Helados exóticos. Con su propuesta conquistó a los vecinos de Palermo Hollywood

Fuente: La Nación ~ Yamila Nadid Guzman inauguró Alchemy, la primera heladería de sabores exóticos, café de especialidad y coctelería en Palermo. En tres años no solo recuperó la inversión de 300 mil dólares que le llevó abrir el local sino que diversificó su oferta a productos veganos y lanzó una exitosa estrategia para sortear el parate del negocio durante la cuarentena por coronavirus.

Aunque estudió licenciatura en administración de empresas, Yamila Guzmán, de 29 años, dejó la carrera porque lo que realmente quería era tener su propio negocio. Hacía tiempo le rondaba la idea de poner una heladería, contaba con ayuda familiar, principalmente de su mamá como futura socia, sabiendo que tenía vía libre para arrancar con el proyecto desde cero y hacerlo a su manera.

Quería abrir una heladería, pero con una propuesta diferente, bastante jugada: elaborar gustos exóticos, como helado de palta, de remolacha, de roquefort. Si eso ya era apostar fuerte, mucho más lo fue pensar en hallar la fórmula de un producto que desafiaba todas las leyes de la física y la química. Mezclar helados con cócteles y lograr una textura y un sabor que resultara agradable. El alcohol no se congela fácilmente y encontrar la fórmula exacta para convertir tragos en helados fue todo un trabajo de prueba y error.

Para hacer realidad el sueño de abrir Alchemy, Yamila se capacitó en la especialidad, hizo cursos de maestro heladero para aprender a balancear recetas y lanzarse a la práctica.

Ubicada en Palermo Hollywood, Alchemy es una heladería exótica y un concepto integral que arranca en la decoración del lugar. Ya desde la puerta de entrada los clientes se dan cuenta de que se van a encontrar con un menú diferente a otros lugares de la zona. No bien cruzar la puerta de entrada se topan con la barra de helados, en la que pueden ver a través de un vidrio todos los sabores y en la pared frente a los clientes se enuncian los mismos dispuestos como una tabla periódica de los elementos. «El branding de la marca está planeado en todos los detalles: los vasos de precipitado, los erlenmeyer y los matraz honrando a nuestro nombre que significa la unión de elementos imposibles», explica Yamila.

Otra de las apuestas arriesgadas fue incorporar café de especialidad en una heladería. «Me acuerdo cuando decidimos hacerlo, todos nos decían que era demasiado sofisticado el café para ponerlo en una heladería, sin embargo nosotros teníamos muy claro nuestro concepto y que necesitamos también un producto que acompañe esa experiencia, y así es que también hicimos alquimia con el café y hoy te servimos un afogatto de queso azul (el azul y el café maridan excelentes) que es toda una experiencia», revela.

En coctelería, la propuesta para la tarde noche, los tragos tienen nombres de distintos alquimistas de la historia y se presentan en tubo de ensayos, probetas y otros recipientes científicos.

Comienzo difícil

No todos los pasos fueron fáciles ya que, si bien contó con capital para iniciar el negocio, se vio enfrentada a desafíos impensados. Tuvo que pagar un derecho de piso demasiado alto. «Al ser nueva en el rubro, busqué asesoramiento y caí con un hombre muy conocido que resultó una especie de estafador. Le compré todas las máquinas a él y perdí todo lo que invertí porque ninguna servía. Tuve que salir a comprar todo de nuevo y fue terrible, pero eso no me detuvo».

Como a todo el comercio, la cuarentena los llevó a replantear el rumbo. Desde el 15 de marzo empezó a detenerse el flujo de clientes y ya desde la declaración del aislamiento, el 19 se terminó de detener. Así el 1 de marzo a la noche la encontró a Yamila pensando y pensando cómo reinventar el negocio para poder ajustarse al contexto del coronavirus. El resultado es un nuevo abono mensual de helado que consiste en una suscripción para que los clientes reciban 4 entregas de 1 kilo de helado por semana (así el kilo les cuesta solo 500 pesos y con delivery incluido). «Es como si fuera un abono de gimnasio pero de helado y la verdad que funcionó muchísimo y estamos llevando a clientes de capital y de provincia también. Fue una gran idea, y seguramente se mantenga luego del coronavirus ya que es una gran opción para los amantes del helado», proyecta.

«Crecimos un montón en estos tres años, no solo vendiendo nuestros helados exóticos, sino hasta desarrollando sabores para restaurantes y hoteles, Sin dudas, Alchemy no tiene techo y mi sueño más grande es internacionalizarla», promete.

En números

  • 300.000 dólares fue la inversión inicial (que se recuperaron en casi tres años).
  • 30.000 seguidores en Instagram
  • 2000 kilos de helado a la semana se venden en el verano.
  • $2000 cuesta la suscripción mensual a delivery de 4 entregas de 1 kilo de helado por semana durante la temporada de aislamiento por coronavirus.

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