Gastronomía argentina por el mundo: quiénes son los chefs que se destacan en los cinco continentes

Fuente: La Nación – Tienen restaurantes propios o están al mando de cocinas de prestigio. Los cocineros que se expanden con propuestas exitosas y cruzan fronteras hasta destinos exóticos

Desde tiempos ancestrales, la cocina forma parte de la identidad de los pueblos, y la gastronomía siempre estuvo implícita en la cultura de cada sociedad. Hasta fines de los 90, la gente viajaba por el mundo con su guía de papel, para hacer turismo y conocer lugares, y cada vez que se cruzaban con un argentino, instantáneamente decían: “eh, Maradona”, “no llores por mí Argentina”, o el imbatible grito: “¡Messi!”. Con este trío nos identificaban, y algún viajero más avezado hablaba del asado. A la asociación se sumaban algunos productos: la parrilla, la yerba mate, el dulce de leche y los alfajores, que ostentaban firmes la bandera blanca y celeste.

La parrilla es uno de los íconos gastronómicos argentinos más conocidos en el mundo, y es habitual encontrar este tipo de cocina en la mayoría de las ciudades. Sin embargo, hace una década nació en el mundo otro tipo de turismo, el gastronómico, y con él la región latinoamericana pudo hacerse un lugar. Hoy, la cocina argentina toma protagonismo fuera de las fronteras, gracias al trabajo de los chef que en los últimos años lograron posicionar a la región en el calendario gastronómico mundial y llevar la marca país al exterior.

En ese contexto surge la cocina de identidad argentina, menos asociada a las típicas parrillitas, y más a la carne y al producto de calidad. Es lo que lograron quienes apostaron a la técnica, al conocimiento culinario y a la calidad del producto en los últimos años.

Comenzaron a aparecer propuestas de alta cocina que, mucho más allá del asado, incluyen ingredientes de todo nuestro territorio en sus preparaciones. Por supuesto que las carnes siguen presentes, pero no necesariamente a las brasas. Especias, chimichurris resignificados, frutos rojos, alfajores de estilos modernos y hasta empanadas de alta gama hacen gala de la tradición local, pero con los productos de estación que la zona les ofrece.

Chef dueño de Zoilo (Londres), Diego Jaquet y su propuesta con chorizos en Singapur
Chef dueño de Zoilo (Londres), Diego Jaquet y su propuesta con chorizos en Singapur

Con gorro y delantal blanco, muchos se hicieron un lugar y ganaron reconocimiento. El más nombrado esMauro Colagreco, el platense que nos dio la copa, la estrella Michelin por sus creaciones en Mirasur Francia, y que luego Víctor Trochi ganó por su trabajo en un restaurante, y más adelante obtuvo la suya propia en España. Si nos atenemos a la cronología, la primera fue para el neurólogo-chef argentino Miguel Sánchez Romera, que estudió Medicina y pasó su vida entre quirófanos y cocinas de Europa.

Con las estrellas en mano, la Argentina logró su cuarto de hora, un tiempo acompañado por el talento local, que seguía cruzando fronteras para mostrar su empuje y técnica. Ellos fueron parte de los cocineros que emigraron en los años 2000, época que coincide con el nacimiento del Instituto Argentino de Gastronomía como respuesta a la falta de capacitación en el país, ya que la mayoría de los reconocidos chef de entonces se habían formado en el exterior.

Gran parte de las primeras camadas de egresados de los institutos de cocina profesional decidió, con poco recurso tecnológico para informarse sobre lo que pasaba afuera, salir a probar suerte. Fue la época en que todos los veinteañeros emigrados pasaban una temporada por El Bulli, el icónico y novedoso restaurante de Ferrán Adrià.

Martín Baquero, chef y asesor internacional
Martín Baquero, chef y asesor internacional

Los primeros años, la movida se centraban en Francia, Italia y España (también algo en los Estados Unidos), ya que las escuelas de gastronomía se basaban en técnicas europeas e inculcaban la curiosidad por la señora cocina del Viejo Continente. Todos querían –y siguen queriendo– conocer restaurantes con estrellas y hacer en ellos sus primeras experiencias. Otros decidieron hacer su propio camino y en vez de viajar 12 horas, se sentaron 30 y llegaron hasta Oriente, donde tuvieron que aprender idiomas y tradiciones milenarias.

La mayoría de los que fueron no volvieron. Algunos tienen sus espacios, son protagonistas de importantes cocinas o asesoran proyectos gastronómicos por todo el mundo. Y a este grupo se le fueron anexando las nuevas camadas de egresados. Según datos del IAG, más de 200 de sus graduados trabajan por el mundo.

Los representantes del producto local no sólo están en los fuegos: hay pasteleros, panaderos, investigadores, capacitadores, productores y, por supuesto, parrilleros.

Marcos Scorza se luce en Noruega
Marcos Scorza se luce en Noruega

En la misma línea, también existen numerosas propuestas lideradas por empresarios gastronómicos argentinos que encontraron un espacio para revelar nuestra identidad, y en ellos también está presente el talento argentino dentro de la cocina.

La tendencia actual va mucho más allá de las icónicas ciudades de la alta cocina. Hay argentinos con interesantes y exitosos proyectos en más de 40 países de los cinco continentes, en ciudades y pueblos. Al clásico trío europeo, Francia, España, Italia, se le suman: Portugal; Suiza; Países Bajos; Reino Unido; Alemania; Bélgica; Irlanda; Noruega; Eslovenia; Nueva Zelanda; Australia; Israel; Turquía; Grecia; Dubái; Emiratos Árabes; Bahrein; Qatar; Omán; Hong Kong; Indonesia; Filipinas; Singapur; Tailandia; China; Corea del Sur, y prácticamente todos los países de América.

Como relata el chef y asesor gastronómico internacional Martín Baquero, “en el 2000, cada 10 chicos de 20 años que se iban, volvían uno o dos; el resto se quedaba en Europa. La mayoría nos habíamos recibido en los institutos de gastronomía y salíamos con una base de técnica europea muy buena, como el IAG, o The Bue Trainers. Hoy mismo, si sos un poco pillo, te metés enseguida en la cola y empezás a tomar protagonismo. Eso se fue multiplicando hasta que 10 años después había unos cuantos cocineros con 28, 30 años que encabezaban distintos proyectos, con mucha seriedad. Como Victor Trochi en España, que ganó sus estrellas Michelin igual que Mauro Colagreco en Francia, y así un montón de cocineros. Ibas a un restaurante bueno y había pastelero, jefe de partida, sous chef o chef argentino”. Eso fue clave para la cocina y los cocineros, ya que hoy son ellos los que reciben y acogen a las nuevas camadas que emigran, cada vez más.

Víctor Trochi (en Girona) es uno de los máximos referentes y ganador argentino de las primeras estrellas Michelin
Víctor Trochi (en Girona) es uno de los máximos referentes y ganador argentino de las primeras estrellas Michelin

Sin embargo, para Baquero el panorama mutó bastante: “Es otra la cocina que se está comunicando o viendo, sobre todo menos española, en comparación a la de antaño. Hay, por ejemplo, una corriente de argentinos haciendo cocina nórdica con una vuelta local. Hay un éxodo de gente con más capacidad para irse, porque cuentan con más información que antes no había”.

Baquero cuenta que cuando él mandó su currículum a El Bulli, donde estuvo una temporada, nadie tenía forma de conocerlo. “No había foto ni Instagram ni nada. Hoy la comunicación es otra. Además, si no sos ciudadano europeo, hoy es más fácil conseguir un trabajo, tener información y contactarte con buenos lugares. Buscando la manera de conseguir papeles empiezan a hacerse una red de cocineros, en donde se van pasando contactos. Yo mando muchos chicos a Italia, España, Francia, Londres, Nueva York… Tratamos de darles una mano y meter cocineros argentinos”, dice Baquero, y tira un dato: “Como Londres cerró la entrada de inmigrantes, muchas empresas gastronómicas se quedaron sin gente y cerraron; hoy se puede rendir un examen de inglés y si te toma la empresa, podés trabajar por dos años”. También, asegura: “En cada cocina de un buen lugar siempre pasó un argentino, hay un argentino o está por llegar un argentino”.

En esa movida está Marcos Scorza, en Noruega. “Lo más emocionante que me sucedió fue haber sido el primer extranjero en ser Executive Chef del Grand Hotel en Oslo, el hotel más prestigioso de Noruega, donde se cocina para el Premio Nobel de la Paz; me tocó hacer el servicio para tres Premios Nobel. Hoy estoy en Tønsberg, 90 kilómetros al sur de Oslo”, cuenta el santafecino desde la ciudad más antigua de Noruega, quien además es allí embajador Marca País de la Argentina.

“En el restaurante no uso productos argentinos, pero hago preparaciones argentinas en algunos platos, como por ejemplo el chimichurri de grosellas verdes. También servimos alfajores o membrillo en el petit four”, detalla, y agrega que actualmente hay muchísimos más argentinos, “chicos con ganas de crecer y de explorar el mundo escandinavo”, como la pareja de Romina Yannarello (nacida en Banfield) y Nicolás Peranic (Moreno), que ofrece empanadas argentinas y son un éxito total.

Germán Carrizo y Carito Lourenço, en Valencia, donde su restaurante Fierro ya cuenta con una estrella Michelin
Germán Carrizo y Carito Lourenço, en Valencia, donde su restaurante Fierro ya cuenta con una estrella Michelin

“Mi ilusión era muy simple: quería trabajar en un restaurante que tuviera estrella Michelin”, declara Víctor Trochi, quien luego de pasar por grandes restaurantes y sumarles una estrella, consiguió su sueño y abrió su restaurante en Mallorca, donde ganó su propia Michelin. “Viajo bastante y me doy cuenta de que hay cada vez más restaurantes argentinos o regentados por argentinos. Cada vez son más los que quieren salir del país, sólo en Barcelona somos 15 mil, y estos últimos meses emergieron decenas de locales que venden empanadas, así como en Miami están aflorando parrillas a lo loco”.

Trochi vive en Cataluña y asesora restaurantes. Su concepto es la cocina de mestizaje, pero asegura que cada vez que presenta una carne en la mesa dice: “como soy argentino, no podía faltar en el menú”. También usa bastante el dulce de leche, el obligado chimichurri y la salsa criolla, entre los más habituales.

Florencia Abella llegó desde Campana hasta Suecia y hoy dirige Ekstedt, un restaurante con 2 estrellas Michelin. Ella acaba de editar un libro sobre el asado para una editorial sueca.

El matrimonio de la cordobesa Carito Lourenço y el mendocino Germán Carrizo tiene sus proyectos en Valencia.Fierro ya cuenta con una estrella Michelin y está situado entre los mejores restaurantes de España. Tienen la única empanada con estrella, y Carito es la primera mujer argentina en ganarla.

"Ofrezco maíz, mandioca, cinco tipos de carnes argentinas, dulce de leche, alfajores de varios tipos, pastafrolas y empanadas", dice Mauricio Ghiglione desde Portugal
«Ofrezco maíz, mandioca, cinco tipos de carnes argentinas, dulce de leche, alfajores de varios tipos, pastafrolas y empanadas», dice Mauricio Ghiglione desde Portugal

“Fierro propone un recorrido que comienza en la tradición familiar argentina junto con lo mediterráneo, trabajamos el producto con respeto y desde diferentes perspectivas”, dice Germán y cuenta que Doña Petrona, el otro espacio, es un restaurante de cocina casera, con platos de allá y de acá donde puede haber milanesa, empanada mendocina y una sopa valenciana. Carito se enorgullece de que La Central de Postres, su otro local, ganó el premio al Mejor Roscón de la Comunidad Valenciana.

Si de empanadas se trata, lo que buscan los comensales son opciones muy creativas y es por eso que muchos recomiendan las de Macanudo, en Calella, Barcelona; allí ofrecen por docena a domicilio y en el local, así como tres tipos de milanesas. De postre, claro, tienen el “macanudito de dulce de leche”.

Federico Guajardo llegó a Europa y se quedó. Ganó una docena de premios en Alicante y para los alicantinos ya es “el argentino adoptado por adopción”. Hoy está en el tradicional restaurante Venta de Posa, donde empezó a cambiar las cosas apenas llegó. “Comencé a pulir todo, y de 200 cubiertos a 20 euros, hoy ofrecemos 80 por 45. Es una cocina mediterránea, pero como hay un horno de barro, mantengo mi tradición argentina del fuego y hago pasar todo a las brasas”. Acaba de abrir un lugar más pequeño, Carreter, delante del restaurante que ya cuenta con una mención en la guía Michelin. “Cuando servimos carne, damos una empanada antes; y no falta el alfajor de dulce de leche para el final”.

En Madrid, Alejandro Pitashny y Martín Loeb abrieron Fayer en 2020; ahora ya tienen cuatro restaurantes distintos
En Madrid, Alejandro Pitashny y Martín Loeb abrieron Fayer en 2020; ahora ya tienen cuatro restaurantes distintosOlea

Desde Misiones, Mauricio Ghiglione plantó bandera en Portugal y desde que cruzó el océano, su objetivo principal es demostrar de dónde es y que la Argentina no es solamente asado y buenas carnes. “Vengo de una provincia con una cultura gastronómica ancestral muy amplia y fuerte. Ofrezco maíz, mandioca, cinco tipos de carnes argentinas, dulce de leche, alfajores de varios tipos, pastafrolas y empanadas. Además, tenemos propuestas de catering: ahí sí llevamos las estacas y hacemos todo tipo de fuegos. Sin duda ser argentino me abrió las puertas de un mercado muy grande” asegura.

En Madrid, Alejandro Pitashny y Martín Loeb, socios de Fayer, abrieron la sede madrileña en 2020, y allí suman tres aperturas. “Tenemos cuatro marcas: Fayer, Golda 1 y en breve la segunda, y Golfa, que es un bistró”, explica Pitashny. Fayer lo abrieron unas semanas antes de la pandemia; los otros, en estos tres años. Hasta hace cinco años, a los socios y administradores de Fayer sólo los unía el placer de ir a comer: Loeb es Licenciado en Sistemas y Pitashny, economista. “Invertimos en Fayer Buenos Aires hace 5 años y al año siguiente nos convertimos en los gestores. Ahora estoy abriendo el café de Fayer en la esquina del restaurante porteño”.

Si de vender argentinidad se trata, Pitashny explica: “Para muchas bodegas, Fayer Madrid es el punto de venta on sale más grande que tienen; somos grandes promotores de productos como las carnes argentinas. Pero no lo hacemos de la manera obvia, con la guitarrita y el gaucho, sino que la propuesta es refinada y elegante”.

El sueño de Gastón Riveira es llevar la cocina rioplatense a todas partes; hoy, La Cabrera cuenta con sedes en más de 20 países
El sueño de Gastón Riveira es llevar la cocina rioplatense a todas partes; hoy, La Cabrera cuenta con sedes en más de 20 paísesLouis Ospina

Él comenta que los últimos tres años, Fayer fue votado como uno de los 10 mejores restaurantes de Madrid. “Aunque las listas son arbitrarias: el cliente es el que lo valida. Tenemos una clientela de gente muy reconocida y es un lugar de mucha relevancia en la ciudad”.

El concepto es cocina israelí y parrilla argentina, pero van por separado: “No hago un falafel con chimichurri, tenemos una identidad marcada de dos tendencias gastronómicas que están presentes en la mesa”. La decisión de abrir en el exterior fue porque vieron una oportunidad para llevar la marca a nivel internacional y les fue muy bien.

“Uno se mueve según su contexto y nosotros vivimos de viaje. Exploramos invertir en España para desarrollar nuestros negocios, tanto gastronómicos como inmobiliarios”, explica el economista, y analiza: “No puedo decir si es más negocio invertir en la Argentina o afuera, eso depende mucho de los equipos de la gente, del contexto, del momento. La Argentina es un lugar extraordinario para hacer negocios y España también”.

En Londres también hay varias opciones, como la de Martín Milessi, donde cocina para una sola mesa en una torre de la ciudad; el nuevo Sucre, que armó Fernando Trocca (también en Dubái) con coctelería de Tato Giovannoni, y Zoilo, el proyecto de Diego Jacquet, que ya cumplió 10 años. “Zoilo es un restaurante argentino, pero lo diferencio de las parrillas. La carne tiene un lugar preferencial, porque no podemos despegarnos de un producto emblemático, pero siempre digo que es nuestro mayor producto y nuestro mayor castigo. Queremos mostrar la variedad que se puede comer en cada región de Argentina”, explica el chef propietario de Zoilo y uno de los gestores de Comilona, movimiento nómada que busca promocionar la cocina, el vino y nuestra cultura por el mundo.

Un guiso de abuela presente en el fine dining de Agustín Balbi en Hong King, restaurante con una estrella Michelin
Un guiso de abuela presente en el fine dining de Agustín Balbi en Hong King, restaurante con una estrella Michelin

“Cuando empezamos con la propuesta, fue muy difícil. Ahora se viaja mucho, hay difusión, y la gente busca probar sabores de otras partes, no sólo de Buenos Aires”. A ese deseo de mostrar la diversidad e identidad argentina en Comilona también se sumaron Martín Baquero y Soledad Nardelli, quienes hace ocho años emprenden anualmente un viaje a un nuevo destino para llevar los productos, de la mano de Valeria Mortara, con propuestas de argentinos que se suman en todo el mundo.

“Ver productores y producto argentino, reconocidos y valorados, es una satisfacción y un crédito a quienes tuvieron la visión de cambiar y acercarlo al mundo. Como hay grandes restaurantes peruanos o mexicanos, también los hay argentinos, ese es el mayor logro. Para nosotros, para las bodegas argentinas, para el producto, para los cocineros, para los chicos jóvenes que se están abriendo camino”, enfatiza Jacquet, quien también asesoró restaurantes en Singapur y está abriendo otro londinense de pizza.

Soledad Nardelli es una de las que se fue en 2000, pero volvió. Entre sus hitos está la creación de Chila, y hace unos años se mudó a un costero pueblito catalán. Ella hoy viaja por el mundo realizando consultorías; las últimas fueron en España, Francia y Singapur. “En los últimos tiempos hay más cocineros argentinos y más proyectos gastronómicos de argentinos en el mundo. El boom de las empanadas es un hecho, el de las casas de carnes, las carnicerías y las parrillas, también. Además, la llegada de jóvenes cocineros, que vienen a hacer experiencias, es algo que lo veo bastante”, enfatiza.

En una esquina del Lower East Side de Manhattan, Fernando Navas creó Balvanera
En una esquina del Lower East Side de Manhattan, Fernando Navas creó Balvanera

Cada vez más lejos

Si hay una propuesta argentina que está en todos lados es La Cabrera. Como dijo muchas veces su mentor, el cocinero y visionario Gastón Riveira, su sueño es abrir una Cabrera en cada ciudad del mundo para poder llevar la cocina rioplatense a todos lados. “La primera que abrí afuera fue en Paraguay, en 2006″, recuerda Gastón. Según él, la recepción a la cocina argentina era muy compleja, y pone como ejemplo a Mauro Colagreco. “Cuando llegó a Francia tuvo que hacer muchísimas cosas, desde ganar la estrella Michelín hasta miles de malabares como emprendedor para ser reconocido. Con nuestra propuesta de cocina rioplatense, lo que siempre hicimos y hacemos es trabajar mucho sobre el concepto y la calidad”, dice, y asegura que el trabajo de Gastón Acurio –referente de la gastronomía peruana– fue lo que puso la mirada de Latinoamérica en el mapa mundial.

La icónica parrilla de Palermo cumplió dos décadas y ya cuenta con sedes en más de 20 países. “En cada La Cabrera no falta el chorizo ni el bife de chorizo, pero llegan con platos autóctonos de cada país”, asegura. Para su creador, una de las cosas “más complicadas con otros fuegos del mundo es el tipo de madera: debe ser espinillo”. Y también, los hierros: “Que no deben ser redondos, sino en ve”.

Lo cierto es que no todos pensaron que Europa era el epicentro. Federico Heinzmann llegó a ser reconocido como chef de uno de los mejores restaurantes de Asia. Del Park Hyatt Seúl, al de Tokio, pasó por China y ahora volvió a Corea, donde está a cargo del Grupo Hyundai Resorts. “Cuando saben que soy argentino, ya sea en coreano, chino, tailandés, inglés o japonés, instantáneamente dicen Messi y Maradona, o alguien canta No llores por mí Argentina. Pero quien más me sorprendió una vez fue un coreano que me agarró de los hombros y me dijo: Jorge Luis Borges”.

En Madrid, Golfa rompe los moldes con gastronomía “atrevida”
En Madrid, Golfa rompe los moldes con gastronomía “atrevida”

Si bien en el mundo las parrillas se multiplican, cuenta que en Asia no sucede. “La carne es extremadamente cara y un restaurante de carnes sería inaccesible. Además, los cortes argentinos no se consiguen en general, por lo que necesitás despostar todo en tu propia cocina”.“Es importante que sepan que existe un camino alternativo a Europa –aclara Agustín Balbi desde Hong Kong–. No sólo en Asia, sino también en la Argentina, donde hay gente maravillosa haciendo un gran trabajo. Todos aportamos para que la gastronomía de nuestro país crezca en el mapa mundial”. Entre sus reconocimientos, fue el único argentino en lograr una estrella Michelin en Asia con Andō.

Pero Balbi les aclara a los nuevos egresados en Gastronomía que no hay que tener como objetivo al premio: “El cliente tiene que irse feliz de tu restaurante, después de todo de ahí viene la palabra restaurar. Ese es nuestro trabajo, restaurar los estados de ánimo de las personas. Si lo hacemos con pasión, habilidad y dedicación, los premios vienen solos”, asegura. Para él, la humildad es algo que hay que aprender en su profesión. “Nosotros venimos de un país que tiene 200 años, y en Japón un restaurante puede llegar a tener más de 400. Mirá si no tenemos cosas que aprender”.

La vuelta al mundo argentina aterriza en Nueva York, donde Fernando Navas tiene Balvanera, anclado en una esquina del Lower East Side de Manhattan. Al menú de carnes y más de 120 etiquetas de vinos argentinos, se suman platos que cuentan su paso por distintas cocinas y gustos personales. “Al principio fue durísimo, pero hoy somos reconocidos como la mejor propuesta argentina en Nueva York”, asevera.

Y respecto de la argentinidad, agrega: “Si hay una cualidad argentino, es la resiliencia, sumada a la capacidad de trabajo y la voracidad por aprender que me han puesto donde estoy. Tenemos un hermoso país y de una u otra manera las personas nos reconocen y valoran”, asegura el chef y empresario gastronómico que está abriendo otro Balvanera en Pittsburgh, Pensilvania, y el año que viene saldrá al ruedo su tercer local en Upper West Side de la Gran Manzana.

Federico Guajardo, una referencia en Alicante
Federico Guajardo, una referencia en Alicante

En Miami, las propuestas abundan y van desde la más simple a la más sofisticado. Una de las pioneras fue Prima Pasta, en Collins y la 71, liderada por la familia Cea. Con calidad, servicio y amor por su oficio, convocan (hace más de 27 años) tanto a familias como a las personalidades más importantes en su reducto. Más cerca del turismo, en Miami Beach, está Orilla, abierto por Trocca, quien también viaja por las cocinas de sus restaurantes en Londres y Dubái.

En el Miami Arts District, Paula Costa es la chef y sommelier de Bunbury, una cocina de abuela bien argentina que fue seleccionada entre las 100 mejores propuestas de los Estados Unidos por la guía Yelp. “Buscamos un estándar de mucha calidad y el menú está desarrollarlo para acompañar las 150 etiquetas de vinos. Siempre tratamos de usar todo lo argentino que se encuentra en el mercado y nos ayudamos mucho entre restaurantes y proveedores. Especialmente, llevamos la bandera del vino argentino a donde vamos y a cada mesa que servimos”, propone.

Y antes de poner los puntos suspensivos de los cientos de proyectos argentinos que siguen por el mundo, la vuelta se detiene en Toronto, donde Antonio Soriano dirige la cocina del Hyatt. La primera que lo llevó a pensar en Europa fue Beatriz Chomnalez, cuando estudiaba en la escuela de gastronomía y ella les hablaba de Alain Ducasse o Alain Passard; les nombraba gente y un mundo que para los estudiantes eran desconocidos, porque internet era algo que recién empezaba.

Platos primaverales de Federico Heinzmann en Asia
Platos primaverales de Federico Heinzmann en Asia

La única información que les llegaba era por la televisión, con el Gato Dumas y Francis Mallmann a la cabeza. Ese es el relato de Antonio Soriano, uno de los que se fue y volvió, pero hace tres años decidió salir nuevamente. “Empujados por la crisis y nuestra curiosidad fuimos muchos los que atravesamos el océano en busca de conocimiento: Gonzalo Aramburu, Rodrigo Castilla, Matías Kyriazis, Dante Liporace, Fernando Rivarola, Soledad Nardelli, Juan Pedro Rastellino y Hernán Gipponi, entre muchos otros.

Yo tenía 24 años, quería saber cómo era un restaurante con estrella Michelin y me fui a estudiar a París. En Francia nadie sabía qué era la Argentina, y había bastante racismo, porque ser sudaca siempre existió. Sin embargo hoy, ya sea por mérito, trabajo, experiencia o gente que se movió, hay otro respeto. Porque en la cocina a la que vayas en el mundo te encontrás con argentinos en puestos de liderazgo, en todos lados hay argentinos a los que les va bien. Más allá de Mauro (Colagreco) como primer referente, somos muchos los que lideramos cocinas importantes, porque fuimos dejando una buena imagen y eso abrió las puertas a los llegan hoy”.

Soriano agrega que otra de las virtudes es la de resolver problemas de manera rápida y creativa. “La incertidumbre o el cambio de plan sobre la marcha es algo natural para nosotros y lo manejamos con mucha facilidad, sin embargo, en otros lugares se sienten bloqueados y les genera mucho estrés. Eso tan nuestro de lo atamos con alambre, que es un bajón, a la vez representa la capacidad de poder solucionar cosas”, asegura.

Para Soriano, la cocina es un oficio y el plato tiene que ser rico, y eso se resume en la dedicación al trabajo, y al talento de probar y aprender. “Ese conocimiento te permite jugar de una manera diferente. Los argentinos tenemos una cultura intrínseca bastante más elevada que en muchos otros lugares, y en las cocinas eso se destaca. Por curiosos, por lejanía, todo hace que quieras conocer lo que te pasa a vos, alrededor tuyo y lo que pasa afuera. En Canadá o los Estados Unidos es muy difícil que la gente mire más allá de lo suyo”, concluye Soriano, y compara al cocinero argentino con la música: “Como Piazzolla, que tocaba tango, pero lo que él creó fue distinto y fue porque escuchaba jazz y componía música clásica, porque estudió con los mejores en París, porque lo conoció a Gardel de chico y tocó con los grandes. Todo ese repertorio de cosas diferentes fueron las que le dieron su propia voz”.

El mejor restaurante de carnes del mundo es una parrilla argentina, según un prestigioso ranking británico

Fuente: Infobae – Había salido segunda en el ranking World’s 101 Best Steak Restaurants por dos años consecutivos. En la edición 2023 Don Julio terminó en la cima. La palabra de su fundador en exclusiva con Infobae

En algún lugar se juntaron una tradición bien argentina y lo mejor de la alta cocina, y entonces, se creó Don Julio. Somos campeones otra vez. Y no, no hablamos de la hazaña mundialista de la Selección Argentina. El multipremiado restaurante de Palermo que esta semana estuvo en boca de todos por el furor que produjo la visita de Lionel Messi, vuelve a ser noticia: por primera vez una parrilla argentina se consagra como la mejor en el ranking World’s 101 Best Steak Restaurants. El año pasado había quedado en el segundo lugar de esta lista.

Reapertura Parrilla Restaurante Don Julio - Buenos Aires, Argentina (Foto: Franco Fafasuli)

Se trata de la cuarta edición de un ranking elaborado por la firma británica Upper Cut Media House para cuya producción cuenta con un grupo de editores y especialistas independientes que evalúan entre 700 y 800 restaurantes de carne de todo el mundo por año.

El objetivo de este ranking es “ofrecer un escenario adecuado para el producto honesto y de alta calidad de la carne”. Uno de sus cofundadores es el crítico gastronómico inglés James Byron quien también publica un ranking mundial de carnes premium.

Aún tratándose de un local de alto nivel en calidad y precios, siempre está completo. El lugar trabaja con reservas y ofrece, además de una comida de la mejor factura un ambiente alejado (Franco Fafasuli)Aún tratándose de un local de alto nivel en calidad y precios, siempre está completo. El lugar trabaja con reservas y ofrece, además de una comida de la mejor factura un ambiente alejado (Franco Fafasuli)

“Nos hace muy felices que el mundo valore la identidad de la cocina argentina: no solo una cocina que genera restaurantes exitosos, sino una que se celebra y disfruta en las casas de los argentinos”, dijo emocionado por el reconocimiento Pablo Rivero, su fundador, en diálogo con Infobae.

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En segundo puesto quedó el ganador del año pasado, el restaurante Hawksmoor de Londres. Mientras que American Cut Tribeca de Nueva York quedóposicionado en el tercer lugar.

Los organizadores argumentaron las razones del triunfo del restaurante Don Julio de Buenos Aires, dirigido por Rivero y el chef ejecutivo Guido Tassi: “Trabaja exclusivamente con carne de origen argentino de las razas Aberdeen Angus y Hereford procedentes de su propio programa de cría sostenible”, indicaron.

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Y afirmaron queel de Don Julio es “uno de los mejores productos disponibles en la actualidad por las cortas rutas de transporte de la mercadería, la crianza respetuosa de los animales en ganadería extensiva y la alimentación a base de pasto natural, entre otros factores”.

Don Julio lleva abierta más de dos décadas (Franco Fafasuli)Don Julio lleva abierta más de dos décadas (Franco Fafasuli)

El top 10 lo completan Carcasse -Bélgica- en el puesto 4-; Bodega El Capricho -España- en el puesto 5; FX Buckley -Irlanda- en el puesto 6; I due Cippi -Italia- en el puesto 7; Rockpool Bar & Grill -Sidney- en el puesto 8; Lana -Madrid– en el puesto 9- y Bazaar Meat -Las Vegas- en el puesto 10.

Solo otro restaurante argentino entró en el ranking: se trata de La Cabrera que quedó posicionado en el puesto 48. Y hay dos sudamericanos más: A Figureira Rubaiyat de San Pablo en el puesto 50 y Tributo de Quito en la posición 79.

La historia del mejor restaurante de carnes del mundo según World’s 101 Best Steak Restaurants

Un edificio de finales del siglo XIX y emblema del barrio de Palermo es el escenario de esta inmersión en la cultura argentina. En Don Julio, la parrilla cobra protagonismo y todo combina a la perfección para que los comensales descubran la cocina que representa a nuestro país (Franco Fafasuli)Un edificio de finales del siglo XIX y emblema del barrio de Palermo es el escenario de esta inmersión en la cultura argentina. En Don Julio, la parrilla cobra protagonismo y todo combina a la perfección para que los comensales descubran la cocina que representa a nuestro país (Franco Fafasuli)

El local ubicado en Guatemala 4699 goza de mucho reconocimiento internacional. Según The World’s 50 Best Restaurants, el ranking internacional más prestigioso en materia gastronómica, esta parrilla ocupa el puesto 14 entre los mejores restaurantes del mundo (de todas las especialidades). El éxito internacional que recibió la cocina a cargo Tassi hizo que, para varias celebridades que visitaron la Argentina, se convirtiera en una parada obligatoria

Se trata de un proyecto familiar que data del año 1999, cuando la familia Rivero abrió está parrilla con un mandato al que no renunciaron nunca: la calidad del producto. A 50 metros del restaurante, sobre la calle Gurruchaga, se ubica la carnicería de Don Julio. Aunque no está abierta al público, el oasis donde se estaciona la carne que luego terminará sobre las brasas nos recibe a temperaturas bajo cero.

El éxito internacional que recibió la cocina a cargo de Guido Tassi hizo que, para varias celebridades que visitaron la Argentina, se convirtiera en una parada obligatoria (Franco Fafasuli)El éxito internacional que recibió la cocina a cargo de Guido Tassi hizo que, para varias celebridades que visitaron la Argentina, se convirtiera en una parada obligatoria (Franco Fafasuli)

La reseña del ranking World’s 101 Best Steak Restaurants dice que “el restaurante ha ganado reconocimiento mundial por sus excelentes carnes a la parrilla, excelente servicio y ambiente cálido y acogedor”. También destaca la calidad de cortes como el bife de chorizo y el lomo y afirma que la parrilla a leña de Don Julio logra “un sabor ahumado y un exterior carbonizado, mientras mantiene la carne jugosa y tierna de una manera distintiva”.

Sin embargo, resalta que además de los platos de carne, el restaurante ofrece una variedad de guarniciones orgánicas, “como verduras de temporada a la parrilla, tomates reliquia con un sabor irresistiblemente bueno y ensaladas”. Y continúa: “La lista de vinos también es impresionante, con una amplia selección de vinos argentinos, que incluyen posiciones inigualables de Malbec orgánico, Cabernet Sauvignon y Torrontés que Argentina tiene para ofrecer”.

Además subraya queDon Julio es “un destino de visita obligada para todos los amantes de la carne y los amantes de la comida que visitan Buenos Aires”.

Orlando González, el guardián de los secretos de Banchero. “La pizza tradicional argentina es de molde”

Fuente: La Nación – Estudió Medicina y fue jugador de fútbol profesional hasta que descubrió su vocación y se transformó en maestro pizzero del legendario restaurante nacido en La Boca en 1932

Ni masa madre, ni neoyorquina, ni ninguna otra moda. Para Orlando González, la pizza es al molde o a la piedra, y no hay más que hablar. Lo dice con autoridad. Si bien estudió Medicina y jugó al fútbol de forma profesional, su lugar en el mundo lo encontró delante del horno. Con 32 años de experiencia en el rubro, es el maestro pizzero de Banchero. Es, también, el guardián de los secretos de este legendario establecimiento abierto en 1932 en La Boca; secretos que aprendió trabajando junto a su antecesor, don Hilario Gómez, y que hoy enseña a quienes se suman al equipo.

“El sabor de la pizza de Banchero es el mismo ahora que cuando yo entré, porque está la familia atrás. Ellos vienen y prueban la pizza”, cuenta Orlando, platense de 54 años, que “jugó” en todos los puestos del restaurante: en la bacha, en la barra, en el salón, en la caja y, por supuesto, en la cocina. Y que llegó a uno de los indiscutibles templos de la pizza, de forma casual, a través del fútbol.

Con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde jugó de joven
Con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde jugó de jovengentileza

–¿Cómo te acercaste a la cocina?

–Fue sin querer. Yo jugaba al fútbol. Primero en Gimnasia y Esgrima de La Plata, y después jugué en Paraguay. Cuando nació mi hijo y me instalé en Capital Federal, empecé a trabajar en el Ministerio de Educación. Mi cuñado era mozo. “Llevame a trabajar”, le decía yo y él me respondía: “No, esto no es para vos”. Hasta que un día me llevó y entré a trabajar en una pizzería que estaba en Ecuador y Paraguay, Angie, que hacía pizza libre. Entré a laburar y pregunté: “¿Quién es el que más gana acá?”. Era el maestro pizzero, así que dije: “Quiero ser pizzero”, y ahí descubrí que me gustaba la cocina. Hasta ese momento, no sabía nada de nada; sólo jugaba al fútbol y estudiaba.

–¿Qué estudiabas?

–Medicina. Pero dejé en segundo año, cuando debuté en primera. Un gran error. En Gimnasia jugué 10 años, de los 10 a los 20, y llegué a jugar tres partidos en primera en el torneo 86/87; después quedé libre y me fui a jugar a Paraguay, a Sol de América.

–¿Cómo llegaste a Banchero?

–En Angie trabajé un tiempo, y después pasé a otra pizzería, ya dentro de la cocina. Y al mes ya estaba sacando pizzas. Después me fui a Palermo, a Gipsy, en Charcas y Serrano, que vendía muchísimas empanadas. Ese año fui a jugar un picado y uno de los chicos, que jugaba para el equipo de Radio Continental, me conectó con el equipo de Víctor Hugo Morales. Empecé a jugar con ellos y en el 91 jugamos contra el equipo campeón del sindicato de pizzeros y pasteleros. Le clavé dos goles. Me le acerqué al técnico después del partido y le dije: “¿No necesitás jugadores?”. “¿Me estás cargando?”, me preguntó. “No, para nada, ¡yo soy pizzero!”. Y ahí empecé a jugar para el equipo de una pizzería que se llama Muraroa. Ese año, el dueño de Muraroa agarró la gerencia de Banchero y me llevó a laburar con él.

En la cocina de Banchero, en avenida Corrientes
En la cocina de Banchero, en avenida CorrientesManuel Cascallar

–¿En qué local empezaste?

–En el de Once. Pero un día faltó uno de los pizzeros en el de Corrientes y me trajeron acá por una semana. Y ahí me quedé. En 2005 salí campeón en el campeonato que hace Apyce (Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas de la República Argentina). Pero en 2006 me cansé de cocinar para gente que no conocía, y charlé con Diego Banchero. “Vos estás loco, sos el mejor pizzero”, me dijo. Pero igual me terminé yendo por un tiempo. Después volví, pero ya haciendo otras cosas, enseñándoles a los chicos que querían ser pizzeros y trabajando en las aperturas de los nuevos Banchero, como el de Pilar o el de Miami. Hoy en día soy el gerente.

–¿Cómo fue la experiencia de abrir un Banchero en Miami?

–Fue duro porque los chicos de allá no trabajaron en cocina desde chicos, y cuando entré, no sabían nada. Tuve que empezar de cero. Por suerte Germán, que hoy está a cargo de la cocina en Miami, aprendió muy bien. Pero él antes laburaba en Johnson & Johnson, en ventas, y sabía hacer hamburguesas nada más, porque había trabajado en un local de hamburguesas. De pizza y empanadas, no sabía nada.

–¿Por qué creés que se destaca la pizza argentina en Miami?

–Es muy distinta a la de Estados Unidos. Tuve que hacer un trabajo con la muzzarella de allá, porque es más consistente: se te enfría la pizza y queda dura. Gracias al asesoramiento y las charlas con maestros muzzarelleros argentinos hice un trabajito con la muzarellla y hoy sale igual que la de acá. Con lo que me comí un garrón fue con los condimentos, porque acá el ají molido no es muy picante, y allá sí. ¡Te mata, no sabés lo que es el pimentón! El primer picadillo para empanadas que hice allá era incomible. Después conseguimos un lugar que importaba condimentos de la Argentina.

Campeón en 2005, del campeonato argentino de la pizza y la empanada
Campeón en 2005, del campeonato argentino de la pizza y la empanada gentileza

–¿Qué fue lo primero que aprendiste de cómo hacer pizza?

–Lo primero que aprendés es a amasar. Pero después me perfeccioné. Yo me recibí de maestro pizzero en el sindicato y ahí empecé a sacar mejor las cosas. Además, curso de cocina que había, yo lo hacía. Me capacité bastante.

–¿Cuando entraste a Banchero qué te contaron de su historia y de sus secretos para hacer la pizza?

–Me contaron que eran los creadores de la fugazza. Cuando entré yo estaba estudiando pastelería, ya era pizzero, no maestro pizzero, que es distinto –hoy en día cualquiera hace una pizza y dice que es maestro pizzero–. Entraba a las 3 de la mañana para trabajar como ayudante de pastelero, y después, a las 9, me pasaba a la pizzería. Ahí estaba con el maestro pizzero don Hilario Gómez, que se jubiló en Banchero. Al lado de él fui aprendiendo cosas, porque era él el que tenía la técnica.

–¿Qué te enseñó?

–El método que le damos a la cebolla, por ejemplo. Y la salsa: la mayoría de las pizzerías no la cocinan, pero acá sí. También me explicó cómo apurar una pizza… Era un capo don Hilario.

Pizzería Banchero de La Boca, en el año de su apertura: 1932
Pizzería Banchero de La Boca, en el año de su apertura: 1932

–¿Y qué es lo primero que enseñás vos cuando llega alguien nuevo a la cocina?

–La limpieza. Y a ser ordenado para trabajar. Siendo ordenado y limpio, te sale solo.

–¿Del amasado qué cosas son importantes?

–La humedad. Es algo primordial en la pizza. A mayor humedad, la levadura trabaja más rápido.

–¿Qué tiene de particular la pizza de Banchero?

–El sabor. Es igual desde que yo entré. Don Hilario me lo pasó a mí y yo se lo pasé a los chicos. Además siempre se usa buena mercadería. Y acá siempre está la familia Banchero.

–¿Vienen a la pizzería?

–Vienen y prueban la pizza. Tanto Diego como el padre. Que el sabor sea siempre el mismo tiene mucho que ver con que esté la familia presente. Ellos conocen todos los sabores, desde chicos comieron pizza de Banchero… ¿qué les podés discutir del sabor?

Pizza en la barra de Banchero
Pizza en la barra de BancheroManuel Cascallar

–En todos estos años en Banchero, ¿metiste cambios?

–Yo metí la pizza de jamón y ananá, que cuando entré no se vendía.

–Jamón y ananá, polémico, ¿no?

–La fui poniendo de a poquito. También la de rúcula y una caprese.

–Y cuando hacés esos cambios ¿el habitué se queja?

–El tradicional no reacciona bien. Acá viene a comer gente grande y me dice: “A mí traeme una muzzarella, una fugazzeta y un moscato. Nada más”. Es gente tozuda a veces. Pero también, ¿viste la pizza de ahora? La de masa madre… A mí sinceramente no me gusta. Aparte tiene mala apariencia: toda deformada. En mi época de pizzero, la pizza era bien redondita, correcta, con presencia. Por la vista entra la comida.

–Las pizzas hoy de moda, como la neoyorquina, por ejemplo, ¿te gustan?

–¿Vos la comiste? Es malísima. Es como la de Ugi’s. Lo digo con todo el respeto, porque laburó y labura mucha gente en Ugi’s. ¿Y te acordás cuando llegó Pizza Hut a la Argentina? La gente la compraba hasta que se dio cuenta de que le estaban vendiendo cualquier cosa. Y se fue. La pizza tradicional es la de molde, y después, a la piedra. La pizza argentina es buena.

–¿Por qué es tan buena nuestra pizza?

–El secreto está en la masa. Tenemos muy buena harina y muy buena muzzarella. Tenemos materia prima buenísima. Hace unos años, en el noventa y pico, había venido el campeón mundial de la pizza, un tano, no me acuerdo el nombre. Vino a dar una charla a todos los pizzeros que estábamos afiliados en el sindicato, y pensaba que nosotros éramos indios. Pero cuando nos vio trabajar se quería morir, se resorprendió. Hoy los pizzeros argentinos somos muy requeridos fuera del país.

–¿A vos te tentaron para irte?

–Me tentaron de España y de México. Fueron a comer a Banchero y pidieron hablar conmigo. Pero yo me quedé por mis hijos, que eran chicos.

–¿Qué pizzas te gustan a vos?

–Me gusta la pizza a la piedra, por lo general la de muzzarella. Y la fugazzeta también. Soy clásico.

–Se dice que cuando uno va a una pizzería que no conoce tiene que pedir de muzzarella, ¿estás de acuerdo con esa idea?

–¡Claro! No hay otra, ahí podés ver realmente qué calidad de queso usan. En otras te lo disfrazan, y eso cambia el sabor.

Qué es la cocina molecular y donde probarla en Buenos Aires

Fuente: Noticas – Entre lo científico y lo sorprendente, la cocina molecular se mantiene vigente en algunos espacios donde las sensaciones, el arte y el sabor confluyen.

“Este es un momento en la historia de la cocina en el que ya no basta con hablar de creatividad, sino que esa palabra debe ir acompañada por otra: investigación”, fueron las declaraciones de principios, realizadas a mediados del 2008, del chef español Ferran Adriá, el más destacado referente de la denominada cocina molecular, que se aplicaba en el exclusivo restaurante “El Bulli” de Barcelona.

Reconocido como uno de los mejores cocineros del mundo, empresario y escritor de más de 30 libros, Ferran Adriá visitará Argentina, con el auspicio de Zuccardi Valle de Uco. Desde el lunes 27, hasta el viernes 31 de marzo, el prestigioso chef molecular llevará adelante una intensa agenda de encuentros en el país, con profesionales gastronómicos, referentes educativos y sociales.

Entre estas actividades, que tendrán lugar en Mendoza y Buenos Aires, se destacarán sus masterclass bajo el lema “Conectar conocimiento”, que se llevarán a cabo el martes 28 en la Bodega Zuccardi Valle de Uco y el jueves 30 en el Centro Cultural Kirchner. Esta destacada visita internacional genera el siguiente interrogante: ¿Qué es la cocina molecular y donde probarla en Buenos Aires?

La gastronomía molecular es una subdisciplina de la ciencia de los alimentos que busca investigar las transformaciones químicas y físicas que ocurren en los ingredientes durante la preparación de los alimentos. En ese aspecto, tiene relación con el estudio y análisis de  los procesos tecnológicos a los que estos se someten, como son el batido, la gelificación, y el aumento de la viscosidad, por mencionar algunos.

El Bulli

Por otro lado, la cocina molecular reconoce un estilo moderno de cocinar y hace uso de innovaciones técnicas de disciplinas científicas. Vinculando lo artístico, lo técnico y lo social, con el plato a servir. Todo ello dependiendo de los ingredientes que se seleccionen, las mezclas que se hagan y de las técnicas que se apliquen.

Los alimentos son compuestos orgánicos, como proteínas, hidratos de carbono, lípidos y vitaminas, y minerales que, cuando se someten a procesamiento, son capaces de manifestar sus propiedades, transformándose en espumas, emulsiones u otras estructuras donde la gastronomía coquetea con el arte visual.

cocina molecular

 Desarrollada en Europa como una rama de la Alimentación en 1988, la disciplina había desembarcado oficialmente en el país, en abril del 2005, a través de la Asociación Argentina de Gastronomía Molecular, con tres socios fundadores y casi 700 interesados en seguir sus seminarios y cursos. En la actualidad, existen varias diplomáturas gastronómicas de cocina molecular en institutos terciarios de gastronomía  y en varias universidades nacionales.

Bistró Chandon, ubicado en Mendoza, ofrece una gastronomía con técnicas de la cocina molecular. El resultado es un menú de cuatro pasos con técnicas de la gastronomía molecular, que está inspirado en el hinojo. El diseño final se basó en el uso de materias primas que contienen moléculas como el mentol, anetol, estragol y eugenol, presentes en los compuestos volátiles de la manzana verde, el hinojo, anís, el apio y la menta.

“Lo que me inspiró para diseñar el menú fue mi infancia, yo vivía en una casa rodeada de acequias, las cuales estaban cargadas de hinojo. A la mañana el hinojo fresco se sentía mucho y el aroma se hacía presente todos los días. Esa fue la base para empezar a trabajar en el menú, el hinojo es como un hilo conductor que va desde la entrada hasta el postre, y se degusta en diferentes texturas. Esto nos permite un ingreso amable hacia cada uno de los pasos, ya que los aromas quedan presentes en el paladar”, explicó el chef Matías Gil Falcón.

Aramburu

El referente porteño de esta particular técnica del sabor y la alimentación es el Restaurante Aramburu,  ubicado en el tradicional barrio de Recoleta. En su momento, la plataforma internacional TripAdvisor publicó la siguiente descripción del restaurante: “Aramburu apuesta por la experiencia del huésped. El chef propietario, Gonzalo Aramburu, experimenta con platos sofisticados que reflejan su filosofía gastronómica, destacando técnicas de la gastronomía molecular, como: introducción de elementos químico, espumas, aire, producción de vacío, entre otros. Tras visitar diferentes restaurantes y escuelas gastronómicas del mundo, Gonzalo diseña a diario un espacio de vanguardia. El Restaurante Aramburu presenta un menú degustación por pasos. La visión creativa del autor combina la cocina porteña con raíces nacionales y una carta renovada cada temporada”.

Sin embargo, este tipo de experiencias tiene sus detractores. Este año el periodista gastronómico británico-español John Carlin escribió una nota titulada “Réquiem para la cocina molecular”, donde analizaba la desaparecida tendencia de estos espacios en vía de extinción. El artículo concluye con una reflexión: “Aprecio el arte, la ciencia, el rigor y la disciplina espartana que hay detrás de cada uno de estos inventos. Pero a mí, hoy, me dejan frío. Y creo que no estoy solo y que no es casualidad que tanto a Noma como a El Bulli no les salió rentable convertir el eterno ritual de sentarse a comer en una superproducción de Hollywood»

Si bien es cierto que el furor de la cocina molecular es cosa del pasado, incluso el multipremiado restaurante El Bulli cerró sus puertas en 2011 para convertirse en una fundación gastronómica, muchos maestros cocineros rescatan la técnica científica y de laboratorio para adaptarla a la creatividad culinaria y a la imaginación, en la actualidad y en pleno territorio albiceleste.

En manos del ‘Pollock’ de la cocina: así viví la fantástica performance del chef Julio Báez en Gioia Cocina Botánica

Fuente: Cronista – Gioia Cocina Botánica es un remanso en medio de la city porteña. Una gran opción para amantes de la experimentación.

Gioia Cocina Botánica es un remanso en medio de la city porteña. Una gran opción para amantes de la experimentación. Todos sus platos son realizados a base de plantas. El por la noche, las terrazas y jardines del Palacio Duhau Park Hyatt alojaban pequeñas mesitas apenas iluminadas, en donde reinaba la naturaleza. Desde los floreros y jarrones que inundaban de verde el espacio hasta las fibras naturales que vestían la mesa. Mensajes sutiles que anunciaban nuestro ingreso al mundo vegetal.

Una vez ubicados en nuestros asientos, las pequeñas hojas de árbol que decoraban el mantel nos presentaban, con letras en dorado, la experiencia de la noche: «Julio en Gioia«. El chef Julio Martín Báez fue convocado para crear un menú único especialmente para el evento gastronómico. «La experiencia propone invitar a cocineros que normalmente no se dedican exclusivamente a la cocina vegana para animarlos a hacer algo distinto», nos contó Eugenia Motter gerente de marketing del Palacio Duhau.

«El misterio se rompió cuando Julio Báez, como un «Pollock» de la cocina, comenzó a crear su obra. En vez de pinturas como hacía el artista estadounidense; Báez, seguido por el equipo de Gioia, empezó a derramar salsas de diferentes colores. Creando una coreografía milimétrica, los cocineros se movían por la sala llenando, completando, derramando y esparciendo diversos ingredientes sobre su lienzo…»

Con una apuesta experimental, Báez y Matías Rouaux, el chef del hotel, lograron una selección de platos que conquistaron mis sentidos. Por un lado su cuidado en la presentación hacía que cada pieza sea atractiva y estética, instando a probar gustos desconocidos. A nivel olfativo, la sutileza de los aromas contrastaba con el juego que sucedía una vez que las preparaciones se encontraban dentro de la boca. Las diferentes texturas otorgaban el equilibrio necesario para seguir probando cosas nuevos.

Lo interesante es que por momentos, los platos simulaban ingredientes conocidos -desde el sabor inequívoco de un cebiche en el Ceviche de girgolas azules, leche de tigre de ají amarillo, maíz chulpi; hasta el dejo del sabor de la langosta en Melena de león a la parrilla, bagna cauda de ajo fermentado -. Mientras que por otros, como sucedió con el Zucchini ahumado, wakame, girasol, conjugaban un total descubrimiento.

La carta estaba estructurada según la propuesta de Gioia, en base a sus protagonistas: Verduras, Legumbres, Hongos y Postre. Cada sección ofrecía una selección de tres o cuatro platitos. Ideal para compartir y probar las diferentes opciones.

«Logramos crear un menú dinámico, interactivo y muy divertido poniendo en primera plana a los vegetales», nos contó orgulloso Mati Rouaux.

«Lo interesante es que por momentos, los platos simulaban ingredientes conocidos -desde el sabor inequívoco de un cebiche en el Ceviche de girgolas azules, leche de tigre de ají amarillo, maíz chulpi; hasta el dejo del sabor de la langosta en Melena de león a la parrilla, bagna cauda de ajo fermentado -. Mientras que por otros, como sucedió con el Zucchini ahumado, wakame, girasol, conjugaban un total descubrimiento…»

Un Pollock comestible

El momento icónico de la noche vino con la llegada del postre. Fuimos conducidos al interior de Gioia, en donde reinaba una gran mesa oval de madera. Como si estuviésemos presenciando una performance en un museo, reinaba el silencio y la expectativa no hacía más que crecer a medida que veíamos cómo iban apareciendo cocineros con guantes negros y cuencos que ocultaban qué había en su interior, en las manos.

El misterio se rompió cuando Julio Báez, como un «Pollock» de la cocina, comenzó a crear su obra. En vez de pinturas como hacía el artista estadounidense; Báez, seguido por el equipo de Gioia, empezó a derramar salsas de diferentes colores. Creando una coreografía milimétrica, los cocineros se movían por la sala llenando, completando, derramando y esparciendo diversos ingredientes sobre su lienzo. Duraznos, cerezas, chocolate semi amargo, maní, hinojo, uvas, praliné, merengue, helado, hojitas de menta eran colocados armónicamente sobre el postre comunitario. Como si de un director de orquesta se tratara, Báez conducía a los cocineros, destacando condimentos.

«Cuando la danza terminó, con una impronta pos pandémica fuerte, nos entregaron cucharas y nos invitaron a comer directamente de la mesa. No solo fue una gran experiencia en cuanto a la comida, sino que se realizó un maridaje con etiquetas de Riccitelli…»

Cuando la danza terminó, con una impronta pos pandémica fuerte, nos entregaron cucharas y nos invitaron a comer directamente de la mesa. No solo fue una gran experiencia en cuanto a la comida, sino que se realizó un maridaje con etiquetas de Riccitelli. Para las primeras dos secciones -Verduras y Legumbres y cereales-, reinó el vino rosado de la línea joven de la bodega, el Kung Fu Pet Nat. Mientras que para los platos de Hongos y el Postre se degustó con su opción de uva tinta, el Kung Fu Malbec.

Juego, expresión, arte y degustación de lo desconocido. Una experiencia gastronómica que, vuelo a aseverar, conquistó mis sentidos.

Juan Braceli en el Yo Como 2023: «Me importa difundir productos y técnicas de cocción de la región que visito»

Fuente: Rio Negro ~ El cocinero dará una masterclass el sábado 25. Su idea es cocinar de manera didáctica e interactiva con el público platos que puedan ser replicados con cada uno de los hogares.

Con una trayectoria de 25 años trabajando en gastronomía, el cocinero Juan Braceli ha recorrido la Argentina a lo largo y a lo ancho. Ha tenido la oportunidad de conocer y saborear los productos que cada región de nuestro país tiene para ofrecer. Pero claramente cada vez que surge un evento en la Patagonia, este cocinero siempre está dispuesto a volver.

Y es que Juan Braceli es uno de los invitados a esta nueva edición del Yo Como que se hará los próximos 25 y 26 de marzo en la provincia de Neuquén. “Conozco Neuquén y voy bastante seguido. También he participado en otra ocasiones del Yo Como. Tengo grandes amigos dentro de la gastronomía patagónica como Ezequiel González, con quien nos formamos juntos en su momento, Mauricio Couly, Juan Solorza. Hay muchos grandes cocineros y cocineras que están allá y está buenísimo volver a visitarlos”, contó el cocinero.

Juan dará una masterclass el sábado 25.


“He viajado, por suerte, a lo largo de estos últimos 15 años por todas las provincias, pero siempre hay alguna por afinidad, amistades que priorizo y muchas veces no te dan los tiempos. Entonces cuando se dio la posibilidad de participar del Yo Como me re copé con la idea, de hecho voy a viajar con mi compañera que es neuquina”, dijo Braceli.

Una de las propuestas que más le gustó dijo que «fue la de dividir la provincia en regiones o subregiones, si se puede utilizar el término, porque está claro que la gastronomía es variada dependiendo de los distintos lugares. Es una manera de meterse más adentro de lo que se es, como lugar representado por su gastronomía, su idiosincrasia y su cultura gastronómica”.

Toda la pasión en cada plato preparado por este chef.


“He tenido la oportunidad de recorrer y de hacer notas con crianceros en Chos Malal, he estado en bodegas y es muy variado el tema de la producción patagónica. Además poder mostrarlo de esa manera creo que va a ser enriquecedor para todos los que participen de este Yo Como”, agrega.

“La Patagonia es un lugar que tiene productos emblemáticos, lo que da la tierra, lo que dan las costumbres y yo he tenido oportunidad de consumir y cocinar a lo largo de mi carrera en gastronomía y por supuesto en los primeros viajes uno descubre la cantidad de productos que son más locales que después han tenido todo un recorrido, los que pueden, los no perecederos”.

Un claro ejemplo es el merken, comenta el cocinero, “que se ha incorporado a cada plato al que le quiero dar ese toque patagónico, suma muchísimo, eso es algo que hemos aprendido a lo largo de los años y se ha ido difundiendo y destacando dentro de lo que es la gastronomía argentina. Cuando hablo del merken también puedo hablar de otros productos, quizás lo más conocido como el cordero, pero también los chivos de Chos Malal que han tenido su denominación de origen. Estamos hablando de productos muy representativos que hablan de una idiosincrasia, de un lugar que hablan de su gente, no solo es un producto de alta calidad si no todo lo que representa”, expresa Braceli.


La propuesta en el Yo Como 2023



En cuanto a la presentación en Yo Como, al momento de esta entrevista, Juan no sabía qué proteína iba a utilizar para hacer su plato. Lo que si aseguró es que su masterclass será el sábado 25. “Todavía está en elaboración mi plato, no me han dicho qué región voy a representar, no sé qué proteína voy a usar. Puede ser cordero, chivo, trucha… En cuanto a la clase, la idea es compartir un momento divertido, que sea ameno, didáctico e interactivo. Lograr la energía que ves en el programa en vivo, además de cocinar cosas que se puedan replicar en las casas, que no sean platos complejos. Por lo menos ese es mi rol como comunicador y cocinero. A mí me importa difundir y dar la posibilidad para que, justamente, esos productos o técnicas de cocción puedan ser utilizadas en los hogares que, finalmente es lo que termina de constituir la cultura gastronómica de una región, de una provincia o de un país”, reflexionó.

Un plan perfecto. Un fin de semana a pura cocina y con la posibilidad de visitar viejos amigos. “Será un descanso activo, me encanta ir y hacer algo bien completo. Representar a la gastronomía local en la clase que me toca. En cuanto a los proyectos para el resto del año todos tienen que ver con difundir la gastronomía argentina en distintos formatos (redes, tv) y se están confirmando. Va a ser un año muy intenso. Seguiremos haciendo cosas copadas”, concluyó.

El chef Alexandre Couillon, único nuevo 3 estrellas Michelin en Francia

Fuente: La Vanguardia ~ El restaurante La Marine, situado en la isla atlántica de Noirmoutier, se suma al resto de triestrellados de la guía roja, un total de 29.

El chef Alexandre Couillon y su esposa, Céline, con su restaurante La Marine situado en la isla atlántica de Noirmoutier (en la región de País del Loira), fueron los únicos en sumarse hoy a la lista de restaurantes agraciados con tres estrellas Michelin en Francia, que cuenta con 29.

En una gran gala celebrada en Estrasburgo (noreste) que contó con la presencia de medio centenar de cocineros y profesionales de establecimientos con estrella de Francia y Europa, Couillon fue el gran triunfador por su cocina «de lo vivo, lo salvaje y lo libre», inspirada por el entorno natural del restaurante familiar del que el matrimonio tomó las riendas con menos de 25 años.

Según la Guía Michelin

Las creaciones del chef se desarrollan según las estaciones y las capturas marítimas 

«Desenvueltas y plenamente enraizadas en la tierra, las creaciones del chef se desarrollan según las estaciones, las capturas marítimas y lo que da diariamente el mercado de Noirmoutier. En el plato, los sabores son atrevidos, la cocción -a menudo al carbón- es meticulosa y la calidad de los productos es excepcional», detalló la Guía Michelin en un comunicado.

«En el comedor, el servicio orquestado por Céline Couillon, esposa del chef, es tan preciso como atento y reflexivo: una virtud esencial para comprender plenamente la filosofía comprometida y pionera de este establecimiento», agregó la prestigiosa publicación.

El salón del restaurante La Marine
El salón del restaurante La Marine  Instagram

Cuatro restaurantes pasaron también a distinguirse con dos estrellas en este 2023: el del cocinero Cyril Attrazic en Aumont-Aubrac (Occitania); el de Christophe Dufossé en el Château de Beaulieu (Normandía); L’Amaryllis con Cédric Burtin al frente en Saint-Rémy (norte de Lyon) y L’Auberge de Montmin, con Florian Favaro como chef (región de Auvernia-Ródano-Alpes).

Las mesas de otros 39 establecimientos estrenarán también una estrella este 2023, repartidas por todo el país, tras una gala que venía precedida de cierta polémica por el anuncio, la semana pasada, de la «degradación» a solo dos estrellas para los cocineros Christopher Coutanceau (La Rochelle) y Guy Savoy (París), considerado varios años en el pasado entre los mejores del mundo.

En total, la Guía Michelin Francia de 2023 recomendará 630 establecimientos: 29 con tres estrellas, 75 con dos y 526 con una estrella. 

La primera Fiesta Nacional del Chef tiene fecha

Fuente: Río Negro -En Villa Pehuenia Moquehue, el evento gastronómico más importante ya tiene fecha se llevará a cabo el Viernes 5, sábado 6 y domingo 7 de mayo de 2023 es la cita para la primera edición de la Fiesta Nacional.

Serán 3 días de experiencias increíbles con la cocina, cocineros y cocineras en clases magistrales de cocina, patios de cocina gourmet y al fuego, cervezas artesanales, vinos y coctelería, productos y artesanías, shows musicales, y en esta primera edición como Fiesta Nacional, la fusión de la Cocina Argentina junto a lo mejor de la Gastronomía Neuquina, en un solo lugar.

La Municipalidad de Villa Pehuenia Moquehue, organizadora del evento, ya comenzó con la planificación del evento, que en su año número 19 tendrá su primera edición como Fiesta Nacional, declarada por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.

Villa Pehuenia Moquehue, Capital de la Gastronomía Neuquina desde el año 2018, enciende los fuegos de su evento de mayor importancia. Agenda la fecha! Encontrá toda la información en www.festivaldelchefpatagonico.com

Pol Lykan, el cocinero que pateó el tablero por el Covid y ahora vuelve al ruedo

Fuente: Clarín ~ Es una noche hermosa de verano. Pol Lykan se sienta en la terraza de Overo Bar para charlar con un cliente y se tapa con una mantita. Solo unos pocos años atrás, la escena era distinta.

Salía de la cocina del exitoso Freud & Fahler, empapado en sudor, a saludar a sus amigos por un segundo. Ellos iban a comer a su restaurante para verlo porque las más de 12 horas diarias entre hornallas de este reconocido cocinero lo aislaban de la vida social.

Lo que cambió a Pol Lykan, como a tantos otros, fue el Covid-19. Pero también la conciencia de su paternidad, en la que cumple, sin buscarlo, todos los roles. “Cuando llegó la pandemia, en ese marzo de 2020 que terminó siendo el horror para todos, comencé a pensar en distintas ideas para seguir funcionando desde mi restaurante Freud & Fahler. Lo primero que hice fue comentarle estas ideas a mi hermano Gabriel, y él me hizo una devolución durísima, única, sentida, que tenía que ver con mi realidad. Soy padre y madre de mi hija Anita. Tenía que pensar en ella, en que dependía completamente de mí y las consecuencias desastrosas que podría tener que me pasara algo”, explica Pol.

Y en ese momento todo cambió. Las semanas seguían pasando, una tras otra y a la par de eso, padre e hija vivían momentos increíbles, esos que no podían tener antes por la velocidad diaria del restaurante.

“La sumatoria de esos días fue sembrando una idea, que jamás había imaginado, muy dura para mí. Era ver que la construcción que habíamos realizado junto a la mamá de mi hija 27 años atrás debía tener un fin”, cuenta Pol Lykan admitiendo que su vida debía cambiar, que el amor que siente por Anita de 12 años lo supera todo. “Es lo más importante que tengo, no quiero perderme un minuto de su vida”. Fue entonces cuando cerró Freud & Fahler.

El mítico restaurante abrió a finales de los 90, cuando Palermo no era la actual meca gastronómica, sino un barrio que según la experiencia de Lykan tenía vida propia, vecinos amables, talleres mecánicos, “un barrio silencioso con calles empedradas y construcciones antiguas, era el Palermo Viejo que venía de aquel arrabal bravo”.

Soy padre y madre de mi hija Anita. No quiero perderme ni un minuto de su vida.Pol Lykan, cocinero

El primer restaurante estaba en una casa de 100 años, que en su época fue la lechería del barrio, con un espacio para los carros, la vivienda de la familia, el lugar para lavar los tarros y una cámara. “Nunca me olvido de que caminando por el pasaje Russel, casi llegando a Gurruchaga, vi un lugar que me llamó la atención, y en ese momento pensé que algún día iba a tener un restaurante en esa esquina.”

Luego de 27 años, 12 horas de trabajo diario, viajes en la búsqueda de nuevos proveedores y dos direcciones en ese mismo barrio, Pol cerró ese restaurante para siempre. Insiste en esto de para siempre. No solo porque ya está en pleno funcionamiento Overo Bar, que lo tiene como protagonista, sino porque muchos clientes le siguen preguntando por algunos de sus platos.

Pero la historia de Lykan en la cocina comenzó mucho antes.

-¿Cómo llegó la cocina a tu vida?

Vengo de la unión de dos familias, de griegos y de croatas, y cada una traía una historia de vida diferente, con el bagaje cultural de sus raíces, con su forma de vivir, de nutrirse y con sus recetas de familia. Me acuerdo que desde chico los veía buscar productos de temporada, frescos, de buena calidad. Mi papá además era fanático de todo lo que venía del mar, ya que se relacionaba con su origen. Además, cocinaba muy bien y mamá lo sigue haciendo increíblemente bien; es única, en cada cosa que elabora se ve su sensibilidad, con sabores sutiles, con su pastelería delicada. Y así mi memoria celular se fue cargando de detalles, de sabores, de aromas, de todo lo que ellos amaban. Mi abuela materna también me formó como cocinero. Una de sus formas de poder “gobernar a los demonios” y que no hiciéramos lío era convertirnos en ayudantes de cocina. Y era muy divertido porque además todo valía, nos permitía cualquier cosa, nos dejaba ser libres. Hacíamos mucha pastelería y, algunas veces, salados. Por esa época estaba sorprendido por sus masas de strudel, que ella estiraba a mano, eran transparentes, finísimas y las hacía con las yemas de sus dedos.Pol Lykan, en los tiempos de Freud & Fahler. Pol Lykan, en los tiempos de Freud & Fahler.

-¿A qué edad empezaste a cocinar profesionalmente y en qué ámbito?

-No tengo muy claro el momento, es como si siempre lo hubiese hecho. Yo estudié una carrera tradicional que tenía que ver con un mandato familiar, no con un deseo propio. Pero por las noches, tenía la fortuna de hacer lo que tanto quería, varios amigos ya eran cocineros buenos y fueron muy generosos dándome espacio en sus cocinas. Yo no paraba de preguntar, quería saber, entenderlo todo. Era emocionante, se respiraba la adrenalina del despacho, era genial. Descubrí esos momentos de fin de servicio, al terminar el día y salir caminando por un barrio que dormía. Durante esas caminatas, ellos hablaban de detalles de la noche o de ideas para nuevos platos y despacito llegábamos donde se juntaban otras brigadas de cocina, donde se soñaba la vida. Éramos muy chicos.

La vida de Lykan en las cocinas, desde el comienzo, fue “matarse trabajando”. En su restaurante hacían todo. Desde el pan, los bombones, los helados, la selección de vinos, la búsqueda de los manteles de algodón perfectos, cada pieza de vajilla para cada plato, los cubiertos, las copas de cristal: “Sentíamos que todo representaba el dar algo más, detalles que a nosotros mismos nos agradaban, los que queríamos recibir al ir a un lugar. La tía de uno de los cocineros nos mandaba encomiendas con mata negra, que la usábamos para ahumar un chuletero de cordero, para que se impregne del sabor del sur, o bolsas de sal rosa, de las salinas de su campo”.

Vengo de la unión de dos familias, de griegos y de croatas, cada uno con una historia diferente. Ya de chico los veía cocinar. Pol Lykan, cocinero

Recién en noviembre de 2020 decidió abrir este nuevo espacio en el que no es Pol Lykan el absoluto protagonista sino más bien el ambiente, el lugar y su extensa y muy cuidada carta de vinos. Aunque por supuesto que sigue cocinando, con mucho esmero, platitos increíbles, las mejores empanadas de cordero de la Ciudad y pinchos.

“Con Daniel Rigueras, mi socio, nos conocemos desde hace mucho tiempo, somos vecinos, él fue uno de los primeros parroquianos de Freud & Fahler. Además, nuestras familias son amigas. Es más, recuerdo a su primer hijo en el cochecito de bebé”, cuenta Pol.

Partieron de una idea que venía girando en la cabeza del cocinero cuando todavía tenía el restaurante abierto y volvía manejando de llevar a la escuela a Anita. Cuando lo armaron entendieron “que faltan estos lugares para el encuentro, amables, confortables, donde los clientes se sienten bienvenidos, tienen charlas largas, nadie los apura ni perturba”.

Overo es un bar de vinos y un club de vinos, con el diferencial de que cuenta con espacios pensados especialmente para que los miembros puedan encontrarse y disfrutar. Tienen un cine, una sala de vinilos y una cava para degustaciones para los socios del club. Y una terraza con atardeceres únicos.

Al final de esa noche, tapado ya con esa manta que ofrece a los clientes porque la brisa de verano llegó, admite que tiene nostalgia por lo que fue pero que este proyecto era un sueño que debía cumplir y que le permite no solo no estar empapado en sudor 18 horas al día sino además estar mucho más presente para su verdadero motor: Anita. 

El chef de los restaurantes argentinos Napul’é elegido para representar a Italia en las olimpiadas de la gastronomía

Fuente: Clarín Gourmet ~ El chef argentino Fernando Lo Coco oficiará de coach de la selección italiana en el prestigioso concurso Bocuse Dor.

El anuncio se dio en el Campionati della Cucina Italiana 2023 -la feria de alimentación más importante de Italia- que acaba de tener lugar en la ciudad de Rímini: el chef argentino Fernando Lo Coco oficiará de coach del seleccionado de cocineros que representará a ese país europeo en Bocuse D’or, evento considerado como las olimpiadas de la gastronomía mundial.

La “Selezione Italiana Bocuse D’or” también está compuesta por los cocineros Marcelino Gómez, Benjamín Soerensen y Sebastian Schall quienes junto a Lo Coco se alzaron con el primer puesto de este exigente certamen.

La siguiente parada será Noruega donde este equipo de profesionales intentará obtener la clasificación a la final en Francia (Lyon) donde el desafío es enfrentarse a los mejores 24 chefs de todo el planeta.

Qué es el concurso Bocuse d’Or, conocido como las olimpiadas de la gastronomía

La “Selezione Italiana Bocuse D’or”. La “Selezione Italiana Bocuse D’or”.

El concurso mundial Bocuse d’Or es un campeonato bienal de cocineros. Su nombre remite al prestigioso chef galo Paul Bocuse, considerado el mejor en su profesión del siglo XX e impulsor de la nouvelle cuisine.

En 1987, el propio Paul Bocuse organizó la primera edición de este concurso de alta cocina. Más de 35 años después sigue siendo el evento internacional más esperado por cocineros, empresarios gastronómicos y prensa especializada de todo el mundo.

Como se trata de un evento que tiene lugar cada dos años, la próxima final tendrá lugar en 2025 en la ciudad francesa de Lyon donde históricamente se desarrolla esta competencia.

Quién es Fernando Lo Coco, el chef argentino elegido para representar a Italia en las olimpiadas de la gastronomía

Desde abril del año pasado, Fernando Lo Coco está al frente de la cocina del grupo gastronómico Napul’é que actualmente tiene tres emprendimientos. Dos de ellos en la Ciudad de Buenos Aires -en los barrios de Caballito y Núñez- y Napul’é Notte, en Arenas de José Ignacio (Punta del Este, Uruguay). Toda una exitosa familia de pizzerías napolitanas fundada por Vitto Moya.Lo Coco en la preapertura de Napul'é Notte. Lo Coco en la preapertura de Napul’é Notte.

La trayectoria de Lo Coco es extensa. Le ha cocinado a celebridades del mundo del espectáculo como Robert de Niro y también de la política como el expresidente de los Estados Unidos Barack Obama.

Oriundo de General Madariaga, este cocinero demostró su vocación desde muy chico. Estudió en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG), donde luego también fue docente. Se desempeñó como chef en distinguidos restaurantes y cocinas de hoteles europeos, incluso, en entidades diplomáticas.

Pospandemia decidió regresar a la Argentina. Fue entonces que inauguró junto a su hermano Casa Oxalis en Pinamar y el poco tiempo se puso al frente de la cocina de Napul’é donde despliega toda su experiencia en cocina italiana que lo llevó a sobresalir en ese país europeo.