Cuenta regresiva para el Primer Festival de Cervezas Extremas de América Latina

Fuente: Mundo Cerveza ~ Se realizará el 25 y 26 de mayo en el Estadio Ciudad de Caseros.

«El 25 y 26 de mayo se realizará en la ciudad de Caseros, partido de Tres de febrero, provincia de Buenos Aires, el primer festival de cervezas extremas del Latinoamérica organizado por la cervecería Juguetes Perdidos. Habrá más de 250 variedades de cervezas especiales presentadas por 58 cervecerías nacionales e internacionales». Así comienza la información sobre la primera edición del certamen.

Luego señala que «el Festival contará con la presencia de las mejores cervecerías artesanales nacionales y muchas de las cervecerías internacionales más relevantes del mundo». Y añade: «Es la primera vez que se realiza un evento de estas características en nuestra región, siendo usuales en Europa y Estados Unidos, lo que posiciona al movimiento Craft argentino en un nuevo nivel internacional».

Detallan que «las cervezas consideradas ´extremas´ son aquellas que poseen características únicas de sabor y aroma, usualmente Barrel Aged (añejadas en barricas), Sour (acidificadas con fermentación mixta) y Hop Bombs (cervezas lupuladas en extremo)».

Sobre el Festival

Los organizadores puntualizan que «el FCE Juguetes Perdidos tendrá lugar el 25 y 26 de Mayo de 2019 en el Estadio Ciudad de Caseros (Av. Justo José de Urquiza 4372, Caseros), sede del Club Estudiantes de Buenos Aires». Y comentan que «los Accesos VIP se encuentran agotados debido al éxito de la pre-venta. Aún quedan Ingresos Generales para ambos días».

También comentan que «los horarios varían según el tipo de ticket: los accesos VIP (grupo reducido) ingresan a las 13 hs. y la entrada general se habilita a partir de las 15 hs. El festival finaliza a las 21 hs, aunque el cierre de las canillas será a las 20.30 hs.».

Otro de los puntos destacados es que en «ambas jornadas abrirán con los mismos litros de las mismas variedades, para que todos los asistentes puedan disfrutar de las canillas nacionales e internacionales que se presentarán en exclusiva en el evento».

Las entradas incluyen acceso al evento, kit de bienvenida con copa exclusiva del evento, colgante para la copa, una guía de cervezas extremas (que cuenta con una búsqueda de doble entrada, por cervecería y estilo, para poder decidir previamente qué variedades degustar) y 15 tokens para consumiciones. Se podrán comprar tokens adicionales en el evento.

Las entradas pueden comprarse online a través de la plataforma Eventbrite (buscando el evento del FCE) o en los puntos de venta habilitados: Tap Room Juguetes Perdidos, Bélgica Caballito, Desarmadero Bar, 1870 Avellaneda y Banfield, Prinston y Burza.

El festival tendrá un espacio gastronómico con food trucks y otro de entretenimiento. También contará con un bottle-shop con cervezas para llevar, donde contaremos con las mejores etiquetas nacionales e internacionales. El evento no se suspende por lluvia.

La semana anterior y la semana posterior al fin de semana del evento, se llevarán a cabo actividades complementarias como cocciones colaborativas con invitados internacionales, tours cerveceros, cenas de armonización con cervezas exclusivas y Tap Take Overs. (los detalles serán comunicados muy pronto).

Cervecerías Participantes

Sobre las cervecerías participantes

Las cervecerías participantes representan a 16 países de 4 continentes. Muchas de las marcas internacionales llegan al país por primera vez en su historia, presentando cervezas premiadas y reconocidas mundialmente.

Las cervecerías internacionales invitadas fueron seleccionadas por su alto nivel de calidad y por su impronta dentro del mundo cervecero: algunas como Mikkeller (de Dinamarca) y Brewdog (de Reino Unido), 3 Fontainen (Bélgica) o The Rare Barrel (USA) son consideradas por muchos colegas como las mejores cervecerías del mundo.

Las cervecerías nacionales invitadas fueron seleccionadas por los organizadores por ser referentes del movimiento craft en el país, con una representación federal que incluye Mar del Plata, Bariloche, Mendoza, Córdoba, San Luis y Buenos Aires.

Cada cervecería presentará entre 2 y 6 variedades extremas, en las categorías Barrel Aged, Sour Beers y Hop Bombs.

Sobre los Organizadores

Este Festival es organizado por Juguetes Perdidos, pionera en la elaboración de estos estilos extremos en Argentina con los que logró numerosos premios internacionales.

En 2018 Juguetes Perdidos consiguió 37 reconocimientos en competencias, incluyendo 3 veces el título de Mejor Cervecería Americana en el Concurso Internacional Aro Rojo (Támpico, México), Copa Latinoamericana de Cervezas (Lima, Perú) y Copa POA (Porto Alegre, Brasil).

También fue reconocida como la Mejor Cervecería Argentina en los World Beer Awards de Londres, UK.

En 2019 se consagró en la Copa Pura Vida Indie en Costa Rica, la competencia más importante del mundo de cervecerías independientes, donde obtuvo 8 medallas quedando al tope del medallero con los títulos de Mejor Cervecería Argentina y Mejor Cervecería Independiente de la Copa.

Sobre el Apoyo Municipal

El Municipio de Tres de Febrero es uno de los únicos en el país que cuenta con una ordenanza específica para la regulación y promoción de la actividad cervecera artesanal. Mediante el apoyo a las actividades que realizan las cervecerías, estamos logrando posicionar en forma conjunta al distrito como un polo cervecero relevante a nivel nacional.

Estuvimos en la presentación de “El Clásico”, el primer bar de Quilmes ubicado en el centro porteño

Fuente: Mundo Cerveza ~ Quilmes abrió las puertas de su primer bar “El Clásico”, ubicado en las calles Esmeralda 574 (casi Lavalle), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Desde la cervecera señalan que la nueva opción cervecera se da “con el objetivo de ampliar la experiencia que se vive en su Parque Cervecero en Quilmes. El Clásico es una propuesta simple, donde la cerveza más fresca y la gastronomía típica argentina se unen para que más argentinos puedan disfrutar un momento de encuentro”.

La iniciativa forma parte de un plan de expansión de ese formato. En esa línea, se informó que “la compañía proyecta abrir cinco bares más este año, de distintos formatos y tamaños, con una inversión total de $ 30.000.000. Todos estarán ubicados en la región AMBA y GBA. La próxima apertura será en Arenales y Agüero”.

Sobre el bar, desde Quilmes destacan que “con la cerveza como el corazón de la propuesta, en este nuevo espacio se puede disfrutar la Quilmes Clásica sin pasteurizar y todas sus variedades tiradas además de su Red Lager, hasta hoy solo disponible en el Parque Cervecero. También se ofrece Quilmes Lieber para aquellas personas que quieran disfrutar una cerveza sin alcohol”.

Y a modo de descripción puntualizan que “El Clásico ofrece un menú típico argentino que combinan calidad y buen precio. Se puede disfrutar de los platos clásicos como pizzas, empanadas, picadas y sándwiches, acompañados de la cerveza más fresca, traída directamente de la Cervecería, en todas sus variedades: Clásica, Red Lager, Stout y Bock. Asimismo, durante la mañana se servirá el típico desayuno argentino, café con leche con medialunas”.

“Poder acercarle al consumidor parte de lo que viene pasando en el Parque de la Cervecería hace años, con una propuesta bien nuestra, con una marca tan popular y relevante para los argentinos, nos llena de alegría” afirma Giannina Galanti Podestá, Directora de Marca Quilmes.

Además, Galanti Podestá subraya que “El Clásico se trata de una propuesta simple, de calidad y argentina. Queremos ofrecerle a la gente un espacio donde puedan disfrutar de una muy buena cerveza, comida argentina y pasar un buen rato con familia y amigos. Es un lugar donde se puede ‘respirar’ a Quilmes en cada uno de sus rincones: Rock nacional, Comida Argentina y Fútbol”.

El Clásico estará abierto de 10 a 22 de lunes a miércoles y de 10 a 23 los días jueves y viernes, lo que lo convierte en un punto de encuentro estratégico para quienes estén de paseo por el centro porteño, trabajando o busquen una alternativa de after-office.

Las cervecerías artesanales le dan pelea a la crisis

Fuente: Clarín ~ Pese a la caída del consumo y la menor rentabilidad, los locales cerveceros subsisten por sus bajos costos. ¿Cuánto cuesta una franquicia?

En 2018, las cervecerías artesanales tuvieron su momento de esplendor. Solo en el barrio de Palermo había 200 locales de este estilo, que se transformó en el preferido de los adultos jóvenes y crecía bajo el impulso de las nuevas tendencias de consumo y con costos más bajos que los bares tradicionales. En los últimos doce meses, al sector le llegó el embate de la crisis, pero pese a la caída del consumo, las cervecerías dan batalla. Con un costo de $250 a $350 por un combo de hamburguesa, papas y birra, estos locales están por debajo del gasto corriente que supone cenar en un restaurante.

En la Argentina estiman que existen unas 800 fábricas de cerveza artesanal. Lucas Lico, presidente de la Cámara Argentina de Cerveza Artesanal, cuenta que a partir de mayo del año pasado, cuando se produjo la primera devaluación fuerte, “el mercado dejó de crecer a tasas altas y se estabilizó. Y partir de este año está comenzando levemente a decrecer”.

El consumo de cerveza artesanal en Argentina es bajo, solo representa el 3% del total del mercado total. En los Estados Unidos, donde este segmento está mucho más desarrollado, llega al 14%. “Eso nos muestra que debería haber margen para que el mercado crezca”, indica Lico.

“Hasta el año pasado manejábamos un margen más interesante que otros rubros, pero desde la devaluación se acotaron mucho. Perdimos casi un 30% de rentabilidad por no poder trasladar el aumento de los costos”, explica Lico. El sector emplea a 6.500 personas en forma directa. “Damos trabajo a la misma cantidad de gente que la que emplean las dos empresas líderes -el grupo Ab Inbev (Quilmes) y CCU (Heineken)- cuyas marcas representan el 97% del consumo total”.

La cantidad de locales gastronómicos que se acomodan bajo este paraguas es incierta. Pero Lico asegura que solo en Palermo llegaron a registrar 200. Los bares cerveceros son variados: están los que trabajan bajo una franquicia, como Antares, Barbarroja o Cervelar; los que venden cervezas multimarcas y los que nacieron como una fábrica y hoy tienen uno o varios locales.

En esta última categoría está Quiquia. “Empezamos en el 2015 a hacer cerveza con mi hermano”, cuenta Matías Andreatta. “Arrancamos en Pilar con una fábrica chiquitita, para producir 2.000 litros por mes. En enero de 2017 abrimos el bar y un año más tarde tuvimos que mudarnos a un lugar más grande. Hoy estamos fabricando 28.000 litros por mes, de los cuales 8.000 se venden en el bar y los otros 20.000 se distribuyen en otros canales. Ahora estamos proyectando dos bares más, uno en San Miguel y otro en Campana. En Pilar ya hay 24 bares cerveceros”.

Pese a que les va bien, Andreatta dice que no le escapan a la crisis. “Nuestro rubro es el que más zafa de los gastronómicos, en parte por el fanatismo que hay por la cerveza. Pero nos afecta la suba de costos y la caída del consumo. Los insumos son importados -levadura, lúpulo, cebada- y el gas que usamos se actualiza al ritmo del dólar. Hoy nuestra rentabilidad está 50% por debajo de la que teníamos el año pasado en esta misma época”, dijo el empresario y ejemplificó las dificultades del momento: “Antes producir la cerveza me costaba $20 y la vendía a $55, sin contar impuestos. Hoy tengo $55 de costo y la vendo a $80. No puedo trasladar toda la suba de costos que tengo”.

Desde el sector, sin embargo, remarcan que al tener una menor estructura de costos fijos resisten mejor la época de vacas flacas. “Nosotros tenemos un sistema de autoservicio en el bar, por lo que no necesitamos mucho personal. Y eso impacta a favor en el costo de los platos”.

Además de acotar la suba de precios, para paliar la baja del consumo lanzan promociones y hasta se asocian con torneos de fútbol locales para poner canillas en las sedes y vender por esa vía.

Por más rústico que sea, un bar cervecero requiere inversión. La fábrica de Quiquia -una deformación de chicha, el término que se usa en el Norte para nombrar a la cerveza- requirió de una inversión deUS$250.000. “Un bar cervecero cuesta US$100.000, dependiendo del nivel de estructura y de los arreglos que haya que hacer. Si el local está bien parado y ya tenés las instalaciones de gas y baños, con US$80.000 llegás”, dice Andreatta.

Pablo Rodríguez es socio y fundador de Antares, la cadena de cervecerías marplatense que ya cuenta con 49 locales en distintas ciudades. “El atraso en el poder adquisitivo de la gente repercute en todo el consumo. La categoría venía de crecer al 15 o 20% anual y ahora estamos en una especie de estancamiento. Es difícil crecer en un contexto recesivo y encima el mercado esta hipercompetitivo. Claramente, la supervivencia de algunos emprendimientos se verá afectada. Ya he visto algún local cervecero cerrado, pero hasta ahora no sé de ninguna cervecería que haya dejado de producir”.

Se redujeron mucho los márgenes. En 2018 no hemos podido trasladar ni la mitad de la suba de costos. No podíamos subir la carta un 50% cuando los salarios subieron 20%. La concurrencia cayó 15% y la rentabilidad cayó 30%”, resume Rodríguez.

Pese a las dificultades económicas y la recesión, los planes de expansión de Antares se mantienen. “Estamos con 8 locales en proceso de apertura. El plan no se ha modificado porque esperamos que la crisis pase porque creemos que todavía hay zonas donde un emprendimiento puede ser rentable. Hay cervecerías sin mucha antigüedad que hasta se animan a exportar y a buscar nuevos mercados”.

En la actualidad, la fábrica produce 500.000 litros por mes. Pero el 70% del negocio de Antares pasa por los bares, en los que trabajan bajo el esquema de franquicias. “Un local de Antares requiere de una inversión de aproximadamente US$800 por metro cuadrado. Son locales de 300 metros promedio, así que se necesitan US$250.000 de inversión”.

Gabriel Damiano es empresario del rubro gastronómico. Al hablar del mundo de las cervezas indica que “un punto a favor de este negocio es que la inversión es bastante chica y el costo del fabricación del producto es bastante acotado. En un restaurante tradicional hay que comprar muchos insumos para tener una carta variada y eso genera un costo mayor”.

La contracara es que las cervecerías trabajan pocas horas. “Arrancan a las siete de la tarde y solo los fines de semana se extienden hasta la madrugada. Entonces, para que sea rentable tenés que tener el local lleno y con la gente consumiendo. No te sirve que alguien compre solo un chop y se quede varias horas.” Para ejemplificar otras caras del negocio, Damiano cuenta que está a cargo de uno de los bares notables de Buenos Aires, el café Saint Moritz, en Paraguay y Esmeralda. “El café abrió en 1959 y ahora lo reacondicionamos manteniendo el estilo. Es un bar al que iban Borges y otras personalidades de la época. Un café que es atractivo para porteños y turistas, con mozos que atienden y brindan un servicio como los de antes”.