La ciudad en Buenos Aires que es ideal para degustar los más exquisitos postres del país

Fuente: TN – Su nombre remite a uno de las más deliciosas tortas que se ofrecen en las cartas de los restaurantes y cada año organiza la Fiesta Nacional del Postre. Está muy cerca de Mar del Plata y cuenta con otros atractivos turísticos.

Hay una escapada que cumple con todos los requisitos para convertirse en una de las opciones ideales para quienes viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Está a 416 kilómetros del obelisco, tiene atractivos turísticos, mucha historia que conocer y, como si fuera poco, permite degustar los más exquisitos postres del país.

Esta ciudad, que se encuentra en la provincia de Buenos Aires, es Balcarce, la cuna del quíntuple campeón de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio. Como se encuentra a apenas 60 kilómetros de Mar del Plata, es muy frecuente que los turistas que pasan sus vacaciones en la Costa Atlántica aprovechen su estancia allí para hacerse una escapada a la ciudad de los postres.

En Balcarce se realiza todos los años la Fiesta Nacional del Postre. En los primeros días de las vacaciones de invierno tiene lugar una celebración cuyo objetivo es homenajear a Guillermo Talou, el creador del “Imperial”, actualmente conocido como “postre Balcarce”.

La historia de este emblemático postre se remonta a 1950. En la planta baja del histórico edificio de la Sociedad Francesa de Balcarce, se ubicaba la tradicional confitería París, donde su propietario, Guillermo Talou, creó una receta destinada a convertirse en un clásico.

El tradicional Postre Balcarce, un sello de la ciudad. Foto: Instagram @turismobalcarce.
El tradicional Postre Balcarce, un sello de la ciudad. Foto: Instagram @turismobalcarce.

En sus orígenes era conocido como el postre “Imperial” y todos los domingos había largas colas para conseguir ese verdadero manjar. Primero eran los balcarceños, pero el boca en boca hizo que llegaran turistas de otros pueblos bonaerenses para degustar ese exquisito postre.

Con el tiempo, la enorme popularidad del postre hizo que su bien ganada fama se hiciera extensiva a la cercana Mar del Plata, donde se vendía en el famoso restaurante “Il Vero Nápoli”, que también lo distribuía en toda la ciudad. En los meses de verano, turistas de todo el país adoptaron al postre “Imperial” y lo llevaron a su lugar de residencia.

En Balcarce se puede disfrutar de una gran variedad de postres, además del tradicional que nació con el nombre de "Imperial" y hoy lleva el nombre de la ciudad. (Foto: Instagram/@tallarica.ba)
En Balcarce se puede disfrutar de una gran variedad de postres, además del tradicional que nació con el nombre de «Imperial» y hoy lleva el nombre de la ciudad. (Foto: Instagram/@tallarica.ba)

A Talou le llegó una oferta de Domingo Dondero para vender la marca y la fórmula original en la Ciudad Feliz. Allí rebautizaron el postre con el nombre de Balcarce, debido a su procedencia, y ahora la mayoría de la gente lo conoce por ese apelativo.

Naturalmente que la oferta de postres fue creciendo al ritmo de la popularidad adquirida por el Imperial, y de esa manera es que hoy en día quienes visiten Balcarce podrán optar por una enorme variedad de platos dulces para culminar el almuerzo o la cena con un toque distintivo.

Balcarce, la ciudad de los postres más exquisitos del país

La ciudad se fundó en 1860 y en esos inicios hubo un fuerte debate entre dos sectores de la población que proponían proyectos opuestos y se denominaron “costeros” y “serranos”. Los primeros sostenían que lo mejor era que el pueblo creciera alrededor del puerto de la Laguna de los Padres, mientras que sus antagonistas creían que la incipiente villa debía forjarse en la zona montañosa.

Vista aérea de la ciudad de Balcarce. Foto: Instagram @turismobalcarce.
Vista aérea de la ciudad de Balcarce. Foto: Instagram @turismobalcarce.

Así fue que en 1874, se aprobaron los planos del puerto Balcarce o puerto Laguna de los Padres. Pero, dos años más tarde, los serranos logran fundar el pueblo de San José de Balcarce, para honrar al general Antonio González Balcarce.

Además de probar los deliciosos postre, Balcarce ofrece atractivos para disfrutar en familia. Se puede hacer una recorrida turística por la ciudad, conociendo la hermosa plaza Libertad, en la que está el monumento a la República, sobre la Pirámide de Mayo.

Enfrente se encuentra el Palacio Municipal, la fuente con el monumento al brigadier general Antonio González Balcarce, el Banco de la Nación Argentina, el Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio y la Iglesia San José. Para llegar a Balcarce desde la ciudad de Buenos Aires hay que tomar la Autovía 2, como si se fuera a la costa atlántica, y a la altura de Coronel Vidal girar a la derecha para seguir por la ruta provincial 29, que lleva directamente a la capital nacional del Postre.

Llevó la carne argentina al mundo y cuenta qué ingredientes le sacaría a la realidad argentina para poder emprender

Fuente: Cronista – Gastón Riveira, el reconocido cocinero argentino dueño de La Cabrera, cuenta cómo es emprender hoy en el país y qué le duele de la realidad actual. Sin embargo, también habla de sus sueños y sus planes: «Nunca dejo de jugar».

A la hora pautada Gastón Riveira se conecta a la entrevista virtual. Costó encontrar un hueco en su agenda. Sin embargo, en medio de viajes y reuniones, el dueño de La Cabrera respondió todas las preguntas de APERTURA con su estilo muy particular: respuestas breves, concretas y llenas de humor.

Durante la entrevista, el creador de la marca gastronómica reconocida internacionalmente habló de todo: sus desafíos como empresario, sus sueños y sus planes para la ‘Casa de carne’ que ya está en nueve países, entre ellos, Filipinas.

«La Cabrera cumplió 21 años, ya tiene la mayoría de edad», dice con su estilo jocoso pero profundo, el empresario gastronómico que, hace poco, fue elegido para ser embajador de la Marca Argentina en el exterior.

Con mucha sinceridad, Riveira define qué significa para él emprender en la Argentina. E, incluso, da una receta.

-¿Cómo describirías ser emprendedor hoy en la Argentina?

-Es como una montaña rusa. Con esa imagen está todo. Como dice Jonathan, un señor que conozco, solo el 5% de la población mundial la que trabaja desde el lugar del emprendedor.

Fijate cuánta gente trabaja para nosotros son 150 empleados para 200 proveedores. Yo creo que ni la NASA tiene tantos proveedores como nosotros.

-Cuando empezaste, ¿te veías llegando a ser el empresario que sos hoy?

-No, lo único que pensaba era que estaba arriba de un trampolín y no veía el agua. Era como tirarse a una pileta y no saber qué era lo que iba a pasar.

«Me gustaría que todo el mundo mire al emprendedor con admiración y no con envidia»

-¿Y por qué lo hiciste? ¿Sos intrépido?

-No, olvidate. Fue por mi señora, es ella la que tiene mucho empuje y me sostuvo en los momentos más complicados.

-¿Vos sos el creativo o también estás en el negocio, en lo operativo?

-Hago un poco de todo. Si te lo tengo que describir soy lo más parecido a una picada de esa como la que vendían en Mar del Plata, donde estaban los lobos. Esa picada traía 50 platitos diferentes. Y yo soy como esa picada que tiene marisco, atún, tiene cebolla, picles, aceitunas, tiene salame, queso, jamón.

Gastón Riveira le dio a la carne argentina su estilo propio 

-¿De todo eso qué es lo que menos te gusta?

-Tengo hecha una especie de receta para lo que no me gusta: una taza del inspector de AFIP; dos tazas del inspector del Gobierno de la Ciudad; tres tazas de Ingresos Brutos; 40 gramos de impuesto a la ganancia. Querés que te siga diciendo: 200 gramos de juicios laborales. Pones todo en un bowl y lo revolvés durante 21 años, lo ponés en el horno y te sale la mejor receta de huevos al plato.

-¿Y aun así seguís?

-Sí, todavía sigo debatiendo en mi cabeza si me gusta convivir con todo este despelote.

-¿Alguna vez pensaste cerrar?

-Todos los días pienso lo mismo, pero mis hijas son las que me dicen: ‘Papá levántate así no jodés en casa, andá a trabajar’.

-O sea, por tu mujer y tus hijas sigue La Cabrera

-Olvídate.

-¿Tenés esperanza en la Argentina?

-Sí, soy optimista. Si no somos optimistas que nos queda.

-¿Y qué se necesita para cambiar?

-La receta que te pasé: que bajen los impuestos, que se terminen los juicios laborales. Como si viviéramos en Disney, pero Disney de verdad, la montaña rusa de verdad. Que nos divirtamos realmente. Me gustaría que todo el mundo mire al emprendedor con admiración y no con envidia.

-¿Hay mucha envidia?

-No lo sé, pero es lo que uno siente.

-¿Sentís que hoy el emprendedor en la Argentina no es admirado lo suficiente?

-Hay de todo, pero sí creo y vuelvo a decirlo que se le da empleo y trabajo a mucha gente. Muchas familias viven de lo que genera el emprendedor y mucho proveedores viven también de ese emprendimiento, con lo cual se genera un movimiento económico muy grande. Por eso, cada vez tiene que haber más gente que se dedique a ser emprendedora.

Porque vivir en esta Argentina es difícil, y el que está del otro lado, ese otro 95 por ciento, también tiene que empujar para que el 5 por ciento emprendedor siga creciendo y generando nuevas cosas.

La reconocida parrilla ya está en nueve países

-¿Cuántos restaurantes tenés?

-Míos, tengo dos. El resto son licencias.

-¿Vos participas de alguna manera?

-Participo en todo y hasta demasiado. Ya me ven como un plomo.

-¿Y cuántas licencias tenés?

– son más de 20 en la Argentina, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Filipinas, México, Paraguay y Perú. El país más raro es Filipinas, estamos en Manila. En esa ciudad cuando salían los bifes, nos venía toda la carne para atrás para que se la cortemos en tirita, porque estaban acostumbrados a comer con palitos.

-¿Quedaron las tiritas o se adaptaron a comer con cuchillo?

-Hay algunos que ya lo piden fileteado y otros que lo piden entero.

-¿Cómo llegaste a Filipinas?

-Hace 10 años el inversor filipino quiso llevarse algo de la Argentina como gran recuerdo de luna de miel y no tuvo la mejor ocurrencia que sea La Cabrera.

-¿Cómo es hacer negocios con empresarios de un país que no conocés?

-Son muy parecidos a nosotros, fueron colonia española, con lo cual tienen mucho de nosotros.

-¿Antes de tomar la decisión viajaste a conocer el lugar?

-Sí, viajé. Fui a ver los lugares, conviví en la obra.

-¿Qué te pasa cuando ves La Cabrera en otro país?

-Mucho no lo entiendo, porque el día el día me va quemando la cabeza. Entro al lugar en el que está la marca y me pongo a trabajar, me gusta ver la mercadería, que se está vendiendo. Me gusta ver la calidad del producto, revisar todo. Me gusta caminar y caminar en los restaurantes todo el tiempo.

-¿Los retás, en algún caso?

-Aprendí que no hay que retar, hay que decir las cosas y tratar de hacerlas entender por las buenas, por convencimiento.

-¿Vas a seguir dando licencias?

-Es una pregunta que siempre me hago. Estoy contento como estoy. Entonces digo si estoy bien, no lo sé. Me gustaría analizarlo.

-¿Hay algún mercado al que te gustaría llegar?

-Sí, me gustaría estar en Tokio, y me gustaría estar en Singapur y en París; siempre con licencias.

-¿Tuviste alguna oferta de esos lugares?

-No, no, todavía no.

-¿Estás trabajando para eso?

-No, no. Estoy con la cabeza muy concentrada en los negocios. Estoy concentrado mucho en el mercado, local, como nos va a ir este año. Estoy preocupado con eso.

-¿Te bajó mucho el consumo?

-Un 20 por ciento.

-¿Ese porcentaje es más del público extranjero o local?

-Las dos cosas, extranjeros y locales.

-Y la devaluación ya te había pegado el año pasado…

-Claro, pero más o menos la fuimos llevando y ahora se sintió un poquito más fuerte.

-¿Estás haciendo algo al respecto?

-Estamos haciendo promociones, trabajando mucho el producto y generando mejora continua. Que te quiero decir con eso: tratar de agregar valor al negocio. Por ejemplo, que Osvaldo Gross firme uno de los postres de la carta como lo hace. Y Gustavo Nani también me va a firmar otro postre.

-Publicidad ya no necesitas…

-Creo que publicidad siempre hace falta. Si Coca-Cola hace publicidad, McDonald’s hace publicidad, La Cabrera también tiene que hacer.

En la vida del emprendedor el negocio te va absorbiendo y lo único que no podés comprar es tiempo.

-Este año estás preocupado, pero ya viviste situaciones similares

-Y… arranqué en 2001, asique imaginate.

-¿Cuándo arrancaste, no pensaste en retrasarlo?

-No, porque tenía que generar caja para mantenerlo.

-¿Hubo algún otro momento así de complicado?

-La pandemia. Cuando empezó a pasar y nos dejaban abrir pero al aire libre me agarraba tortícolis de tanto mirar para el cielo para ver si llovía o no porque podíamos trabajar solamente en la vereda. Hasta pensé en una Cabrera sin techo, mirá lo que te digo.

-¿Cómo es tu día?

-Me gustaría y muchas veces me paso la factura y es algo muy personal mío, ser un papá más presente. En la vida del emprendedor el negocio te va absorbiendo y lo único que no podés comprar es tiempo.

-¿Pero, volverías a emprenderse?

-Sí, volvería a empezar.

-¿En algún momento pensaste en irte del país?

-Hoy estoy moviéndome por todos lados con lo cual es relativo lo de pensar en irme del país. Estoy yendo y viniendo para todos lados. Soy un itinerante.

-¿Visitas las licencias o también buscas nuevos productos?

-Todo lo que estás diciendo: visito las licencias, busco productos, hago cursos…

-¿Qué cursos hiciste?

-Estuve en la escuela Lenôtre de París, una de las más importantes de Francia y del mundo. También hice un curso con Tom Meyer y otro de comida de barsserie. También hice un curso en Disney, de servicio.

-¿Del curso de Disney, por ejemplo, pudiste aplicar algo en tu restaurante?

-Todo se puede usar, todo sirve. Pero además generan una apertura de cabeza muy buena.

-¿Para vos es importante seguir aprendiendo?

-Sí, porque es parte de la mejora continua que todo negocio necesita.

-¿Hoy tenés tiempo para crear?

-Muchas cosas trato de crear y otras soy como el Robin Hood de la gastronomía.

-¿Qué sería?

-Robin Hood era un ladrón. Por eso digo el Robin Hood de la gastronomía. Comés mucho en otros lugares para inspirarte. Pruebo de todo, los kilos que tengo de más no son gratis.

-¿Y de dónde surgió tu tan característica de las cazuelitas con guarniciones?

-En los comienzos de La Cabrera se vivía el furor del salad bar. Nunca me gustó esa idea de tener que levantarse de la mesa cada vez que uno quiere una ensalada o algún acompañamiento dejando que la carne se enfríe.

Fue así que surgió la idea de servir guarniciones especiales en cazuelitas que tuvieran los colores de la naturaleza: el verde de los pastos, los cálidos del sol, los oscuros de la tierra. Quisimos ofrecerle a la gente algo más que la ensalada mixta o las papas fritas, abrirle la posibilidad de jugar con nuevas combinaciones.

-¿Qué significó para vos haber sido elegido como embajador de Marca País por la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación?

-Con cada una de esas cosas siempre termino pensando que es el comienzo de más trabajo.

-¿Eso te implica viajar con una comisión nacional?

-Recién empieza, así que todavía no lo sé, pero supongo que sí. Participar en ferias de relacionamiento seguramente.

-¿Te hace sentir orgulloso?

-Sí, sí sin lugar a dudas.

-¿Tenés la posibilidad de hablar con alguien del gobierno y explicarle la realidad del emprendedor?

-Sí, y lo quieren y lo tienen muy claro. Saben muy bien que hoy es un momento donde hay que ayudar al país.

-¿Tenés planes para abrir alguno otro restaurante en la Argentina?

-Siempre tengo en mi cabeza planes, mi cabeza nunca para de jugar y de pensar en hacer cosas nuevas, diferentes. De ahí a que las lleve a la realidad es otra cosa, pero siempre pienso en eso. Por ejemplo, me gustan, las harinas, los pescados. Hay miles de cosas que me gustan.

-¿Te gustaría incursionar también por ese lado con algún otro local?

-Sí.

-¿Alguna de tus tres hijas sigue tus pasos?

-Todavía no hay nada definido, no por ahora.

-¿Qué le dirías a un emprendedor hoy en la Argentina?

-Paciencia, paciencia, paz interior y creer en lo que está haciendo.

-¿Esa también es la clave de tu éxito?

-No, no sé si son las claves del éxito. Nunca me puse a pensar tampoco si es éxito.

-¿Tenés la vara muy alta?

-Sí, lo hablo todo el tiempo en mi terapia para que la vara no sea tan alta.

-¿Además de terapia, qué otra cosa hacer para vos?

-Juego al paddle, pero es como si hubiera empezado ayer porque soy un tronco, un desastre.

Innovación y sustentabilidad: la nueva cadena hotelera que marca tendencia en Argentina

Fuente: Perfil – Alejandra Riveiro y Ezequiel Alfara lanzaron la marca Camberland con hoteles en Pilar y Ramallo, destacándose por su enfoque en el servicio, la sustentabilidad y la gastronomía.

Con la inauguración de sus pri­meros establecimientos en Pilar y Ramallo, Alejandra Riveiro y Ezequiel Alfara hacen su entrada en el competitivo mercado hotelero argentino. Detrás de Cambertand se encuentra una filosofía de servicio y calidad que promete diferenciarse por su compromiso con la sustentabilidad y una experiencia gastronómica única. 

La oportunidad de crear Camberland surgió hace seis años, cuando Alejandra Riveiro y su equipo inauguraron su primer hotel de cadena en Ezeiza. A pesar de las dificultades que representó la pandemia, lograron mantener el hotel abierto y lo renovaron completamente. Riveiro explicó: «Hace un año y medio surgió la posibilidad de comprar Camberland Pilar y de alquilar un hotel en simultáneo que había cerrado durante la pandemia y que también había pertenecido a la misma cadena que operamos en Ezeiza. Nos dijimos ¿por qué no? Avanzamos con las obras en Ramallo varios meses, el desembolso fue de más de 60 millones de pesos, el desafío no fue poner lindo el hotel sino hacer de Ramallo un nuevo destino».

Camberland

En cuanto a la decisión de crear una marca propia, Riveiro destacó que su objetivo era empezar desde lo pequeño para crecer de manera sostenida. Según comenta: «Nos enfocamos en ofrecer el mejor servicio a nuestros huéspedes y a futuros colaboradores. La sustentabilidad es otro pilar fundamental; nuestros hoteles son verdes y capacitamos a nuestro personal en todos los aspectos para garantizar una experiencia única».

Respecto al concepto general y la filosofía de la marca Camberland, Alfaro señaló que se basa en la amistad y el espíritu emprendedor. «Buscamos crecer constantemente y ahora expandimos también hacia la gastronomía con proyectos como el de un restaurante de fuegos dentro de un viñedo, que abrirá en noviembre, y un hotel en la provincia de Mendoza. El hotel tenemos pensado, si todo acompaña, poder inaugurarlo en el verano 2025», añadió.

Camberland

-¿Qué importancia le dan a la gastro­nomía en los hoteles? 

-Alejandra Riveiro: La gastronomía es vital, ya que tratamos que en nuestros hoteles la experiencia sea completa y sensitiva. Todos nuestros restaurantes operan bajo el nombre Chaira, adaptándose a cada ubicación. En Ramallo, destacamos la pesca local; en Pilar, nos inclinamos por la gastronomía gourmet. 

-¿Qué tipo de experiencias buscan brindar a sus huéspedes? 

-AR: Queremos que se sientan como en casa, pero mimados y sin pre­ocupaciones. Nuestro objetivo es ofre­cer momentos de relajación y placer, donde cada detalle está pensado para hacerles sentir especiales. 

Camberland

-¿Cuáles son los planes de expan­sión de Camberland? 

-AR: Además de Mendoza, explo­ramos proyectos en Buenos Aires, el sur del país y Salta. También tenemos un proyecto en Escobar, dentro de un barrio privado con vista al río.

-¿Qué mensaje transmiten a sus potenciales huéspedes? 

-AR: «Lo importante no es que vengas, es que vuelvas». Queremos que cada visita sea recordada por la atención y el cuidado que recibieron. En Camberland, buscamos crear experiencias gratificantes y memora­bles, donde cada estancia sea única y digna de repetir. 

Camberland

Riveiro y Alfaro están decididos a transformar la hospitalidad en Camberland, combinando un enfoque personalizado con un compromiso inquebrantable con la calidad y la innovación. Con una visión clara hacia el futuro, su crecimiento en el merca­do hotelero argentino promete ofrecer nuevas experiencias que capturan la esencia de cada destino.

Una empresa extranjera de café se expande en la Argentina y busca empleados para nuevas sucursales

Fuente: TN – La compañía abrirá comercios en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén, con un ambicioso plan de expansión.

La empresa colombiana de café Juan Valdez se expande en la Argentina con nuevas sucursales propias en 2024. La marca colombiana abrió su primer local en el Shopping Unicenter en 2022 y para fin de año busca tener nueve, con una meta de alcanzar 20 para 2027.

En principio, la marca abrirá su primer comercio en la Ciudad de Buenos Aires el próximo 31 de julio,, en el barrio de Recoleta,y seguirá expandiendo su negocio en el país: “Abrimos nuestro primer local en Las Heras esquina Austria, en Recoleta. Será un de 190 metros cuadrados con tienda y cafetería. La siguiente apertura, será a fines de octubre, en Cabildo y Comodoro Rivadavia, en Nuñez. En noviembre, llegamos al Aeroparque y a principios de diciembre, abriremos dos locales en sala de arribos y pre embarque, tanto en Córdoba, como en Neuquén. Antes de fin de año, esperamos abrir otro en Villa Urquiza. Cerraremos el 2024 con 9 locales, de los cuales 8 son nuevas aperturas”, expresó Jorge García Allende, Director General de Juan Valdez en la Argentina, en declaraciones a iProfesional.

Así es la tienda de café de Juan Valdez en el Shopping Unicenter de Martínez, provincia de Buenos Aires (Foto: Juan Valdez).
Así es la tienda de café de Juan Valdez en el Shopping Unicenter de Martínez, provincia de Buenos Aires (Foto: Juan Valdez).

La empresa ahora busca empleados para abarcar todas estas aperturas, entre los que se encuentran baristas, encargados y supervisores.

Cómo aplicar a la búsqueda laboral en Juan Valdez

Es necesario enviar un mail a rrhh@juanvaldezcafe.com.ar, según detallan en su página web oficial en la Argentina.

Cuánto cuesta tomar un café de Juan Valdez

  • Ristretto: $2200
  • Cortado en jarrito: $2500
  • Café con leche: $3200
  • Café empaquetado línea roja premium (cuarto kilo de café tostado molido): $21.000
  • Café empaquetado Orígenes (cuarto kilo de café de diferentes zonas de Colombia): $22.550

Letiti Pastelería: desde un mini departamento al próspero negocio en San Isidro

Fuente: Somos Pymes – Dialogamos con Sofía Lacentre, gerente General de Letiti, que a fuerza de buena calidad en la materia prima logró sortear la pandemia para crecer.

Desde una pequeña cocina en un departamento hasta un próspero negocio en Acassuso, San Isidro, Letiti ha recorrido un camino lleno de pasión y dedicación. Sofía Lacentre, la mente maestra detrás de esta deliciosa empresa, comparte con Somos Pymes la inspiradora historia de cómo surgió Letiti Pastelería, los secretos de su éxito y los planes de expansión que prometen endulzar aún más los días. Lee además

– ¿Cómo surgió la idea de la empresa?

Letiti nació en el año 2011. Con el nacimiento de mi primer hijo sentí la necesidad de empezar algo propio y de dedicarme a lo que siempre había amado hacer, que es cocinar. Así que hice un curso de pastelería en la escuela Gato Dumas, para afianzar algunos conocimientos autodidactas y perfeccionarlos. Empecé a cocinar en la cocina de mi departamento, que era realmente diminuta. Luego, con el tiempo y a medida que el proyecto fue creciendo, se asociaron Vicky, mi hermana y por último, hace ya 4 años, Tiki, una amiga.

– ¿Cuál es el modelo de negocio?

Hacemos pastelería tradicional con un especial cuidado de la elección de las materias primas y la presentación de los productos. Apuntamos a un público al que le gusta comer rico, darse gustos, y quedar bien con sus invitados ofreciendo tortas y minis riquísimos en sus eventos y festejos. También hacemos tortas personalizadas y mesas dulces para eventos sociales y corporativos.

– ¿Cuáles son las claves que sirvieron para solidificar el negocio?

El negocio creció porque nunca bajamos la calidad de nuestros productos y siempre hacemos foco en la atención personalizada. Hacemos todo lo posible para que nuestros clientes se lleven exactamente lo que estaban buscando. Trabajamos mucho y hacemos todo con mucho amor y dedicación, y eso el cliente lo nota, por eso vuelve, siempre vuelve. Tenemos clientes que nos siguen comprando desde que empezamos allá en el 2011. Eso lo dice todo.

– ¿Cómo es la actualidad y cómo proyectan la expansión de la marca?

Actualmente nuestro local está en Acassuso, San Isidro. En el local hacemos venta al público y también tenemos nuestra cocina donde elaboramos todos nuestros productos. En el mes de mayo hicimos el lanzamiento de una nueva unidad de negocios «Letiti Frozen», pastelería lista para hornear, que es algo que nos entusiasma mucho y tuvo muy buena repercusión. Comenzamos a comercializar nuestras cookies freezadas, son 5 sabores y el paquete tiene 8 unidades. Es una solución para quienes quieren tener algo rico para hornear y consumir en solo 20 minutos.

En Palermo, la pastelería de un cocinero francés: exquisitos brownies y tartas orgánicos, sin manteca ni TACC

Fuente: Clarín Gourmet by Pietro SorbaPara entender la pastelería vegana es necesario estar dispuestos a aceptar un enfoque nuevo. El anclaje con las técnicas madres de la materia no se discute, pero el desarrollo de las recetas presenta dificultades inesperadas, que no son menores.

¿Cómo es posible elaborar una medialuna, un flan, una crema pastelera, una masa quebrada o un tiramisú sin usar manteca, leche y huevos? ¿Cómo y con cuáles ingredientes se sustituyen las proteínas animales? ¿Los reemplazantes aseguran las mismas texturas, sabores y aromas? Parecen acertijos de difícil solución.

Sin embargo, en los últimos veinte años, pasteleros talentosos, creativos y estudiosos demostraron que se puede y que la pastelería vegana es igual y en muchos casos superior a la convencional. El desafío, los mayores conocimientos y la expansión de un segmento de mercado de grandes perspectivas los empujaron hacía la construcción de un nuevo mundo goloso. Es un avance importante en la evolución de la gastronomía contemporánea.

La historia de Dudú Atelier Pâtisserie

Pierre Rimbaud (38) es un cocinero sin fronteras francés, originario de Annecy, que por motivos familiares llegó a Buenos Aires en el año 2011. El lugar le gustó. Se sentía cómodo. Disfrutaba de los vínculos sociales abiertos y distendidos. Decidió quedarse.

Entendió rápidamente que los porteños se sienten particularmente atraídos por la cocina y pastelería gala. Era la oportunidad ideal para ofrecer los sabores de su tierra. No fue fácil, pero logró la estabilidad necesaria para vivir y crecer.El local de Dudú Atelier Pâtisserie.El local de Dudú Atelier Pâtisserie.

Tenía un objetivo: abrir un lugar propio. Durante este periodo empezó a profundizar su interés por la pastelería vegana y consciente. Un fenómeno nuevo y prometedor. Estudió y ensayó. Paralelamente consolidó su interés por productos sustentables, orgánicos, agroecológicos y sin TACC.

La pasión empezó a crecer. En 2022 abrió un pequeño atelier “dulce” donde elabora especialidades que son la síntesis de todas sus convicciones. Las presentaciones son refinadas. La dulzura no es grosera. Las grasas vegetales y las harinas elegidas se adaptan magníficamente a las recetas.

Qué comer en Dudú Atelier Pâtisserie

La Chocolacha de Dudú Atelier Pâtisserie. La Chocolacha de Dudú Atelier Pâtisserie.

Las especialidades no tienen nada que envidiar a las interpretaciones convencionales. Las tartas se presentan en formato individual. La base es crocante y sabrosa gracias al aporte de la harina de sorgo y de “trigo”sarraceno. La manteca de coco reemplaza la manteca tradicional.

La Limendra combina praliné de almendras y curd de limón. La Paltalate ofrece un cremoso, muy logrado, de palta y chocolate. La Chocolacha armoniza ganache de chocolate amargo y un cremoso de remolacha.La Ópera de Dudú Atelier Pâtisserie.La Ópera de Dudú Atelier Pâtisserie.

La interpretación de la Ópera une un cremoso de café con una ganache de chocolate. No faltan brownies, cookies y financiers. Buen café.

Dudú Atelier Pâtisserie

Pastelería vegana y libre de gluten (sin TACC)

Gascón 1272, Palermo

Teléfono 1135615683

Horario Jueves a domingos de 15 a 19:30 horas.

Instagram @dudu_atelier_patisserie

Precio del cubierto promedio $ 9.000 (con servicio incluido y agua).

Seis parrillas de barrio para comer un buen asado en Buenos Aires (y no dejar el sueldo)

Fuente: IProfesional – En el Día Nacional del Asado, qué mejor que compartir una parrillada con amigos o familia a un precio más accesible. Te contamos dónde podés ir a comer.

El asado es una de las comidas más populares en la Argentina y que representa a nuestro país en el extranjero. Si bien ya compartimos una lista de las mejores parrillas en donde saborear un buen asado en Buenos Aires, en esta oportunidad vamos a referirnos a esas parrillas que son más accesibles al bolsillo.

A continuación, te damos los detalles de 6 parrillas de barrio en donde podés disfrutar de la mejor carne, a un precio más económico.

Seis parrillas de barrio donde comer un buen asado

1. Parrilla Gran Paraíso

Pese a ser súper turístico, a metros de Caminito en el corazón de La Boca, esta parrilla siempre tuvo precios de barrio. La montaron en un viejo conventillo del que mantuvieron la estructura y algunas habitaciones que pueden visitarse. Tiene, además, un gran jardín interior para comer que cuando el solcito pega suave, es muy codiciado.

Seis parrillas de barrio para comer un buen asado en Buenos Aires (y no dejar el sueldo)

Lo mejor: hay que destacar el lugar, un pedazo del Buenos Aires de los inmigrantes y la mística boquense. La parrillada completa llega a la mesa en las clásicas parrillitas portátiles, un ícono de la argentinidad al palo. Gral. José Garibaldi 1428, CABA.

2. Parrilla Viejo Patrón

Ubicado en la frontera entre Liniers y Mataderos, esta moderna y linda parrilla es un lujo de la zona y sus vecinos lo saben porque siempre está llena. Usan animales de exportación, novillos grandes alimentados a pastura y granos, la carne es sabrosa y tienen una tabla de puntos para poder elegir el que más les guste. De yapa, todos los últimos jueves del mes, hay noche lírica.

La carne es sabrosa y tienen una tabla de puntos para poder elegir el que más les guste

Lo mejor: el costillar, ancho, sabroso, con la cuota justa de esa grasita que le da el toque perfecto, y las morcillas especiadas. Julio Gagliano, dueño del lugar, es además de experto parrillero, sommelier de carnes (sí, la carrera existe y se dicta en la Facultad de Veterinaria). Av. Larrazábal 502, esq. Patrón, CABA.

3. Parrilla Makarios

Este lugar es una rareza de Floresta: en pleno barrio coreano, esta parrilla porteña está liderada por Simón Kim que vive en Buenos Aires hace más 40 años. Técnicamente, es una parrilla tradicional pero hay algunos toques coreanos que la destacan por su originalidad en un cruce de los mejor de ambos mundos.

Lo mejor de Makarios es su picada

Lo mejor: la picada Makarios que viene con pedacitos de chorizo, asado, vacío, cebolla, champiñones y morrones, entre otras cosas, siempre acompañada con un bol de kimchi. También el costillar es espectacular. Si ven un montón de gente haciendo cola para comer al paso, son los que vienen por el vaciopan y el bondiopan, dos clásicos de la casa. Felipe Vallese 3130, CABA.

4. Parrilla Olegario

Ubicado en una enorme casona de Colegiales, Olegario es el típico restaurante donde los fines de semana van a comer las familias que no quieren cocinar. Casi como una extensión del hogar, no solo por la comida sino por la calidez y el buen servicio. Ideal para ir con pibes porque tiene un espacio enorme con jardín, todo enrejado para evitar que se escapen.

Lo mejor de Olegario son la entraña y el ojo de bife

Lo mejor: la entraña y el ojo de bife son las estrellas de la carta aunque las mollejitas salen bien a punto y, si se acercan a chusmear la parrilla, no van a poder resistirse. Freire 1931, CABA.

5. Parrilla La Choza

Este restaurante no le hace justicia al nombre. Es un coqueto espacio, con mozos de camisa blanca y pantalón negro, de los que recuerdan la comanda y traen todo perfecto. Una parrilla prolija y familiar, de manteles blancos y copas, como los bodegones de antes. De la era pre Palermo Hollywood.

Las porciones son generosas y para compartir y, los precios, accesibles

Lo mejor: recomendamos mucho el asado ancho y la colita de cuadril que salen por default, bien jugosas y a punto (también escuchan las preferencias del comensal). Las porciones son generosas y para compartir y, los precios, accesibles. Gascón 1701, CABA.

6. Parrilla Don Zoilo

Esta tradicional parrilla existe desde hace más de 30 años y tiene el espíritu del restaurante de barrio medio pituco y bien puesto, con mozos de oficio, y con una carta donde hay un poco de todo pero donde, la protagonista, es la carne. Tiene un par de salones privados, ideales para un festejo.

En Don Zoilo hay de todo, pero la protagonista es la carne

Lo mejor: la tira de asado y las mollejas de corazón son dos de los platos más pedidos y, es fácil entender por qué. Tiernos, sabrosos y en su punto justo, acá la destreza del parrillero queda clara. Av. Honorio Pueyrredón 1406, CABA.

Cuánto cuesta comer en la Exposición Rural y cuáles son las alternativas

Fuente: La Nación – Una vez más, las hamburguesas, choripanes, empanadas y los tradicionales cortes de carne forman parte de las opciones disponibles en la muestra.

Las filas que se forman en los food trucks marcan los horarios de comidas en la Exposición Rural de Palermo. Cerca del mediodía, los aromas de los platos comienzan a despertar el feroz apetito de los que recorren de punta a punta la muestra. Las ofertas para comer dentro de la exposición son variadas y van desde los típicos carritos de panchos y hamburguesas hasta la propuesta más exclusiva que hay dentro del corredor interno.

Las sugerencias para comer este año también se han ampliado con aquellos comerciantes que han decidido darle un valor agregado a su establecimiento. Por ejemplo, Matías Nahuel López, conocido como El Tute de Lanús, llegó por primera vez al patio cervecero de la Rural con sus productos. En 2020, el expositor ganó el Gran Premio de la Cocina. Contó que este es el primer año que viene a una exposición rural: “Generalmente, estamos en Caminos y Sabores”. El productor tiene propuestas de sándwiches de la raza Limousin: “Estamos trabajando en otras exposiciones y ahora queremos apostar a la feria ganadera”. Junto a Juan, uno de los socios, son uno de los productores de la raza. En el otro extremo, señaló, también está el local de Christian Petersen, quien fue uno de los jurados del programa que lo llevó a la gloria.

Hay diversas opciones para comer
Hay diversas opciones para comerHernán Zenteno

En un breve recorrido que hizo LA NACION se pudieron recopilar algunos datos clave para saber cuánta plata hay que llevar en el bolsillo para sentarse a almorzar o picar algo. Los menús son variados y los atractivos van desde degustar un cono de fritas clásicas o aquellas que vienen con salsas y toppings,hasta sentarse con más tiempo en el restaurante Central, El Fogón o los patios internos bajo resguardo.

 Matías Nahuel López, conocido como El Tute de Lanús, mientras atiende a los clientes
Matías Nahuel López, conocido como El Tute de Lanús, mientras atiende a los clientes LA NACION

El sándwich asado con cuero está a $9500 en Limousin grill, en tanto y por el mismo valor también está la burger roast beef, con panceta, tybo, carré, aderezo. Le sigue también un sándwich braseado con aderezo por el mismo precio. El chorizo ahumado con cáscara de nuez pecán está en $6500. Así también el asado de cuero madurado en $8909. Todos los productos son de la raza Limousin, pagando en efectivo se aplica un descuento importante.

En otro food truck una hamburguesa roza los $6200. El mismo producto con queso tybo $8100. La hamburguesa completa llega a los $9500. El churrasquito con queso tybo $8700, el churrasquito completo $9900. El combo de papas fritas $3900, mientras que el superpancho $4100. Las bebidas están entre los $3000 y $4700. Las medialunas para merendar están en $1500 mientras que las medialunas rellenas en $3000. En tanto, el roll de canela $4500 y el classic $7000. El wrap de bondiola $8000. Los express doble $3000 y el submarino $2500, el te $2000. El agua y las gaseosas $2900. La cerveza también ronda los $4300 y $4700.

Los food trucks de la Rural
Los food trucks de la RuralLA NACION

El combo de dos superpanchos más dos bebidas $13.700. En los Super Panchos, el hotdog con salchicha alemana, el estilo newyorkino, mexicano y americano cuestan $5200.

Para quienes quieren sentarse en una mesa al resguardo de las bajas temperaturas, también hay propuestas de los restaurantes internos. En La Pulpería y en Niágara, los cortes van desde un bife de chorizo por $24.500 hasta el asado criollo por $28.800, el vacío por $26.000. La entrada, que consiste en una empanada criolla por $2400 y el chorizo puro de cerdo por $3900. Las guarniciones están en $6800, mientras que las minutas $15.500. Los postres están en $5900.

La gastronomía, otro punto fuerte de la exposición
La gastronomía, otro punto fuerte de la exposiciónHernán Zenteno

Una alternativa para aprovechar los días bajo el sol, Los Fuegos, que asa la carne a la intemperie y tiene bifes de chorizo a la criolla por $12.000. La parrillera a la provoleta por $12.000, bondiola braseada a la barbacoa por $12.000 y el chorizo ahumado por $8500. El cono de papas chico por $5500, mientras que el grande $9000.

Los food trucks son las alternativas más accesibles de la Rural
Los food trucks son las alternativas más accesibles de la Rural LA NACION

En uno de los últimos food trucks que se sumaron este año, el choripán cuesta $5500, mientras que el sándwich de bife de chorizo de pan y carne $9500.

El Restaurante Central ofrece un menú A, B y C, cada uno con entrada o postre, un plato principal, guarnición y bebidas sin alcohol. El menú A tiene un costo de $45.000. El menú B consta de una entrada a elección, un plato principal, guarnición, postre y bebidas preseleccionadas, por $70.000. En tanto, el menú C incluye una selección de entradas generosa, al igual que los platos principales, guarnición y postres a elección, similar a las bebidas por $100.000.

La gente mientras hacía fila para comprar un sándwich
La gente mientras hacía fila para comprar un sándwichLA NACION

Cuánto sale comer en Güerrín, la pizzería más buscada de Buenos Aires en 2024

Fuente: IProfesional – Güerrín fue fundada en 1932, unos años antes que el Obelisco y se convirtió en un ícono de la avenida Corrientes y una parada obligatoria para los turistas.

Güerrín, una de las pizzerías más emblemáticas de Buenos Aires, sigue atrayendo tanto a locales como a turistas. Fundada en 1932 y ubicada en la famosa Avenida Corrientes, Güerrín es sinónimo de pizza porteña, destacándose por su masa gruesa y generosa cobertura de muzzarella.

Se transformó por completo, de lo que fue el día de su apertura, atendiendo a una única barra para comer al paso; a atender a casi 1000 personas por día. En 2024,comer en Güerrín es unaexperiencia que combina tradición y sabor a precios únicos.

Durante la época dorada del teatro, el local se pobló de reconocidas figuras que pasaban a degustar una pizza e iluminaban de flashes el negocio. Desde Jorge Porcel, Alberto Olmedo, Tato Bores y hasta Susana Giménez, fueron algunos de sus ilustres visitantes.

A la barra se le sumó más adelante el salón familiar y luego el segundo piso lo que le dio capacidad para atender a más de 800 personas. Y en cada jornada, en sus cinco hornos hornean a leña alrededor de 1000 pizzas.

Sus famosas pizzas al molde se amasan a mano y llevan la salsa especial de la casa, que se hace con tomate perita, orégano, ají molido, ajo y sal. Siendo la pizza de mozzarella con fainá el clásico entre los comensales. Los fines de semana la clientela se incrementa y pueden llegar a despacharse 1.500 pizzas por día.

Horarios y ubicación

  • Corrientes 1368
  • Abierto todos los días de 11 a 01 hs
  • Funciona sin reservas
  • Instagram: @pizzeriaguerrin

Güerrín sigue siendo una parada obligatoria en Buenos Aires para aquellos que desean disfrutar de una auténtica pizza porteña

Güerrín sigue siendo una parada obligatoria en Buenos Aires para aquellos que desean disfrutar de una auténtica pizza porteña

Cuánto sale una cena en Güerrín, la pizzería más emblemática de la Ciudad de Buenos Aires

Sobre las cuadras donde la calle Corrientes se convierte en peatonal hay diferentes opciones gastronómicas para completar el paseo por la Ciudad de Buenos Aires.

Por dar un ejemplo, una pizza chica de muzzarella cuesta arriba de los $13.000 en Güerrín. En cuanto a las bebidas, mientras que cada chop de cerveza vale arriba de los $3.000, las gaseosas, el agua mineral o saborizada rondan los $2.000. De esa manera, para dos personas se calcularía un monto aproximado entre los $17.000 y $19.000 en total y teniendo en cuenta una cena low cost.

El costo de una cena en grupo en Güerrín

Según un video reciente de TikTok, los precios de Güerrín se han ajustado para seguir siendo competitivos en el mercado porteño.

  • Una pizza de muzarella y provolone: $24.700
  • Schweppes de pomelo; $2400 (por persona)
  • Jarra de fernet com coca: $8.300
  • Heineken (tirada) $9600
  • Faina $1.100
  • Sopa inglesa; $7.100
  • Tiramusú: $7.100

Considerando una cena para un grupo de 4 personas, una cena en Güerrín tiene un valor aproximado de $90.000. Este número puede variar dependiendo de la cantidad de bebidas, si la cena incluye postre y cantidad de personas.

Experiencia y ambiente

Comer en Güerrín no es solo una cuestión de degustar una excelente pizza, sino también de sumergirse en una experiencia única. La pizzería mantiene un ambiente bullicioso, característico de la Avenida Corrientes, donde se mezclan el ajetreo de la ciudad con la calidez del servicio. Los camareros, muchos de los cuales llevan años trabajando en Güerrín, añaden un toque de familiaridad y profesionalismo que enriquece la visita.

La decoración del lugar, con sus azulejos clásicos y carteles antiguos, transporta a los comensales a una época pasada, recordándoles la rica historia de este establecimiento. Es común ver tanto a familias locales como a turistas disfrutando de sus comidas, lo que convierte a Güerrín en un punto de encuentro cultural.

Güerrín sigue siendo una parada obligatoria en Buenos Aires para aquellos que desean disfrutar en una auténtica pizzeria porteña. Sus precios accesibles y la calidad constante de sus platos hacen que siempre sea una excelente opción. Ya sea que estés de visita en la ciudad o seas un residente habitual, una comida en Güerrín es una experiencia que combina tradición, sabor y cultura en el corazón de Buenos Aires.

En Parque Avellaneda, el bodegón con bar escondido que puso en valor 80 años de historia gastronómica barrial

Fuente: Clarín Gourmet by Gimena Pepe Arias – En una esquina del año 1943, frente a la plaza Domingo Olivera y a una cuadra y media del Parque Avellaneda se encuentra Olivera, el bodegón. Si bien es un local que tiene décadas funcionando en el rubro, hace apenas unos años tuvo un cambio de firma y remodelación importante, que no sólo modificó el interior, sino que transformó al viejo sótano en desuso en un bar escondido.

Nadie que pase por esa esquina puede siquiera imaginar la magia que aparece bajando esas escaleras. Un bar en honor a los abuelos del creador y a todas las personas que aman el tango.

La comida de Olivera es la que uno espera cuando se sienta en un bodegón de barrio. Sabrosa, casera, platos abundantes y clásicos con alguna vueltita de tuerca, sin ser pretenciosos ni pecar de snobs.

La historia de Olivera, el bodegón

Cristian Díaz Gattuso es un inquieto productor gastronómico que en pandemia, creó un emprendimiento junto a su primo Maxi Luque, en el que vendían “Cajitas del amor”, un box con entrada, principal, postre y ponche. Así, como le sucedió a muchos gastronómicos, los primos fueron surfeando los obstáculos que el modelo momentáneo de vida que nos tocó vivir: el encierro.

Cristian cuenta que un día, en agosto del 2020 pasó por la puerta del bodegón de Parque Avellaneda Yiyo, el xeneize y les dejó una caja con sus productos para que los probaran y si, les gustaba poder hacer lo que se llama pop up, o sea, una o varias noches donde se fusiona la gastronomía del local con una cocina invitada.Bodegón Olivera, colorido y familiar. Fotos: Constanza NiscovolosBodegón Olivera, colorido y familiar. Fotos: Constanza Niscovolos

A los dueños de Yiyo… les encantaron las muestras así que cuando en septiembre el Gobierno de la Ciudad habilitó la mesas en la calle crearon un menú en conjunto y al pop up lo llamaron “vermú y veredita” al que le fue muy bien. Tanto que al día siguiente se reunieron y decidieron seguir con ese acuerdo de unir cocinas.

“Arrancamos de a poco, primero los fines de semana, después se agregó el viernes, más tarde se sumó el jueves. Después, también habilitaron”, cuenta Cristian.

Al mes ya nos habíamos puesto de acuerdo y trasladamos todo lo que era nuestra empresa de catering a Yiyo. Armamos de golpe, de un día para el otro, el restaurante y nos pusimos a laburar mucho”, cuenta Cristian oriundo de Villa del Parque que se fue enamorando lentamente de la zona, de Parque Avellaneda. Música en vivo en Bodegón Olivera. Fotos: @mp1c por Nicolás MaldonadoMúsica en vivo en Bodegón Olivera. Fotos: @mp1c por Nicolás Maldonado

Perteneció al equipo de Yiyo… aproximadamente por dos años. “Hicimos la puesta en valor, como me gusta decirle. Colaboramos en la reconstrucción del lugar”, comenta. También consiguieron que fuera declarado bar notable por el Gobierno de la Ciudad.

Y, justamente en ese momento, en marzo de 2022 se topó con la esquina, donde hoy se encuentra Olivera, que era un bodegón atendido por una vecina del barrio “como podía”. Seducido por el potencial del local Cristian le dejó su teléfono a la dueña y le dijo que cuando quisiera vender el fondo de comercio, lo llamara.

Para su sorpresa, a los tres días sonó el teléfono con buenas noticias: este local histórico para el barrio era suyo. En esas coordenadas hay negocios gastronómicos desde 1943 cuando inmigrantes españoles inauguraron un bar llamado Café del Sol. Vendían barricas de vino por lo que también era una proveeduría, un despacho de barrio. Todavía hoy se puede ver el gancho al que le ponían una soga para bajar las barricas hasta el sótano que era usado como depósito. Bodegón Olivera. Fotos: @mp1c por Nicolás MaldonadoBodegón Olivera. Fotos: @mp1c por Nicolás Maldonado

En los años 70, lo vendieron a otro propietario conocido como “El Tano” quien le incorporó minutas a la oferta del cafetín. Cristián le compró el local a la siguiente dueña, una vecina del barrio que mantenía su ambientación de viejo almacén. Entonces comenzó su ardua tarea para dejar a ese comedero en un bodegón atractivo, lleno de colores, objetos de colección y, sobre todo, con un menú atrayente.

El 14 de octubre de 2022 abrió las puertas Olivera, a secas. La intención inicial era que sea un restaurante pero el mismo público barrial le indicó el camino, por lo que con los meses el nombre se terminó de completar: Olivera, el bodegón.

“La gente no sabe que la Capital Federal tiene una zona oeste, creen que el oeste es Ramos Mejía. Pero Parque Avellaneda es un barrio que todavía tiene casas bajas. Es un barrio que todavía se ve el cielo porque no hay edificios que te los tape. Hay muchas plazas y el pulmón gigante del Parque Avellaneda… acá cerquita está la Feria de Mataderos hay como un montón de cosas culturales que que están buenísimas”, enfatiza el creador de Olivera con ánimos de que los porteños extiendan su GPS gastronómico hacia otros destinos que no sean los polos gastronómicos ya conformados.Leo, el alma de la cocina de Bodegón Olivera. fotos Constanza NiscovolosLeo, el alma de la cocina de Bodegón Olivera. fotos Constanza Niscovolos

Qué comer en el bodegón Olivera

La carta está al mando del chef, un apasionado por la cocina, Leonardo Díaz y se divide en cinco secciones: entradas, pastas, cazuelas, milanesas y parrilla.

Para comenzar se lucen las empanadas porteñas fritas ($ 1.600) de mondongo, carne a cuchillo, verdura y mozzarella o de pollo y los infaltables bocadillos de acelga con alioli ($ 5.200). Todas maridan perfecto con la variedad de vermú que ofrecen.

Para los que gusten comer pastas cien por ciento artesanales, en Olivera las sirven en una canasta de pan comestible, los suficientemente firme como para sostener a la comida pero también tremendamente suave, como para comerla a la par de los ravioles ($ 9.800) de calabaza o verdura, los sorrentinos de vacío braseado ($ 9.800), los ñoquis o los tallarines al huevo cortados a cuchillo ($ 9.200, cada opción).Sorrentinos de ossobuco en Bodegón Olivera. Fotos: Constanza Niscovolos Sorrentinos de ossobuco en Bodegón Olivera. Fotos: Constanza Niscovolos

Las cazuelas de barro resultan la opción ideal para los días fríos. Hay mollejas al verdeo, el clásico pastel de papas, berenjenas a la parmesana, risotto de remolacha, goulash y la estrella de los platos de cocina: el pastel de entraña, con puré de calabaza asada con relleno de centro de entraña desmechado al vino tinto, con tomates confitados y yema de huevo rebozado frito. Cada opción cuesta $ 13.000.La cazuela más pedida: pastel de centro entraña. Fotos Constanza NiscovolosLa cazuela más pedida: pastel de centro entraña. Fotos Constanza Niscovolos

Las milanesas vienen con una montaña de papas fritas (bien gruesas y potentes) con doble cocción. Tienen seis opciones de cubiertas y cuestan desde $ 11.600.

De la parrilla al carbón (con un toquecito de madera) se destaca la parrillada para compartir servida en antiguos braseros del abuelo de Cristian. La clásica trae 8 costillas de asado, pollo, chorizo, morcilla,chicnhulines, riñones y carne de cerdo. Acompañado por papas fritas o ensalada ($42.000 comen de 2 a 4 personas). La parrillada Olivera suma vacío y mollejas ($48.000).

La hora dulce llega con tiramisú de la abuela ($ 7.000), flan casero ($ 7.000) y panqueques flambeados de dulce de leche ($ 8.000) entre otras opciones.Milanesa a la napolitana de Bodegón Olivera. Foto: Constanza NiscovolosMilanesa a la napolitana de Bodegón Olivera. Foto: Constanza Niscovolos

Los mediodías, de miércoles a viernes, sirven menú «para que el laburante no pase frío y coma sentado» con plato principal, postre o café y bebida sin alcohol, por $ 7.500. Los miércoles, las mesas de mujeres tienen un 10% de descuento. No se cobra cubierto.

Cómo es Populacha, el bar escondido de Parque Avellaneda

El sótano que estaba anulado, lleno de telas de araña y objetos olvidados en el tiempo, al cabo de un año se transformó en un bar al que no se le escapa ningún detalle.

“Se me ocurrió la idea de armar un bar temático que esté ambientado en los años 50, la época de oro del tango. Empecé a hablar con los vecinos y di con una vecina en particular con Betty que su marido hacía dos años que había fallecido y él era aficionado el tango y había coleccionado artículos y un montón de objetos por más de 40 años”, rememora Cristian.

En base a eso fue formando parte del bar que cuenta con una colección de libros de tango antiguos, una colección de fotos de Ignacio Corsini, partituras de piano que tienen más de 90 años, fotos antiguas de Buenos Aires y un bandoneón regalo de un amigo cuyo padre había sido presentador de tango y asegura que fue tocado por Aníbal Troilo, mientras Roberto Goyeneche le ponía la voz a la velada tanguera.La barra del bar escondido de Bodegón Olivera. Fotos: Constanza NiscovolosLa barra del bar escondido de Bodegón Olivera. Fotos: Constanza Niscovolos

El rincón especial de Olivera se llama Populacha. “No sabía como bautizar al espacio y un día, mirando las partitura original, veo el nombre Populacha, que es un tango de los años 30”, relata Cristian. “Me pareció ese maridaje perfecto entre la mujer y el tango”, prosigue el dueño mientras muestra con orgullo el techo del bar escondido que muestra ilustraciones de la cara de Tita Merello gigante. El bar escondido de Bodegón Olivera. Fotos Constanza NiscovolosEl bar escondido de Bodegón Olivera. Fotos Constanza Niscovolos

También aparecen Isabel “La Coca Sarli”, Eva Perón en su etapa de actriz y Moria Casán “de jovencita”. “Me parecieron cuatro mujeres que hablan como de diferentes contextos sociales siempre como alzando la bandera de la mujer en diferentes momentos”, explica Cristian.

Otra de las sorpresas subterráneas es una mini almacén, para homenajear al viejo almacén que solía funcionar en esa locación en los años 40. También tiene una cava con espacio para 600 botellas.

https://6ddfd126efcc40613e72a21588355d0f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlLa barra de Populacha. Fotos: @mp1c por Nicolás MaldonadoLa barra de Populacha. Fotos: @mp1c por Nicolás Maldonado

Luces bajas, una barra antigua, sillas de madera y sillones con su respectivas mesitas ratonas hacen que uno cambie el switch automáticamente. Ya no estás en Olivera, estás en Populacha.

La carta de coctelería la hizo el reconocido bartender Fede Cuco y muestra coctelería clásica de ayer y de hoy. Cuestan, desde $ 4.300 hasta $ 10.000. Por el momento solo se puede consumir bebidas, a modo de previa o post cena. La comida se sirve en el salón.

Olivera, el bodegón. Abre de miércoles a domingo, de 12 del mediodía hasta la 1 de la mañana. Populacha abre sus puertas a las 19 horas, los sábados el cierre se puede extender. Av. Olivera 901. Instagram: @olivera.ar