La historia del creador de las hamburguesas que saltaron de Boedo al mundo

Fuente: A24 ~ Daniel Cocchia, fundador de La Birra Bar, reveló cuáles son los secretos para alcanzar el éxito, en base a sucesivos contratiempos y obstáculos que tuvo en el camino.

Sí señores. La mejor hamburguesa de Estados Unidos es Argentina. La principal creación de Daniel Cocchia, fundador de La Birra Bar, recibió ese premio en el South Beach Wine and Food Festival 2022.

Se trata del evento anual organizado por The Food Network, en la ciudad de Miami, Florida.

El producto recibió la mayor calificación entre las 65 mil personas que concurrieron a la cita que se realiza desde hace más de 20 años.

Allí se presentan en su mayoría hamburgueserías estadounidenses, que suelen llevarse el galardón principal del concurso llamado Burger Bush.

Hacer la diferencia

La historia de este emprendedor argentino comenzó hace tres décadas en CABA, en el seno de su familia. Y el camino recorrido es sinónimo de términos como calidad, resiliencia, voluntad y experiencia.

En una entrevista con Gonzalo Otalora, Cocchia reveló cuáles son los secretos para alcanzar el éxito, en base a sucesivos contratiempos y obstáculos del camino.

«La historia comenzó en 1992, cuando mis padres abrieron una rotisería en el barrio de Boedo. De chico me di cuenta de que me gustaba todo el tema de la cocina. Esa fue mi escuela en lo que tiene que ver con la gastronomía», afirmó el empresario gastronómico.

«En octubre del 2001 se dio la posibilidad de alquilar el negocio de al lado, que siempre fue mi sueño, y fue así que comenzó La Birra Bar», resaltó.

«En el primer local le dábamos de comer a la gente que trabajaba en la zona. Los primeros meses fueron muy duros y había una incertidumbre total. Unos meses después (Fernando) De la Rúa se fue del Gobierno», graficó.

Cocchia proviene de una familia de gastronómicos que atravesó varias crisis. Su padre tiene una rotisería en San Juan y Avenida La Plata desde 1992.

En 2001, se creó el emprendimiento llamado La Birra Bar. Y en 2014 idearon la hamburguesa que luego se convirtió en un éxito.

El plan de abrir un local en Miami surgió por un viaje que la familia hizo a Estados Unidos en 2018. Tres años después lo hicieron realidad.

Actualmente tiene 13 locales entre CABA y GBA. Pronto sumarán cinco locales en Madrid y uno más en Portugal.

«En 2001 invitábamos a amigos para que se quedaran en el local la mayor cantidad de tiempo posible, y que no parezca que estaba vacío. Era muy difícil vender algo. La cosa estaba muy complicada», recordó Cocchia.

«Al principio no había hamburguesas gourmet como hoy las concebimos. El plato del día eran unas albóndigas italianas aplastadas sobre un pan», ilustró el emprendedor.

«Todo cambió cuando nos empezamos a interesar por el café de especialidad, que no era una moda en CABA. Con mi esposa hicimos un curso y nos transformamos en baristas», resaltó.

Y subrayó: «A través del café de especialidad notamos que había muy buen público en el almuerzo pero también en el desayuno y la merienda. Reeducar el paladar de nuestros clientes nos permitió tener un colchón muy grande de público y nos dio más soltura para ir hacia adelante de acuerdo a las ideas de futuro».

Innovación y empuje

Con una década de aprendizaje en el lomo, Cocchia descubrió otro camino alentador en el mundo de la gastronomía.

«En 2012 se me metió en la cabeza la idea de las hamburguesas porque me pareció que era algo sencillo de hacer. Lo hice y el resultado fue pésimo. De ahí empezó el capricho de lograr hacer lo que quería», rememoró.

«Un día me cansé de hablar con panaderos y empecé a experimentar con la masa. Cuando los clientes nos empezaron decir que les gustaba ese pan nos movimos a desarrollar el resto del producto. Allí se empezó a generar un mundo de influencers sobre nuestra hamburguesa», reflejó.

«El recorrido que tuve hizo que fuera relacionista público, tener que pagar sueldos, me exigió cocinar y atender a los clientes, y tratar con proveedores. Pasé por todos los puestos de la empresa», admitió el creador de La Birra Bar.

El apoyo de la familia

Sobre las barreras que le puso el destino en todos estos años, el empresario puntualizó: «El peor momento fue cuando la persona que nos alquilaba el local decidió venderlo. Eso nos obligó a comprar el local gastando todo lo que teníamos, que era una propiedad».

«La mentalidad siempre fue positiva y nunca pensamos que este proyecto nos podía salir mal, pese a que tenía chicos chiquitos en ese momento. La remamos y salimos adelante», celebró.

«Fue satisfactorio ver como la gente empezó a hablar de nuestro producto. Las personas se movían de otros puntos de Buenos Aires para probar nuestro producto ‘perfecto'», expresó el entrevistado.

En ese sentido, sentenció: «Siempre tuve claro que la meta era tener el mejor producto. Cuando sentí que lo tenía, vi como se precipitó el negocio cuando explotó la birra».

«En ese tiempo surgió el término de ‘Templo’ para nuestra hamburguesería, porque la gente peregrinaba para visitarnos y esperaba tres horas para consumir el producto. Fue así que decidimos tener otro local para poder abrir de noche», contó Cocchia.

«La base de nuestro proyecto fue la familia, 100 por ciento. Todo lo producimos nosotros y eso es fundamental, Hay que rodearse de las personas adecuadas en el momento correcto», aseveró el emprendedor.

«La perseverancia nos llevó a seguir adelante con el centro del negocio, que es nuestro producto. Los clientes nos agradecen por la pasión que le ponemos», concluyó.

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