Verónica Zumalacárregui suma sabores argentinos a «Me voy a comer el mundo»

Fuente: Telam ~ La periodista española está en el país grabando la tercera temporada de su programa, que en la Argentina puede verse a través de la señal de cable El Gourmet y explora diversas culturas a través de la gastronomía.

La periodista española Verónica Zumalacárregui está grabando la tercera temporada de su ciclo «Me voy a comer el mundo» (El Gourmet) visitando por primera vez Buenos Aires donde ratica su teoría acerca de que «la gastronomía es la excusa perfecta para conocer la cultura de un país y a sus habitantes».

«Lo que siempre me interesó como viajera, más allá de ver monumentos, era ver cómo vivía la gente y la gastronomía habilita a que las personas te abran las puertas de sus casas y de sus vidas», arma Zumalacárregui durante una entrevista con Télam en la que se siente feliz por haber traspolado esa intención al programa.

Con esa satisfacción, la simpatiquísima y atractiva conductora señala que en «Me voy a comer el mundo», «pude retratar esta forma mía de viajar de una manera muy real y muy pura».

El programa que en la Argentina puede verse a través de la señal de cable El Gourmet explora diversas culturas a través de la gastronomía y aunque los destinos puedan ser exóticos o en ellos se hablen lenguas diversas, busca a personas locales que hablen en español para así generar un vínculo más cercano con el televidente.

Al repasar el tránsito del espacio, Verónica comenta que «en la primera tanda de 22 capítulos apuntamos a las grandes capitales del mundo, la segunda, de 10, fue para viajeros más ávidos como Jamaica y el Amazonas peruano y para la próxima ya grabamos Irlanda, Santiago de Chile y Buenos Aires y seguramente volveremos a Asia».

«La llegada a Buenos Aires estuvo demorada y fue muy esperada. Teníamos muchas ganas de venir y fue condición para la tercera temporada del programa», asegura su hacedora.

En la capital argentina la cronista nacida en 1988 que vivió en España, Francia e Irlanda y habla inglés y francés, está desde el sábado último y prueba tradiciones locales en materia de pizza, asado, empanadas, mate y milanesas.

Y más allá del tour de sabores, conesa que «la acogida no podía ser mejor. Estoy alucinada con el volumen de gente que me para por la calle y conoce el programa».

Desde esa misma sensación afectiva, Zumalacárregui destaca «que en la Argentina es donde tengo más seguidores en mis redes pero estoy fascinada con lo educados que son los argentinos a la hora de aproximarse de manera cero invasiva y muy cálida y muy hospitalaria».

Télam: ¿A qué atribuye ese vínculo con los televidentes?

Verónica Zumalacárregui: Hay muchos programas de gastronomía y viajes, pero nosotros lo retratamos de forma muy genuina porque nos relacionamos con personas locales que no solamente nos llevan a mercados y restaurantes sino que nos abren las heladeras de sus casas y muestran qué cocinan.

T: ¿»Me voy a comer el mundo» es también un alegato en favor de la comida real en medio de una industria alimentaria que apuesta por los ultraprocesados?

VZ: Nos interesa mostrar cómo se alimentan las personas a partir de los productos típicos de cada país y de qué manera la comida funciona como un lugar de unión y encuentro.

T: ¿Qué llamó más su atención de la gastronomía porteña?

VZ: He probado la pizza argentina que es súper diferente y lo que me resultó curioso fue lo de la fainá, ya que aunque puede resultar un poco grotesca comerla unida con la pizza que tiene una masa súper gordita y una cantidad de muzzarella increíble, vaya qué pega. Pero como soy una «cookie monster» por las mañanas disfruto muchísimo de las medialunas, los vigilantes y los alfajores.

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