24 Abr, 2024
 

Cocineros. La historia detrás de Gapasai, el restaurante de culto en La Cumbre

Fuente: La Nación ~  En una imaginaria escala de hippismo del 1 al 10, Santiago Blondel asegura que hasta hace unos años él estaba en 14. Pelo desprolijo, sin redes sociales, televisión o contactos con el mundo exterior a La Cumbre, el lugar donde hace 10 años abrió Gapasai, el restaurante que hoy está en boca de todos. «Solo conocía a Narda Lepes. Cuando me invitaron a Cocineros Argentinos tuve que buscarlos en YouTube», confiesa.

Una rápida biografía debe contar que Santiago nació en Bariloche y que luego se mudó en familia a Buenos Aires. Trabajó de mozo en la hamburguesería Pepino; con sus primeros ahorros viajó a España, conoció una chica y se quedó allá por siete años. Aún no era gastronómico, pero ya soñaba con serlo. Así, en una temporada que pasó de vuelta en Buenos Aires, trabajó gratis en la cocina del reconocido O’Farrell. «Fue una experiencia fantástica. Ahí me enamoré de la cocina. Luego volví a España y me maté estudiando y trabajando en lugares con estrellas Michelin.»

En una de sus venidas a la Argentina, se fue de viaje con amigos y terminó en la Cumbre. «Mis padres tenían allá una propiedad. A un costado había un playroom con puerta independiente. Al verlo decidí que quería ocupar ese lugar y convertirlo en mi restaurante, basado en ingredientes de la zona con técnicas de vanguardia y menú por pasos», explica.

¿La idea funcionó?

No. Tuve muchísimas noches con el lugar vacío. A la vez, yo no conocía a nadie. No conocía a los periodistas, ni a los proveedores. Quería tener pescado y solo conseguía filets congelados o pulpo importado. Muchas veces estuve a punto de cerrar. Pero de a poco encontré productores y recolectores de la zona, descubrí el chañar, el mistol, la tuna, el quitucho; conocí también a los pescadores artesanales, trayendo camarones de río o tarariras del Quilpo. Mi hermana me ayudó. Y entendí que la identidad que pretendía estaba en el bosque nativo; en lo poquísimo que queda de ese bosque arrasado, apenas un 3% del original.

Gapasai es hoy un restaurante de culto, pero Blondel estuvo a punto de cerrarlo hasta que descubrió que la clave estaba en recuperar las técnicas y sabores de la cultura originaria.

Uno de los puntos de quiebre que remarca Santiago es el estudio y reconocimiento de una sabiduría originaria de la zona. «Me metí en ese mundo gracias a los recolectores, los que buscan esas hierbas en el bosque. Sabía que los griegos ya usaban plantas aromáticas con fines medicinales. Apliqué esas técnicas, fui conociendo las bondades, aromas y sabores que podían aportar. Ahora ofrecemos un menú de pasos, que cambia por ciclos, y que se lee de abajo hacia arriba. Empezamos con las semillas, luego los brotes, de ahí al tallo y las carnes. Después las hojas, las frutas y finalmente el postre». Hoy, Gapasai es un destino de culto, con la pasada a su lado y clientes que viajan cientos de kilómetros para comer y luego dormir allí.

De ser un ermitaño, hoy el mundo gastronómico habla de vos. ¿Qué cambió?

Hace poco más de dos años, Mariano Braga (dueño de Pampa Roja) me dijo: Santi, si hacés y no comunicás, no hacés. Lo escuché y lo tomé en serio. Le dije a mi mujer: voy a salir al exterior, a contar lo que hacemos. Si funciona, bien, si no cerramos. Fui a Masticar, invité a cocineros a que vengan al restaurante, organicé La Cumbre Gastronómica, un primer congreso nacional de cocineros. Me corté el pelo, empecé a dar entrevistas, me invitaron también a cocinar a Piso Nueve, la propuesta del CCK.

Santiago comenzó a ser reconocido más allá de su área de influencia, en una carrera que tuvo su último impulso hace par de meses, cuando ganó la segunda edición del Prix de Baron B., que reconoce los mejores proyectos gastronómicos del país.

¿Qué quedó de ese hippie relajado que no se movía más allá de 15 km a la redonda?

Mucho. Nací frente a un lago en Bariloche, nunca logré congraciarme con la ciudad. Con mi mujer hicimos nuestra casa de barro, tenemos techo vivo, hacemos permacultura. Calentamos el agua con el sol, nos tratamos con las mismas plantas locales de esta medicina comechingona. Cuando decidí comenzar a comunicar todo, hice un trato con mi familia: esto iba a durar tres años. Ya vamos dos años y medio. En seis meses, vuelvo a quedarme quieto.

Señas particulares

  • Edad: 38
  • Un ingrediente: la sal
  • Un restaurante: Kalma (Ushuaia)
  • Una pasión: tocar música, piano, guitarra, algo de percusión
  • Un momento del día: el atardecer
  • Un recuerdo culinario: pesca de centolla junto con Jorge Monopoli

El mundial de la cocina tiene su previa en la Ciudad: eligen al cocinero que representará a la Argentina

Fuente: Clarín ~ Este domingo, cuatro chefs prepararán una pata trasera de cordero frente a un exigente jurado. El mejor peleará por uno de los 12 puestos reservados para América en la competencia mundial que se hace en enero en Lyon, Francia.

Los cuatro deberán preparar, cada uno a su manera, una pata trasera de cordero. Tendrán que hacerlo con tres guarniciones, una de ellas con ingredientes sorpresa. No serán las de un restaurante, sino las propias de un concurso. Pequeñas obras de arte con técnica y complejidad, para las que un típico puré de papas no califica. Quien gane esta disputa nacional el domingo estará en carrera para cumplir el sueño gastronómico del pibe: el pase a la ronda continental, instancia previa al mundial de la cocina, el Bocuse d’Or 2021 en Lyon, Francia.

Los que jugarán por la clasificación este domingo son Juan Manuel Chañi (40), dueño de El Mesón, un restaurante boutique de Purmamarca; Eugenio Basso (24), chef del Hilton Buenos Aires; Adrián Albanesi (42), chef de partida de carne del restaurante Le Gulá en el hotel Pullman de Rosario; y Esteban Calderón (35), de la empresa de catering Compass Argentina, que provee servicio de restaurante similar al de un hotel cinco estrellas.

El máximo concurso de la gastronomía mundial debe su nombre a su creador, Paul Bocuse, fallecido el año pasado. Fue uno de los fundadores de la nueva cocina francesa -la nouvelle cuisine- y, para muchos, el cocinero más grande de la segunda mitad del siglo XX.

Paul Bocuse fue uno de los fundadores de la nouvelle cuisine. El máximo concurso de la gastronomía mundial lleva su nombre Foto: Jean-Francois Frey/Maxppp/Zuma Press/dpa

Paul Bocuse fue uno de los fundadores de la nouvelle cuisine. El máximo concurso de la gastronomía mundial lleva su nombre Foto: Jean-Francois Frey/Maxppp/Zuma Press/dpa

La competencia que lleva su nombre se hace cada dos años durante la última semana de enero de los años impares. El escenario es la ciudad francesa de Lyon, cuna de Bocuse, del también reconocido chef Eugénie Brazier y de buena parte de los platos más famosos de la cocina gala, como la soupe à l’Oignon (sopa de cebolla).

Pero antes de llegar a cocinar ante los grandes de la gastronomía mundial, de cuatro competidores argentinos debe quedar uno. Ese es quien el año que viene peleará por uno de los 5 puestos disponibles para América en el certamen mundial, el premio más grande al que puede aspirar un cocinero. En la final son 24 los que compiten por el título.

Adrián Albanesi, uno de los cocineros que buscan ser el representante argentino en el certamen máximo de la cocina mundial.

Adrián Albanesi, uno de los cocineros que buscan ser el representante argentino en el certamen máximo de la cocina mundial.

“Vengo siguiendo al Bocuse d’Or desde hace 10 o 12 años. Participar este domingo es la conclusión de muchos años de estar mirando desde la vidriera, de investigar y tratar de dar con la talla”, reconoce entusiasmado Calderón. Desde hace un año está investigando y comprando herramientas culinarias para desarrollar su receta, que incluirá romero, hongos y ajo negro, “ingredientes que rodean al cordero en su hábitat natural”.

Esteban Calderón revela que incluirá romero, hongos y ajo negro en su receta de cordero.

Esteban Calderón revela que incluirá romero, hongos y ajo negro en su receta de cordero.

Oriundo de Pergamino, Calderón pasó por cocinas de Brasil, Arabia Saudita y Turquía, y hasta fue chef privado de una familia de Moscú. Aquí, trabajó en Olsen y Casa Cruz con Germán Martitegui, fue parte del equipo que hizo la apertura de Astrid y Gastón en Buenos Aires y también estuvo en el Four Seasons.

En la otra punta del país, Chañi sirve lomo de llama, cabrito con flor de sal y charcutería propia en el horno de barro de El Mesón, en Purmamarca. En 2009, ganó el Tenedor de Oro en el Torneo Nacional de Chefs. Ahora se presenta por segunda vez a la clasificación para el mundial (la primera vez no había quedado entre los primeros cuatro), con una vuelta de tuerca al gigot: una salchicha de riñones de cordero en el interior y una corteza de cardón, la “madera” del cactus. “Traté de trabajar con la gastronomía de mi región, comida menos decorada pero muy sabrosa, de sabores intensos y con condimentos con personalidad”, explica.

Juan Manuel Chañi hace cocina de autor en un restaurante de Purmamarca. Dice que va a apostar a los ingredientes de su región.

Juan Manuel Chañi hace cocina de autor en un restaurante de Purmamarca. Dice que va a apostar a los ingredientes de su región.

El más joven de los candidatos es Basso, pero su carrera es muy nutrida a sus 24 años: ganador del Torneo Federal de Chefs en el Encuentro Anual de la Hotelería y la Gastronomía 2019 (Hotelga), hizo prácticas en el Sheraton Iguazú y temporadas en la Costa Atlántica. Antes de entrar al Hilton, donde trabaja desde hace tres años, pasó por la feria gastronómica platense Picurba y el restaurante Casa Corazón, en City Bell. “Ahora estoy entrenando horas y horas para Bocuse d’Or, porque tengo muchas expectativas con esta competencia”, reconoce, pero no quiere contar con qué sorprenderá al jurado, por cábala.

Eugenio Basso, de 24 años, es el candidato más joven para participar en los premios Bocuse d'Or

Eugenio Basso, de 24 años, es el candidato más joven para participar en los premios Bocuse d’Or

La competencia del domingo está organizada por Natalia Begué, de Bocuse d’Or; Claudio Maraniello, coordinador de cocina del Instituto Superior de Enseñanza Hotelero Gastronómica (ISEHG); y Carolina Luchessa, de la librería Gourmand Place. Contarán con un jurado de lujo, conformado entre otros por la destacada pastelera Beatriz Chomnalez y el presidente de la Academia Bocuse d’Or, Fernando Orciani, que se encargará de entrenar para las restantes instancias al representante argentino.

“Para los clasificados, hay que generar un entrenamiento posterior de seis meses, durante los cuales comienzan a diseñarse dos nuevos platos, desde el concepto abstracto hasta el desarrollo final”, explica Orciani. Y adelanta que, “así como ocurrió en años anteriores, hay chances de que el tramo final de preparación para la competencia sea en Mirazur”, el restaurante que el argentino Mauro Colagreco tiene en la Costa Azul francesa y que cuenta con tres estrellas Michelin.

La final del premio Bocuse d'Or disputada en enero de este año (AP Photo/Laurent Cipriani)

La final del premio Bocuse d’Or disputada en enero de este año (AP Photo/Laurent Cipriani)

Como los platos a presentar no son para restaurantes sino para competir, la tecnología es clave. De allí que se haya elegido al ISEHG, de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) como el lugar para el certamen nacional. “Hay hornos inteligentes, sistemas de cocina y regeneración al vacío, y procesadores de alimentos como Thermomix, todo equipamiento de última generación en cantidades necesarias como para que los cuatro candidatos puedan concursar en igualdad de condiciones”, resalta Maraniello.

Final Argentina del Bocuse D’Or en el ISEHG

Fuente: FEHGRA ~ Este domingo 20 de octubre el instituto de capacitación de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) será por primera vez la sede de la Competencia Nacional del Bocuse D’Or, prestigioso campeonato mundial que se realiza cada dos años en Lyon, Francia.

En las modernas instalaciones del Instituto Superior de Enseñanza Hotelero Gastronómica se realizará la elección del representante argentino para el Mundial de Cocina 2021, que deberá competir previamente el año próximo en el clasificatorio continental para aspirar a ser parte de los 24 chefs del mundo en una competencia única anunciada para los días 26 y 27 de enero del 2021.

Fernando Orciani, presidente de Bocuse D’Or Argentina y coach del equipo nacional, destacó la importancia de esta instancia para la gastronomía argentina: “En 2020 para la competencia continental sólo habrá cinco plazas para que los americanos participen en 2021 en las grandes finales en Lyon”.

Los cuatro finalistas, a competir este 20 de octubre, por el Bocuse D’Or Argentina son: Juan Manuel Chañi, dueño de El Mesón, un restaurante boutique de Purmamarca; Eugenio Basso, chef del Hilton Buenos Aires, ganador del Torneo Federal de Chefs en HOTELGA; Esteban Ignacio Calderón, de Compass Argentina, de Buenos Aires; y Adrián Albanesi, de Hotel Pullman, de Rosario. Se apuesta en esta edición clasificatoria local a un gran recambio ya que ninguno de los finalistas participó antes del Bocuse D’Or.

Los Jurados que conforman el prestigioso panel evaluador en el ISEHG serán: Beatriz Chomnalez, Jurado de Honor; Fernando Orciani, presidente de Academia Bocuse d’Or; Diego Gera, Yatch Puerto Madero; Ezequiel Pardo Argerich, de Rational; Olivier Falchi, de Hotel Club Francés; Andrés Blasco, El Obrador de Bariloche; Ezequiel Navas, Fernando Lo Coco y Daniel Tolosa, de IAG.

Este Mundial de cocina fue creado por Paul Bocuse, uno de los fundadores de la nouvelle cuisine francesa y para muchos el cocinero más grande de la segunda mitad del siglo XX. La competencia internacional reúne a 24 jóvenes chefs de todo el mundo, algunos de los más prometedores de su generación y país, y se les pide que preparen dos platos originales.

Los que saben nos cuentan hacia donde va la gastronomía. Palabra de chefs

Fuente: Para Ti ~ En una rica charla, los mejores chefs latinoamericanos compartieron las esperadas 50 Best Talks en Argentina. De la mano del español Dabiz Muñoz de Diverxo hablaron sobre comida industrial, celíacos, azúcar y mujeres en la industria.

“Hablo de la Revolución Dulce porque el es algo que se está empezando a considerar -asegura Jesús Escalera-. Con exponentes como Jordi Roca y Albert Adria, el postre va tomando su lugar”, nos explica este chef español quien terminó abrazándose a la cocina dulce y mudándose a México, donde se transformó en un gurú de los postres.

“¡Y es que antes todos se levantaban de la mesa antes de terminar! Muchos se iban sin siquiera probar el postre -se queja-. Recién hoy comienza a tener su lugar. Y es que se trata del cierre, un postre puede levantarte o arruinarte una comida entera. Es el último recuerdo que te queda”, destacó el creador de La Postrería en Guadalajara.

Jesús es parte de esta charla, las 50 Best Talks (versión “Pan y Postre”), un clásico encuentro satélite de la entrega de los premios 50 Best Latinoamérica (The World’s 50 Best latinos) que por primera vez se lleva a cabo en Argentina.

Escalera era un chef que, como muchos otros, comenzó esquivando la pastelería: “Lo mío era la cocina salada. Era joven y la pastelería era muy rígida, todo con medidas ya pautadas. Cuando eres joven no quieres eso, pero entré a trabajar en El Bulli Hotel, en España y me dieron a elegir ‘¿Cocina dulce o salada?” . Habrán sido los nervios, no se porqué dije “¡Dulce!”.

Y allí probé algo que jamás había conocido, ingredientes que jamás hubiera pensado degustar en postres y me enamoré de esto”, comenta Jesús quien luego trabajó en The Fat Duck de Londres antes de cruzar el océano y aferrarse a lo mejor de la cocina mexicana.

Un español, abriendo una postrería y fuera de la capital de México. “¡Me decían: la gente no va a entender de qué va!”. Y luego nos tocó ver: ¿a qué horas abrimos?, ¿a qué hora se come un postre? No teníamos parámetros, ni otro restaurante a quien seguir. Así dimos con cosas raras -se ríe Jesús– y hoy tenemos personas disfrutando de un postre (dulce o salado) a las nueve de la mañana, como ahora con total normalidad”.

Por su creatividad y sabores, hoy “La Postrería” es parada obligada para quien visite Guadalajara. Foto: Gentileza The World’s 50 Best

A la hora de hablar de productos, en estos 50 Best Talks hablamos de cómo Latinoamérica se aferra cada vez vez más a lo que brinda la tierra: “No utilizamos lo productos locales solo por eso, sino porque hay una inmensa variedad, está más a mano y ¡también son más baratos!”, confiesa Escalera, Latin America’s Best Pastry Chef 2018.

“Hay infinidad de ingredientes por conocer y sin Latinoamérica los postres europeos tan renombrados no sería lo que son sin cacao, sin vainilla…”, remarca el chef.

Para él nada es más importante que sabor. “Se que todos decimos lo mismo y la parte visual también cuenta. Pero, si me traes algo bonito pero no sabe a nada, ¡no sirve!”. Servicio, frescura, concepto… ¡sabor! Son palabras que los mejores chefs repiten. Eso buscan a la hora de salir a comer.

Postre = ¿dulce?
Sale a escena el argentino Joaquín Grimaldi. Quien dejó de lado su deseo de convertirse en un rockstar para adentrarse en la cocina y lo hizo en la de un hotel cinco estrellas como el Four Seasons (con Elena, Pony Line y Nuestro Secreto). Hoy los clientes llegan a los restaurantes del hotel especialmente para comer. Para degustar sus postres. Muchos van directamente hacia sus helados, los singulares Dolce Morte.

Como buen anfitrión, en los salones del Four Seasons, el pastelero dio la bienvenida al 50 Best a la Argentina y explicó cómo, para él, “el lujo tenía que ser algo más, tenía que ser experiencia. Así, hace veinte años me puse a experimentar“, destacó.

“Porque uno le tiene desconfianza a lo que no conoce, pero de a poco la gente se empezó a animar. Probé hacerlos con galletitas enteras –Argentina es uno de los lugares donde más se consume helado– y a prestarle especial atención a los ingredientes, porque no es lo mismo un pistacho italiano que uno cordobés”, comentó Joaquín.

De sus experimentos nacieron las creaciones más alocadas: “me animé a darle un toque de street food y a combinar ingredientes que no estaban en la mente de los dulces: pan, tocino…porque, ¿quien indica qué ingredientes de la cocina dulce o de la cocina salada? Y así nacieron la Dolce Morte Burger”, señaló el pastry chef.

Los chefs coincidieron en la importancia de comenzar a bajar el nivel de azúcar en los platos. “Debemos ser quienes eduquemos”, remarcaron. Además, a la hora de los postres coincidieron en que hay mucho campo de acción por delante, se puede variar: “no todo los postres tienen que ser dulces, los hay amargos, ácidos…”.

Al pan pan…
Directo desde México también llegó Elena Reygadas, de Rosetta. Allí, lo que primero fue restaurante se amplió hasta una panadería que hoy abastece de pan no solo al lugar sino también a los vecinos. “Porque las panaderías siempre fueron el lugar del encuentro. Hay que volver a esas tradiciones, a conocer los distintos panes, algunos muy tradicionales como el Pan de Muertos en México con agua de azar”, detalla Elena.

Cuenta Reygadas que el pan en México es antiquísimo, con muchas variedades y tradiciones. “No es posible que hoy tengamos la planta industrial de pan más grande del mundo allí y que el pan se consiga sin siquiera ser tocado por manos humanas”. Así, Elena destacó “sus tiempos y procesos. Hay recetas que no se deben perder. El pan debe saber y oler a pan“.

Destacó como en Rosetta se trabaja con distintos tipos de harinas. Se testea, se prueban, “cada pan es distinto, nos gusta jugar y las personas lo aprecian. Les gusta probar los de harina de amaranto, ver que hay más que harina de maíz”.

¿El pan merece ser considerado como un plato en sí? “Me da mucho gusto que no se lo vea solo como un acompañamiento. En los últimos años el pan se ha convertido en un paso de la degustación, ha tomado mayor relevancia. Si lo pones de forma independiente le vas a poner más atención que si nada mas lo ponés al centro de la mesa aunque el pan en el centro nos une: partirlo, comerlo con las manos es fundamental”, destacó.

Al ganar el premio Mejor Chef Femenina en 2014, Elena Reygadas dejó pautas claras: “he dicho que creo que en la lista de los 50 Best habemos pocas mujeres porque muchas dan un paso al costado al tener hijos. A mí me pasa. Los turnos, viajar, nos es más complicado”, reafirmó. “¿Cómo lo combato yo? Trato de darles a las cocineras los turnos de mañana, para hacerles las cosas más sencillas con los difíciles horarios que tenemos en la gastronomía”, contó Elena.

“Si me pongo a pensar, es verdad que en las cocinas se vive un ambiente bien machista“, comentó el español Dabiz Muñoz, la mente detrás del gran Diverxo de Madrid. “También es cierto que la gastronomía acompaña lo que sucede en el mundo. Porque hace falta un cambio de mentalidad, ¿por qué darle a la madre el turno de la mañana para que pueda cuidar de sus hijos pero que no esté naturalizado que puede ser el padre quien se quede en casa de mañana a cuidarlos? Hay cosas que deben cambiar socialmente”, destacó el chef.

En estas 50 Best Talks se habló de los postres y el poder de la memoria. “Mencionaron volcán de dulce de leche y todos hicieron ‘wow’… Y es que es así, los postres tienen mucho que ver con la memoria y las sensaciones que nos hacen recordar”, marcó Vanessa González jefa de cocina de Parador la Huella, Uruguay.

Diversidad
En las 50 Best Talks debatieron distintos temas y Dabiz Muñoz coincidió con Elena sobre la alimentación de hoy: ¿qué pasa si llegan a sus restaurantes pedidos cada vez más populares, en el caso de celíacos y veganos? Ambos se mostraron a favor de ofrecer otras cosas. No se trata de hacer un ‘símil de’. “Usamos muchas harinas distintas pero, no me va hacer un postre o una pasta ‘para celíacos’. Quizá mejor hacemos muchos tamales, o le damos un arroz… a mi me conflictúa un poco esto del ‘pan que parece pan pero no sabe a pan’, creo que hay muchas otras alternativas”, remarcó.

“¿Por qué tenemos que estar buscando ‘algo que parezca una hamburguesa’ vegana?, hay que terminar con esas cosas… Tengo opciones si las quieren, sí. Pero me parece que también nos toca educar y ser quienes propongamos productos distintos en lugar de terminar con alimentos que son procesados y nada saludables en pos de buscar buscar productos que quieran parecer lo que son”, remarcó Muñoz.

Dabiz también habló de sustentabilidad. Y así como en La Postrería comienzan los cambios para paneles solares, en el restaurante La Huella Vanessa contó que se evitan los vasos descartables para el personal y en Rosetta hay panes que se elaboran con restos de material cervecero: el español habló sobre el abrir camino. “Yo le pido a mis proveedores que no me entreguen con materiales de plástico (y mi pedido, con dos restaurantes en Madrid es importante). Imagino que el verdulero tuvo que encontrar la manera de hacer sus entregas así y que luego utilizó el método con otros. Con que uno haga un pequeño gesto, se torna contagioso“, destacó Muñiz.

A la hora de hablar de nuestras costumbre hoy. ¿Instagrammear o no a la hora de comer? Jesús Escalera marcó el peligro que “una opinión de alguien que no está en tema puede afectar ¡y mucho! a un lugar” pero también que las redes “nos permite estar al tanto de lo que sucede en otros lugares sin necesidad de estar físicamente allí. Yo puedo saber que pasa en Diverxo con solo chequear redes”, explicó.

“La verdad es que las redes sociales ayudan y mucho, pero cuando bajo un plato en una mesa me ponen muy nerviosa. Y es que una se preocupa tanto que llegue con la temperatura correcta al comensal que lo ves ahí tomándole foto y… no sabes que hacer “, se ríe Elena. “La verdad es que mi restaurante ni siquiera tiene buena iluminación para hacer fotos, pero son las reglas del juego”.

Quiénes son los visionarios detrás de los 5 mejores restaurantes de América Latina

Fuente: Infobae ~ La lista de los Latin America’s 50 Best Restaurants se dio a conocer en la Ciudad de Buenos Aires. Por tercer año consecutivo, el lugar más alto del podio lo ocupó el restaurante del chef Mitsuharu Tsumura, Maido, en Lima. De Perú, México, Chile Y Argentina, los 5 gastrónomos reconocidos por su arte culinario

Después de años exitosos en Lima, en la Ciudad de México y en Bogotá, la bulliciosa ciudad de Buenos Aires fue anfitriona de la séptima edición de los Latin America’s 50 Best Restaurants. La Usina del Arte fue escenario del evento que reveló la codiciada lista que celebra el talento culinario latinoamericano.

Creada a partir de las opiniones y experiencias de más de 252 expertos de la industria de restaurantes en América Latina, la lista es la plataforma de referencia gastronómica de fama mundial que muestra las principales tendencias y destaca a los mejores restaurantes de todos los rincones de la región. Lo que constituye lo “mejor” queda a juicio de estos gourmets y expertos de confianza.

Por tercer año consecutivo, el lugar más alto del podio lo ocupó el restaurante del chef Mitsuharu Tsumura, Maido, en Lima, Perú. Los países que arrasaron con la mayor cantidad de lugares en la lista fueron México y Perú, que obtuvieron ambos 11 posiciones. Los argentinos, por su parte, fueron reconocidos en ocho ocasiones por los restaurantes Chila, Tegui, Mishiguene y Don Julio, entre otros.

El ranking de los 5 mejores

1. Maido, Lima, Perú.

2. Central, Lima, Perú.

3. Pujol, Ciudad de México, México.

4. Don Julio, Buenos Aires, Argentina.

5. Boragó, Santiago, Chile.

Sus cocineros y creadores

Mitsuharu Tsumura, la mente y manos detrás de Maido en Lima, el mejor restaurante latinoamericano

Mitsuharu Tsumura logró ser parte de la élite gastronómica mundial fusionando los mejores sabores de la cocina peruana y japonesa (Franco Fafasuli)

Mitsuharu Tsumura logró ser parte de la élite gastronómica mundial fusionando los mejores sabores de la cocina peruana y japonesa (Franco Fafasuli)

Nacido en Lima y de ascendencia japonés-peruana, Mitsuharu Tsumura no recuerda un momento en que la comida y la cocina no fueran una parte central de su vida. Sin embargo, le tomó un poco de tiempo darse cuenta de que podía convertir su afición a la cocina en una carrera. Con dirección y determinación, el joven Tsumura aprobó sus exámenes finales y aplicó a la escuela culinaria. Cambiando de hemisferio, viajó a Providence, Rhode Island, para asistir a la Universidad Johnson & Wales.

Regresó a su ciudad natal después de graduarse con la intención de abrir un concepto de restaurante de sushi. Su padre intervino con algunos consejos prácticos que harían que Tsumura cambiara de hemisferio una vez más. Esta vez partió de Lima a Japón para aprender el arte y la artesanía del sushi. Aunque hablaba japonés y sus abuelos vivían allí, aún experimentaba un choque cultural, especialmente en las estrictas cocinas japonesas, donde sus diplomas y experiencia no contaban para nada.

Pasarían meses antes de que a Tsumura se le permitiera tocar un cuchillo, y mucho menos la comida, en los restaurantes donde se incursionaba como pasante. Pasó casi tres años trabajando como “bachero” y hasta afilador de cuchillos, hasta que finalmente avanzó a la cocina, primero preparando platos calientes, y solo después de eso: sushi.

Su innovador y moderno menú nikkei en Maido incluye influencias japonesas y peruanas en platos como costillas estofadas de 50 horas y choripan de pulpo (Gentileza: Latin America's 50 Best)

Su innovador y moderno menú nikkei en Maido incluye influencias japonesas y peruanas en platos como costillas estofadas de 50 horas y choripan de pulpo (Gentileza: Latin America’s 50 Best)

En ese entonces fue llamado de regreso a Perú por Sheraton para unirse al equipo en su hotel de Lima. Fue ascendido a sous chef y luego a gerente de alimentos y bebidas. Y cuando tenía 28 años, fue invitado a convertirse en el gerente general del hotel. Tsumura rechazó la invitación, lo que lo habría convertido en el GM más joven de un hotel Sheraton en el mundo. Y así abrió Maido en su lugar. Combinando la cocina tradicional japonesa con ingredientes peruanos, Maido presentó la cocina Nikkei al mundo y le dio al Perú uno de sus mejores restaurantes.

“La cocina es como el arte, es muy subjetiva y depende de los gustos. Yo hago lo que me apasiona, y eso es hacer feliz a la gente a través de la comida. No cambié nada en los últimos 20 años, sigo tratando de ponerle un poco de sabrosura a la vida. En Maido hacemos una cocina potente y sabrosa, una cocina que se mezcla. No me gusta decir que es comida fusión porque es mucho más que eso”, aseguró en exclusiva con Infobae Mitsuharu “Micha” Tsumura, chef del Mejor Restaurante de América Latina.

Su innovador y moderno menú nikkei en Maido incluye influencias japonesas y peruanas en platos como costillas estofadas de 50 horas y choripan de pulpo. En Maido hay mucho más que la comida: los comensales son recibidos en la entrada con un fuerte grito de “¡Maido!”, que significa “Bienvenido” en japonés, una cálida recepción que sienta las bases para una comida relajada y divertida. “Veo la comida peruana como una esponja que ha absorbido la cocina china, japonesa, española y africana”, dijo Tsumura. “Cuando vas a Perú es un país increíble porque puedes comer algo diferente todos los días durante un mes. Nikkei es solo una de esas cocinas”.

Virgilio Martínez Véliz de Central, Lima

Sin dudas, Virgilio Martínez Véliz es uno de los representantes de la nueva generación de chefs peruanos que impulsan la difusión de la gastronomía de su región (Franco Fafasuli)

Sin dudas, Virgilio Martínez Véliz es uno de los representantes de la nueva generación de chefs peruanos que impulsan la difusión de la gastronomía de su región (Franco Fafasuli)

Terminó su carrera de alta cocina en Le Cordon Bleu de Ottawa, Canadá y de Londres, Inglaterra. Desde entonces ha trabajado en prestigiosos restaurantes de todo el mundo como el Four Seasons Hotel de Singapur; Lutèce, ubicado en el distrito de Manhattan de Nueva York; Can Fabes de San Celoni; y Astrid & Gastón de Lima y de Madrid, y es considerado uno de los mejores chefs del mundo. Sin dudas, es uno de los representantes de la nueva generación de chefs peruanos que impulsan la difusión de la gastronomía de su región.

“Antes que nada agradezco a todos los que participan de forma directa o indirecta en la gastronomía que transforma este continente, inmenso territorio, con orgullo, honor y responsabilidad resaltando nuestra multiculturalidad y nuestra resilencia preservando nuestra biodiversidad, nuestra agricultura y saberes milenarios”, escribió en su Instagram el cocinero en agradecimiento al galardón.

Recientemente el aclamado chef lanzó su iniciativa Mater donde está trabajando para recuperar y preservar los productos indígenas de los diferentes ecosistemas que existen en su tierra natal y usarlos en su alta cocina

Recientemente el aclamado chef lanzó su iniciativa Mater donde está trabajando para recuperar y preservar los productos indígenas de los diferentes ecosistemas que existen en su tierra natal y usarlos en su alta cocina

Junto con su mujer Pía León, jefa de cocina del restaurante, ostentan en su menú muchos ingredientes que rara vez se sirven en otros lugares. El equipo de marido y mujer ha estado viajando a lo largo y ancho del país durante varios años para obtener productos interesantes y únicos de la tierra, el mar y las montañas.

Según la revista Marie Claire Virgilio es “la nueva estrella del firmamento gastro limeño”. Recientemente el aclamado chef lanzó su iniciativa Mater donde está trabajando para recuperar y preservar los productos indígenas de los diferentes ecosistemas que existen en su tierra natal y usarlos en su alta cocina.

Enrique Olvera de Pujol, Ciudad de México

El chef más famoso de México filtra la cocina arraigada de su país a través de una lente contemporánea (Genitileza: Latin America's 50 Best)

El chef más famoso de México filtra la cocina arraigada de su país a través de una lente contemporánea (Genitileza: Latin America’s 50 Best)

No hay duda de que Enrique Olvera es el chef mexicano más conocido del mundo. Al famoso cocinero se le acredita haber demostrado que los sabores mexicanos rústicos merecen tanta atención como cualquier otra alta cocina del mundo. Y Pujol ha sido su pedestal para demostrarlo a través de un menú de degustación de platos refinados y elegantes construidos con ingredientes indígenas que rinden homenaje a la rica historia culinaria de México.

El restaurante obtuvo el tercer lugar dentro de los Latin America’s 50 Best, lo que refrenda su título como el mejor restaurante de México. Estudió en el Culinary Institute of America, en Nueva York y con el correr de los años se convirtió en una especie de embajador de la gastronomía mexicana, por iluminar una gran cocina mundial que durante demasiado tiempo estuvo oculta por las margaritas y el guacamole.

La propuesta gastronómica de Enrique Olvera se ha definido al paso de los años por la obsesión hacia los detalles, la sutileza en la elección de ingredientes y la construcción de sabores así como en una dinámica de evolución constante y honda exploración en el potencial culinario de México (Genitileza: Latin America's 50 Best)

La propuesta gastronómica de Enrique Olvera se ha definido al paso de los años por la obsesión hacia los detalles, la sutileza en la elección de ingredientes y la construcción de sabores así como en una dinámica de evolución constante y honda exploración en el potencial culinario de México (Genitileza: Latin America’s 50 Best)

Olvera maneja no uno sino dos establecimientos gastronómicos en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo. Cosme, el moderno restaurante mexicano en Nueva York que abrió en 2014, hizo su debut en la lista en 2017 y este año ha ascendido al número 23 bajo la dirección de Daniela Soto-Innes, la Mejor Chef Femenina del Mundo de 2019.

El único representante gastronómico de México en el Congreso Internacional de Chefs de StarChefs 2008, Enrique Olvera, no ha perdido el ritmo en la cocina para su país. Fue nombrado uno de los 10 chefs más prometedores por la revista Food & Wine y fue orador destacado en la cumbre gastronómica internacional Madrid Fusión. En su libro de cocina Uno, Olvera reflexiona sobre la gastronomía mexicana moderna, con 100 recetas de Pujol.

Pablo Rivero y Bienvenido “Pepe” Sotelo de Don Julio, Buenos Aires

 Bienvenido

Bienvenido «Pepe» Sotelo, chef parrillero del restaurante y Pablo Rivero, fundador de la parrilla palermitana (Franco Fafasuli)

La parrilla Don Julio, que se afinca en el barrio de Palermo Viejo en Guatemala 4691 (esquina Gurruchaga) obtuvo, una vez más, un lugar dentro del prestigioso ranking Latin America’s 50 Best, pero esta vez un poco más en la cima. En la edición anterior de la lista, ocupaba el puesto número 6, y ahora trepó al 4.

“El asado para los argentinos significa un ritual familiar, una conversación que tenemos entre abuelos, padres e hijos. Nos vamos iniciando alrededor del fuego primero de niños cuando nos hacen recolectar ramas para la leña, más adelante prendemos el fuego, después nos dejan vigilar la carne, hasta que no nos damos cuenta y somos los asadores de la familia”, explicó en una entrevista con Infobae Pablo Rivero, fundador de la parrilla palermitana, amante de los productos de calidad, sommelier y experto catador a ciegas.

Todos los días de la semana, desde afuera, una multitud aguarda en la vereda con ansias su lugar en el restaurante. Una vez adentro, a través de las puertas de madera, el barullo del lugar y las paredes cubiertas con botellas de vino con etiquetas firmadas muestran la aprobación de los comensales; ahora solo queda ordenar una auténtica tira de asado acompañada por un exquisito malbec para formar parte de la historia de Don Julio.

La historia de la familia Rivero, y -por qué no- de la familia Don Julio transcurre en esa parrilla barrial que hoy es noticia en el universo de la gastronomía. Fue en el 1999, cuando Pablo la abrió con el apoyo de sus padres y de su abuela como una iniciativa familiar. Lo acompañaron muchos años hasta que, ya hace algunos cuantos, se encuentra solo en el negocio, pero nunca en el corazón.

La historia de la familia Rivero, y -por qué no- de la familia Don Julio transcurre en esa parrilla barrial que hoy es noticia en el universo de la gastronomía (Guille Llamos)

La historia de la familia Rivero, y -por qué no- de la familia Don Julio transcurre en esa parrilla barrial que hoy es noticia en el universo de la gastronomía (Guille Llamos)

Los Rivero vivían en el primer piso de la esquina en la que ahora funciona el restaurante, cuyo nombre rinde tributo a un amigo que los inspiró al comenzar el negocio. Allí había otro restaurante que no funcionaba. Los oriundos de Rosario tomaron las riendas del lugar y el 26 de noviembre de 1999 abrieron Don Julio. Para ese entonces Pablo, el hijo, tenía 20 años. Hoy, es un reconocido sommelier y uno de los personajes gastronómicos de más alto perfil de la ciudad, reconocido por su enfoque ejemplar de la hospitalidad.

Una noche cualquiera, la parrilla cuenta con 40 empleados, pero quizás la magia no sucedería si se ausentara uno de ellos. Bienvenido “Pepe” Sotelo es el encargado de la parrilla. Sotelo ha acompañado a la familia desde el nacimiento de Don Julio.

“Haber formado parte de la lista Latin America’s 50 Best Restaurants para nosotros ya era un premio, después el puesto que nos tocara iba a ser bienvenido. Todos esperamos escalar un poquito más, pero la realidad es que nosotros ya ganamos. Lo fundamental en la experiencia gastronómica siempre va a ser el respeto por la gente, y bueno, después la carne, obvio. No tiene que faltar nunca en la mesa”, explicó en exclusiva el chef parrillero.

Toda la carne de res en Don Julio proviene de ganado Aberdeen Angus y Hereford alimentados con pasto, criados en el campo a las afueras de Buenos Aires (Guille Llamos)

Toda la carne de res en Don Julio proviene de ganado Aberdeen Angus y Hereford alimentados con pasto, criados en el campo a las afueras de Buenos Aires (Guille Llamos)

Rodolfo Guzmán de Boragó, Santiago de Chile

Rodolfo Guzmán y su enérgico equipo obtienen productos chilenos nativos utilizados por los indígenas mapuche para crear Endémica, un menú protagonizado por diversas preparaciones que pueden cambiar durante el transcurso de una noche según el suministro de productos, junto con vinos o jugos naturales y biodinámicos (Gentileza: Latin America's 50 Best)

Rodolfo Guzmán y su enérgico equipo obtienen productos chilenos nativos utilizados por los indígenas mapuche para crear Endémica, un menú protagonizado por diversas preparaciones que pueden cambiar durante el transcurso de una noche según el suministro de productos, junto con vinos o jugos naturales y biodinámicos (Gentileza: Latin America’s 50 Best)

Como un auténtico joven cocinero inquieto, Rodolfo Guzmán hizo lo único que podía hacer para ampliar sus horizontes: viajó a Europa. Cuando regresó, la frustración lo atormentaba mientras recorría las mejores cocinas de Santiago, encontrando poco espacio para la creatividad y el ingenio en el que prosperó en Mugaritz, el restaurante en Errenteria en la provincia española de Guipuzcoa reconocido internacionalmente como uno de los mejores del mundo, y aún menos espacio para los ingredientes nativos de Chile.

A los veintiocho años, Guzmán había ahorrado un poco de dinero y decidió abrir su propio lugar, un restaurante que usara ingredientes autóctonos que tenían que ser buscados porque no podía obtenerlos de otra manera. Fue a la tribu mapuche, compartió su visión con ellos y se embarcó en un proceso de aprendizaje.

 El espíritu ecológico de Guzmán le ha valido a Boragó el primer Premio al Restaurante Sostenible en 2018 (Gentileza: Latin America's 50 Best)

El espíritu ecológico de Guzmán le ha valido a Boragó el primer Premio al Restaurante Sostenible en 2018 (Gentileza: Latin America’s 50 Best)

Guzmán no ha hecho más que transformar por completo la identidad culinaria de una nación, y en el proceso, ha puesto a Chile en el mapa gastronómico mundial y Boragó creó por primera vez en Chile un movimiento de turismo gastronómico. Sin embargo, antes de llegar a donde está hoy, el chef y su pequeño establecimiento lucharon durante años contra la percepción de que los ingredientes chilenos simplemente no eran buenos, que su búsqueda no valía la pena. A los críticos de comida chilenos no les gustó lo que estaba haciendo, y se lo hicieron saber.

En 2017, Guzmán publicó su primer libro, Boragó: Coming from the South, un tomo de 100 recetas. También está trabajando en Conectáz, la primera enciclopedia chilena que clasifica y cataloga productos chilenos, en Test Kitchen y Lab Kitchen en la Universidad Católica de Santiago, donde a través de un descubrimiento fascinante busca convertir las verduras en proteínas. El cocinero también cofundó el simposio “Ngelemen” que discute la despensa endémica del mundo y aparece en todo el mundo con el colectivo de chefs Gelinaz.

Llegó al restaurante donde «no pasaba ni el basurero» e igual hizo alta gastronomía con lo que tenía alrededor

Fuente: La Nación ~ CÓRDOBA. A los 36 años ya tiene el título del «chef del Valle de Calamuchita». Juan Cruz Galetto nació en Río Cuarto , pero hace casi una década se radicó en esta zona al suroeste de la capital de Córdoba , donde cocina «kilómetro cero», con productos elaborados en esa región, con lo que crece y se cultiva en la montaña. «Fue una necesidad; la descubrí cuando llegué y nadie traía nada, no había basurero, todo era más caro», se sincera ante LA NACION.

Después de nueve años como chef de Estancia Las Cañitas (una bodega con complejo de cabañas y restaurante entre Villa Berna y La Cumbrecita ) está a punto de abrir su propio local en Villa General Belgrano . Su primera vocación fue la de psicólogo, pero apenas duró un año en la facultad; para «mantenerse» en Córdoba empezó a trabajar de lavacopas en un bar. «Me fui metiendo en la cocina; la elegí y arranqué la carrera».

Galetto se ríe al contar que en su casa tuvo «cero» influencia gastronómica; después de recibido trabajó en México , en Brasil y decidió quedarse en Córdoba. Desde el arranque está con Yanina, compañera de estudios y de cocina; su pareja en la vida. «Siempre trabajamos juntos; mantenemos el espíritu, el amor», dice.

Cuando en llegaron a Las Cañitas tenían una idea, pero «nuestras necesidades y las posibilidades eran diferentes a lo que queríamos hacer; aprendimos a adaptarnos al lugar, al cliente. No llegaban los proveedores; no pasaba el basurero; todo costaba más. Hubo que cambiar».

Por «necesidad» se puso en contacto con los productores de la zona; empezó a reciclar. «Estar en el medio de la montaña me hizo descubrir lo que es obvio, que no hay un producto mejor que el de la temporada, que el que se hace al lado y que se debe reflejar en el plato. Sino es de buena calidad, no sirve de nada», admite.

También «en medio de la nada» fue capacitándose en el rol que juega la gastronomía en el turismo. «La montaña es un lugar maravilloso -agrega-. Energéticamente te atrapa; éramos parte de esa cadena; un eslabón más. Todavía estoy haciendo el duelo por haberme ido».

El año pasado Galetto fue finalista del Prix de Baron B Édition Cuisine, un concurso que buscó destacar a los mejores proyectos gastronómicos integrales de la Argentina: «Fue una experiencia muy interesante porque no era sólo presentar un plato, sino contar nuestra idea, nuestro día a día. Además, relacionarnos con (Mauro) Colagreco y con (Martín) Molteni, quienes eran jurados, fue genial».

Fue una oportunidad para mostrar sus platos que combinan flores de azafrán cultivadas en Calamuchita, brotes de helecho, hongos de pino, cordero, ortiga, algarroba. Su plato final fue un bife angosto de ternera a baja temperatura y luego a la parrilla a la leña acompañado con ensalada de ortiga, emulsión de queso de cabra, tierra de algarroba y aire de hongos.

«Mucha gente llega al valle escapando de las grandes ciudades y de la rutina; viene a buscar la naturaleza y emprende actividades de cultivo, de cría de animales», apunta Galetto sobre los productores que hay en Calamuchita.

Por ejemplo, propuso a la Municipalidad de Villa General Belgrano hacer el «Cordero Fest», donde no sólo se reunieron los criadores y los cocineros, sino todas las ramas del sector; artesanos, hilanderos; curtidores de cueros. «Es una economía regional, se vincula con la gastronomía, con el turismo; hay que mostrar eso. Es un trabajo, es lento, pero hay que hacerlo», señala Galetto.

Hace unos días cocinó junto a Pedro Lambertini-otro chef cordobés con vocación por la natural- y ahora se prepara para ir a Villa María , donde armará un menú con los productos de la zona. «Todo el tiempo voy aprendiendo, pero mi filosofía es cocinar adaptándome a donde voy. Por estos días estoy muy volcado al cordero, probando».

El secreto es dejar la carne rosada por dentro y crocante por fuera. Para eso cocino la carne envasada al vacío a 55 grados durante tres horas. Luego la sello en la parrilla con leña y la acompaño con productos que siempre tengo al alcance de la mano.

La unión de chefs, nuevo furor en la gastronomía

Fuente: Clarín ~ Un cocinero anfitrión, y uno o varios invitados, aúnan talento y preparan menúes especiales.

“Muchas manos en un plato, hacen mucho garabato”, sentencia el refrán popular. Pero la tendencia en la gastronomía es otra: cada vez más chefs eligen abrir las puertas de sus cocinas a otros colegas, para crear juntos un menú diferente. Si con dos manos crean maravillas culinarias imagínense lo que sucede cuando se juntan cuatro, seis ¡o diez manos!

Esta movida comenzó hace unos años cuando cinco referentes de la cocina argentina –Mauro Colagreco, Germán Martitegui, Narda Lepes, Fernando Trocca y Darío Gualtieri- crearon “A diez manos”, cuyo evento inicial que tuvo lugar en la cocina de Mauro Colagreco, en su restaurante Mirazur, en la Costa Azul de Francia. Allí, las diez manos argentinas crearon un menú que reflejaba los sabores de la cocina de nuestro país. Presentaron platos, vinos y tragos a cargo del referente de la coctelería nacional, Tato Giovannoni, y luego hicieron encuentros en Buenos Aires, en las “casas” de los otros chefs y también en Uruguay. Esta serie de citas de chef de culto, como si se tratase de una refinada logia del buen comer, fue pionera en unir diversos talentos frente a las hornallas. Actualmente muchos restaurantes y hoteles replican esta idea.

¿Qué tiene de atractivo esta tendencia? Simple. En una misma comida, se puede degustar platos de diversos chefs, descubrir sus estilos y probar buenos ejemplares en la copa. Esta unión de cocineros también acerca a los comensales a platos de chefs del interior y del exterior, disfrute que sin avión de por medio, sería imposible. De verdad que son cenas irrepetibles, donde se crean climas, sensaciones, recetas y maridajes únicos. ¿Puede haber en una cocina más de un líder? Averigüémoslo.

Visitas internacionales

Osaka, el restaurante de Puerto Madero y Palermo, que combina los sabores de las cocinas peruana y japonesa, inauguró el mes pasado, la edición 2019 de su ciclo “Guest Chef”, en la que el restó abre sus puertas cuatro noches durante el año a cuatro chefs de restaurantes galardonados con estrellas Michelin, con distinciones en los Latin America´s 50 Best y World´s 50 Best Restaurants, todas referencias ineludibles de lo mejor de la cocina mundial.

Parte de la propuesta del restaurante Osaka.

Parte de la propuesta del restaurante Osaka.

“Nuestro público busca experiencias, no se trata sólo de comer bien, sino de ofrecer algo que no se puede encontrar en otro local”, explica Christian Gallego, gerente general de la cadena y agrega: “Por eso este año Osaka contará con muchos menúes especiales, con chefs invitados que se suman a nuestro experimentado staff. Ya realizamos un encuentro con la chef Christina Sunae y fue increíble; luego, Carlos García trajo la magia de la cocina venezolana de autor y en los próximos meses tendremos visitas internacionales procedentes de Colombia y Perú, para que esta fusión exquisita de sabores y saberes cobre vida en cada plato”.

El chef invitado Carlos García (distinguido con el premio al “Mejor Chef de Latinoamérica” en la última edición del Latin América’s…). expresó su alegría al haber podido plasmar en el menú todo lo que habían imaginado en esas “tormentas de ideas”, logrando complementarse y trabajar en equipo. “Unir la cocina venezolana y la cocina Nikkei nos parecía que era algo muy distante, pero en realidad, tienen muchos puntos en común”, explica y destaca la gran ayuda del anfitrión y su equipo que le permitió conocer productos. “Lo que más destaco es la hermandad”, dice García.

Diego Irato, Chef de Sofitel Reserva Cardales.

Diego Irato, Chef de Sofitel Reserva Cardales.

Por su parte, Eddie Castro, responsable de la cocina de Osaka, rescata de estos encuentros, el poder acceder a diferentes culturas, diversas recetas y sobre todo, técnicas nuevas. “Me quedo con la sensación de que no hay límites en la cocina. Jamás me imaginé hacer otra cocina que no sea Nikkei… Una vez más, reafirmo la frase: cocina sin fronteras”.

Encuentro local

No siempre las juntadas de chefs son para promover la gastronomía del exterior o del interior del país. A veces, se juntan simplemente por el hecho de pasar un grato momento, permitiéndole al comensal, deleitar el paladar en una cena con varios “cocineros top” tras bambalinas.

La pastelería del encuentro "Los tres cabrones" estuvo a cargo de Osvaldo Gross.

La pastelería del encuentro «Los tres cabrones» estuvo a cargo de Osvaldo Gross.

El Hotel Sofitel La Reserva Cardales, presentó el menú “Los tres cabrones”, donde el chef Diego Irato, recibió a Osvaldo Gross y a Gastón Riveira. Según Carolina Mónaco -Gerente del hotel-, el nombre del evento se debe a que los tres son de carácter fuerte y suelen llevarse el mundo puesto confiando en sus intuiciones. “Por lo que pensamos que sería un gran nombre con el que todos se sintieran identificados”, cuentan. Todo un desafío: tres machos cabríos, con fama de “belicosos”, deponen sus personalidades intensas y suenan como una filarmónica de las ollas y sartenes.

“Compartir cocina con chefs de este calibre para mí es un disfrute, aprendizaje, pasarla bien haciendo lo que me gusta. Es un placer enorme compartir el espacio».

Gastón Riveira, el especialista en carnes de "Los tres cabrones".

Gastón Riveira, el especialista en carnes de «Los tres cabrones».

Naturalmente cada uno hizo lo mejor que hace para sumar. Nadie puede brillar más en los postres que Osvaldo, Gastón es el más hábil en asar carnes y yo como anfitrión de la casa agregué lo que faltaba…el resultado fue un menú que nos encantó a todos”, afirma Irato.

De Norte a Sur

Sergio Gonzalez Crubellier, chef de Alvear Grill.

Sergio Gonzalez Crubellier, chef de Alvear Grill.

“Desde el año pasado comenzamos con este tema, para generar un espacio donde nuestro chef, Sergio González, pueda sentirse cómodo con jóvenes cocineros que tengan un perfil parecido al de él, con cocinas que tengan que ver con su propuesta, que tiene que ver con lo regional, lo autóctono, lo argentino…”, expresa Alfredo Rodríguez, gerente de Alimentos y Bebidas del Hotel Alvear. “Siempre citamos a cocineros con importante trayectoria”, añade. Es por eso que la última visita fue la del chef ejecutivo del Hotel Llao Llao, Ariel Pérez, quien cuenta que la experiencia fue muy gratificante.

Ariel Pérez, chef ejecutivo del Hotel Llao Llao, en Bariloche.

Ariel Pérez, chef ejecutivo del Hotel Llao Llao, en Bariloche.

En este caso, el menú ofrecido constaba de 6 pasos, y si bien trabajaron juntos, cada chef ideó 3 partes de la propuesta. “Mis platos tenían un perfil muy patagónico: con morillas, rosa mosqueta, sal ahumada y salicornia (planta suculenta que crece en saladares). Sergio tiene un muy buen equipo y fue fácil adaptarse”, comenta el chef del hotel más exclusivo de la Patagonia. Si bien Pérez ha trabajado en varios restaurantes, hoteles y cruceros, encontró su lugar en el mundo en Río Negro. “Son experiencias muy buenas, poder compartir la cocina con gente nueva y promover tu propio estilo. Por suerte, con Sergio nos llevamos muy bien y el servicio fluyó. ¡Esperamos ahora podamos recibirlos a ellos en mi cocina del sur!”, se ilusiona Pérez.

Cocina prestada

Este tipo de acciones también ayudan a que los chefs acerquen a las grandes ciudades ingredientes de pequeños productores que sin ese “empujón” no tendrían visibilidad ni acceso a vidrieras más calificadas. A veces, el menú es exclusivo de un chef, pero utiliza el espacio de otro. Tal es el caso de Lucas Olcese, chef de Rosel Boher Lodge, en Mendoza. Olcese se presentó en el restaurante St Regis del Hotel Park Tower, en el marco de la Semana Gastronómica de Mendoza, con un menú que representaba a la provincia, maridado especialmente con los espumantes de Rosell Boher. “Llevé productos de pequeños productores, de los mismo que nos abastecemos en el Lodge, en Agrelo. “Esta tendencia de intercambio de cocinas es buenísima. Yo lo hago también en la mía. Es algo muy enriquecedor para los cocineros”, explica el chef mendocino y agrega: “Cuando trabajás con tu equipo, con sólo una mirada ya te entendés. Pero hay que tener la capacidad de adaptarse a otras cocinas y a otros equipos”.

El chef Lucas Olcese cocina por primera vez en Buenos Aires. (Rosell Boher)

El chef Lucas Olcese cocina por primera vez en Buenos Aires. (Rosell Boher)

En las cenas que ofreció en Buenos Aires acompañado por el chef anfitrión Sebastián Persec y su equipo, aseguró respecto a la dinámica de trabajo, que lo más importante sucede del otro lado: en el salón. “Eso es lo más importante. En cocinas diferentes hay que ser lo suficientemente profesional para que el producto final sea exitoso”. Es por eso que todos los detalles son cuidados. Desde la bienvenida, pasando por la atención del salón y, por supuesto, de los cocineros.

Por su parte, Persec comenta que es un orgullo para él abrir las puertas de su cocina: “Se aprende mucho, se intercambia información. Al equipo le gusta participar porque los festivales los saca de la rutina”. Sobre esta dinámica aclara que los cocineros invitados envían su menú, y su tarea es tratar de conseguir los ingredientes. Luego, ya conocida la locación, el anfitrión aporta ideas, de acuerdo a la maquinaria con la que cuentan y la dinámica para el mejor funcionamiento del despacho.

Una tendencia que crece y se afirma. Atreverse, en definitiva, a las experiencias del buen vivir que nutre a cocineros y a comensales, abriendo mentes y paladares a novedosos ingredientes y nuevas técnicas.

Animate a preparar algunas de las delicias que idearon los reconocidos chefs para estos eventos.

Una bisabuela de Calabria y platos “según la inspiración” del cocinero: el restaurante italiano que se convirtió en el secreto mejor guardado de Buenos Aires

Fuente: Infobae ~ Hace ocho años, después de trabajar con Anthony Bourdain y Francis Mallmann, Ariel Paoletti fundó “María Fedele», una típica trattoria que se esconde en el fondo de la Asociación Nazionale Italiana, en el barrio porteño de Monserrat. “Acá no hay carta”, aclara el hombre detrás de las delicias de un lugar que se transformó en un éxito gracias al boca en boca de los comensales y a la originalidad de su propuesta

“El secreto de la pasta es que sea fresca. Y hay que sartenearla”, afirma Ariel Paoletti con un movimiento que hace volar por los aires los capelettis acompañados por girgolas, mortadela de cerdo y crema, los ingredientes de su salsa bolognesa: “Non e’ una salsa típicamente bolognesa, e’ una salsa de Boloña, que no es lo mismo”, explica con el acento italiano que se le cuela en el paladar.

Una hora antes de recibir a los cien comensales que reservaron su lugar hace unos días, el prestigioso Paoletti prepara una pasta en exclusiva para Infobae. Lo hace en la cocina de María Fedele Ristorante, una típica trattoria calabresa escondida detrás de la sociedad Nazionale Italiana del barrio porteño de Monserrat, Alsina 1465. Ariel es el jefe de la brigada y alma mater de esta casa de comidas que se convirtió en un lugar de culto para los amantes de la comida italiana. En María Fedele, los aromas, los sabores y el ambiente forman un maridaje perfecto que se completa con los mejores vinos, esos sí, de cosecha nacional.

La pasta rellena, un clásico de María Fedele

La pasta rellena, un clásico de María Fedele

“Acá, se come lo que yo quiero”, bromea Paoletti. Aunque, de alguna manera, habla en serio porque María Fedele es un restaurante sin carta: “Es atípico, pero acá la gente viene a cenar sin saber qué va a comer porque el menú tiene que ver con la inspiración del chef y con lo que haya conseguido para ese día. Eso, y la frescura de los productos es lo que distingue a este restaurante”, dice el cocinero, que no tiene dudas en la excelencia de su cocina.

“Quedate tranquilo que, con hambre, no te vas a quedar”, asegura el descendiente de calabreses quien, para amenizar la charla, apoya una bandeja de prosciutto sobre la barra que divide su cocina: “Comé, este me lo hacen especialmente para mí. ¿Probaste el trofi a la’nduja?”, pregunta. Y saca un embutido típicamente calabrés, que pica fuerte, y factura Paoletti con sus propias manos. Esta longaniza forma parte del antipasti infinito de María Fedele.

El restaurante no tiene carta, los platos se sirven de acuerdo a la inspiración del chef

El restaurante no tiene carta, los platos se sirven de acuerdo a la inspiración del chef

¿El primer paso? “En la entrada ofrecemos entre trece y catorce platos. Podés comer embutidos, prosciutto, mortadela con pistachos, pasta con salsa boscaiola, melanzane alla calabrese, ají relleno con ricotta di pecora, una canasta con panes caseros, longaniza con pomodoro…”, enumera el chef. Y eso recién es el comienzo.

LA BUENA COCINA Y EL ESPÍRITU DE MARÍA FEDELE

Hoy es un rincón de culto de la gastronomía italiana, pero María Fedele comenzó con un pequeño local que no superaba los 30 cubiertos sobre la calle Bolívar de San Telmo.

En 2011, Paoletti regresaba al país por un tema personal, después de vivir cerca de una década en Europa. “Aunque parezca raro, mi maestro fue Jean François, un francés”, explica Paoletti, quien en sus años europeos trabajó en las cocinas más prestigiosas junto a personajes de la talla de Anthony Bourdain y Francis Mallmann. También lo hizo con Ramiro Rodríguez Pardo, quien fuera considerado uno de los padres de la cocina argentina.

La familia del chef llegó a la Argentina desde Calabria

La familia del chef llegó a la Argentina desde Calabria

“Con Anthony trabajé en la cocina del Ritz de Barcelona. Me llamaron porque querían un cocinero italo-argentino. Con él me identificaba que los dos fuimos más formados en la cocina que en el estudio. Pero, si hubo alguien que me marcó, ese fue Francis. Su nivel de detalle y obsesión, el hecho de vivir para la cocina. Y el trato que le daba a los cocineros: el cocinero tiene que estar bien pago, cuidado, para que el plato llegue bien a la mesa, con mucho amor. Y eso lo aprendí de él”, explica Paoletti.

A pesar del prestigio y las estrellas Michelin de los colegas con los que compartió cocina, en su vuelta a la Argentina Ariel decidió apostar por un restó bien familiar, lo que en Italia llaman una verdadera trattoria: “Una trattoria es un restaurante típicamente italiano donde trabaja toda la familia. Y esto lo armé para compartirlo con mis hermanos y mis sobrinos. Hasta hace un tiempo la tenía a mi mamá sentada en una mesa que era únicamente de ella”, explica el chef.

Además de la pasta, a cada comensal se le sirve más de una decena de

Además de la pasta, a cada comensal se le sirve más de una decena de «antipasti»

Hoy María Fedele tiene lugar para más de cien cubiertos que pagan un precio fijo y son reservados con anticipación cada noche. Las paredes del restaurante están llenas de banderines y camisetas de fútbol que se mezclan con latas y fotos en blanco y negro: “Este lugar tiene una mística que no conseguís en cualquier lado”, suspira en voz alta. Los viernes, alguien toca el acordeón a piano y hace sonar clásicos italianos, que el público aplaude.

Sobre una de las paredes, en color sepia, aparece la imagen de una madre con sus dos hijos. La foto es de la década del ’20 y, de fondo, se ve el Golfo de Squillace, en Catanzaro. Se trata de María Fedele, la mujer que le da nombre al lugar, con sus hijos Genaro y Fortunata, que es nada menos que la abuela del chef.

“Durante años estuve buscando la tumba de mi bisabuela en Calabria. El día que la encontré me fui enterando de su historia, una historia triste pero que nos hizo muy fuertes. Cuando vos sentís que este lugar tiene una mística especial es porque sobrevuela el espíritu de María Fedele”, empieza a relatar Paoletti.

Corría la década del ´30 y en su poblado del interior calabrés, María Fedele comenzó a sentir una dolencia en su estómago. Las creencias y los miedos de la época decretaron que la mujer, que estaba sola con sus dos hijos, padecía una malaria que podía extenderse al resto de la población: “Y, para evitar una epidemia, le mandaron a tapiar la casa de piedra”, relata Ariel.

El lugar cuenta con un menú fijo de cuatro pasos

El lugar cuenta con un menú fijo de cuatro pasos

Fue cuestión de días. Sin asistencia médica y con una enfermedad avanzada, la muerte de María Fedele no tardó en llegar. ¿Cuál fue la suerte de Genaro y Fortunata? “Parece que un vecino oyó sus gritos y logró socorrerlos y sacarlos de la casa tapiada”, cuenta Paoletti que, después de investigar, supo la causa de la muerte de su bisabuela: “Parece que María Fedele tenía apendicitis y murió de peritonitis”. Pero ese no es el final de la historia: “Todavía quedaba una odisea para los hijos de María Fedele que eran mi abuelita Fortunata y mi tío abuelo, Genaro”.

A partir de allí, comenzó la lucha de Fortunata y Genaro (que no superaban los 12 años) por cruzar el océano para reunirse con su padre que ya estaba en la Argentina: “Los chicos esperaron nueve meses a que llegara un poder del padre que les permitiera cruzar el océano solos. Cuando tuvieron el permiso, viajaron durante tres meses en carreta desde Catanzaro, el pueblo donde vivían los antepasados de Paoletti, para llegar a Génova. «Allí se subieron a un barco que tardó dos meses más hasta el puerto de Buenos Aires”, relata Ariel que siguió indagando y hasta pudo averiguar el nombre del barco en el que viajaron su abuela y su tío: “Se llamaba Alsina, ¿y en qué calle estamos? ¡Alsina 1465! También supe que el barco fue hundido tiempo después, en la segunda Guerra Mundial, cerca de Marruecos. Ella vino en una bodega muy pobre, de tercera categoría. Mirá lo que fue la fortaleza de mi abuelita: después de ese recorrido, llegó a la Argentina con fiebre y la pusieron en cuarentena. Si ella soportó todo eso, ¡qué me puede pasar a mí!”, dice Ariel y cierra: “Por eso, cuando elegimos el nombre del restaurante, sabíamos que María Fedele nos iba a cuidar desde arriba como lo hizo con sus hijos”.

La focaccia, uno de los

La focaccia, uno de los «antipasti» tradicionales de María Fedele

LA ITALIANIDAD AL PALO

“Yo creo que la cocina es pasión, es amor. Cuando el cocinero te sirve el plato, vos te das cuenta si estaba feliz”, dice el chef. “Lo lindo de esto es compartir con amigos, esa es la esencia de la comida italiana y de esta trattoria”, sigue y ofrece la pasta sarteneada sobre una fuente. Al centro le coloca una burrata (que es una especie de mozzarella italiana que él mismo prepara) que no llega a derretirse.

Girgolas, mortadela de cerdo, crema y los capelettis con la burrata que, desde las alturas, mira el espectáculo como si fuera una reina panzona salida del pincel de Botero. Es la pasta del día y, ahora, el paladar una verdadera fiesta calabresa. “El secreto de una buena pasta es hacerla en el día. El huevo tiene que ser de campo, no valen esos huevos chiquitos que aparecen ahora. Tampoco creo en los condimentos mágicos. Una buena pasta fresca es la gloria”.

El chef y una de las delicias de María Fedele

El chef y una de las delicias de María Fedele

Quizá la clave en María Fedele sea comer con tranquilidad porque, el menú del chef Ariel Paoletti, siempre tiene un paso más. Y ahora llegan los postres: tiramisú, pastiera napolitana, peras al vino tinto…

Es el final del recorrido y vale la pena seguir la ruta de Paoletti, dejarse sorprender por los caprichos de su menú, y adentrarse en su historia para entender su pasión: “La de la comida italiana. Si venís a María Fedele, te vas a sentir en Calabria, al menos por un par de horas”.

Bariloche a la Carta: Las Clases Magistrales llegan al Centro Cívico

Fuente: FEHGRA ~  Chefs de la talla de Felicitas Pizarro, Juliana López May, Maru Botana, China Muller y Paco Almeida inundarán de sabores y aromas el escenario BALC que se emplazará en el Centro Cívico de la ciudad, sumándose este espacio a la propuesta habitual en los salones de BEC. El ingreso es gratuito, sin inscripción previa.

El jueves 10 las clases se realizarán en BEC (España 410). Todo comenzará a las 15:00 con “De la ciencia a la mesa”, de la mano de los chefs Richard Oyarzun, Juan Izaguirre, Juan Gorbarán y Felix Aguilera, junto a productores e investigadores. A las 17:00, Germán Torres y Pablo Buzzo, brindarán una clase sobre “Masa madre y fermentaciones”; a las 18:00 llegará el turno de Sandro Fogel quien expondrá sobre “Rio Negro en tres pasos, del Atlántico a la cordillera”; y cerrará el día a las 19:00 Paco Almeida con una super clase denominada “Cocinando Cordero Argentino”.

El sábado 12, las clases se trasladarán al Centro Cívico. Entre la Feria BALC, Los Corderos BALC y los espectáculos para chicos a cargo de “Supersaludable”, habrá cuatro clases magistrales de primer nivel. La primera a las 16:30 será la de Paco Almeida; a continuación, Felicitas Pizarro cocinará a las 17:30; y luego a las 18:00 por primera vez llega a BALC la chef Juliana Lopez May quien junto a la China Muller cocinarán recetas sorpresas. La última clase magistral será a las 19:30 y estará a cargo de Maru Botana y la chef de El Casco Art Hotel, Ana Lucía Arias. A la noche el escenario BALC se transformará en un espacio único de música en vivo para acompañar a los fanáticos de la Feria y los trucks de comidas regionales.

Fechas para agendar

Durante la semana de duración de Bariloche a la Carta del 7 al 14 de octubre los visitantes pueden disfrutar de diferentes propuestas:

FERIA GASTRONÓMICA: Del 11 al 13 de octubre en el Centro Cívico. Lo mejor de la ruta gastronómica patagónica, los productos emblemáticos y la ruta del vino en 2500 mts2, frente a la mejor vista del Lago Nahuel Huapi.

CIRCUITO GASTRONÓMICO: Estará habilitado todos los días. Se puede descargar la tarjeta de beneficios BALC desde www.barilochealacarta.com o retirarla en los puntos de distribución durante esa semana.

CATAS Y DEGUSTACIONES: Durante todos los días habrá un total de 40 actividades gratuitas para degustar diversos vinos y productos. Como siempre habrá que inscribirse en www.barilochealacarta.com

CLASES MAGISTRALES: Jueves 10 en BEC y sábado 12 en el escenario BALC en el Centro Cívico, a cargo de cocineros de reconocida trayectoria, tanto locales como invitados.

ENCUENTROS BALC: Del martes 8 al domingo 13, se realizarán encuentros en diferentes cocinas de prestigiosos restaurantes y hoteles de la ciudad. Chefs de la ciudad recibirán como invitados a chefs que llegan especialmente a participar de BALC para cocinar juntos un menú especial para esa noche. Para asistir se realiza reserva previa en la web del evento.

EVENTO SOLIDARIO: Sábado 12 de octubre en el Centro Cívico, con el objetivo de fomentar el consumo de la carne de cordero y colaborar con instituciones de la región.

SUPERSALUDABLE: ¡Los más chicos también se divierten en BALC2019!. Desde el viernes 12 y hasta el domingo 13 en el Centro Cívico por la tarde estará el “laboratorio de alimentos”, un musical en vivo y ¡mucho más!. Además se harán actividades extras con distintos chicos de la ciudad a través de la Municipalidad y el Gobierno de Río Negro.

PROMOCIÓN EN HOTELES 3X2 durante la semana #BALC 2019

Todo el cronograma de actividades, beneficios y detalles de BALC2019 en: https://www.barilochealacarta.com/hoteles/

BALC es organizado por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche con el apoyo del CFI, Gobierno de la Provincia de Río Negro, EMPROTUR, Municipio de San Carlos de Bariloche, y el aporte de numerosas empresas privadas, sin las cuales no sería posible el desarrollo de un evento de esta envergadura.

Mendoza tiene una cocinera «de plata» en su semillero de chefs

Fuente: Mdz ~ Se trata de la estudiante del IGI, Cecilia Gómez, quien representó a la provincia en el concurso internacional «Sabores Cuyanos» y salió segunda gracias a su roll de cordero con ratatouille y volcán de papas. El primer puesto fue para Miriam Sanae Kurita, de Asunción del Paraguay.

Cecilia Gómez vive con su familia en Mendoza, tiene 32 años, cursa el primer año de la carrera de Profesional Gastronómico en IGI (Instituto Gastronómico Internacional) y ganó la medalla de plata en el certamen «Sabores Cuyanos» que tuvo lugar el fin de semana pasado en la provincia.

«Sabores Cuyanos» es un concurso internacional en el cual participan alumnos del IGI de todas partes del continente. En esta oportunidad se presentaron más de 130 competidores de las carreras de Cocina y Pastelería provenientes de Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia y el interior de Argentina.

La representante mendocina se hizo con el galardón de plata gracias a un plato de creación propia: roll de cordero con ratatouille y volcán -o moelleux– de papas crocante por fuera y cremoso por dentro, con corazón de queso de cabra, acompañado por el vino Finca Ambrosía de Trapiche Series 100% Malbec.

Los ganadores

1 Medalla de Oro

Miriam Sanae Kurita, de Asunción del Paraguay. El plato fue un rack de cordero marinado en especias, con salsa bechamel permuchada con echalotte y espumante; con tomaticán y ensalada fría de quinoa. Con Finca Ambrosía de Trapiche Series 100% Malbec.

2 Medalla de Plata

Cecilia Gómez, de Mendoza.

3 Medalla de Bronce

Santiago Elizalde, de Pocitos (Uruguay)

El jurado estuvo compuesto por especialistas en gastronomía y vinos y evaluó las creaciones que presentó cada competidor, además del maridaje propuesto. El mismo estuvo integrado por los periodistas locales Federico Lancia y Oscar Pinco, el chef Raúl Combina (Anna Bistró), el chef Lucas Bustos especializado en cocina para el vino (Espacio Trapiche) y la chef pastelera Isabel Vermal (de «el Gourmet»).

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