Llega «La Noche de la Pizza y la Empanada edición Primavera»

Fuente: @appyce ~La primavera se instala en las pizzerías el Martes 28 de septiembre con Descuentos del 50%, 40%, 30%, 20% entre otras muchas súper promos  

Vamos a celebrarlo en todas las pizzerías del país que se adhieran al evento con importantes descuentos en salón, vereda, mostrador, espacios abiertos y delivery dependiendo de la oferta de cada local.  

El protagonista vas a ser vos ! Tus amigos! Tu familia ! Vas a poder celebrarlo a lo grande ! Cumpliendo todas las normas de seguridad y protocolo que establece cada localidad. 

¡ Anda eligiendo a quién vas a invitar !    Esperamos mucho tiempo para celebrar.

Ahora contamos con libre circulación y 100% de aforo en interior de las pizzerías, y extendieron el horario de cierre.  ¿Te lo vas a perder? 

Organiza la Asociación de Propietarios de pizzerías y Casas de Empanadas de la República Argentina (APPYCE) junto a BA Capital Gastronómica.   Descubrí todas las promociones y descuentos a partir del sábado en  https://lanochedelapizzaylaempanada.com.ar    
Para adherir tu pizzería o casa de empanadas ingresá ya en https://alta.lanochedelapizzaylaempanada.com.ar/  

Dónde comer la mejor pizza napoletana de Buenos Aires

Fuente: Cronista ~ La gastronomía italiana ha sabido encontrarse con la escena porteña de una manera armónica y con opciones para todos los gustos. La pasta y la pizza se han vuelto increíblemente familiares para el paladar argentino y los clásicos de la comida italiana hoy forman parte de la gastronomía argentina como nunca antes.

Particularmente la pizza se ha vuelto un clásico porteño, y la napo es una de las más elegidas en todos los lugares. Sin embargo, algo que muchos no saben es que hay una diferencia entre la pizza napolitana y la napoletana: radica principalmente en la masa y en la forma de cocción.

La pizza napoletana se caracteriza por tener una masa bien fina pero con bordes altos, bien inflados y aireados llamados cornicione. En cuanto a los toppings, es característico de este estilo llevar queso con el agregado de rodajas de tomate y ajo por encima, pero cada restaurante puede darle su toque distintivo.

Estos son los cinco lugares en donde comer la mejor pizza napoletana de Buenos Aires.

FRANCISCA DEL FUEGO – Av. Infanta Isabel 110

Instagram: @franciscadelfuego

Horarios: martes a domingo de 19 a 23 horas

Francisca del Fuego es un bar-restaurant & pizzería ubicado en el ex Paseo de la Infanta, en el Parque 3 de Febrero, el más grande de la ciudad, en el cual se destacan las pizzas de masa madre al horno de barro y sus icónicas cervezas artesanales.

La carta a cargo del chef Agustín Lucero propone una diversidad de platos de impronta cosmopolita para poner en el centro de la mesa a modo de tapeo, con el foco siempre puesto en el producto, y la gran estrella del menú es siempre la pizza. Su cocina es orgánica, de mercado, y de autor.

Entre las opciones del menú, se destacan: la Fainá clásica y la Fainá especial, con tomate ahumado, stracciatella, oliva y eneldo; el Coliflor al horno de barro con tahine, oliva y limón, servido con raita y orégano fresco, el Kale crocante al horno a leña con boniato, remolacha, nabo braseado y castañas de cajú fritas; la clásica Margherita, con salsa de tomates biodinámicos infusionados con albahaca y ajo, muzzarella, parmesano, albahaca y oliva; la ‘No me Olvidé’, de muzzarella, parmesano, cebolla caramelizada, provoleta de cabra, ciboulette y oliva; y la Tana Picante con salsa de tomates biodinámicos infusionados con albahaca y ajo, muzzarella, parmesano, Nduja (embutido italiano de cerdo y peperoncino), oliva, tomillo y orégano fresco.

ATTE. PIZZA – El Salvador 6016

Instagram: @attepizza

Horarios: martes a jueves 19.30 a 23.30 horas, viernes a domingo de 12.30 a 18.00 horas y 19.30 a 23.30 horas

Atte. Pizza es una casa de pizza napoletana en el corazón de Palermo, Hollywood que está al mando de Ángeles Zeballos, socióloga y diseñadora, la hermana de Lucila (dueña de Birkin y Tora) y cuñada de Aldo Graziani (Tora, Aldo’s Restorán y Vinoteca y Aldo’s Wine Bistró, BeBop).

La emprendedora convocó al reconocido consultor internacional de pizzas (especialmente napolitanas) Anthony Falco y juntos trabajaron durante cuatro meses hasta definir la identidad de Atte. Falco es reconocido por haber creado Roberta’s, una pizzería emblemática de Nueva York.

Entre las pizzas más elegidas, se encuentran: la clásica Margherita, con salsa de tomate, mozzarella fior di latte, albahaca y parmesano; la Atte, con mozzarella fior di latte, gorgonzola, orgenao, parmigiano y provolone; la Pistacchio, con pesto de pistachio, mortadella, brie y mozzarella fior di latte; y la Girgola, con crema de ajo asado, mozzarella, ajo, girgolas y portobellos asados perejil y pimienta negra.

PIZZA PARADISO – Sucre 1302

Instagram: @pizzaparadisoar

Horarios: martes a domingo de 12.00 a 23.00 horas

Fundado por el reconocido chef Donato De Santis, Pizza Paradiso se ha convertido en uno de los mejores restaurantes italianos, específicamente de pizza, de Buenos Aires. Es una clásica pizzería italiana, con tintes modernos y una gastronomía de la mejor calidad posible, donde De Santis entrena personalmente a sus chefs. Una experiencia imperdible.

En cuanto a su pizza napoletana, la masa descansa en frío 24 horas y luego se cocina a leña a 450°, creando la masa más crocante, aireada y sabrosa de todas. Entre las más elegidas del local, que tiene innumerables opciones, se encuentra la clásica Margherita; la pizza Ortolana, con pomodoro, vegetales grillados, mozzarella y aceite de oliva; la Nostra, con mozzarella, rúcula y jamón crudo; y, de postre, la Pizza Dolce, con nutella, chocolate y pistachos.

SIAMO NEL FORNO – Costa Rica 5886

Instagram: @siamonelforno

Horarios: martes a domingo de 19.00 a 23.00 horas

La icónica pizzeria Siamo Nel Forno fue una de las pioneras en la pizzeria napoletana en la Argentina, cuya tradición trajo con certificado de la asociación de la vera pizza.

El dueño y pizzero italiano Néstor Gattorna propone la verdadera experiencia de la pizza italiana, con ingredientes de la más alta calidad, en su mayoría importados de Italia, frescos, y con una masa cuidadosamente trabajada.

En Siamo Nel Forno, no sólo hay pizzas clásicas, sino que pueden encontrarse hermosas combinaciones de sabores, donde las más elegidas por los clientes suelen ser: la Carrettiera, con friarielli, provola affumicata, cebolla, salsa, ricotta y peperoncino; la clásica Margherita; la Grand Cru, con mozzarella, rucola, pecorino romano y prosciutto di parma; y la Patate 2.0, con rodajas de papa, queso pecorino, panceta ahumada y ricotta di pecora.

SAN PAOLO – Uriarte 1616

Instagram: @sanpaolopizzeria

Horarios: todos los días de 12.30 a 14.30 y 19.30 a 22.30

Maurizio de Rosa nació en Nápoles, Italia. Descendiente de tres generaciones de panaderos, aprendió el oficio de pizzaiolo cuando era joven gracias a las enseñanzas de su querida tía Antonietta, que tenía su pizzería en el Barrio Español, en Nápoles.

Después de haber abierto De Rosa, Pierino, Celeste y Prova en New York, introduciendo la cultura de la cocina napolitana en Estados Unidos, decidió abrir Partenope en La Lucila. Y luego de tres años exitosos anunció la apertura de San Paolo en Palermo Soho.

En 2019, San Paolo se llevó el puesto número 23 en el ranking de «Mejor Pizzería de América Latina» por la guía 50 Top Pizza. También, se llevó el premio Travellers’ Choice que otorga la plataforma, donde tiene 4,5 «estrellas». Una de las pizzas recomendadas por los usuarios es la «burratona» que tiene jamón crudo y burrata en el medio.

Gigantes, blandas y finitas: la llegada a la Argentina de una famosa cadena de pizza estilo neoyorquino

Fuente: Infobae ~ La cadena de comidas rápidas norteamericana Sbarro anunció que de aquí hasta el año 2025 instalará 35 locales en la Argentina. El primero, sobre la Avenida Corrientes, entre Libertad y Talcahuano, se inaugurará el próximo miércoles y empleará a 45 personas, anunciaron la compañía y su socio local.

“La llegada al país de una de las cadenas internacionales más emblemáticas es un reflejo de la confianza de empresas extranjeras para generar trabajo y radicarse en el país”, dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien en la noche del viernes recibió a Rafael Pereira Aragón, director de Sbarro Argentina, quien presentó al funcionario el plan de inversiones.

Pereira Aragón encabeza el grupo local Desarrolladora Gastronómica, especializado en la compra y venta de fondos de comercio de gastronomía y hotelería, dos sectores profundamente afectados por la pandemia. Desarrolladora es dueña de la cadenas Kentucky y Dandy y de la tradicional pizzería Güerrin, además de algunos cafés históricos y tiene presencia en varios países sudamericanos.

Inversión por local

El directivo le explicó a Kulfas que cada local implica una inversión promedio de 15 millones de pesos. El plan es inaugurar el primero el próximo miércoles, 25 de agosto, y abrir otro antes de fin de año. El año próximo se abrirán 5 más, en 2023 otros 8, en 2024 10 y en 2025 10 más, completando así la suma de 35 locales en diversos puntos del país.

“La gastronomía es uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Somos plenamente conscientes de la situación y de las dificultades que atraviesa el sector gastronómico que de a poco se va poniendo de pie”, dijo Kulfas, quien resaltó el acompañamiento del Estado al sector con créditos y pago parcial de salarios.

“Hoy se suma esta gran noticia de la llegada al país de una de las cadenas internacionales más emblemáticas de pizzas como es Sbarro”, completó, según consigna un cable de la agencia Télam.

Por su parte, Pereira destacó que “hacía 14 años que no venía ninguna cadena norteamericana a instalarse en Argentina. Esta es la primera empresa que vuelve, y de mano de una empresa argentina, por eso realmente es un símbolo importante. Explotamos esta marca en EEUU, en la ciudad de Houston y la trajimos acá”.Ya hubo otros intentos de cadenas de pizzerías, como Pizza Hut y Domino’s, que no lograron consolidarse en el mercado local. Cuestión de gustos y de idas y vueltas de la economía

No es la primera vez

Sbarro había anunciado en diciembre de 2017 su desembarco en la Argentina, con el mismo socio estratégico, Desarrolladora Gastronómica. Entonces, hablaron de la apertura de 20 locales. Cuatro meses después la caída de la producción y del aporte de divisas de la agroindustria, a causa de una grave sequía, y el cierre abrupto del crédito externo, derivaron en una fuerte devaluación (y, más tarde, en el acuerdo con el FMI) que seguramente enfrió el ánimo de la cadena y su socio local.

En septiembre de 2020, cuando estaba a punto de terminar la etapa más dura de la cuarentena, Sbarro y Desarrolladora Gastronómica volvieron a anunciar la apertura del primer local. Sería en abril de 2021, en la misma locación en la que, desde hace varios meses, puede verse el cartel y logo de la cadena norteamericana, en Corrientes al 1200, entre Libertad y Talcahuano, que finalmente se inaugurará el miércoles próximo.

Sbarro nació en 1956 en Brooklyn, Nueva York, de la mano de Gennaro y Carmela Sbarro, una pareja de inmigrantes napolitanos cuyos hijos impulsaron la cadena en EEUU y en el mundo con el sistema de franquicias.

Se trata de locales de pizza, pasta y comidas al paso, como los “stromboli”, unos rollos rellenos con verdura, queso, salchicha, en diversas combinaciones. Un aspecto distintivo de la pizza de Sbarro es su tamaño, de diámetro más grande que la pizza típica de la Argentina, y por lo tanto de porciones mucho más grandes, de masa fina, pero poco crocante, de modo que se pueda doblar sin romper, para comer más cómodamente al paso, “estilo neoyorquino”.

Cuestión de gustos, que en experiencias pasadas no lograron superar cadenas como Pizza Hut y Domino’s, tambièn expuestas a una intensa competencia local. Sbarrro intentará ganar su espacio de la mano de un socio que conoce bien el mercado gastronómico argentino.

Abren la primera pizzería atendida en su totalidad por robots

Fuente: Misiones Online ~ París da la bienvenida a la primera pizzería atendida completamente por chefs de pizza robots.

Un nuevo tipo de chef está causando sensación en la escena gastronómica parisina en el barrio de Beaubourg de la capital francesa.

La nueva pizzería Pazzi es pionera en tecnología y única en su rubro, al contar con un personal completo de robots, que realiza todo el proceso de preparación del alimento sin intervención humana, desde la toma de pedidos hasta la elaboración de la masa y la colocación de las pizzas en cajas.

Pizza-making robot makes its debut in Paris | Euronews

«Se trata de un proceso muy rápido, con un perfecto control del tiempo, un control de calidad ya que tenemos la constancia que ofrece la robótica, y luego un ambiente que es bastante fresco y relajado», dijo el co-inventor del la pizzería Pazzi, Sébastien Roverso.

Los autómatas demoran apenas 45 segundos para preparar una pizza y producen cerca de 80 unidades por hora. Incluso ellos mismos se encargan de cortar las tradicionales porciones triangulares.

«La idea también es pasar unos minutos agradables observando al robot mientras esperas a que se haga tu alimento», dijo.

Incluso, las personas llegan hasta allí por el espectáculo que ofrecen los robots y que se quedan por la pizza. El show de los pizzeros mecánicos no termina en la cocción: colocan el manjar en cajas y otro robot las ubica en cubículos numerados para que el cliente pueda llevársela.

Pizza-making robot debuts in Paris - CGTN

El proyecto tomó ocho años de desarrollo, ya que el equipo ajustó minuciosamente su creación para garantizar que pudiera entregar de manera consistente la pizza de la más alta calidad de forma autónoma.

Lejos de sentirse amenazado por el paso de estas máquinas a su dominio, Thierry Graffagnino, chef consultor de la pizzería y triple campeón mundial de pizza, está entusiasmado con la nueva competencia mecánica. «Depende de todos hacer una buena pizza», dijo.

Pizza-making robot debuts in Paris - CGTN

Tendencias y curiosidades de un clásico que no pasa de moda

Fuente: Ámbito ~ El argentino es, además de fanático de la carne, apasionado por la pizza. Es uno de los productos más pedidos en delivery. El nuestro es el país que concentra mayor cantidad de fanáticos en el mundo, y como resultado hay más pizzerías que parrillas. Por esta razón, año a año abren nuevos locales con propuestas originales que logran reinventar la pizza y aggiornarla a las nuevas tendencias.

Plant based

Desde su apertura en marzo del 2020, Mudrá logra seducir a todo público con una fórmula que combina un innovador proyecto con lo más primitivo de la tierra. Las recetas son del chef norteamericano Matthew Kenney – referente mundial de la cocina plant-based. En su carta cuentan con una variada sección de pizzas de tamaño personal y todas ofrecen la opción sin TACC, con masa a base de harina de arroz y fécula de maíz con semillas de chía. La masa tiene aproximadamente un 60% de hidratación y son a base de harina de fuerza -para que no pierdan su forma durante su fermentación-, sal y muy poca levadura, casi nula, ya que las fermentan en cámara de frío durante 48 horas y se cocinan en horno a la piedra. Entre las más originales se puede disfrutar la Bianca con láminas de papa, romero y crema de ajo ($520); la de Trufa y Gírgolas con crema de trufas, gírgolas y kale ($920) y la Hawaiana con salsa pomodoro, mozzarella de cajú, ananá asado, shitake, hojas de cilantro y aceite de oliva ($560).

Av. Córdoba 3942, Villa Crespo y Paraguay 831, Retiro.

Impronta neoyorquina

Hell´s Pizza es una excéntrica pizzería que nació en el corazón de Palermo Soho en el 2017 y hoy cuenta con más de 15 sucursales en todo el país. Su propuesta está armada para teletransportar a los comensales al Soho Neoyorquino con una divertida puesta en escena característica de la ciudad que nunca duerme y pizzas XXL (de 45 cm de diámetro), que también ofrecen por porción. Utilizan toppings muy diferentes a los tradicionales como queso cheddar, pollo, bacon, pepperoni, jalapeños y más. Las recetas son del chef especializado en pizzas, Danilo Ferráz, que las realiza a partir de semolín, dando como resultado pizzas finitas y crocantes. Entre las favoritas se encuentran la Chick Norris con pollo desmechado, queso cheddar, cebolla morada y barbacoa ($250 slice/$1700 XXL); la Hell’s con jalapeños, mozzarella ahumada y salsa chipotle ($250 slice/$1700 XXL) y la nueva Burpizza con trozos de blend de carne, cebolla grillada, panceta, relish de pepino, queso cheddar y pategrás ($250 slice/$1700 XXL). Incluso ofrecen una pizza vegana de tamaño personal con hummus, palta y vegetales de estación ($450).

Humboldt 1654, Palermo.

Al aire libre

La cadena de bares y restaurantes Dandy adaptó sus sucursales en CABA y GBA para seguir recibiendo a sus comensales en los días fríos. Actualmente todos los locales cuentan con mesas en veredas y/o jardines de invierno con calefacción y estructuras de toldos y cerramientos que permiten la ventilación y a su vez el reparo. Con una carta renovada elaborada por su Chef Ejecutivo Francisco Tolosa, este espacio sostiene su premisa original de comida honesta y cuidada. Entre sus novedades destacan dos pizzas que son especialidades de la casa, mortadela con pistachos, queso feta y pesto de albahaca y nduja con provolone ahumado. Su propuesta también llega a los hogares a través del servicio de take away en sus locales Deli, Clásico y Grill.

Olga Cossettini al 700; Av. Libertador al 2000; Av. Del Libertador 2.400; Av. Libertador 14.800; Rogelio Yrurtia 6.006 y Fitz Roy al 2100.

De masa madre

En el boulevard Caseros de San Telmo, la propuesta de The Pizza OTL, resignifica la manera de consumir pizza sin resignar la parte más importante a la hora de comer: ingerir alimento real y saludable. Todas sus creaciones son realizadas con masa madre a partir de harinas orgánicas y son fermentadas de forma natural durante 72 h. Sus toppings son lo más interesante, ya que se asemejan a comer un plato gourmet pero sobre una delicada mezcla de harinas. Ofrecen pizza con crema de cebollas, tomillo, ajo y queso gruyere ($850); de burrata y pesto de alcauciles ($1250) y de prosciutto italiano y fior di latte ($1300), entre otras. También ofrecen una sección de Pizza Pop-Up donde se destacan diferentes opciones servidas sobre pizza bianca, como la que se sirve cubierta de pasta con cavatellis caseros con pesto de albahaca cremoso ($880); o la que lleva vitel toné ($980) o también la Caesar Salad Pizza con aderezo caesar, lechuga, parmesano y pollo asado ($810).

Av. Caseros 424, San Telmo.

En horno de barro

Gontran Cherrier, la boulangerie francesa del barrio de Palermo Soho ofrece pizzas cocidas en un horno estático traído de Francia con piedra refractaria a 240°C. Las opciones que ofrecen son: Blanc ($700) con bechamel, espinaca, tomates asados y queso brie, Bleue ($700) con bechamel, espinaca, tomates asados y queso brie , Margherita ($680) con mozzarella, boconccini, albahaca y tomates cherries y Reine ($680) con salsa de tomate, mozzarella, champignons y jamón cocido.

Malabia 1805, Palermo, CABA

Romana, en horno a leña

Cosi Mi Piace es la cantina italiana ubicada en Palermo que ofrece pizza romana, con característicos bordes y cuerpo delgado y crocante, que se cocina en un horno especial a leña. En cada una de sus creaciones, se utilizan ingredientes de calidad premium, obtenidos a través de productores italianos (en su gran mayoría) y otros nacionales. Entre la variedades que ofrecen se encuentran las pizzas “bianche” (sin salsa) como la Nero e Giallo con mozzarella fior de latte, morcilla, huevo poché, manzana verde y cebolla de verdeo ($610) o la de Humita una versión tradicionalista con humita, queso parmesano y ciboulette ($840). Por otra parte, las pizzas “rosse” (con salsa) están protagonizadas por la Tagliatelle con salsa de tomate, tagliatelle fresco de sémola, parmesano gratinado y albahaca ($840), la Fornarina con salsa de mozzarella fior de latte, girgolas horneadas y salchicha parrillera ($840) o la Diávola con salsa de tomate, mozzarella fior de latte, salame tipo longaniza napolitana picante y orégano fresco ($750).

El Salvador 4.618, Palermo Soho.

A la piedra

Blossom es la cadena de restaurantes que pisa fuerte en zona norte con sus locales en Olivos, Martínez y San Isidro. En su menú resaltan las pizzas a la piedra con sabores originales y con un fino grosor que al momento de llevar al horno de barro, con brasas que arden con madera de quebracho, les otorgan una distintiva textura crocante y un borde esponjoso. Entre sus opciones sobresalen la Katha con salsa de tomate, mozzarella, jamón crudo, rúcula fresca, tomates asados y reducción de aceto balsámico ($870), la Ahumada con salsa de tomate, mozzarella, vegetales ahumados al quebracho y mix de hongos ($860), y la Americana con salsa de tomate, pollo a la barbacoa, queso mozzarella, panceta crocante y cheddar ($870).

Edison 10 esquina Av. Santa Fe, Martínez / Olivos, Av. Maipú 2.501 / San Isidro, Av. Libertador 16.246, San Isidro (frente a la Catedral).

Saludables y deliciosas

Francisca es el restaurante ubicado en Arcos del Rosedal que ofrece un ambiente festivo y espacios al aire libre junto a una propuesta gastronómica destacada por sus opciones para compartir como tapas, platitos, y pizzas. Estas últimas son el “fuerte de la casa”, ya que son elaboradas al horno de barro, y tienen como factor distintivo su preparación a partir de masa madre para así obtener un producto más ligero, saludable y delicioso. Entre sus sabores destacan la No me Olvidé ($750) de muzzarella, parmesano, cebolla caramelizada, provoleta de cabra, ciboulette y oliva; la Desconocida Stracciatella ($750) con salsa de tomates biodinámicos infusionados con albahaca y ajo, stracciatella, castañas de cajú, albahaca y oliva; y la Tana Picante ($750) con salsa de tomates infusionados con albahaca y ajo, muzzarella, parmesano, Nduja (embutido italiano de cerdo y peperonchino), oliva, tomillo y orégano fresco. También, ofrecen opciones veganas, como la Roja Vegana ($650) con salsa de tomates biodinámicos infusionados con albahaca y ajo, rodajas de tomate cherry, aceitunas negras, alcaparras, babaganoush, albahaca y aceite de oliva.

Avenida Infanta Isabel 220, Arco 14.

A base de plantas e ingredientes orgánicos

Ubicado en el Boulevard Caseros de San Telmo, Hierbabuena ofrece una propuesta con recetas hechas a base de plantas e ingredientes orgánicos incentivando al consumo sustentable y saludable. Desde sus inicios trabajan con harinas limpias y vegetales orgánicos, sin conservantes artificiales ni aditivos y su menú es casi íntegramente vegano, vegetariano y libre de gluten, salvo algunas preparaciones que suman salmón y pollo orgánico. Su carta presenta la sección de “Main Course” con variedad de preparaciones donde resalta donde resalta la Pizza Black ($950), elaborada de carbón de coco, tomate italiano, muzzarella de cajú, rúcula pesto de kale, alcaucil crispy. pepperoni vegano y parmesano vegano.

Av. Caseros 454, San Telmo.

A la parrilla

De la mano del chef experto Danilo Ferraz, nace Mil y Pico, el nuevo “spot” gastronómico especializado en pizzas a la parrilla y empanadas inspiradas en cocinas del mundo. En una parrilla que arde con madera de quebracho se cocinan sus pizzas de masa fina y ligera. De los 14 sabores del menú, se destacan la Mil6 – Sorba el Tano (pomodoro italiano, mozzarella Fior Di Latte, nduja de Pietro, albahaca, pimientos y cebolla morada) a $900 la presentación grande, la Mil7 – Vegano del ´98 (hummus de zanahoria, vegetales de estación frescos, asados y encurtidos) a $820, la Mil11 – Fugazzeta confitada de cabra (mozzarella, queso de cabra cremoso, cebolla confitada y ají molido de cachi) a $900, la Mil13 – Espinaca (bianca, espinaca salteada con ajo y chili, panceta, cebolla morada y huevo de campo) a $820 y la Mil14 – Bosque (bianca, mix de hongos y aceite de trufas) a $1100, entre otras combinaciones.

Av. de Los Incas 5499, Parque Chas – Av. Dorrego 1194, Chacarita.

Auténtica pizza napoletana

Hace pocos meses abrió Mercado Soho, un nuevo mercado gastronómico que ofrece, dentro de sus 700 m2, nueve locales con diferentes cocinas del mundo. Entre estos se encuentra Crusta, creadores de pizza napoletana hecha con muy poca levadura, alta hidratación en el preparado de la masa y una fermentación prolongada con temperatura controlada por 30 hs. Como resultado logran una masa super aireada y alveolada, fácil de digerir y liviana. De su horno a leña salen pizzas como la Pizza Crusta ($750) con pomodoro italiano, corazón de burrata, prosciutto, rucula y cherry hidratado en hierbas, la Bologna ($700) con pomodoro, fiordilatte, mortadela con pistaccho y ricotta cremosa y la Pizza Pesto ($600) con fiordilatte, parmigiano y pesto.

Armenia 1744, Palermo.

Furor: creó una pizza de culto por la cantidad de queso y está a un paso de franquiciar el negocio

Fuente: iProfesional ~ Si no te gusta el queso, no podés entrar a la pizzería, peticiones para que se deje de vender el libro «¿Quién se ha llevado mi queso?» y pagos con likes son algunas de las insólitas campañas de Requeso, la pizzería con más queso de Uruguay que en menos de un año tiene pedidos de franquicias de toda América.

Requeso es una pizzería ubicada en Montevideo, Uruguay, cuya característica es ofrecer las pizzas con más cantidad de queso de la ciudad: sus clientes pueden pedir pizzas con hasta 1 kilo de queso. Pero la clave de su éxito no está en la calidad o el sabor de su producto sino en la inteligencia y audacia de Daniel, su fundador, para generar un mensaje que impacte. 

«A mí me encanta la exageración y me parece una excelente herramienta de comunicación», cuenta Daniel Vergara, fundador de Requeso.

«Siempre tuvimos claro que queríamos hacer un negocio de marketing. Queríamos crear una marca fuerte con un mensaje comunicacional potente y difícil de olvidar», reconoce Daniel.

Daniel Vergara y su mujer comenzaron amasando en su casa y cuando el negocio se convirtió en un boom abrieron un local a la calle y hoy no paran de vender y recibir propuestas de franquicias.

¿Cuál fue la clave para que su negocio sea exitoso en apenas unos meses? ¿Cuáles fueron los miedos y dificultades que tuvo que superar?

Crisis y reinvención

Daniel Vergara trabajó durante varios años como gerente de marketing de una cadena de cines en Venezuela, país donde nació. Hace 2 años, y luego de un breve paso por Buenos Aires, Daniel se instaló en Montevideo, Uruguay, para trabajar como gerente de marketing digital de Life Cinemas. A los 8 meses de su llegada, la actividad se frenó por la pandemia.

Esto provocó que los cines pasen períodos de 6 meses cerrados, con algunas aperturas intermitentes que nunca superaron el mes y con capacidad reducida de espectadores, generando una crisis que atraviesa el negocio del cine en todo el mundo.

«Hasta que el mundo no se recupere el cine no va a volver» reflexiona Daniel y agrega «por eso empecé a buscar una alternativa antes que la situación se complicara aún más». Con un hijo de menos de un año, su esposa y él decidieron abrir su propio negocio.

Buscar una oportunidad de negocio

Durante 6 meses analizaron el mercado para decidir qué vender y cómo crecer de forma rápida. «Primero decidimos que íbamos a ir por pizzas. Analizamos qué era lo más importante y cuáles los problemas que tiene la gente con la pizza, con qué están insatisfechos y de que se quejan», cuenta Daniel. De esta forma concluyeron que el queso es algo muy valorado por los consumidores de pizza.

También investigaron el mercado de las pizzerías para entender con qué competencia se iban a encontrar. «A pesar de ser un mercado muy grande también con mucha competencia detectamos que la gente pocas veces reconoce marcas y que las pizzerías compiten por precio, ubicación o calidad, pero el mensaje que comunican es genérico. Encontramos una oportunidad para comunicar un diferencial», afirma Daniel.

De allí surge la idea de tener las pizzas con más quesos del mercado y a partir de ahí crear una marca que logre impactar. «Siempre tuvimos claro que queríamos hacer un negocio de marketing. Queríamos crear una marca fuerte con un mensaje comunicacional potente y difícil de olvidar», reconoce Daniel.

Una estrategia efectiva

Comenzaron con un capital limitado por lo que tuvieron que pensar la mejor forma de hacerlo rendir a la hora de hacer publicidad. «Si yo quiero vender la mejor pizza, necesito mucha plata y hacer marketing todo el tiempo porque es el mismo mensaje que está haciendo todo el mundo. Con poca plata hay que tener un mensaje efectivo para lograr impactar a las pocas personas que alcance. El objetivo es lograr un porcentaje de éxito más probable» explica.

El fuerte de su producto es ser la pizza con más queso (500 gramos) y encontraron que era más efectivo ser directos a la hora de comunicarlo. «El marketing funciona cuando eres concreto. Cualquiera puede ser genérico y lo genérico es subjetivo. Quizás otras pizzerías le ponen medio kilo de queso, pero no lo están comunicando«, destaca Daniel.

«Hay una gran diferencia entre que la gente diga que compraría un producto a lanzar un producto y que efectivamente la gente lo compre», reconoce Daniel.

Junto con su esposa, Daniel hizo su propio estudio de mercado por redes sociales. Compraron el dominio pizzas.com.uy para centralizar su investigación desde un dominio neutro. Desde allí lanzaron concursos, competencias entre pizzerías y campañas dirigidas a obtener información que luego usarían a su favor.

En septiembre del 2020 decidieron lanzar, y a pesar de contar con todos los datos que habían recolectado, eligieron hacerlo desde su casa a modo de prueba, con la dinámica del Producto Mínimo Viable (MVP por sus siglas en inglés).

Armaron una página web en Shopify con 4 opciones de pizza todas con medio kilo de queso y usando fotos de gran calidad, tanto para el sitio como para sus redes sociales. Arrancaron en su departamento con una moto en la puerta del edificio lista para hacer las entregas. La primera noche para familia y amigos para probar el funcionamiento y luego con clientes.

«El viernes salimos con todo al mercado y vendimos 10 pizzas. Vimos que había gente comprando. Durante un mes esta modalidad casera. Terminamos vendiendo 30 pizzas por día«, recuerda.

Pronto sumaron un horno más grande hasta que tuvieron que alquilar una cocina en un restorán en formato dark kitchen, el cual es muy poco difundido en Montevideo. «Tuvimos que golpear muchas puertas hasta que alguien se animó a alquilarnos un espacio» cuenta Daniel, quien en ese momento se encargaba de hacer las pizzas mientras su esposa atendía los pedidos por la computadora y al teléfono, cargando a un bebe de menos de un año a la vez.

Al momento que se vieron superados por la demanda creciente y al haber superado los objetivos de ventas planteados al inicio, consideraron que la primera prueba había sido superada y estaban listos para abrir un local propio.

El local físicoEn principio buscaron un local para alquilar y cerraron las ventas de Requeso por un mes y medio para preparar las instalaciones.

Tener un negocio puramente virtual había sido una jugada arriesgada sumado a que habían decidido no trabajar dentro de las app de pedidos «la gente tiene un link en el cerebro de pedir comida directamente por PedidosYa. Luché contra eso llevando a la gente desde los anuncios a mi página web para que me hicieran pedidos directamente a mí sin intermediarios encargándome también del envío», destaca Daniel.

El cálculo que había hecho era que al sumar la venta física tendrían un aumento de entre un 20 o 30% de la facturación. Pero el resultado superó con creces esa estimación. «Con la misma inversión publicitaria y con el solo agregado de las fotos de la puerta del local junto con la creación de un perfil en Google My Business, en la primera semana se duplicaron las ventas online más allá de las ventas por mostrador» recuerda Daniel. La existencia de un local físico aumentó la confianza de quienes compraban incluso de forma virtual y por eso el incremento de ventas en esa modalidad. Las pizzas tienen tanto queso que la app PedidosYa no creía que las fotos fueran reales

Cuidado: exceso de queso adentro

«No es lo mismo decir que tenés mucho queso a decir que tenes medio kilo de queso. Y no es lo mismo decirlo o que sea lo único que digas. Si comunicás muchas cosas el mensaje se pierde. Yo digo queso, queso, queso, todos los días y en todos los canales, a nadie se le olvida, queda claro que no hay una pizza que tenga más queso», dice.

Daniel Vergara se reconoce como una persona exagerada, y utiliza eso para el marketing. Por eso la experiencia planteada en Requeso hace énfasis constantemente en la importancia del queso.

«Dentro de la caja de la pizza enviamos un frasco adicional de queso cheddar para agregar si no fue suficiente. La gaseosa viene con una muestra de queso para comer con la bebida. Los postres son de queso. El acompañamiento es faina de queso con queso. No hay nada que vendamos que no tenga queso. Hay un cartel en la puerta que dice que si no te gusta el queso no puedes pasar», explica.

Esta es una de las razones por la que todos los días reciben muchas menciones en las redes sociales de sus clientes aumentando aún más su visibilidad. Al darse cuenta de la importancia y el alcance que generaba el contenido orgánico en Facebook e Instragram, Daniel ideó una campaña para incentivarlo.

Cada usuario que compartiera contenido recibiría un peso de descuento para gastar en Requeso por cada like que recibiera su publicación. «Sacamos una cuenta de que alcance tienen las publicaciones cuando están relacionadas con marcas y cuánto nos valía lograr ese alcance con publicidad paga, y nos dimos cuenta que el valor estaba más que pagado cuando retribuimos con nuestras pizzas», sostiene.

Daniel usa internet y las redes sociales como el principal generador de clientes, constantemente está creando oportunidades y aprovechando los momentos para comunicar acerca de su negocio e impactar por este medio.

«Llegué a crear una petición en Change.org, que es una página internacional para hacer pedidos a los gobiernos, para pedirle al secretario de las Naciones Unidas que prohibiera el libro ‘¿Quién se ha llevado mi queso?´ de Spencer Johnson, por considerar una crueldad que se hable de quitarle a alguien algo tan sagrado como es el queso», cuenta.

A pesar de sólo haber conseguido 5 firmas, esta broma generó más de 2.000 visitas a la página donde se realizaba la campaña y le valió estar presente en los medios durante varias semanas.

Usar una experiencia negativa a tu favor

Otra prueba de la audacia de Daniel fue lograr sacar provecho de una situación que podría ser negativa. Ante la insistencia de la gente y con la intención de ampliar la clientela, Requeso se sumó a PedidosYa. A la hora de cargar los productos en la plataforma, tuvo el inconveniente de que sus fotos eran rechazadas por considerarlas un montaje. 

«PedidosYa no nos estaba creyendo la cantidad de queso de nuestras pizzas y por eso nos decían que eran fotos falsas. Hice una captura y lo subí a redes. Fue un éxito», agrega.

Luego de eso, como hace con todos sus clientes, la gente de PedidosYa se acercó al local a sacar sus propias fotos, y así, en su cuenta, no solo figura la etiqueta que indica que las fotos son reales sino que también se ganaron la certificación de ser la pizzería con más queso aprobado por la plataforma.

¿Son franquicia?

A pesar de estar hace muy poco en el mercado, Requeso está recibiendo muchos ofrecimientos para franquiciar su negocio. «Nos llegaron ofertas de Argentina, Chile, Perú y México, pero primero queremos afianzarnos en Uruguay antes de crecer hacia afuera» cuenta Daniel. Las franquicias son un segmento en crecimiento en Uruguay y actualmente la marca se encuentra ultimando detalles para abrir su primera franquicia en el país.

«Para aprender de nuestros clientes hacemos encuestas de satisfacción», explica Daniel. De esas encuestas descubrieron que había personas que al ver las pizzas consideraban que medio kilo era poco queso. Por esa razón, y con el objetivo de descargar la responsabilidad de la elección en el cliente, agregaron la opción de pizzas con 1 kilo de queso.

«Comenzó como una exageración a modo lúdico pero hoy en día el 2% de los clientes piden esa pizza», destaca. Una característica de Daniel es ir al todo o nada como símbolo de autenticidad y lo refleja en su estrategia de comunicación.

«A mí me encanta la exageración a nivel personal y me parece que es una buena herramienta para comunicar», confiesa.

Comunicar el diferencial

El caso de Requeso demuestra que para construir un buen negocio no alcanza con tener un buen producto sino que hay que lograr impactar desde la marca, desde acciones de comunicación o tener un diferencial que llame la atención y así evitar caer en la competencia por precio, donde todos se igualan.

Una vez que una marca impone un mensaje y una manera de comunicar, es más difícil que alguien logre copiarlo sin que haya una referencia clara a quien originó la idea. En esto Daniel Vergara logró que su marca quede identificada con algo tan importante para el mercado de las pizzerías como es el queso.

«Sin la estructura de comunicación que armamos alrededor de la marca no hubiéramos logrado vender nada. Podes hacer la mejor pizza del mundo pero si no tenes una comunicación que enganche vas a tardar muchos años en que la gente se entere y te va a salir muy caro», dice. 

Fainá. De “acompañante” de la pizza a plato porteño de culto

Fuente: La Nación ~ En las pizzerías tradicionales de la avenida Corrientes, en los clásicos salones de los barrios alejados del centro y, también, en el locales foodie de Chacarita y Palermo, trasciende su clásico rol y cobra vida propia

Ella, la que siempre acompaña a la muza; la finita, la de pura masa de garbanzos; la relegada a segundo plano, la barata: se ganó un lugar de privilegio en el paladar de los porteños, que “la aman” –decretan los pizzeros consultados en forma unánime-. En el norte de África, la llaman “calentita”, y es el plato nacional de Gibraltar. Fue traída a la Argentina por inmigrantes genoveses a fines del siglo XIX; es muy común comerla acompañando a la porción de pizza, en lo que se denomina pizza a caballo. Quien la adora conoce su receta: se muelen los garbanzos hasta lograr una harina muy fina, que se mezcla lentamente con agua caliente y sal. La fainá. De ella se trata.

Es el inicio del recorrido, un sábado a las 19.50, en la avenida Corrientes 1505: pizzería La Fainá, ante dos porciones de fainá clásica. Gustavo Denis, maestro pizzero, da instrucciones precisas: “Ni muy espesa para que no salga seca; ni muy líquida porque, si no, no se cocina. Siempre, a fuego alto”. La de El Palacio de la Pizza (Corrientes 751) –sindicada por el buscador Google entre las de mejor fainá porteña– se luce en el contexto de un local como detenido en el tiempo, con paredes símil madera, ventiladores y plantas artificiales.

Maestros pizzeros en el Palacio de la Pizza
Maestros pizzeros en el Palacio de la PizzaIgnacio Sanchez – LA NACION

“Empecé hace 28 años con los antiguos maestros, Fernández y López –cuenta Daniel Torres, pizzero del lugar–. Levantaba salsa de tomate, bolsas de harina; ayudaba al maestro. Aprendía a hacer bollos. Todo lo básico. Mi primera fainá fue en el ’97. Tenía 25, era un pibe. Mucho todavía no me interesaba; no pensé que sería un pizzero”. Lionel Rabago –cajero y parte del clan que mantiene activo a El Palacio desde 1956– dice que la baja en el consumo masivo nunca afectó a la fainá. “Por viernes, sacamos veinte moldes –revela–. Lo que equivale a unas 500 porciones de fainá. Por la harina de garbanzos, es más nutritiva que la pizza”. Coincide con él la nutricionista Alejandra Volpatti (@alevnutricion): “Es una proteína barata pero de excelente calidad, además de tener 11 gramos de fibra cada cien gramos, lo cual es un montón”.

El maestro Roque Santos Chaile –desde el año ’90 en La Fainá– apunta al secreto del éxito de las mejores porciones: el horno, a 300º o más. “Nunca se baja el horno –agrega–; va siempre a la misma temperatura. Cuando ves que está, ¡está!”. “Lo principal es el horno”, dicen también en la pizzería El Fortín, en el exacto límite entre los barrios de Monte Castro y Villa Luro. La sugerencia de venir hasta aquí fue dicha sotto voce por algunos empleados de los salones semi vacíos de las pizzerías de Av. Corrientes, como un acto de justicia inter pares. “La leña le da vida a la mercadería –dice Juan Carlos Gómez, encargado de El Fortín–. Esta fainá pasó por un calor seco de 500º, y tiene el sabor del quebracho, que la impregna y la hace más vistosa y llamativa. La leña hace que la masa se levante. Este horno no se apaga nunca, los 365 días del año; dos veces por semana llega el camión con la leña para alimentarlo”.

Recién sacada del horno en La Fainá
Recién sacada del horno en La FaináIgnacio Sanchez – LA NACION

En este histórico horno fundado en 1962, la temperatura no tiene por dónde escapar. La pala del pizzero tiene un cabo de tres metros. El fuego podría tocarle el pecho, pero no. Él sabe mantener distancia. Él: Damián o Facundo (turno noche). Él sabe hacer la masa; usa la levadura y la salmuera justas, todo a su tiempo. “Acá se espera a la pizza –sigue Juan Carlos-; la gente ha llegado a esperar más de dos horas por una mesa”. La fainá de El Fortín –es cierto- luce y sabe deslumbrantemente; es alta y densa; sazonada, de gusto intenso; calentita, con el borde definido; tres texturas: piso, medio y cobertura; espolvoreada y aceitosa, es un manjar saciador. Un buen sábado, en El Fortín, se venden 100 moldes con 15 porciones de fainá en cada uno; 1500 porciones en un día: 105 mil pesos facturados solo de fainá. “Han venido clientes a llevarse dos moldes enteros”, concluye el encargado.

Pocas cosas más ligadas al corazón del rockero y el blusero porteños como la fainá, fainatilla, farinata –o como la gusten llamar–. Cita a la banda Memphis el periodista y crítico Roque Casciero: “En La Universal/ fin de la noche/ moscato, pizza y fainá… Moscato y pizza…”. Eso dice el tema de Memphis, la blusera, banda del extinto Adrián Otero. La fainá, entonces, está en el núcleo de un imaginario rockero aun vigente: “Era la vuelta al barrio en el fin de la noche –sigue Casciero–. En La Universal, de Floresta, que cerró hace unos años. Era volver derrotado después de una noche en la que no la rompiste. Era la anticipación del rock barrial”.

Víctor corta porciones de fainá en la pizzería El Fortín
Víctor corta porciones de fainá en la pizzería El FortínPATRICIO PIDAL/AFV – LA NACION

Durante los últimos años, virtudes no exaltadas antes en los bulliciosos antros del centro, la hicieron reinar en los sucuchitos foodie de Chacarita y Palermo. Mariano Ramón, chef del sofisticado restaurante Gran Dabbang, cuenta que “la fainá es uno de los primeros platos que hubo en el restaurante. La cocinamos a fuego muy bajo; entonces, queda muy cremosa. Cuando se enfría –sigue–, la porcionamos; y al armar el plato, la doramos hasta que queda con una capa bien crocante. Es un plato de otoño, cuando llega la granada (que la acompaña en la ensalada)”.

Julieta Osorio, de La Alacena, la presenta como “farinatta, como en la Liguria, con un poco de cipolla encima, en el brunch. En unos rectángulos largos, bien doradita, no tan alta como la que solemos comer en la pizzería”. La fainatilla de Belén Goitía surgió cuando esta bióloga de Balvanera se deleitaba ante la fainá versionada por el bar vegano Donnet (de Chacarita), y hoy agasaja a grupos de no más de 10 amigos, que se la reclaman como su must. “La receta es muy sencilla; la verdad es que es una simple fainá rellena pero mi secreto es no usar harina de garbanzos, sino licuar garbanzos crudos y remojados, lo cual mejora tanto la textura como el sabor”. Para Mariano Ramón, “la fainá es uno de los platos más porteños que existen. No hay que explicarla. Te puede llegar a no gustar, e igualmente pedís fainá. Y los cocineros estamos tratando de hacer versiones que nos representen. Está inscripta en lo más profundo de nuestra cultura gastronómica. Ya uno ni lo piensa y pide: ‘¡Fainá!”.

Las pizzerías apuestan por promociones y delivery

Fuente: Crónica ~ La situación comercial de las pizzerías en la ciudad de Buenos Aires sigue siendo muy compleja: recuperaron la habilitación para trabajar en el marco de la pandemia del coronavirus, pero se percibe la pérdida del poder adquisitivo de los clientes, quienes consumen lo justo y necesario para darse el gusto del clásico porteño. 

Algunos negocios optaron por cambiar el menú con productos más accesibles e incorporar nuevas ofertas para subsistir, también impulsaron acuerdos con las plataformas de delivery. La zona más complicada es la de microcentro, donde solía haber muchos turistas.

La mayoría subsiste gracias al delivery. (Fernando Pérez Ré)

«Crónica» realizó un relevamiento por algunas pizzerías y constató que en el sector plantean que existe entre el 30% y el 40% de caída en las ventas en comparación con lo que se trabajaba antes de la pandemia. Además, se pudo corroborar que los compradores suelen acudir a las promociones y la mayoría pide la típica y más accesible de muzzarella.

«Aunque se note cierta recuperación, todavía estamos muy lejos de trabajar como lo hicimos en 2019», señaló a este medio la presidenta de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (Appyce), Lorena Fernández, quien detalló que «no es lo mismo hablar de las que están ubicadas en los barrios, que repuntaron un poco más rápido, que las que están en el centro, microcentro, macrocentro, San Telmo, Puerto Madero, Avenida de Mayo y avenida Corrientes, las cuales permanecen en un estado crítico, porque dependen casi exclusivamente del turismo, de las oficinas y de los espectáculos, que no están funcionando al 100%».

Los hornos volvieron a funcionar después del parate por la cuarentena. (Pablo Villán)

Consultada sobre la recuperación del sector, la referente explicó que: «se hace muy difícil por todo lo que se vivió durante la cuarentena, y no sólo hablamos de una recuperación financiera, sino también de una recuperación psicológica. Esto no sólo afecta a los empresarios y dueños de pizzerías, también perjudica a los empleados y clientes por la incertidumbre del no saber qué va a pasar en un futuro», y agregó: «En la actualidad, la gente pregunta por ofertas, por promociones, y apunta a los productos más económicos».

Acuerdo

La presidenta de Appyce destacó que «cerramos un acuerdo con una aplicación de delivery con un tope de comisión, porque eso nos jugaba muy en contra para sacar un rendimiento a la hora de hacer los números finales». De esta manera, los comercios asociados a la entidad pagarán como tope un 18%.

El desafío

Eduardo Medina, encargado de una de las sucursales de la pizzería Los Inmortales, sostuvo en diálogo con este medio que «la crisis aún continúa y no ha pasado, porque nosotros estamos en microcentro, no tenemos turismo ni gente que viva. Tampoco hay oficinas funcionando, y eso nos desfavorece».

La falta de espectáculos teatrales y la posibilidad del empleo virtual afectó a los negocios allí ubicados. Sin embargo, en los últimos tiempos se les ha sumado un problema más: «A veces cuesta que los clientes usen adecuadamente el barbijo o que tomen las medidas de prevención necesarias. Eso hace que otros clientes más cuidadosos se molesten y se retiren del local», explicó Medina, acongojado por la situación. En tanto, resaltó que «ahora muchos llevan la pizza más barata» y que «otra gran cantidad prefiere las promociones, como por ejemplo la pizza individual, de cuatro porciones, con postre y bebida, a $530«.

Por su parte, el maestro pizzero Gastón Tello, dueño de la pizzería Fratelli, situada en el barrio porteño de Almagro, se tuvo que reinventar y crear nuevos sabores para mejorar las ventas. «Durante el aislamiento empezamos a hacer unas pizzas novedosas, con asado, con pollo a la mostaza o al verdeo. Gustó mucho y repuntamos», dijo, aunque aclaró que con el delivery y el retiro de la comida por el local, más conocido como «take away», les está yendo bien porque posee 25 años en el barrio y ya armó su clientela.

Comer afuera

Según el analista económico y director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, «el salir a comer afuera cayó en términos interanuales, pero en términos intermensuales se está mejor que hace seis meses atrás».

«Después de la cuarentena estricta, la actividad en los centros gastronómicos barriales tuvo un reflote. En su momento se cocinó más en casa y eso afectó al sector. Y si bien, parte de esa tendencia quedó, el cenar afuera volvió a crecer, aunque no en todos los sectores», continuó el especialista y concluyó: «En las zonas céntricas se vive una situación crítica. Allí las caídas interanuales son de más del 50%«.

Ante la casi nula circulación de clientes, muchos negocios de pizzerías y casas de empanadas del centro optaron por crear promociones y sostener unos precios razonables. Sobre la avenida Corrientes, una pizza muzzarella ronda los $860, una especial de jamón y morrones los $1.000, y las que tienen una materia prima un poco más cara, como por ejemplo jamón crudo, pepperoni o roquefort, oscilan en $1.100.

Aunque los números suenen fuertes, el salir a comer una pizza entre dos sigue siendo una opción económica en comparación con ir a almorzar a un restaurante típico de Buenos Aires donde se puede terminar gastando $2.000 por persona, un precio sumamente elevado si se tiene en cuenta el salario mínimo vital y móvil, que hoy apenas supera los $20.000.

Expertos en pizza neoyorquina se cortaron solos y se instalaron en el centro

Fuente: PuntoBiz ~ Aunque si bien el fenómeno no logra empardar al vivido con las cervecerías hace unos años, el negocio de la pizza con todos los formatos que acarrea, se mantiene en auge incluso en tiempos de pandemia donde la gastronomía en general está golpeada. En esa línea, Juan Manuel Pepe y Claudio Soria se juntaron para emprender juntos y fundar, en la esquina de Italia y San Juan, Americana Pizza and Subs.

Con mobiliario y música de los 80 y 90, la propuesta tiene apenas una semana e hizo ruido en la apertura ya que invitaron a los vecinos a probar las porciones gratis. “Teníamos que llegar de una manera particular y se nos  ocurrió darle media pizza a todo el que pasaba por el local”, indicó Juan Manuel, en contacto con Punto biz. El empresario de 39 años vivió siete años en Maui, Hawaii, y allí estuvo a cargo de la cocina en una pizzería, donde aprendió el oficio.

A su regreso a la Argentina, trabajó en Lemmy’s, marca ya con cierto recorrido en Rosario. “Tres años estuve en Lemmy’s y la relación quedó muy bien. Somos muy amigos con quienes llevan adelante el negocio y de hecho ellos me alentaron a fundar Americana”, repasa Pepe.

Si de describir la pizza se trata, hay que hacer lugar en el estómago. “Son pizzas grandes, con una comen tres, por eso es que vendemos por porción también ya que apuntamos a que el cliente pase, pruebe dos o tres sabores, se sirva solo su bebida y disfrute de una ambientación muy americana”, describió el emprendedor.

La nueva apuesta en el local vidriado de Italia y San Juan además sumará en las próximas semanas los subs, sandwiches tipo filadelfia, otro de los características variantes de la cocina al paso norteamericana “Un pan tipo baguette de 20 pulgadas que puede comprarse entero o la mitad y varias opciones de relleno, pollo, carne o albóndiga”, contó Pepe.

Amaricana es el resultado de 6 meses de búsqueda del local adecuado. “Tiene dos niveles. Arriba todos los días preparamos la masa de la pizza que se va a ofrecer al cliente en la misma jornada y abajo en las paredes y las mesas del salón al público también está puesta nuestra mano. Nos ocupamos de montar las mesas y las sillas”, mencionó.

La chance de probar una porción de Americana está disponible tanto al mediodía como a la noche.

La pizza cumple años y siempre hay motivos para festejar

Fuente: Perfil ~ Si hay un plato absolutamente democrático entre los argentinos, ése es la pizza. Atraviesa todas las edades, vínculos y clases sociales. Por diversas razones superó incluso al asado, la milanesa con papas fritas y el bife al caballo. Hoy es su “cumpleaños”. 

El 9 de febrero es el día que Estados Unidos eligió para conmemorar la pizza, una costumbre que año tras año se fue propagando en todas las comunidades hispanoparlantes de América. 

Y si bien para algunos argentinos habría que correr esa celebración hasta el 10 de julio, que nunca nos falten motivos para festejar; y agreguemos también a nuestro calendario gastronómico el 22 de septiembre, el día de la pizza y las empanadas en todo el territorio nacional. 

Con una inmensa población nacional cuyo árbol genealógico nos lleva hasta el Mediterráneo, era un imperativo del destino que nuestras raíces gastronómicas nos condujeran a Nápoles, la cuna de la pizza moderna, tal como hoy se la conoce. 

Todavía hoy, en la ciudad italiana, funciona el local que se considera la primera pizzería del mundo. Se llama Port’Alba y cuando abrió sus puertas en 1738, vendía pizza al paso. Le llevó un siglo alcanzar la categoría de restaurante y sumar mesas y sillas para los comensales. 

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Pizza, orgullo de los humildes

Es que la pizza nunca fue un plato de ricos sino el orgullo de los pobres. Como la paella en Valencia, la pizza napolitana nació en los arrabales y debía llevar hasta la mesa de los humildes, mañana, tarde y noche, lo que se tenía: un pan plano (focaccia) hecho con levadura al que se lo adornabacon aceite de oliva, orégano y perejil; un manjar que por siglos ya había sostenido a los aurigas y legionarios romanos. Y si se conseguían, bienvenidos un poco de anchoas y tocino.

Como la paella valenciana, la pizza fue el plato sencillo que se preparaba con lo que había en casa

La granja permitía que los napolitanos elaboraran algún queso –al principio fue de búfala– que un buen día también vistió ese delicioso pan especiado. 
El colorido del tomate se lo debieron a la conquista española de América, que traía galeones repletos del oro morado del Nuevo Continente, que igual que la papa, el maíz y el chocolate, ellos mismos dispersaron por Europa. 

El francés Alexandre Dumas, padre de D’Artagnan, ambientó en Nápoles su novela Le corricolo (1843), y dio a la pizza el lugar de manjar de los dioses admirado por los cortesanos.

Tan popular llegó a ser la pizza napolitana por entonces que se convirtió en una atracción digna de aventurarse en los barrios más pobres para saborear la especialidad local. 

Se dice incluso que el tomate renació transformado en salsa el día en que los napolitanos fueron por más para competir con los spaghettis, una nueva versión sabrosísima de la pasta de siempre pero ahora con suculento baño rojo.

La pizza “marinara” –con tomate triturado- llegó a ser una de las dos singularidades gastronómicas de Nápoles. La otra era la pizza Margherita, que toma su nombre, nada más ni nada menos, que de la reina Margherita Teresa de Saboya. 

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La pizza cien por ciento napolitana sólo acepta dos gustos: marinara -que no tiene que ver con el pescado- y Margherita, con sangre azul


Según se encargó de difundir el maestro pizzero Raffaele Esposito, de la casa Pietro e basta cosí, (en el local de la actual Pizzeria Brandi, sobre Salita Sant’Anna di Palazzo), el día de 1889 en que los visitó el rey Umberto I y su esposa, María Teresa de Saboya, inventó tres gustos diferentes de pizzas para congraciarse con los monarcas. La que hoy se llama “Margherita» en honor de esa visita real fue la preferida de la reina, porque la albahaca, la mozzarela y los tomates le recordaban los colores de la bandera italiana

Una anécdota que convalidan los puristas de la competencia, en la pizzería Da Michele, fundada por Michele Condurro en 1870, el “filósofo de la pizza napolitana humilde y auténtica”, aún en funcionamiento (Via Cesare Sersale, 1). Sus herederos siguen sosteniendo que “si de Nápoles se trata, sólo hay dos pizzas «verdaderas»: la marinara y la Margherita”. 

Fugazza y fugazzeta, made in Argentina

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Argentina también tiene su página en los anales de la pizza internacional. La trajeron, claro, los inmigrantes y se sabe que en 1882, el genovés Nicola Vaccarezza cocinaba en su horno porteño una fainá de harina de garbanzos, como la que se comía en sus pagos, una variante que prendió fuerte en el gusto nacional, tan típica como el queso rallado en las pastas.

Sin embargo fue otro genovés, Agustín Banchero, el que le dio sello propio a la versión albiceleste de la pizza, cuando inventó la fugazza – y la fugazzeta, que combinaban la focaccia de siempre con cebolla y/o queso, respectivamente, logró que su panadería Riachuelo, sobre Olavarría e Irala, pasara a la historia. En 1932, la familia ya tenía pizzería propia en la esquina de Almirante Brown y Suárez y dos años más tarde la asociación cultural República de La Boca lo condecoraba como “el emperador de la Fugazza con queso”.

Ya desde entonces, con un único local sobre la Avenida Corrientes 1368, otro compatriota, Franco Malvezzi, salió al ruedo con Güerrín, que se especializó en lo que se llamaría pizza “al molde”, menos crocante, pero con masa más gruesa), a la que luego sumarían la salomónica media masa (menos alta). En sus mejores días, durante la semana, vende mil pizzas por día y, sábado y domingo, 1.500 unidades. fue declarado “sitio de interés cultural” y ya superó el centenar de variedades. 

Con jamón, morrones, palmitos, rúcula o ananá; en versiones vegetarianas o con novedoso queso de almendras; incluso más audaces como la meridional “calabresa”, pasión de hoy y de siempre, la pizza reserva en Argentina un altar a la universal “mozzarella” y un culto especial a la «napolitana», con tomate en rodajas, orégano y ajo a elección.

Devoción, excusa o mandato genético, la pizza es tal vez –como el alguna vez accesible asado– el único plato argentino convocante, transversal y superador de grietas. En versión hipercalórica o reducida en calorías, apta para carnívoros, vegetarianos o incluso celíacos, que nunca falte al menos una pizza y un brindis en cada mesa familiar.