Fuente: Clarín Gourmet by María Florencia Pérez – A semanas de su apertura, la casona ubicada frente a la Rural presenta su propuesta gastronómica y abre reservas anticipadas.
De un lado, la suntuosidad europea del siglo XIX; del otro, la naturaleza y lo salvaje. En un mes, cuando inaugure el nuevo restaurante que funcionará en una de las primeras confiterías porteñas, la Ciudad sumará una locación única a su oferta gastronómica. La posibilidad de comer a espaldas de una casona art nouveau con vista al ex zoológico devenido en Ecoparque por el que corretean libres algunos animales.
En 1905, unos 17 años después de la fundación del zoo porteño, abrió sus puertas la tradicional Confitería El Águila: “Se inauguró antes de que estuviera la avenida Sarmiento. Los carruajes entraban por la parte trasera”, relata Pedro Díaz Flores, uno de los socios del grupo gastronómico Abridor que recuperó el edificio para montar este nuevo emprendimiento.
En el inmueble declarado patrimonio histórico después funcionó el restaurante del zoológico, luego estuvo abandonado y en los últimos tiempos fue administrado por la Universidad de Tres de Febrero que le dio uso como Centro de Arte y Naturaleza.
Cómo es el nuevo restaurante Águila Pabellón
Por su emplazamiento, sus dimensiones (tienen mesas para 325 personas entre las dos plantas y los espacios exteriores) y su estilo arquitectónico es imposible que esta inauguración pase desapercibida y sus creadores lo saben: “Creemos que va a ser la gran apertura del año en Buenos Aires”, vaticina Pedro Díaz Flores.
Al edificio ubicado en Av. Sarmiento 2725 se ingresa por una puerta lateral. Desde la entrada, las arañas de cristal combinadas con las líneas modernas de la gran barra central anticipan un estilo que amalgama este escenario de época con detalles de diseño más actuales.
La mesas de Aguila Pabellón son los escritorios de las suites del hotel Plaza. Foto: Rafael Mario Quinteros.
La consigna de los arquitectos era restaurar la construcción y respetar al máximo su valor patrimonial. Pero fueron más allá: a la puesta en valor de pisos, aberturas y puertas se sumó la incorporación de espejos y mobiliario adquiridos en uno de los remates del hotel Plaza, edificio contemporáneo a la Confitería del Águila.
Por ejemplo, hay boiserie (revestimientos) hechos con los respaldos de madera de las camas de este hotel. Y los escritorios de las suites hoy ofician de mesas en el salón principal.
El baño de Aguila Pabellón. Foto: Rafael Mario Quinteros –
Además hay otros espacios diferenciados: un cafetín a la entrada y en el primer piso un salón más relajado con sillones y un panel de plantas naturales en el techo. Además, dos espacios para comidas privadas: una cava en el subsuelo y un salón para 12 comensales con baño y servicio propio en la planta alta.
Por supuesto que el patio trasero al aire libre y la terraza con vistas a la flora y fauna del Ecoparque son el valor agregado de este nuevo restaurante donde se estima que trabajarán hasta 120 personas ya que funcionará todo el día y tendrá servicio de valet parking.
Qué comer y beber en Águila Pabellón, el nuevo restaurante con vistas únicas al zoológico
Aguila Pabellón reversionará platos porteños clásicos e incorporará opciones veggies y sin TACC. Foto: Rafael Mario Quinteros.
Haber alojado a una de las primeras confiterías de la Ciudad le da a este espacio una relevancia que trasciende el patrimonio arquitectónico. La historia también impacta en la propuesta gastronómica. Qué dar de comer hoy en un edificio que tiene tanto para decirnos del ayer: esa fue la cuestión a la hora de pensar la carta.
“La idea es recuperar platos clásicos porteños como la lengua a la vinagreta o el matambre con ensalada rusa y ofrecerlos en una versión más contemporánea”, aporta Julián Galende, chef ejecutivo de Águila Pabellón con trayectoria en el Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires donde estuvo a cargo de Gioia, resonante restaurante de cocina vegana.
La idea es que la carta -que también tendrá platos veganos, vegetarianos y sin TACC- no precise subtítulos: “Son opciones clásicas, a primera vista todo el mundo va a entender qué hay para elegir. La vuelta creativa está en lo degustativo y la presentación. Por ejemplo, creemos que va a andar muy bien una milanesa de carré de cerdo pero con una preparación de base más asiática”, detalla Galende.
La lengua a la vinagreta de Aguila Pabellón. Foto: Rafael Mario Quinteros
Otro posible futuro hit que no precisa explicación: pollo de campo confitado con crema de hongos y papas noisette. La estacionalidad de las materias primas agroecológicas que hoy son un imperativo en la gastronomía de este nivel definirá las alternativas de cada temporada.
Las terrazas escenográficas de Águila Pabellón auspician alta demanda a la hora del té. En ese momento del día la carta sí será cien por ciento tradicional: habrá desde tortas clásicas como la Balcarce hasta facturas y sandwichitos de miga hechos in situ. La coctelería estará a cargo de la bartender Mona Gallosi y la selección de vinos será obra de la sommelier Agustina de Alba.
Estiman que el precio promedio del cubierto por la noche rondará los $ 10.000. La expectativa ante la inminente apertura es alta: por eso ya se habilitó un canal de reservas anticipadas. El acceso es desde la cuenta de Instagram del restaurante: @aguilapabellon
Estuve almorzando ayer con mi marido, me encanto el lugar,la amabilidad del personal,la exquisitez de lo que comimos!!!!!!.