Alcohol cero: la gastronomía bahiense percibe la aplicación de la medida

Los consultados coinciden en que se tomó de un modo descontextualizado respecto de la actividad. Pero también que algo había que hacer si se pretende reducir el número de accidentes.

“No sé si el alcohol cero es tan necesario en algunos de los horarios de la gastronomía, pero es muy difícil ponerse en contra de una medida que apunta a la seguridad de las personas”.

Lo dijo Adrián Lliteras, empresario del sector de nuestra ciudad, sobre la ley de alcohol cero al volante, sancionada por la legislatura de la provincia de Buenos Aires y publicada en el Boletín Oficial el último 5 de enero.

La disposición prohíbe conducir cualquier tipo de vehículo (con motor) a quien registre una alcoholemia superior a 0 (cero) miligramos de alcohol en sangre. Con anterioridad, se sancionaba por encima de 0,499 m/l.

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“Si tuviéramos más líneas de colectivos, subtes y una mayor cantidad de taxis u otros medios privados, seguramente todo sería más sencillo”, dijo Lliteras.

“De todos modos, me da la sensación de que podría haber algo intermedio. Una persona que va a un bar y comparte un vino no sé si es tan peligrosa para la conducción como alguien que tiene otro consumo de alcohol; es decir, de algo más intenso”, agregó.

Una ley semejante a alcohol cero fue sancionada este jueves 13 por el Senado nacional. Ahora, sólo quedan once provincias sin esta aplicación, más allá de que en casi todas se encuentran proyectos en tratamiento para una eventual sanción.

“Debo admitir que, en principio, no se ven grandes resultados porque es algo reciente y, al aparecer un poco de frío por la estación, se confunde el bajón natural (de clientes)”, añadió Lliteras.

Adrián Lliteras.

“Como todo cambio, seguramente conllevará un tiempo de adaptación y la gente se terminará acomodando. Pero en algo hay que insistir: cualquier medida de este tipo que influye sobre la gastronomía no es buena para el sector”, aseguró.

La modificatoria de la ley 13.927 del Código de Tránsito Provincial, en su Art. 28, también prevé la prohibición a conductores que hayan consumido medicamentos, estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes o sustancias que la autoridad de aplicación, con intervención del Ministerio de Salud, determine como capaces de disminuir la aptitud para conducir.

“Pero no soy yo quien deba precisar la eventual peligrosidad de la conducción con esos parámetros aunque, en tal sentido, aclaro: cero es mejor que cualquier graduación”, admitió Lliteras.

Respecto de los comentarios de los clientes, el empresario señaló que, con anterioridad a la sanción de la ley, ya se habían producido cambios.

“Hace mucho tiempo que, en una salida de cuatro personas, existe un conductor asignado y es quien esa noche no tomará”, sostuvo.

“Además, se utilizan más los taxis y los remises. Y este es un punto importante: lo que pasa acá, y en toda la Argentina, es que el transporte público no es bueno y lo cierto es que algunas medidas, como la de alcohol cero puntualmente, no están acompañadas por los servicios para poder desarrollarlas”, explicó.

“Si estuviéramos en una ciudad con más líneas de colectivos, y mejor cuidadas; subtes; una mayor cantidad de taxis u otros medios privados, seguramente todo sería más sencillo. Pero de esta manera sólo te podés manejar con taxis y acá surgen dos temas: no existen en un número importante y, para muchas personas, hoy resulta un medio de movilidad oneroso”, aseguró Lliteras.

El costo de la bebida

“Nosotros estamos advirtiendo una merma de la gente que viene a cenar y que, luego, tiene que manejar. Si tomamos las últimas cuatro semanas, se trata de una caída de entre un 3 a 5 %. Todavía no nos afecta en forma importante, pero lo notamos”, dijo Julio César Amorosi, otro empresario del rubro gastronómico bahiense.

“Sí me preocupa cómo nos van privando de cuestiones a nivel social. Sin dudas que esto nos afecta y se reduce la posibilidad de seguir trabajando con libertad”, agregó.

“El nuestro es un rubro muy particular para la ciudad. Al ser restorán y parrilla se trata de un nivel de consumidores de una determinada edad y con una mayor conciencia para los cuidados respecto del alcohol”, comentó.

“El tema del alcohol al volante repercute porque estamos desaforados por la crisis. La gente no para de consumir y todo termina luego en accidentes”, sostuvo Amorosi.

“Además, el costo de la bebida es alto y la gente que viene acá no toma en forma indiscriminada y luego sale a la calle”, añadió.

Amorosi admitió, de todos modos, que una medida había que tomar por el número cada vez mayor de accidentes.

“El tema del alcohol al volante repercute mucho porque estamos desaforados por este momento de crisis. La gente no para de consumir y todo termina luego en accidentes”, comentó.

“Al principio nos dolió mucho (la resolución legislativa), pero entiendo que son las reglas del juego. Me parece que es una medida atinada porque, insisto, la gente está muy enloquecida en todos los niveles”, sostuvo.

Julio Amorosi.

“Por eso asumimos el costo. Veremos la forma de sugerirle a la gente que venga con un acompañante para que sea el conductor asignado, o buscar la forma para disponer de un vehículo para que se desplace si es necesario; incluso, esto podría ser a través de convenios con empresas de taxis o de remises”, explicó el empresario.

Entre 0 y 0,5 m/l

“Es cierto es que hay una caída muy importante en las ventas, pero también lo es que no sé si sucede puntualmente por el tema de alcohol cero”, señaló Fernando Rabbione, un empresario bahiense con más de 40 años en el rubro gastronómico.

“En todos lados las ventas se han achicado y a nosotros nos sucede lo mismo. Pero sin dudas que una medida de este tipo siempre repercute, claro”, añadió.

“¿Qué dicen los clientes? No hablan mucho del tema, aunque sí hay una mayor concientización. Pero eso existe desde antes de la sanción de la ley de alcohol cero”, sostuvo.

“Por ejemplo, hoy salen cuatro (personas) y toman tres. Lo que pasa es que, antes, ese cuarto que manejaba algo se tomaba. Porque no es lo mismo 0,50 (m/l) que cero”, contó.

“Existe una mayor concientización por parte de la gente. Pero eso existe desde antes de la sanción de la ley de alcohol cero”, señaló Rabbione.

Rabbione también se refirió a la instrumentación de la medida.

“Hay que ver cómo la aplican, porque si sólo lo hacen en la noche los únicos que nos vemos perjudicados somos los gastronómicos, las cervecerías y los lugares bailables”, aseguró.

“Pero al mediodía también se almuerza con vino o con cerveza. Pregunto: ¿A esa hora no hay alcohol cero? ¿El alcohol sólo emborracha de noche?”, inquirió.

El empresario también vinculó a la disposición con la coyuntura económica.

“Lo que pasa es que no hay plata para andar en taxi o en remises. Más allá del alcohol cero, la gente se retrae y quien tiene un peso trata de guardarlo porque las expectativas a futuro no son las mejores”, aseveró.

Fernando Rabbione.

“¿Qué opinaría si no fuera gastronómico? Que estoy de acuerdo con una medida de estas características, pero ir a cero me parece una exageración”, expresó.

“Yo no tomo alcohol y no tengo una dimensión real del tema, pero conozco gente que viene, se toma una o dos cervezas; un fernet o comparte una botella de champán con amigos. Y cuando sale, con menos de 0,50 (m/l), seguramente, lo hace con todas las facultades. No están borrachos. No sé; es para estudiarlo”, relató Rabbione.

Medios de transporte

Para Manolo Santo, otro de los empresarios gastronómicos de Bahía Blanca, la cantidad de clientes no bajó como consecuencia de la aplicación de la ley de alcohol cero al volante.

“Lo nuevo es que, en una mesa de dos, sólo toma uno. Y se toma menos por pareja. Vemos que la gente se está acostumbrando a que uno del grupo no consuma o, en su defecto, se terminan tomando un taxi”, dijo.

“Tal vez sería bueno arrancar con los controles un poco más tarde, buscando a la persona que realmente toma y no puede manejar”, dijo Santo.

“¿Qué opinan los clientes? Este es un local al que viene gente de más de 40 años y por supuesto que no están conformes”, comentó.

“También se abrió un debate, porque el que está dispuesto a tomar lo hace y sabe que, luego, se hará cargo eventualmente de la multa. Se la juegan”, añadió.

Por otro lado, Santo señaló que la ciudad no acompaña con los servicios para que los comensales puedan contar con alternativas de movilidad.

Manolo Santo.

“No salís con el auto por los controles del alcohol cero, pero acá no hay subtes, ni tranvías ni trenes. Y luego de la una de la mañana no hay micros y, a veces, hasta es difícil conseguir taxis o remises”, comentó.

“Tal vez sería bueno arrancar con los controles un poco más tarde, buscando a la persona que realmente toma y no puede manejar. Es una posibilidad”, sostuvo Santo.

Entre fumadores y ciclistas

“Al margen de las banderas políticas, estoy convencido de que las cosas se hacen por 4 años. Pero cuando uno las proyecta a futuro están buenísimas. Si lo aplicamos a la medida de alcohol cero al volante, los chicos ya crecen sabiendo que si toman no pueden manejar. Se van acostumbrando”, sostuvo Santo.

“Uno de los ejemplos es la bicisenda que hay en la ciudad. Hoy no anda casi nadie, pero en 40 años serán más transitadas. A futuro eso es bueno”, amplió.

“Con la prohibición de fumar en espacios cerrados pasó algo semejante”, recordó el empresario. (NdR: en el marco del programa Ambientes libres de humo de tabaco, el 1 de junio de 2007 se comenzó a aplicar la ordenanza en el distrito de Bahía Blanca para el sector gastronómico y afines. En su momento, se trató de una medida de vanguardia en todo el país).

“Se fumaba en los aviones, en los hospitales; hoy lo pensás y es una locura. Y así vamos a decirlo dentro de algunos años: ‘Antes tomábamos y manejábamos’. Son cuestiones a futuro para mejor que, en algún momento, había que comenzar. Claramente soy conciente de que si tomás, no podés manejar”, manifestó Santo.

“Es cierto que, en su momento, el consumo de cigarrillos dentro de los locales gastronómicos parecía que iba a ser algo problemático para la actividad y al final no lo fue”, rememoró Lliteras.

“Ojalá que con esto suceda lo mismo y que la gente se acostumbre. Porque la idea también es no afectar a una actividad que da muchos puestos de trabajo y es muy importante dentro del movimiento comercial”, amplió.

“Siempre insisto sobre esta cuestión: las medidas son buenas si están acompañadas por otro tipo de servicios que puedan ayudar a que no se resienta”, aseguró.

“Con esta resolución deberemos readecuar todo como cuando no se podía fumar dentro de los restorans”, sostuvo Amorosi.

“En aquel entonces hubo una merma de gente del 40 %. Lo padecimos durante mucho tiempo. Y al final todo se acomodó porque, en realidad, la resiliencia siempre está presente en nosotros”, subrayó.

“La situación de hoy no es comparable con aquella prohibición para fumar en espacios cerrados”, aclaró Rabbione.

“Aquella vez todos nos ingeniamos para tener un espacio o alguna galería para que la gente pueda estar al aire libre. Se pudo hacer, pero ahora no tenés escapatoria. No se puede comparar”, sostuvo el empresario.

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