya Hour a partir de las 16 del viernes en Puerto Madero, con DJ invitados incluidos, o el brunch nikkei en ambos locales.
Otra variante utilizada y que comienza a verse mucho en las calles porteñas son las pirámides eléctricas de calor, que se alzan como tótems y calefaccionan varias mesas a su alrededor. Es lo que ha implementado Osaka en sus locales de Palermo y Puerto Madero, donde tienen espacios amplios al aire libre. Para incentivar su uso y el consumo además seducen con propuestas como el Ozakaya Hour a partir de las 16 del viernes en Puerto Madero, con DJ invitados incluidos, o el brunch nikkei en ambos locales.
En tanto hacia Casa Cavia la apuesta para amenizar su patio es una cortina de calefacción eléctrica a lo largo de la galería y la pérgola transparente y “setas de calor” en el espacio del jardín. “Fui a tomar el té con amigas la semana pasada y la verdad es que estuvo súper bien la temperatura. Incluso nos quedamos hasta que cayó el sol”, ilustra Sabrina Pico, diseñadora. Este mismo sistema de cortina se aplica en Vico Wine Bar. Si bien instalado desde su misma apertura, es por estos días cuando más se amortiza, permitiendo utilizar la totalidad de su vereda para sentarse a disfrutar de su propuesta de vinos por copa junto a tablas de quesos y fiambres o algún plato más generoso de la carta. Mientras que las setas de calor eléctricas también se aplican en Le Rêve, un simpático bistró en una ochava palermitana idónea para maridar tragos de autor con platos de la cocina francesa.
Variantes sustentables
A la vista de los aumentos de tarifas de los servicios también surgieron algunas implementaciones más sustentables, que reemplazan o acompañan las variantes eléctricas o a gas. Así sucede en Aramburu, que atiende en la vereda del pintoresco Pasaje del Correo, en Recoleta. Lo hace mediante calefactores sustentables Ofen, que trabajan con energía renovable utilizando pellets, un aserrín seco y prensado. Con esa ayuda pueden seguir sirviendo el menú degustación del chef Gonzalo Aramburu en todo su esplendor y para unos 20 comensales, dado el espacio.
Los cerramientos móviles son otra alternativa que solo contempla el costo inicial de su compra, y por ende resulta muy atractiva para asegurar el uso del espacio exterior, en algunos casos incluso permitiendo hacerlo bajo una lluvia leve. En Fayer, reconocido por sus platos de la cocina israelíargentina, los calentadores que se ubicaron conviven con los cerramientos y sombrillas que permitieron extender la experiencia a la vereda. De esta forma, desayunos, almuerzos y tapeos y tés de la tarde pueden hacerse sin importar las bajas temperaturas. “La gente se está adaptando muy bien y en forma muy prolija, respetando los turnos durante el día. Incluso hay quienes nos dan el feedback de que les resulta más positivo y sano salir de día a comer, y aprovechan nuestras opciones de cafetería y almuerzo”, detalla Alejandro Pitashny, socio del emprendimiento.
Los cerramientos móviles son otra alternativa que solo contempla el costo inicial de su compra, y por ende resulta muy atractiva para asegurar el uso del espacio exterior, en algunos casos incluso permitiendo hacerlo bajo una lluvia leve. En Fayer, reconocido por sus platos de la cocina israelíargentina, los calentadores que se ubicaron conviven con los cerramientos y sombrillas que permitieron extender la experiencia a la vereda. De esta forma, desayunos, almuerzos y tapeos y tés de la tarde pueden hacerse sin importar las bajas temperaturas. “La gente se está adaptando muy bien y en forma muy prolija, respetando los turnos durante el día. Incluso hay quienes nos dan el feedback de que les resulta más positivo y sano salir de día a comer, y aprovechan nuestras opciones de cafetería y almuerzo”, detalla Alejandro Pitashny, socio del emprendimiento.
Otro espacio que recurrió a estos cerramientos móviles y toldos es Arde Brasas & Co, en Villa Urquiza. Complementados con unos calefactores que se cuelgan del techo de forma que el calor descienda, esta estructura permite además contener el viento, lo que genera un microclima muy agradable que incentiva la estadía. “Así protegemos a los clientes de las bajas temperaturas y también de las posibles lluvias”, cuenta Maximiliano Bartfled, socio gerente.
Otro espacio que recurrió a estos cerramientos móviles y toldos es Arde Brasas & Co, en Villa Urquiza. Complementados con unos calefactores que se cuelgan del techo de forma que el calor descienda, esta estructura permite además contener el viento, lo que genera un microclima muy agradable que incentiva la estadía. “Así protegemos a los clientes de las bajas temperaturas y también de las posibles lluvias”, cuenta Maximiliano Bartfled, socio gerente.
A algunos incluso les sirvió el gesto para acentuar aún más el espíritu de su propuesta. Como a Canta El Gallo, una parrilla en Nordelta que evoca el encanto campestre con su carta especializada en carnes de novillos seleccionados, y que además de contar con estufas a gas y eléctricas ofrecen mantas, cueritos y matras de campo para quienes se quieran abrigar más. Asimismo, cuentan con una mesa para 10 personas que mira a una chimenea grande de hierro revestido ubicada en el exterior. “La llamamos ‘la matera’ y se solicita bastante por el formato y el calor de las llamas”, cuenta Francisco Pidal, dueño.
A algunos incluso les sirvió el gesto para acentuar aún más el espíritu de su propuesta. Como a Canta El Gallo, una parrilla en Nordelta que evoca el encanto campestre con su carta especializada en carnes de novillos seleccionados, y que además de contar con estufas a gas y eléctricas ofrecen mantas, cueritos y matras de campo para quienes se quieran abrigar más. Asimismo, cuentan con una mesa para 10 personas que mira a una chimenea grande de hierro revestido ubicada en el exterior. “La llamamos ‘la matera’ y se solicita bastante por el formato y el calor de las llamas”, cuenta Francisco Pidal, dueño.
Panorama incierto
Pero aunque los clientes responden, el panorama sigue siendo bastante precario para el sector. Mientras en días de mal clima las ventas bajan un 50%, el hecho de no poder
Matías Obarrio Programador “Tuve una reunión a la mañana con café de por medio y la calefacción lo hizo superagradable”
Matías Obarrio Programador “Tuve una reunión a la mañana con café de por medio y la calefacción lo hizo superagradable”
Alejandro Pitashny SOCIO EMPRENDEDOR de fayer “a mucha gente le resulta incluso más prolijo y sano salir a comer de día”
Francisco Pidal dueño de Canta El gallo “la matera mira a una chimenea de hierro revestido en el exterior, la solicitan bastante por el formato y el calor de las llamas”
Sabrina Pico diseñadora “fui con amigas a tomar el té a Casa Cavia; la cortina de calefacción ayudó a que la temperatura estuviera bien, nos quedamos hasta que cayó el sol”
Sabrina Pico diseñadora “fui con amigas a tomar el té a Casa Cavia; la cortina de calefacción ayudó a que la temperatura estuviera bien, nos quedamos hasta que cayó el sol”
brindar el turno noche y cerrar los fines de semana es un golpe demasiado fuerte. Sobre todo cuando, además, han tenido que invertir en este tipo de implementos para habilitar espacios exteriores. “Si ya estábamos muy comprometidos con el pago de sueldos, proveedores e impuestos, recorte total de subsidios y ahora baja facturación, no sabemos cómo incidirá de aquí hasta que pase el invierno”, se sincera Agustín Latorre, dueño de Osaka Buenos Aires, quien además teme por más restricciones en vista de la segunda ola. Mientras que desde Aramburu agregan que la falta de turismo internacional, gran eje de su propuesta de menú degustación, es otro punto que los sumerge en la incertidumbre. “Pero como lo hicimos en todos estos años, seguimos apostando”. Resiliente si lo hay, el rubro gastronómico continúa buscando la forma de atraer al cliente y hacerlo sentir lo más cómodo posible, incluso de cara al invierno. Dónde ir:
brindar el turno noche y cerrar los fines de semana es un golpe demasiado fuerte. Sobre todo cuando, además, han tenido que invertir en este tipo de implementos para habilitar espacios exteriores. “Si ya estábamos muy comprometidos con el pago de sueldos, proveedores e impuestos, recorte total de subsidios y ahora baja facturación, no sabemos cómo incidirá de aquí hasta que pase el invierno”, se sincera Agustín Latorre, dueño de Osaka Buenos Aires, quien además teme por más restricciones en vista de la segunda ola. Mientras que desde Aramburu agregan que la falta de turismo internacional, gran eje de su propuesta de menú degustación, es otro punto que los sumerge en la incertidumbre. “Pero como lo hicimos en todos estos años, seguimos apostando”. Resiliente si lo hay, el rubro gastronómico continúa buscando la forma de atraer al cliente y hacerlo sentir lo más cómodo posible, incluso de cara al invierno. Dónde ir:
•Aramburu: implementaron calefactores sustentables. Vicente López 1661, Recoleta.
•Arde Brasas & Co: tienen cerramientos móviles y calefactores. Dr. Pedro Ignacio Rivera 4999, Villa Urquiza.
•Canta El Gallo: a sus estufas a gas y eléctricas suman mantas, cueritos, matras y una chimenea. Av. De los Lagos 7010, Nordelta, Tigre.
•Casa Cavia: cuentan con una cortina de calefacción eléctrica y setas de calor. Cavia 2985, Palermo.
•Fayer: tienen cerramientos móviles y calentadores. Av. Cerviño 4417, Palermo. •Hierbabuena: ofrecen estufas externas y ponchos. Av. Caseros 454, San Telmo. •Le Rêve: cuenta con setas de calor. Uriarte 1901, Palermo. •Osaka: tienen pirámides eléctricas de calor. Soler 5608, Palermo, y Juana Manso 1164, Puerto Madero. •Vico Wine Bar: tienen una cortina eléctrica. Honduras 5799, Palermo, y Gurruchaga 1149, Villa Crespo.
•Fayer: tienen cerramientos móviles y calentadores. Av. Cerviño 4417, Palermo. •Hierbabuena: ofrecen estufas externas y ponchos. Av. Caseros 454, San Telmo. •Le Rêve: cuenta con setas de calor. Uriarte 1901, Palermo. •Osaka: tienen pirámides eléctricas de calor. Soler 5608, Palermo, y Juana Manso 1164, Puerto Madero. •Vico Wine Bar: tienen una cortina eléctrica. Honduras 5799, Palermo, y Gurruchaga 1149, Villa Crespo.