«Estamos regalados». La noche porteña, copada por chilenas y brasileñas que arrasan en boliches y restaurantes

Fuente: La Nación ~ Eliane baila rodeada de diez compañeras de trabajo. Como si se hubieran puesto de acuerdo, su disfraz de novia de color blanco con mascara veneciana y corona con velo resalta aún más entre las chicas que están completamente enfundadas de negro con los labios de rojo. Están de fiesta por su despedida de soltera y tienen prevista una agenda movida.

“Llegamos el jueves desde Asunción y nos vamos el lunes. Los pasajes, el hotel y el transfer nos salen bastante baratos: US$400 por cabeza. Trajimos dólares que cambiamos a $289. Del Golden nos vamos en un mini bus a recorrer discotecas y el domingo tenemos entradas para ir a la fiesta Bresh”, dice Roxana que parece la organizadora del tour. Según cuenta, ella ya ha estado en Buenos Aires en cuatro o cinco oportunidades y esta es la segunda vez que visita el país en plan despedida de soltera.

“Estamos regalados”, acota Omar Capalbo, dueño del boliche Golden/Dorsia y presidente de la Cámara Empresaria de Discotecas y Entretenimiento de la Ciudad de Buenos Aires (Cedeba). Hoy sus clientas son extranjeras. “La entrada sale $3000, es decir que pagan US$10, que para ellas son un café y una medialuna. Comen unas pizzas y ven un espectáculo. Nos viene bien que vengan, pero también nos tendría que ir bien a nosotros, los argentinos”, completa.

Según datos del ministerio de Turismo, entre el 1° de enero y el 7 de agosto pasado se contabilizaron 3.422.514 visitantes extranjeros al país, generando un ingreso de US$1691 millones. En julio ingresaron US$323,6 millones por turismo, lo que representó una recuperación del 88% con respecto al mismo mes de 2019. En tanto, en cantidad de turistas, la recuperación ya es del 61% frente a la pre-pandemia.

Los turistas vienen de Brasil (22,3%), Uruguay (19,3%), Chile (10,8%), Paraguay (10,7%), Estados Unidos (8,5%), España (4,1%), Bolivia (3,5%), Perú (2,4%), Colombia (2,2%) y Francia (2,2%). ¿Qué hay detrás de este boom? Según Fernando Marull, socio de la consultora FMyA, si se toma la cotización del blue, los países vecinos tienen el mejor tipo de cambio en 20 años en relación a la Argentina. Para el caso de Uruguay, por ejemplo, ya no se hablaría de un 2×1 sino de un 7 a 1.

LA NACION realizó una típica recorrida de salida nocturna que incluyó cena con show en Madero Tango y boliche con espectáculo y tragos en Golden/Dorsia. El costo total de la noche ascendió a US$39,5, tomados a la cotización del blue. Un plan similar en una ciudad de las grandes en Estados Unidos ronda los US$100, en Chile, US$54, en Brasil, US$57, y en Uruguay, US$58,75.

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Comparación del gasto total por persona según el país.

Esta es una buena noticia para muchos comerciantes que viven del turismo, pero también genera problemas, como la falta de gasoil en las fronteras. Además, la contracara del peso barato son los sueldos devaluados de los argentinos. “Hola, ¿me decís en qué mesas hay clientes de Brasil?” “Son todos brasileños, menos dos mesas de argentinos y una de chilenos. Acá se fala portuñol”, responde uno de los encargados de salón de Madero Tango. En las mesas hay desde una pareja de San Pablo de luna de miel hasta un grupo de cinco mujeres de Natal de viaje “sin hombres” y una brasileña que estudia en Buenos Aires y recibió la visita de su familia oriunda de Espírito Santo, un estado del sureste de Brasil. “Está barato. Sobre todo, la comida. La ropa no tanto”, dice Luisa que estudia medicina en la UBA. En tanto, Raquel, que encabeza el grupo de amigas, dice que Buenos Aires está “perfeito” y frota los dedos índice y pulgar, gesto que indica universalmente la noción de dinero.

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La pareja recién casada de Vinicius y Andressa está aún más contenta. “Para nosotros Buenos Aires está muy conveniente por el tipo de cambio: un real es igual a 50 pesos argentinos. La comida es buenísima y la ciudad nos gusta mucho porque nos recuerda a Italia. No tiene el Coliseo, pero tiene la avenida 9 de Julio y también la avenida Corrientes que me recuerda a Nueva York”, asegura Vinicius. La cena show en Madero Tango sale 110 dólares oficiales o $14.000. Y no solo copan Madero Tango, sino que los brasileños son los principales comensales de Cabaña Las Lilas en el horario del almuerzo. “En general pagan con reales y a veces con los pesos argentinos que les quedan. Acá tomamos el real a $55 y una comida para una persona con postre y bebida puede salir entre $10.000 y $12.000”, dice uno de los recepcionistas. Serían 200 reales o US$38,68 al tipo de cambio de ellos. En tanto, otra fuente a cargo de los negocios de uno de los boliches más top de Buenos Aires dice que la clientela extranjera es predominantemente uruguaya y chilena y que pagan la entrada entre $2000 y $3000. Pero, agrega, que cuando concurren extranjeros en general les piden comprar una botella que puede salir $14.000. Si compran una mesa para ocho personas pueden abonar $150.000. “Depende del lugar: hay lugares que salen más caros y otros más baratos, pero pagan en pesos argentinos. Todos cambian en el blue y a los negocios les sirve”.

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Valeria Caneda, gerenta del Golden y coreógrafa del lugar, dice que, si bien la entrada sale $3000, a ese valor se pueden sumar tragos que salen $850 cada uno: “La mayoría de las clientas de los fines de semana son chilenas que llegan el viernes y se van el domingo porque vienen exclusivamente al show por despedidas de solteras o cumpleaños. No hacen nada más y generalmente consumen mucho. Son muy buenas consumidoras de alcohol”. Sin embargo, la ecuación no terminaría de cerrar para algunos empresarios, que dicen que cobran al tipo de cambio oficial mientras que sus costos aumentan al ritmo de la inflación, o de la cotización del dólar blue. Cristian Caram, dueño de Madero Tango, explica que al mes de julio ya están al 95% de pasajeros respecto de la prepandemia, pero, si se considera la facturación en dólares, están a menos de la mitad que en 2019. “En primer lugar porque antes el blue estaba a $45 o $50. Además, nosotros vendemos al dólar oficial y los brasileños o chilenos quieren pagar en pesos argentinos habiendo hecho previamente el cambio. Uno aprovecha el flujo de gente y el negocio sigue siendo rentable, pero el combo de inflación volando al 90% anual, las paritarias y la cotización del dólar blue hacen que la ecuación no sea la mejor”, señala. Desde el sector, hoteles y agencias de viaje están impulsando contar con un dólar diferencial –al igual que otros rubros como el del vino y las pymes- para acercarse más a las cotizaciones del dólar paralelo y no perder tanto por la brecha cambiaria. Para Caram, en tanto, con que se pudiera facturar al dólar del turismo emisivo a $240 la situación sería mejor. Por otro lado, quien visita el país sigue comprando dólares al blue porque el anunciado Dólar Turista, por el cual se iban a poder vender las divisas al tipo de cambio MEP en bancos, sigue sin estar operativo. Casi ninguna entidad avanzó con esta posibilidad porque la Comunicación “A” 7551 del Banco Central establecía que no era obligatorio, es decir que quedaba librado a los bancos y las casas de cambio ofrecerlo. Solo el Banco Nación confirmó que lo tiene operando en forma de test en la sucursal Bulnes, en la avenida Rivadavia al 3700, en el barrio porteño de Almagro. En estos días estarían evaluando su funcionamiento. Fuentes de la cartera de Turismo, en tanto, declararon que se está trabajando en mejorar el mecanismo para que los turistas puedan acceder a ese tipo de cambio, pero utilizando las tarjetas de crédito.

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El presidente de la Asociación de Comerciantes de la calle Florida, Héctor López Moreno, dice que el movimiento en la tradicional peatonal también se ha recuperado y que hay muchos turistas de países vecinos que aprovechan la diferencia cambiaria. “Hay mucha gente de Brasil, de San Pablo, que tiene buen poder adquisitivo. Muchos uruguayos vienen con todo contratado y están enloquecidos con el teatro. Después tenemos mucha gente de Paraguay y de Bolivia, especialmente de Santa Cruz de la Sierra, que también están pasando un momento interesante con su moneda. Y también están los chilenos, pero cruzan más a Mendoza”, describe. Consultado acerca de qué compran, dice que a los brasileños les gusta muchísimo el cuero, además de la indumentaria, carteras, zapatos. El uruguayo, dice, es más de la ropa de vestir. “Aunque cuando encuentran algo muy bueno de cuero se lo llevan”, agrega. Caram, dueño de Madero Tango, dice que en Buenos Aires siempre hubo un flujo turístico muy significativo y que ahora la expectativa es que va a haber mucho más porque aún no se recuperó el número de vuelos respecto de la pre pandemia. Según el principal concesionario de aeropuertos del país, Aeropuertos Argentina 2000, el movimiento de aeronaves y la cantidad de pasajeros siguen por debajo de la pre pandemia. Si se compara julio de 2019 contra el mismo mes de 2022, Brasil está un 37% abajo en movimiento de aviones y en -30% si se tiene en cuenta el número de pasajeros. Chile, Paraguay y Uruguay también están abajo en número de pasajeros y vuelos. Las únicas excepciones que crecieron son Bolivia y Colombia. “Si vas por la calle Florida o las Galerías Pacífico vés que la gente compra, compra y compra. Hay cosas que se desfasaron de precio como la ropa, que no está tan barata, pero arrasan con las vinerías y, en términos de comida, estamos regalados”, suma. Según sus cálculos, la tarifa promedio de una comida era de entre US$50 y US$60 en 2019 y ahora está en US$25. “Cualquiera que haya ido a cualquier parte del mundo sabe que por US$25 no se compra nada. Yo te voy a buscar al hotel, te doy de comer con entrada, plato principal y postre, todas las bebidas incluidas, te pongo un show y te vuelvo a llevar. Son US$25 que en 2019 eran US$55”, cierra.

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