Ezequiel Pereira: «Los argentinos somos muy exigentes en la gastronomía»

Fuente: Perfil ~ Empresario gastronómico, cambió el rumbo de su vida y creó Presidente Bar, Top 50 Best Bars por tres años consecutivos. Su relación con Floppy Tesouro.

Ezequiel Pereira creció en Ituzaingó, en la Zona Oeste del conurbano bonaerense, con sus padres y dos hermanos mayores. Cuando tenía 12 años, la familia sufrió un hecho de inseguridad que los hizo tomar la decisión de instalarse en Capital Federal, cerca de la empresa familiar. 

Cuando terminó el secundario, estudió Administración de Empresas y a los 23 años ya trabajaba en Comercio Exterior, trabajo que mantuvo por diez años, hasta que un día decidió pegar un volantazo en su vida y con 33 años se propuso un objetivo: Abrir un bar porteño. Pero no cualquier bar, uno tan emblemático que estuviese entre los 50 mejores bares del mundo. Y, gracias a su pasión y empeño, lo logró con Presidente Bar. Desde Miami, adonde emigró durante la pandemia, habla de su cambio de vida, la reciente exposición que le dio su relación con Floppy Tesouro y el lugar que ocupa el deporte en su día a día. 

Noticias: ¿Cómo fue la decisión de dejar el lugar seguro de tu trabajo y poner un bar?

Ezequiel Pereira: Estaba cansado del rubro de Comercio Exterior, fueron muchos años, muchas responsabilidades. Siempre me interesó mucho la coctelería, viajé a Nueva York, que es como la meca, estuve un tiempo largo ahí analizando, tocando puertas, me capacité, me pareció muy interesante y volví a la Argentina decidido a poner un bar. Quería que fuese realmente un negocio, no solo algo para divertirme. Agarré a mi socio, y mejor amigo, Sebastián, lo hablamos, justo uno de los bares que había visto en Nueva York tenía una biblioteca en la parte de atrás y me pareció que teníamos que hacer una biblioteca escondida, me puse a buscar una propiedad que me diera esa posibilidad, armé el equipo, me asocié con el que fue socio de Frank’s y de Nicky Harrison, lo sumamos al proyecto, él sumó a Seba García, un bartender muy reconocido, y también sumé a mi hermano. Armar equipo de trabajo es clave. Eso me permite también estar en Miami, no solo con el nuevo proyecto de Presidente, sino con otras cosas y sé que en Argentina todo sigue. 

Noticias: ¿Cómo fue alcanzar ese objetivo de entrar en los 50 mejores bares del mundo?

Pereira: Fue muy loco. En 2018, en el primer año de Presidente Bar, quedamos en el puesto 53 y fue muy emocionante, no esperábamos tener ese reconocimiento tan rápido. Eso nos motivó más que nunca, porque estábamos muy cerca del objetivo. Al año siguiente logramos quedar entre los 50, viajamos a los premios a Londres con todo el equipo. Ahí te cruzas con lo mejor de la industria de todo el mundo. Quedamos 33° y al año siguiente volvimos a entrar. Logramos repetir la experiencia por tercer año consecutivo, ubicándonos en el puesto 21. 

Noticias: ¿Cómo lo afectó la pandemia?

Pereira: Mal, estuvimos siete u ocho meses cerrados. Nos golpeó como a toda la industria gastronómica. Pudimos sobrellevarlo, mantuvimos a todos los empleados. Hoy estamos trabajando con total normalidad. 

Noticias: El año pasado se instaló en Miami con el proyecto de abrir una sucursal allá.

Pereira: Sí, ya veníamos con el proyecto, pero durante la pandemia se suspendió un contrato, viajé para arreglar ese tema y ahora ya está en marcha. Estoy ansioso por la apertura. Hoy en día abrimos varios restaurantes, tenemos un holding de otras marcas, nos asociamos con una consultora. Con el boom de argentinos que vinieron a Miami se me abrieron otras puertas dentro del mercado norteamericano así que estoy muy contento. 

Noticias: ¿Siente la misma adrenalina cada vez que se enfrenta a un nuevo emprendimiento?

Pereira: La preapertura es bastante estresante, pero cuando llega la última semana y ya lo ves armado, va tu familia, esa sensación es única. Soy apasionado de lo que hago, de todo lo que hago. No hago las cosas a medias tintas. 

Noticias: Con proyectos en paralelo en Estados Unidos y en Argentina, ¿en dónde nota más la diferencia entre emprender allá y acá?

Pereira: El mercado argentino me gusta, es súper interesante. Lo difícil de Argentina es programar una inversión porque no sabes en cuánto tiempo vas a tener la devolución. En Estados Unidos sí tenés más previsibilidad. Después, a nivel exigencia, el argentino es super exigente en la gastronomía, en Estados Unidos les falta desarrollo. 

Noticias: ¿Qué es lo que más extraña de vivir en Argentina?

Pereira: No es fácil irse del país, perdés un montón de cosas respecto a los afectos.

Noticias: Se define como un deportista íntegro, ¿por qué?

Pereira: Hice dos Ironman (triatlón de larga distancia), uno en Dubai y otro en Punta del Este y también me gusta jugar al fútbol, al pádel, soy super deportista. Me levanto a las 7 para entrenar o para hacer algún deporte. Cuando me preparaba para los Iron Man entrenaba 3 o 4 horas por día. Entrenar me apasiona, cuando salgo a correr se me ocurren cosas, lo necesito.

Noticias: ¿Cómo fue la experiencia de los Ironman?

Pereira: Fue muy linda, pero muy dura. Es mucho tiempo de entrenamiento y de preparación, un año mínimo, pero todo lo vale en ese kilómetro final. Es una superación, una zanahoria que uno se pone. La llegada es única, se me pone la piel de gallina de solo recordarlo. 

Noticias: ¿Cómo se lleva con la exposición mediática que trajo su reciente relación con Floppy Tesouro?

Pereira: No soy muy de ese palo. Se dio así, pero es mi decisión porque estoy con la persona que quiero estar. No soy muy fanántico de la exposición. No doy muchas notas. Hablo de economía, no de mi vida privada. No me gusta que mi vida sea un reality show, sé que tiene sus cosas positivas ,pero no me acostumbro. 

Noticias: ¿Cómo se maneja la relación a distancia?

Pereira: No es fácil, pero tratamos de vernos cada 20 días. En ese momento que se dio sabíamos cómo eran las cartas y así fue.

Noticias: ¿Tiene alguna próxima zanahoria que alcanzar?

Pereira: Estamos en charlas para llevar Presidente Bar a Europa.

Noticias: ¿Y como deportista?

Pereira: Por el momento juego mucho al pádel, al fútbol, entreno en el gimnasio, pero ahora estamos en una época complicada, no podría ponerme otro objetivo. Probablemente en algún momento vuelva a hacer algo medio extremo. 

Noticias: ¿Va a seguir viviendo en Miami?

Pereira: Es difícil que pueda volver a Argentina, acá tengo el trabajo con la consultora, varios restaurantes, Presidente, Cafecito. Me encantaría estar en Argentina con mis afectos, pero laboralmente se me hace muy difícil. Veremos una vez que esté todo encaminado. En algún momento seguramente vuelva al país.

Ganador. Los secretos del creador de uno de los mejores restaurantes del mundo: una parrilla de Palermo

Fuente: La Nación ~ “En el mundo saben que lo nuestro vale”, dice Pablo Rivero, el creador de Don Julio, nacida como un reducto familiar que se posicionó como el mejor restaurante latinoamericano en el concurso mundial 50 Best. Explica cómo lo logró y por qué busca la excelencia de manera sustentable.

Criado en el mundo de la carne, Pablo Rivero es el gestor de un proyecto gastronómico que tiene su epicentro en Don Julio, la parrilla seleccionada este año como la mejor del mundo cuando se otorgaron los premios a los mejores restaurantes.

El reducto de carnes palermitano obtuvo el puesto número 13 entre los reductos más selectos del planeta. Sin embargo, su apuesta va mucho más allá de la de regentear un restaurante protagonizado por la carne. Su búsqueda, dice, es poner en relieve la identidad argentina, con el foco en su barrio y el acompañamiento de los vecinos que lo vieron crecer tanto como a sus proyectos. “Nosotros vivíamos en el primer piso y en la planta baja había una parrilla”, cuenta Pablo, y explica que atrás de donde está ubicada hoy la parrilla propiamente dicha de Don Julio, hay una puerta que conduce al piso de arriba, donde vivían los Rivero.

Con su abuela, carnicera, y su padre, productor ganadero en Rosario, llegaron a Palermo durante una de las crisis del país. “Yo estudiaba y todas las noches volvía a casa y trataba de convencer a mi papá y mi mamá que podíamos hacernos cargo de la parrilla de abajo. De los que más conocíamos era de carne, y por eso nos animamos. Además, mi papá es una persona súper emprendedora, muy entusiasta, y siempre tiene ideas. Así fue como nos convencimos y tomamos el restaurante en 1999″.

¿Cómo era el barrio antes del glamour palermitano?

El barrio cambió varias veces, fue mutando. Era marginal, la parte del barrio seguro llegaba hasta la calle Paraguay. De acá para abajo era un barrio lleno de casas tomadas, era una zona roja y la barra brava de River paraba en la esquina en donde hoy tenemos la huerta vecinal. Todo ese mundo estaba acá. Era un barrio conflictivo y complejo. Después fue cambiando con nuevos edificios y construcciones y llegó nueva gente. Eso pasó varias veces en cada crisis de estos 20 años.

¿Cómo te acompañó el barrio desde que abrieron?

Fuimos creciendo juntos, nosotros abrimos cuando yo tenía 19 años, y ese cambio conjunto me dio la oportunidad de hacer cosas que en el viejo barrio no hubiera podido hacer, porque quizás la gente no lo podía pagar. Eso ayudó a que podamos tener más cancha para seguir progresando y hacer cosas más evolucionadas. En ese entonces, desde que abrimos y hasta 2014, no existía el turismo en Buenos Aires, y los que consumían en el restaurante eran porteños y algunos del turismo interno. Pero el haber trabajado en el mundo de la ganadería nos dio un diferencial rápido con el producto, y el restaurante se llenó. Empezaron a llegar turistas de otros barrios, gente de Belgrano, de Colegiales, del Gran Buenos Aires y de otras provincias; pero el corazón del negocio era la gente del barrio. Hoy el barrio ya no es el negocio, sino que es el alma y el espíritu, el barrio es el corazón de Don Julio.

“Somos familia y vivimos la gastronomía con el concepto de la hospitalidad, deseamos que vengan a visitarnos a casa”, dice Rivero.
“Somos familia y vivimos la gastronomía con el concepto de la hospitalidad, deseamos que vengan a visitarnos a casa”, dice Rivero. Martin lucesole

Antes cuando ibas a comer a una parrilla te traían el accesorio con la brasa a la mesa. ¿Cómo era en Don Julio?

Ese sistema nunca nos interesó, porque siempre entendimos que no iba con nuestra filosofía, pero era una pregunta que siempre teníamos que responder ante la réplica de los clientes. Nosotros no lo hicimos. Primero, porque es muy riesgoso, y además, porque la carne se sigue cocinando. Acá lo que buscamos es que el producto esté lo menos cocido posible para que se pueda disfrutar más su calidad.

“Además, tener la parrilla va contra el servicio, que es un valor de Don Julio. Acá te servimos nosotros”, agrega Guido Tassi, el reconocido chef que se sumó en los últimos años a Rivero en sus proyectos.

¿Cómo hacen entonces con las diferencias en las preferencias del comensal respecto del punto de la carne?

Lo que vale es lo que te gusta, nosotros estamos para eso, para darte lo que vos buscás, para hacerte feliz, lo que vale es lo que pedís. Ahora, creemos que vas a disfrutar más un lomo bleu, o un bife de chorizo, o una entraña bien jugosa que más cocidos. Después está el vacío entero o el asado, donde sí necesitás una cocción más prolongada. Esos cortes enteros nosotros no los hacemos acá. O, como decía Guido, los chinchulines o alguna achura, que sí hay que cocinar más. Por lo general, a mayor cocción, mayor pérdida de calidad del producto, o menor percepción de calidad.

Los cortes de moda fueron cambiando: la entraña, el tomahawk… ¿Cuál es el corte de ahora?

Se fueron acabando, creo que estuvo bueno eso de buscar cortes y que cada restaurante tenga su diferencial, pero al final de las modas, los cortes de la vaca son los de siempre, y los que son buenos son siempre los mismos. Acá, lo que más piden son el bife ancho, el ojo de bife y la entraña. Tenemos cortes de animales que nosotros compramos con un peso, una raza, una procedencia y una alimentación determinada. Cuando se acaba ese corte, se acaba y eligen otro.

Más allá de la carne, en la carta hay otras propuestas que realzan lo que tiene que ver con el restaurante y su reconocimiento mundial. ¿Ese cambió llegó cuando se sumó Guido Tassi?

El lugar fue creciendo conmigo, y llegó un momento en donde me di cuenta de que hay talentos que no tengo. Cuando pasa eso hay que buscarlos en otro lado. Para lograr el objetivo de llevar a la máxima expresión lo que hacemos, le propuse a Guido, a quien yo admiraba por su trabajo, que se uniera al restaurante teniendo en claro lo que él podía aportar. Y acá estamos.

Sentado a su lado, el chef Guido Tassi, reconocido y admirado cocinero por su escuela de cocina francesa y de autor, explica que su llegada a Don Julio fue todo un cambio; y que hasta sus colegas le preguntaban cómo iba a hacer para llevar la gastronomía francesa a una parrilla o directamente: ¿qué hacés es un a parrilla? “Lo que siento y siempre sentí cuando entro a una parrilla –retoma Tassi–, y es algo que no lo siento en ningún otro restaurante del mundo, ese olor a asado tiene que ver con algo que sentimos todos los argentinos. Y si sos cocinero, te moviliza más que cualquier otra cosa. Por otro lado, siempre me planteé, por qué las parrillas no intervenían en la disponibilidad temporal de ciertas verduras, la estacionalidad; sobre todo en un país en donde tenemos las estaciones tan marcadas, en donde hay diversidad, en donde hay un entorno totalmente diferente al del resto de América Latina, porque respecto de la disponibilidad de productos, Argentina se parece más a Europa. No entendía cómo toda esta realidad no intervenía en la parrilla. Porque está todo bien con la ensalada mixta –y de hecho forma parte de la carta–, pero en un momento puntual del año, en verano, cuando hay buenos tomates”.

“Las parrillas son como atemporales –continúa Tassi– y la estacionalidad me parecía un valor que yo le podía aportar desde el mundo de la cocina francesa, de donde venía. Eso fue lo que me motivó. Antes de conocer a Pablo, siempre me motivaba tener una parrilla con un aceite de oliva de buena calidad, que el pan sea rico, que haya tomate solo en verano”.

En ese sentido, el proyecto de Don Julio sumó una huerta propia, ubicada en La Plata, que se llama Traza. Como explica Tassi, “la huerta nace con la idea de interpretar el entorno y utilizar únicamente productos de temporada. Hace un año que producimos nuestras verduras, somos el primer restaurante en Argentina que lo hace y le garantizamos la compra de toda la producción al productor. Lo importante es que todo lo que sembramos proviene de semillas naturales con la idea de recuperar la biodiversidad. Son verduras orgánicas, de cercanía y con poca huella de carbono en la logística. En esa búsqueda, sembramos con anticipación. Por ejemplo, ahora estamos trabajando en lo que vamos a utilizar en el menú de verano. Traza refiere a eso, a imaginar el plato y la guarnición desde la semilla. Hoy ya no nos podemos imaginar tener que ir al Mercado Central a comprar la verdura”.

Otro de los valores que Tassi sumó a la propuesta de Don Julio fueron los embutidos, algo que elabora de manera artesanal desde hace varios años. “Eso fue por lo primero que me contacté con Guido –explica Pablo Rivero–, porque nosotros trabajamos con el sacrificio de los animales. Y en ese momento el planteo era lo poco sustentable que eran los restaurantes que trabajaban con animales por el desperdicio que generaba, y sobre todo para dar una respuesta al dilema de lo omnívoro, el matar un animal para alimentarse. Por eso sentimos la necesidad de hacer algo y lo convocamos, porque es un experto en embutidos . Yo necesitaba seguir avanzando en este proyecto en donde Don Julio es nuestra tradición y evolución, o evolución de la tradición, y para donde tenemos que evolucionar los restaurantes de carnes es hacia el respeto y la sustentabilidad. Ese fue el punto en que nos encontramos, para tratar de que todo lo que entre proveniente de un animal, se transforme en un alimento, y así honrar ese sacrificio en un ciento por ciento.

¿Tuviste que hacer cambios estructurales para eso?

En estos últimos años se cambiaron muchas cosas, por eso abrimos una casa que está a cuarenta metros, esas destruidas del viejo barrio, y la construimos con este objetivo. Allí, aparte de madurar la carne, empezamos a producir nuestros propios embutidos, el pan con la grasa de ese animal, los helados. Se transformó en una casa de producción para un proyecto sustentable, donde la carne es protagonista, porque tiene que ver con nuestra idiosincrasia, con nuestra cultura; pero que de alguna manera está hoy en el centro del cuestionamiento del mundo. Entonces, nosotros, como argentinos y como gente que trabaja con la carne, tenemos que dar una respuesta, y es con esa idea con la que seguimos trabajando. A cada problema que se plantea de este estilo, a cada interpelación ética que hace el mundo, nosotros tenemos que dar respuesta.

En todos los detalles: el lugar no pierde la esencia de parrilla de barrio, pero persigue la sofisticación.
En todos los detalles: el lugar no pierde la esencia de parrilla de barrio, pero persigue la sofisticación. Martin Lucesole

¿Sentís que tenés que dar respuesta a la interpelación vegana también?

Estoy convencido de lo que hacemos, y siento que la respuesta es con el planeta y con uno mismo. Los veganos, como los vegetarianos, como con los que no comen carne, consideran que lo que ellos hacen es lo mejor, hay que respetarlos a todos, y si uno está convencido de que lo que hace no está mal, tratar desde tu lugar de hacerlo mejor. No digo que para acercar los mundos, sino para tratar de ir hacia la misma dirección. Que este planeta sea mejor. El cuestionamiento que se hace hoy de la carne tiene que ver con el sacrificio animal. Bueno, el hombre evolucionó a partir que comenzamos a comer proteína animal; el problema es cómo lo hicimos durante los últimos 70 años, lo hicimos como una máquina de matar. Eso es en lo que nos estamos enfocando, desde una manera diferente, y pretendemos que haya un cambio. Desde el punto de vista de la supuesta contaminación que produce la ganadería, que en Argentina no es tal, pero sí en el mundo, buscamos trabajar con ganadería regenerativa, con animales que se alimenten a pastura. Y así, a cada problemática que se plantee, vamos a tratar de encontrarle una respuesta, porque creemos que el mejor alimento en la historia de la humanidad es la carne. Y entendemos que el mundo no comenzó ni va a terminar con nosotros. El mundo estaba ordenado antes de que estuviéramos nosotros, entonces las respuestas están en lo que pasaba antes. Tenemos que tratar de imitar aquello que se hacía cuando no industrializamos los alimentos. Por ahí es dónde va nuestro camino, dando pasitos lentos pero seguros para progresar cada vez una poco más. Y sobre todo, sentirnos bien con lo que hacemos.

¿Cómo nace la recuperación del bodegón El Preferido?

Siempre supimos que no va a existir otro Don Julio en ningún lugar del mundo. Este restaurante nació para estar acá y es del lugar. Entonces, la manera que encontramos de crecer con el proyecto Don Julio es hacer crecer al barrio que habitamos, que es Palermo. En ese proyecto empezamos a expandirnos mejorando el entorno. Así fue que en 2019 tomamos El Preferido, que es un restaurante del año 55 que estaba cerrado, al que rescatamos y restauramos.

¿Qué les enseñó Don Julio para querer armar El Preferido?

Creo que lo que pasó con El Preferido fue una aventura que no lo hubiera hecho sin el acompañamiento de Guido. Y una locura, porque en ese momento había una crisis gigante en Argentina. Fue un acto de amor por un lugar del barrio que estaba por cerrar, y a los que somos del barrio, si desaparecía ese lugar, era como que nos sacaban un pedazo de la cara, un poco de nuestro rostro. Económicamente fue una locura, el momento no era el indicado, pero sentimos la necesidad de hacerlo y lo hicimos. Necesitábamos no perder El Preferido. Era un lugar muy querido por los vecinos y se los teníamos que devolver. En el marco de este proyecto de mejorar y darle algo al barrio, nos tocaba a nosotros hacerlo, sentíamos ese compromiso. Igual que pasó con la plaza, que ahora es una huerta vecinal.

Para Guido Tassi, Don Julio jugó un papel fundamental a la hora de avanzar con El Preferido: “En el mundo de la restauración del que yo venía, el cliente se adaptaba a lo que vos le dabas. Después de haber pasado por Don Julio, hoy entiendo la gastronomía de otra forma. Sin él no hubiese podido comprender situaciones que hoy aplicamos. Sobre todo, ponerse en la cabeza del comensal y entender lo que quiere el cliente. Es pensar más allá del plato”.

¿La clave del éxito del empresario gastronómico sería entonces ponerse en la cabeza del cliente?

La clave del éxito no es cocinar, sino que la clave es cocinarle. La cocina no es un acto de egocentrismo, sino de amor. La gastronomía es afecto. Nosotros le sumamos detalles al plato, que son importantes, pero la columna vertebral pasa por ese otro lado. Con ese brote de flor de ajo que le ponemos al plato, le estás recordando un lugar que quiere, con eso le estamos recordando el campo, la naturaleza, una flor se cortó para el cliente. Queremos representar y mostrar un paisaje, que aparece en cierto momento en el campo, de la vaca que comió ese pasto y que generó esa leche que elaboramos sin pasteurizar. El cocinarte es el cambio fundamental.

¿Cómo funciona Luna de Enfrente, la huerta vecinal?

Este año le propusimos a la Comuna un proyecto de apadrinar la plaza de la otra esquina, que se llama Luna de Enfrente, y hacer la primera huerta urbana comunitaria de Capital. La intención es que haya un lugar para que los vecinos puedan trabajar en comunidad para producir alimento y entregarlo a la gente que lo necesita. El primer punto del proyecto es el de encontrarnos entre los vecinos, el otro es que nos vinculamos con la naturaleza y el tercero es que podemos darle algo a alguien que lo necesita. La idea es mejorar el lugar que habitamos y ya llevamos cuatro cosechas. Los vecinos me conocen desde chico y son parte porque lo vieron evolucionar junto con el barrio y se sienten orgullosos. La huerta es el mejor proyecto de todos los que hemos hecho. Porque es el que más satisfacciones no da y el que nos vincula de una manera diferente, porque es un proyecto sin fines de lucro, distinto al contrato de un restaurante con el cliente. Más allá de la donación de los alimentos, lo más importante es el vínculo que se genera entre todos, como vecinos que se ocupan de la huerta, hay una lista de voluntarios y hasta mi mamá cuida la huerta todos los días.

La reunión con toda la brigada de trabajo antes del comienzo del servicio es el momento clave. Con el trabajo de la "familia completa", Don Julio logra la excelencia cada día.
La reunión con toda la brigada de trabajo antes del comienzo del servicio es el momento clave. Con el trabajo de la «familia completa», Don Julio logra la excelencia cada día. Martin Lucesole

¿Cuáles son los ejes que hacen que una parrilla de barrio esté entre los trece mejores restaurantes del mundo?

El mundo le da valor a los que nosotros hacemos, a nuestra cultura gastronómica. No es una cuestión de Don Julio. Si bien somos el restaurante premiado y elegido, lo que se premia y se mira es la esencia de nuestra cultura gastronómica, que es la parrilla. La carne, la ganadería, la maravilla de la estacionalidad, el maravilloso mundo del vino que tenemos. Cosas que son tan cotidianas para nosotros que no les damos valor y no se las percibe como algo tan especialmente bueno; porque es algo a lo que estamos habituados desde que nacemos. Pero alguien en Dinamarca, en Japón, en Francia, en España, en Estados Unidos o en Perú, lo nuestro lo ve como fantástico. Porque lo es. Eso es lo que hay que celebrar. Lo que pasa que lo tenemos tan cerca que no lo vemos. Si bien sabemos el trabajo que hace de Don Julio, en donde trabajan muchísimas personas y que tiene muchísimo desarrollo, con el premio lo que se valora es el producto argentino. Que un novillo pase tres años en una hectárea de las más fértiles de este planeta para que te comas un bife, es un lujo. Que cuando se lo explicás a un japonés no lo puede entender. Y eso pasa acá y lo vemos en la ruta todos los días. Es lo que pasa y así lo tomamos. Estamos muy lejos y la gente que empezó a llegar a Argentina de visita hace poco tiempo encontró valor en lo que para nosotros es cotidiano. Por eso está en el puesto 13 Don Julio, nuestra cultura, nuestra carne, nuestros vinos, nuestra gente, nuestro saber hacer. Eso es lo que se premia, y el mundo puso los ojos en la cocina argentina, así como lo hizo en su momento con la nórdica, la vasca o la catalana.

En los últimos años, hubo mucho esfuerzo por parte de los referentes gastronómicos locales por definir la identidad de la cocina argentina, y lo hicieron buscando otros productos regionales más allá que la carne y la empanada. Pero al final, parece que siempre gana la carne.

“Porque eso es regional de la cocina argentina, y la carne es federal, es de todo el país”, comenta Guido, y Pablo agrega “Argentina, tierra de fuegos. Desde Ushuaia hasta la Quiaca, el restaurante que siempre está más lleno es una parrilla. Después hay un montón de cocinas regionales y cada parrilla de cada lugar va a tener más influencia con los productos de esa región. Un cordero en la Patagonia, o un pescado de río en el litoral. Todo bicho que camina…va a parar al asador”.

Las carta de vinos en los restaurantes premiados, son también muy importantes. ¿Cuándo comenzaste con la cava y cómo es el casi libro de vinos que ofrecés hoy?

Atravesamos mil instancias. Igual que la viticultura argentina en estos últimos 20 años. El vino nos atraviesa a todos. Empezamos con el vino desde 1999 y fuimos creciendo de a poco con la carta. También pasó algo muy interesante, que tiene que ver con la búsqueda argentina de una identidad del vino. Una que primero se perdió, que luego se fue recuperando y finalmente trasladando hacia otro lugar. Ya dejamos de hablar de bodegas y empezamos a hablar de productores, para luego hablar de lugares, de enclaves, de coordenadas, de pensar en el suelo y no tanto en el sol. Ese zoom que hizo el vino argentino, nosotros lo hicimos desde nuestra cava. Pero a la vez, con esa revolución del vino argentino que hicieron los nuevos productores de vinos, nosotros hicimos una búsqueda que tenía que ver con el pasado y con valorar a todos los productores que habían sido poco apreciados porque se los comparaba con Francia, España o Italia, países que tienen una historia y la respetan. Nosotros no lo habíamos hecho. Paralelamente a lo más nuevo, hicimos una búsqueda hacia atrás para poner esos productores en valor. La carta tiene tres mil referencias, con unas sesenta mil botellas, , que fuimos comprando y guardando, en donde tenemos representada la historia de Don Julio. Compramos para guardar porque creemos que ahora es el mejor momento del vino argentino. Y la historia de los vinos desde el año 1923, cuando Don Julio no existía. Al igual que con lo culinario, con el vino queremos mostrar nuestra mejor versión, nuestra historia y nuestra identidad.

El público vive los éxitos de los restaurantes premiados a través de las redes sociales. Si tuvieras que contarles cómo es la experiencia Don Julio a todos los que no llegan a ir, ¿qué les dirías?

Lo que nosotros deseamos es recibirlos en nuestra casa. Eso es lo que queremos. Vivimos y disfrutamos de la gastronomía, y la disfrutamos porque creemos en el concepto de la hospitalidad. Con Guido estamos todo el día acá adentro, mis hijos viven acá, mi madre está acá, los empleados, somos todos una gran familia. Somos familia y vivimos la gastronomía con el concepto de la hospitalidad, deseamos que vengan a visitarnos a casa, no queremos servirlos en el restaurante. Creo que eso es lo que siente la gente que viene y vive la experiencia. Siente que entra a la casa de alguien. Quizá esa sea la clave del por qué la gente quiere venir, o por qué vuelve. Es nuestra forma de vivir la gastronomía y es lo que amamos. Vos vas a venir a comer a mi casa, no sé si para vos es la mejor, pero es la nuestra, y en mi casa te doy lo mejor que tengo, no me guardo nada. Este restaurante no es el mejor, es el mejor que puede ser porque es nuestra casa.

En marzo de 2019, Don Julio cumplió años y armó una gran asador vecinal en la calle con una fiesta e invitados internacionales. Días después llegó la pandemia a nuestro país. ¿Cómo te reinventaste en el último año y medio?

Fue una gran lección de la vida. Estábamos en un momento fantástico, una situación de privilegio y de repente se terminó todo. Este restaurante recibía dieciséis mil personas por mes. Al principio fue muy duro por las responsabilidades que llevaba. No tuvimos ni tiempo de pensar sobre el negocio, sino en cómo sostener todo el tejido social que representa Don Julio. Desde los productores que dependían sólo de nosotros, los animales se producían casi exclusivamente para nosotros; los ciento cincuenta empleados y sus familias, y en cómo sostenerlos. No solamente económicamente. Era muy difícil contenerlos emocionalmente. Por eso nos pusimos manos a la obra, activar nuestras cabezas y hacer lo mismo de siempre. Darlo todo en función de salir adelante. Con las nuevas ideas, por ejemplo, cambiamos la estructura de El Preferido, y lo armamos con un formato para poder llegar a las casas con nuestras preparaciones. Desde Don Julio, el delivery era medio complicado y entonces apareció la idea de la carnicería, que fue un tributo a mi abuela, quien empezó la historia familiar con la carne. Mi papá se crio ahí, y tener una carnicería siempre fue mi deseo como para volver al origen de la historia familiar. Así, los empleados del restaurante se fueron reubicando en los distintos puestos que se abrían en la carnicería, o las entregas, el empaquetado. Por supuesto, para menguar el tema económico, pero sobre todo para sostener la estructura humana, porque al final de cuentas lo que teníamos bien claro era que la pandemia iba a pasar y que el éxito era poder sostener la estructura humana, lo que hacía que Don Julio sea lo que es. Un grupo de gente haciendo gastronomía. Fue un éxito. Lo logramos.

"Al final de las modas, los cortes de la vaca son los de siempre", admite Rivero
«Al final de las modas, los cortes de la vaca son los de siempre», admite RiveroMartin Lucesole

¿Cómo tomaste el premio después de todo este cierre?

Con alegría. Argentina está muy lejos geográficamente de lo que realmente pasa en el mundo, y que nos haya mirado y puesto en ese lugar nos pone muy felices por todos. Lo que tenemos vale mucho. Porque si no, no mirarían tan lejos. Y por más que sea la única vez que haya pasado ellos ya saben que lo nuestro vale.

Ya te venían mirando cuando Don Julio ganó el primer premio del concurso de los mejores restaurantes latinoamericanos. Cómo sentís la diferencia entre los dos premios.

Latinoamérica es el espacio más maravilloso que tiene este planeta, somos hermanos. A los peruanos les encanta Buenos Aires, a los chilenos también. Los brasileños nos visitan, es un ámbito más cercano. Pero en el concurso mundial, hay que pensar que nos votó gente de Asia, gente del hemisferio norte, gente a la que les quedamos lejos. Sin embargo, se han ocupado de tomar un avión y venir a conocer nuestra cultura. La han valorado.

¿Qué se viene?

Lo más importante que tenemos es seguir haciendo crecer nuestro barrio, mejorar nuestro lugar, y en función de eso hay varios proyectos con nuevos conceptos que se van a empezar a cristalizar el año que viene. También tenemos un proyecto en Patagonia, para interpretar el paisaje culinario del sur; y otro para llevar la parrilla argentina al exterior, con otros formatos. Pero Don Julio no va a existir en otro lugar que no sea en esta esquina.

Profecía cumplida: “Vos chiquita, vas a llegar muy lejos”, le dijo el Gato Dumas; quién es la chef detrás de los servicios de catering de los famosos

Fuente: La Nación ~ Es una de las cocineras más reconocidas de la Argentina; el Gato Dumas vaticinó su potencial.

A diferencia de gran parte de sus colegas chefs, a Mariana Pages Palenque no le gustan las cámaras, usa poco las redes sociales y elige para su vida y su profesión el bajo perfil. Sin embargo, es una de las cocineras más reconocidas de Argentina y suele correr de un lado a otro organizando caterings, ya sea para los Rolling Stones y su crew, para 4 mil personas en el Argentina Open de Tenis, en una travesía gourmet de a caballo por la ruta de San Martín, o durante eventos empresarios.

“Vos, chiquita, vas a llegar muy lejos”, le vaticinó un día el Gato Dumas. Salteña de nacimiento y nieta de diplomáticos, Mariana Pages Palenque (49) realizó su primer trabajo formal a los 15 años. Fue para la dueña del instituto de inglés donde trabajaba su mamá. Desde ese momento no paró, siempre al mando de su propia empresa boutique que lleva su nombre.

“Es un fin de año muy intenso. No paran de llamar. Todo el mundo quiere reencontrarse ahora, después de la pandemia”, le cuenta a La Nación en el living de su casa en Florida, junto a un colorido mural en su rincón preferido, la mejor inversión de su vida, asegura. Con su socia, Nadia Andrada Farrabello (32) en un par de horas tendrá que estar en el restaurante de Casa FOA donde brindarán sus servicios.

“Los eventos son momentos muy puntuales donde despliego muchísima energía y creatividad. Termino agotada, y cuando viene el próximo me vuelvo a cargar de energía”, explica mientras revela que el mayor secreto de su cocina es usar la mejor calidad en crema, manteca, carnes, etc. “Con la calidad no negocio”, remarca durante la conversación que transcurre también en el jardín.

Todo empezó desde muy chica. A los cuatro años le pidió a los Reyes Magos un bowl y un batidor de cocina.
Todo empezó desde muy chica. A los cuatro años le pidió a los Reyes Magos un bowl y un batidor de cocina.Santiago Cichero/AFV

La clave para destacarse

El sello distintivo de su empresa es nunca repetir un menú. Habla antes con los clientes y les pregunta qué les gustaría comer y cómo se imaginan ellos la reunión. Los encuentros corporativos son sus favoritos, pero también prepara desde un Bar Mitzvá hasta un casamiento.

“Lo mío es el servicio, ver a la gente contenta. Por eso no reparto tarjetas durante los eventos, no corresponde. Si les gustó, van a preguntar, y nos van a llamar”, cuenta en relación a su equipo que la acompaña desde hace varios años, y con el cual logró con mucha dificultad atravesar el parate causado por la pandemia.

De su extensa trayectoria se puede mencionar el catering del Personal Fest de 2018 donde estuvo Robin Williams; trabajó para la productora Rock & Pop y tuvo a su cargo la preparación de la comida en River para los Rolling Stones. “Fue una experiencia maravillosa, ver armar el escenario, montar una cocina enorme donde teníamos que hacer guardia 24 horas”, dice en relación a lo que sucedió en el estadio.

“Pappo, quien cantó ese día junto a los Rolling, venía a comer. Solo pedía arroz con queso, nada más”, recuerda. En sucesivos recitales ofreció sus servicios a Iron Maiden, Roxette, Phil Collins y a Steve O’Rourke, el manager de la banda Pink Floyd a quien “le hacíamos unos huevitos muy especiales y se quedaba charlando con nosotros”.

En Punta del Este tuvo varios restaurantes. En uno de ellos, El oso sala la sopa, recibía a Mirtha Legrand, habitué del lugar. A los 22 años le cocinó a Diego Armando Maradona en una fiesta, cuando integraba la Selección Nacional de Fútbol. Además, desde hace 16 años es la encargada de cocinar en el Argentina Open de Tenis. En la actualidad también asesora a bares y restaurantes.

“Lo mío es el servicio, ver a la gente contenta. Por eso no reparto tarjetas durante los eventos, no corresponde".
“Lo mío es el servicio, ver a la gente contenta. Por eso no reparto tarjetas durante los eventos, no corresponde».

Un desafío en altura

¿Y tu mayor locura cuál fue?, le preguntamos. “Algo topísimo”, dice y recuerda cuando cruzó la Cordillera de los Andes con un grupo de 20, instaló carpas donde había hasta mesitas de luz y preparó el catering durante toda la travesía: “no hice asado, ni cordero, que hubiera sido lo lógico, sino algo absurdo como centolla, burrata y pasta con trufas. Todo iba cargado encima de mulas. Con el traqueteo de los animales las burratas llegaron hechas una manteca, explotadas”. Se ríe, acaricia a uno de sus tres perros y admite que le encantan las cosas delirantes, “de otra forma me aburro. Aunque de grande aprendí a sosegarme un poco”, aclara.

Pasó por todas las modas que hubo en cuanto al servicio de catering. “Antes había canapés. Yo amaba hacer canapés”, dice. Hoy, junto al pollo al champiñón, o las papas noisette, sería un plato impensable. Del mismo modo que antes a nadie se le ocurría servir una salchicha parrillera con pickles. En la actualidad su menú abarca desde entradas como Tataki de salmón rosado, soja, espuma de wasabi, brotes, hasta platos principales como ojo de bife en sus jugos y Malbec, ragout de hongos frescos, zanahorias y papines.

Quien la descubrió fue el bodeguero Ricardo Santos. Le dijo que debía dedicarse profesionalmente a la cocina y la contactó con el chef Ramiro Rodríguez Pardo, la dupla televisiva del Gato Dumas.
Quien la descubrió fue el bodeguero Ricardo Santos. Le dijo que debía dedicarse profesionalmente a la cocina y la contactó con el chef Ramiro Rodríguez Pardo, la dupla televisiva del Gato Dumas.Santiago Cichero/AFV

Tradición europea y del norte argentino

Todo empezó desde muy chica. A los cuatro años le pidió a los Reyes Magos un bowl y un batidor de cocina. Por ese entonces su mamá le dio permiso para picar con un cuchillo de poco filo. Se cortó el dedo y lo escondió detrás, en la espalda para continuar cortando.

En su cocina hay una fusión de estilos: por un lado, lo criollo, gracias a vivir en el campo salteño, “con una abuela preparando tuco desde las 8 de la mañana y una madre que aprovechaba la abundancia de los productos de la tierra, higos, leche, etc.”, cuenta. Por otro lado, se embebió del refinamiento europeo, especialmente inglés, gracias a un abuelo, Orencio Ricardo Palenque, Agregado aeronáutico en la Embajada Argentina en Reino Unido “Su mujer, mi abuela favorita, recibía con pompas y circunstancias permanentemente”, recuerda. Pero además Londres es una ciudad a la cual retornó varias veces, ahí hizo cursos, tiene amigos y familia.

En 1995 en París.
En 1995 en París.

Quien la descubrió fue el bodeguero Ricardo Santos. Le dijo que debía dedicarse profesionalmente a la cocina y la contactó con el chef Ramiro Rodríguez Pardo, la dupla televisiva del Gato Dumas. Luego trabajó en la prestigiosa empresa Buenos Aires Catering; con Gianni Fubinni, quien le sumó impronta italiana a su estilo; en Fauchon en París y en Zalacain Madrid. Cuando volvió a Argentina recién empezaban a abrir las escuelas de cocina, pero eligió no estudiar, llevaba años de carrera, tanto en el país como en el exterior.

Junto a Fernando Trocca, Juliana López May y Pablo Massey, entre otros cocineros famosos, pertenece a la primera generación que puso de moda la figura del chef mediático. “Éramos muy pocas las cocineras mujeres. Con algunas de ellas como María Julia Bacigalupo y Luisa González Urquiza elegimos otro camino, tal vez más cercano a nuestra forma de vivir ya que no nos hubiéramos bancado la exposición”, asegura. La gran explosión en la prensa de Mariana Pages había tenido lugar a los 20 años cuando le hicieron notas en la LN revista, en Para Ti, en Ollas y Sartenes, etc.

Del Gato Dumas recuerda que lo solía ver en el restaurante Catalinas donde ella trabajaba junto a Ramírez Pardo. Hubo un día muy especial en esa época, cuando bajaba por una escalera cargando una enorme y pesada olla, el Gato la miró hacia lo alto y le dijo: “ustedes, las mujeres, cómo joden en la cocina, pero vos, chiquita, vas a llegar muy lejos”. Quien alguna vez probó las delicias de su catering dirá “profecía cumplida”.

Pablo la Rosa, el chef al frente de Casa Pampa, en Chapadmalal

Fuente: La Nación ~ Desarrolló diversos productos gastronómicos y hoy le pone su impronta al espacio gastronómico en el que cruza el mar con el campo.

Cuando Pablo La Rosa habla de sus abuelos, sus ojos se llenan de lágrimas. Hay algo en esa historia, similar a la de tantos otros argentinos, que lo emociona profundamente. Su abuelo que vino de Bilbao, su abuela italiana. Sus otros abuelos, sicilianos, que venían del mismo pueblo, pero se conocieron en Argentina. Él era de clase obrera, ella de familia pudiente. Era un casamiento prohibido: él la buscó una noche y se fugaron. Esto sucedió hace ya varias décadas en la ciudad más feliz del país, Mar del Plata, el lugar donde estos inmigrantes recuperaron el paisaje de mar que traían en su piel. “Mi viejo es escritor y contó estas historias en sus libros”, cuenta. A la hora de pensar su presente, imagina que allí, en esas raíces europeas, se esconde su amor por la cocina.

Hoy es el chef del flamante restaurante de Casa Pampa, un complejo de cabañas ubicado frente a una hermosa playa en Chapadmalal. Allí presentan una cocina de fuegos: hay horno de barro, un precioso ahumador de hierro, cruz, planchas, fogones. “Encontré dónde desarrollar una identidad propia. Me gustan los fuegos, me gusta trabajar con los dos paisajes que nos marcan como marplatenses: el mar con sus pescados y mariscos; el campo con sus carnes.

«La hotelería es fantástica, pero sos un cocinero que hace de todo a costa de su identidad. «

Pablo la Rosa

–¿Siempre supiste que ibas a ser cocinero?

–No. Estudié Derecho y no me gustó. Luego probé con Educación Física, Ingeniería y Psicología. Ahí una chica con la que salía me dijo: “Si lo que te gusta es cocinar, ¿por qué no hacés gastronomía?”. Y tenía razón.

–¿Cómo arrancaste la carrera?

–Empecé a estudiar y enseguida a cocinar. Trabajé con gente que sabía mucho. Una de las primeras cosas que encaré fue el arroz y los pescados, primero con José, el dueño del 5 Andaluz, luego en Mesón Navarro. Allá, las dueñas eran unas señoras muy mayores que cocinaban como los dioses. Eran muy celosas: el primer año no me dejaban ni mirar la paella.

–¿Esa sigue siendo tu especialidad?

–No. En un momento entré al Sheraton y me quedé ahí 14 años; terminé como chef ejecutivo y gerente de alimentos y bebidas. La hotelería es fantástica, pero te convertís en un cocinero que hace de todo, que tiene que saber de todo a costa de su identidad.

–Entre el Sheraton y el restaurante desarrollaste varios productos personales…

–Sí. Tengo los licores La tragedia di Romeo e Giulietta (@liquore.romeoegiulietta): uno a base de cacao, el otro de chocolate blanco. Una vez, mi padre me trajo una receta que le dio en persona el cocinero italiano Massimo Bottura, y la modifiqué para lograr algo mío. Y, como me apasionaban las medialunas, armé Fina Dulce y Salado (@finamdq), recuperando la receta tradicional de Mar del Plata.

Pablo y su equipo en Casa Pampa.
Pablo y su equipo en Casa Pampa.

–¿Cómo imaginás los próximos años?

–Construyendo mi identidad en Casa Pampa, trabajando con pesca de anzuelo del día, con el ahumador para las carnes. Acá trabajo con mi hermano, Natalio, que es un cocinero fantástico. La gastronomía en Mar del Plata está muy bien; tenés a grandes como Patricio Negro, Francisco Rosat, Hernán Vivas (que es quien me trajo a Casa Pampa), Lisandro Ciarlotti y tantos más. No me interesa competir, sino buscar mi propio espacio.

–¿Qué significa ser cocinero?

–Una vez, organizando un evento, hablé con un DJ que estaba enojado porque los que se casaban le exigían una reunión. “¿Sabés qué pasa? Ellos creen que nosotros nacimos para hacer su fiesta”. Y ¿sabés qué? La verdad es que sí, yo al menos nací para eso.

Señas particulares

  • Edad: 49 años.
  • Un ingrediente: manteca, cacao, aceite de oliva, ajo.
  • Un restaurante en Argentina: Sarasanegro.
  • Un restaurante en el mundo: Astrid y Gastón.
  • Una pasión o hobby: el rugby y el teatro.
  • Un momento del día: cualquiera en el que vea sonreír a mis hijos.
  • Una bebida: ron.
  • Una comida/plato: risotto.
  • Un recuerdo culinario: el arroz con huevo frito de mi mamá.

Marcelo Boer y Matías Cabrera: entrevista a los creadores de algunos de los restaurantes más exitosos de Buenos Aires

Fuente: Cronista ~ Hell ´s Pizza, Mudrá, La Mar (de Gastón Acurio), Tanta y otros inminentes/¿Cómo piensan estos socios que conocen la fórmula para crear marcas gastronómicas que den que hablar (y crezcan sin parar)?/¿Cómo se conocieron? ¿Cómo se inspiran? ¿Cómo toman las decisiones? ¿Cómo ven a la escena?/Además: cómo llegar a otros países y sus nuevos planes – ¡volver cool a las empanadas! – y aperturas.

Son las mentes creativas detrás de varios éxitos: Hell’s Pizza, Mudrá, Tanta, La Mar, y próximamente Mil y Pico, y Pico. Lugares que resuenan en la escena gastronómica actual. 

Matías (37), está siempre detrás de la comunicación y el marketing. Marcelo (52) tiene la visión macro de cada proyecto y ejecuta los negocios. Sus personalidades son bien diferentes, tal vez eso los hace altamente compatibles y charlar con ellos se vuelve una aventura divertida, como sus vidas detrás de tantas cocinas. 

Ambos recibieron a MALEVA un mediodía en Mudrá, una fiesta para los sentidos, desde su estética hasta sus sabores plant based. Marcelo viajaba a Los Ángeles en apenas unas horas, para seguir la proyección de las próximas aperturas del restaurante en el exterior. Matías, al teléfono, seguía de cerca las aperturas de Hell’s en diferentes lugares del país. 

Así son sus vidas, entre viajes, restaurantes, eventos, inauguraciones. Ambos arianos, y apasionados por lo que hacen, se pisan el uno al otro (con buena onda) para expresar con entusiasmo todo lo que saben y experimentaron al llevar a cabo todos estos éxitos gastronómicos.PUBLICIDAD

¿Cómo se conocieron?

Marcelo: fue amor a primera vista. Yo inventé el concepto de after office hace muchos años, lo habíamos hecho en Mint, en Museum y Darwin. Y en 2014 el vino con ideas de hacerlo en otros tipos de lugares.

Matías: empezamos a trabajar juntos en 2014 con propuestas de hacer after office en lugares no tradicionales. Hicimos en Tatersall, en La Rural, con diferentes marcas. Nos asociamos para ese proyecto y nos fue muy bien durante unos años y luego en el transcurso de la relación surgió la posibilidad de meternos en gastronomía.

Marcelo: yo me metí en La Mar, porque conocí a Gastón Acurio, para mí el principal referente de la gastronomía en el mundo. Ahí hicimos La Mar, Tanta, y en paralelo surge la posibilidad de hacer Hell’s. Nos ofrecieron un local y dijimos ¿qué hacemos?

Matías: identificábamos que no se hacía nada por la pizza. El mercado estaba saturado de hamburguesas y cervecerías, y yo estaba caminando por Italia y surgió la idea de la pizza, empezamos a visualizarlo e involucramos a Danilo ferraz, un referente importante. Viajé a Nueva York para ver los menús, la carta, el formato, el equipamiento. Queríamos que se conjuguen las pizzerías de 1950 de allá con algo más actual como el graffitti, el downtown, todo muy icónico neoyorquino para hacer una experiencia 360°. Hoy estamos por abrir en Estados Unidos y México, estamos desarrollándonos mucho en el interior del país. En Neuquén, San Juan, Mar del Plata, y tenemos pedidos de Corrientes, Tucumán; estamos en obra en Mendoza, y con ganas de abrir también en Uruguay. Es gratificante ver cómo se puso de moda la pizza.

 Marcelo Boer y Matías Cabrera son las mentes creativas detrás Hell’s Pizza, entre otros éxitos.

Entre ustedes como dupla, ¿qué sienten que uno le transmite al otro?¿cómo se complementan?

Marcelo: lo que sucede con nosotros es que no tenés que pensar en la otra parte. Yo sé que todo lo que es la parte de comunicación lo hace él, y también está totalmente enfocado con la venta de franquicias; yo hoy más enfocado al plantbased. Abrí Mudrá, estoy por abrirlo en Madrid y Miami, y también por abrir Oleada, otro local con este concepto. Me empecé a enfocar en esto, porque ahora mi vida va más por este lado.

Matías: él es vegetariano, yo no.

Marcelo: soy yogui, meditador, así que cuando uno hace cosas con las que se siente más identificado, da otro placer. Tuve una transformación de vida hace doce años.

Pasaste de la noche al día.

Marcelo: 180 grados.

Matías: yo pasé de la noche, a la nochecita. Aprendí mucho de él, del expertise, del manejo del recurso humano. Descubrí que había mucho para hacer en gastronomía en marketing. Siempre le meto mucho arte a los proyectos, disfruto y me divierte ambientar los locales. Estamos por lanzar Mil y Pico, con Danilo, pizza a la parrilla y empanadas. Más orientado a la nueva realidad, además de salir a comer podés llevarte productos, embutidos, vino, carne madurada. De Mil y Pico se desprende el proyecto Pico, de empanadas no convencionales, con rellenos tipo cazuela de mariscos, matambre a la pizza; las masas tienen tonalidades naturales, una negra de tinta de calamar, otra de repollo azul, otra de remolacha. Estamos por abrir tres locales, hay proyección de que sean muchos kioscos de empanadas. Yo quería que la experiencia de comer empanadas sea cool, y salir de los gustos de empanadas eternos.

Marcelo Boer: yo tuve un cambio de vida y quería abrir un restaurante vegetariano, y con el tiempo conocí a Matthew Kenney, el exponente de plant based en el mundo. Con Matthew dijimos «vayamos con toda», y me la jugué, puse la bandera plant based con Mudrá y funcionó. Abrimos en medio de la pandemia, que hizo que la gente empiece a reconocer esta opción asociada a lo sustentable, lo orgánico, lo saludable…

Espectacular. Y con respecto a Mudrá, ¿cuál fue el concepto buscado?

Marcelo: yo tuve este cambio de vida y quería abrir un restaurante vegetariano, y con el tiempo conocí a Matthew Kenney, el exponente de plant based en el mundo. Con Matthew dijimos «vayamos con toda», y me la jugué, puse la bandera plant based y funcionó. Abrimos en medio de la pandemia, que hizo que la gente empiece a reconocer esta opción asociada a lo sustentable, lo orgánico, lo saludable. En Latinoamérica se duplicó el consumo de plant based el año pasado. Tiene que ver con un estilo de vida, sabemos que estamos haciendo algo bien por el planeta.

¿Sienten que haya algún fracaso que los haya hecho aprender?

Marcelo: mi vida está llena de fracasos de los cuales aprendí, que estoy muy contento de que me hayan sucedido. La formación que me dieron los fracasos es fundamental.

Matías: con el tiempo todo se vuelve más comedia que tragedia. Hemos tenido muchos problemas contra el clima, la producción de eventos grandes era muy riesgosa, sabías que si llovía perdías todo. Nos ha pasado tres veces seguidas. Pero todo eso nos formó. Nos consolidamos como equipo, pudimos abrirnos en otro segmento como la gastronomía. Yo hoy no me imagino haciendo otra cosa en otro rubro.

¿Tienen algún ritual creativo para desarrollar los proyectos? ¿Se juntan a pensar? ¿Viajan?

Matías: él medita y yo corro. Me han inspirado mucho los viajes también. Estuve dos meses en Asia y me disparó la creatividad a otro nivel, y trato de ir a Nueva York una vez por año por lo menos.

Marcelo: a mí lo que me inspira es siempre buscar lo diferente. Los últimos proyectos que fuimos haciendo y que tuvieron éxito después de todos los fracasos anteriores, siempre son conceptos que sobresalen de la media que hay en el momento. Y siempre buscamos algo adicional que no sea fácil de copiar. Por más de que después copien, porque históricamente me han copiado. Yo tenía patentado el concepto de after office. La primera fiesta electrónica a la tarde, la PM, la creé yo. Somos creativos, nos van a copiar. Hay que estar preparado para el próximo paso.

El flamante y segundo local del restaurante plant based «Mudrá» en Buenos Aires.

¿Cómo ven el impacto de la pandemia en la gastronomía?

Marcelo: hoy saber que a nuestros franquiciados de Hell’s les va bien, nos hace sentir agradecidos. La gastronomía en pandemia quedó a un 60 ó 70 porciento de facturación con respecto a lo que tendría que lograr. En Tanta y La Mar la pasamos de forma decorosa a pesar de la cantidad de personal. El choque inicial fue ¿qué hacemos? Realmente temblamos, pero estamos contentos de la performance que logramos más allá de la deuda que se generó; estar vivos, abriendo locales y haciendo cosas, es fantástico.

Vos, Marcelo, viajás todo el tiempo con las aperturas ¿Qué te gusta hacer cuando viajás?

Marcelo: analizo los mercados yendo a probar lugares. Hoy con el plant based, cada vez que llego a un lugar me conozco el 100% de esos lugares, para darme una sensibilidad de lo que está pasando, y el mapa de dónde está la gente que consumiría lo que yo quiero ofrecer. Hoy es tendencia en todos los chefs, muchos están ensayando platos veganos. En toda Latinoamérica ya el 10% es vegetariano, en Argentina el 12%. En una sociedad acostumbrada a comer carne. Se abrió un nicho interesante.

¿Qué ven ustedes que va a estar pasando en la gastronomía en el próximo tiempo? ¿Qué le sigue?

Marcelo: Argentina como gastronomía en general está muy bien. Hemos tenido muchos restaurantes que han sobresalido, venimos creciendo y vamos a seguir. Tenemos todo por hacer. Lo único que necesitamos es más apoyo del gobierno. Que las leyes laborales acompañen. La industria gastronómica es un motor de crecimiento para la economía del país y para el turismo. Estuve este año muy metido para ayudar a la gastronomía en general, porque en definitiva es bueno para el país.

Matías: el consumidor abrió la mente en los últimos tres años, la gastronomía hace cinco años era muy básica, todo más carne, pizza, papas fritas, hoy en día veo mucha gente que busca experiencias distintas. Muchos nuevos emprendedores que se animan.

Lo que nos inspira es siempre buscar lo diferente. Los últimos proyectos que fuimos haciendo y que tuvieron éxito después de todos los fracasos anteriores, siempre son conceptos que sobresalen de la media que hay en el momento. Y siempre buscamos algo adicional que no sea fácil de copiar…

¿Sus restaurantes favoritos de Buenos Aires, fuera de los suyos?

Marcelo: Gran Dabbang, Anafe, El Preferido y Aramburu.

Matias: a mí me gustan Cantina Sunae, Don Julio, Sushiclub y Trade Sky Bar.

¿Y en Nueva York, que viajan seguido?

Marcelo: el mío es ABCV. Vegan.

Matías: me gusta mucho todo lo que hay en Brooklyn: The Meatballers, Shelter, Rubirosa. Y voy a las pizzerías clásicas tipo Di Fara.

¿Cómo manejan sus emociones en el trabajo?¿Qué personalidad tiene cada uno?

Matías: yo siempre me impuse porque trabajo más que el resto en las sociedades, y encontré una persona que trabaja a la par mío. Somos dos arianos. Siempre fui por el camino de laburos estresantes. Me satisface y gratifica todos los días levantarme y saber que le damos trabajo a tantas familias. Me pongo metas y plazos de tiempo, y a veces digo, ¿para qué hago tanto? o ¿porqué me meto en esto?pero después el tiempo te termina dando satisfacciones que se disfrutan.

Marcelo: me voy poniendo metas siempre más arriba pero alcanzables, y cada vez soy más selectivo y voy buscando hacer más lo que me gusta, tengo súper claro hacia dónde estoy yendo. Tiene que ver con este estilo de vida que estoy llevando. Practico tres horas de yoga y meditación cuando me levanto, de 6 a 9. La práctica me hizo poder hacer más cosas y hasta ser más efectivo. Me considero un guerrero del laburo, estoy contento de hacer lo que me gusta.

FEHGRA – Graciela Fresno: “Hará falta mucho trabajo público privado para reconstruir al sector”

Fuente: FEHGRA ~ En el marco del 80° Aniversario, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) está llevando a cabo la 227° Reunión de Consejo Directivo, encuentro sustancial para la entidad que representa a la hotelería y gastronomía argentina y que convoca a más de 250 dirigentes empresarios de todo el país.

Participan los 150 Consejeros, ex Presidentes, Presidentes de Filiales e invitados especiales. En este ámbito, se analizan los temas que inciden en el desempeño de la actividad y se proyectan las acciones futuras. Mañana se renueva parte del Consejo Directivo y del Comité Ejecutivo.

El acto de apertura fue presidido por la presidente de FEHGRA, Graciela Fresno, y los integrantes del Comité Ejecutivo; el presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos, Gonzalo Robredo; el presidente de la Cámara de Turismo Argentina (CAT), Gustavo Hani; y el vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), Daniel Manzella.

Graciela Fresno

La Presidente de FEHGRA hizo un resumen de la mayor y más grave crisis en la historia del sector, producto de la pandemia por COVID-19, que produjo la quiebra de más de 12.000 empresas del sector y la pérdida de más de 150.000 puestos de trabajo. Dijo: “Los que seguimos de pie estamos acá gracias a los auxilios recibidos de parte de los Gobiernos nacional y locales, y de los acuerdos firmados con UTHGRA que permitieron dar un marco de contención a las relaciones laborales”. Agregó: “Hará falta mucho trabajo público y privado para reconstruir al sector que funcionó en los primeros ocho meses del 2021 a un 44% por debajo de su nivel de 2019 -contracción del 55% en hotelería y de 42% en gastronomía-“.

Destacó que se debe recuperar el turismo internacional y el corporativo: “En esta reactivación juega un rol fundamental la conectividad aérea. Sin aviones y sin tarifas razonables, el turismo se hace inviable. Hasta que esto suceda seguiremos siendo un sector que necesita seguir contando con la asistencia del Estado. Falta menos por eso pedimos que no nos suelten la mano hasta que hayamos podido normalizar al sector, que hoy está muy por debajo del nivel de actividad general de toda la economía, frente a sectores que se han recuperado y mejorado sus números, inclusive respecto de la prepandemia”.

En este sentido, solicitó políticas a largo plazo para desarrollar actividades en un marco competitivo desde lo jurídico, lo laboral y lo impositivo, quitando a las PyMEs la pesada carga que implica que los precios del sector tengan más de un 40% de componente impositivo, y que un juicio laboral implique la quiebra de una empresa pequeña. También habló de la necesidad de trabajar en la seguridad, y se refirió a los hechos delictivos que suceden en la Patagonia: “Todos los reclamos son válidos siempre que se hagan dentro de la ley”.

Dijo: “Queda mucho trabajo por delante, curar las heridas, recomponer al sector, volver a confiar, recuperar la ilusión. Creer que todo esto puede hacerse dentro de esta Argentina es tarea de todos, el sector público y el privado, trabajando juntos, la única forma de hacer un país que merezca ser vivido”.

Gonzalo Robredo y Gustavo Hani

El Presidente del Ente porteño felicitó a FEHGRA por sus 80 años, y resaltó que es, sin duda, una de las entidades más importantes del sector. También se refirió a la peor crisis que sufrió el turismo a nivel mundial por la pandemia y que impactó especialmente en las grandes ciudades: “Quiero destacar la actitud de los dirigentes del sector privado en la Ciudad de Buenos Aires. Hemos mantenido un dialogo abierto, hubo actitud proactiva, a pesar de la situación extrema nunca se perdió el ánimo de construir y de tratar de paliar la situación lo mejor posible. Gracias Graciela por el reconocimiento sobre lo que hemos podido hacer, ya sea mucho o poco”.

Indicó que la ciudad logró récords históricos en 2019 con la llegada de 3 millones de turistas internacionales que, junto con el turismo nacional, dejó más de 3 mil millones de dólares. “Necesitamos promocionar destinos, y también productos y servicios. Ponernos espalda contra espalda y trabajar juntos para salir lo antes posible de esta crisis”, y destacó la gestión y la actitud del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, quien le dijo que él mismo va a encarar la promoción de la ciudad: “Estamos poniendo muchos recursos en la promoción en la región y próximamente en el mundo”.

El Presidente de CAT destacó la importancia del Convenio de Cooperación rubricado el 16 de noviembre entre FEHGRA y la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVYT) -entidad en la que también es Presidente-, que busca fortalecer la relación de ética y de respeto comercial entre los integrantes de la cadena de valor turística, impulsar la sustentabilidad del sector y asistir en la aceleración en los procesos de digitalización.

Enfatizó en que la pandemia demostró que se debe trabajar en conjunto “sino el sector no estaría de pie como lo está, por supuesto, lamentamos todas las pérdidas, pero hemos hecho un gran trabajo todos. Es un placer ver que hoy estamos hablando de recuperación”. Agradeció especialmente a Graciela Fresno por su capacidad de trabajo: “A la nueva conducción -que asume mañana- le quiero decir que aquí cuenta con un aliado, y que la CAT y FAEVYT están a disposición para un trabajo conjunto, como lo venimos haciendo hasta ahora”.

Durante las dos jornadas se pone a consideración la tarea desarrollada por el Comité Ejecutivo durante el último período y se plantea la agenda institucional.

En el marco del encuentro, FEHGRA conmemora su 80° Aniversario. El 25 de noviembre de 1941 se constituyó oficialmente la entidad que representa al sector hotelero y gastronómico argentino. Por este hecho destacado, se estableció que cada 25 de noviembre se celebra el Día de la Hotelería y Gastronomía Argentina.

Sobre FEHGRA

Desde 1941, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina representa a toda la actividad hotelera y gastronómica del país. Su objetivo es defender los intereses del sector y colaborar en el desarrollo de la hotelería, la gastronomía y el turismo.

Su sitio Web es: www.fehgra.org.ar

Silvia Montenegro

011-15-6226-3344

smontenegro@fehgra.org.ar

Por qué Chila es el mejor restaurante de Argentina, según el experto en Finanzas que lo creó hace 15 años

Fuente: Cronista ~ A 15 años de la apertura del restaurante Chila, en Puerto Madero, su creador Andrés Porcel lo describe «en estado de metamorfosis permanente». Cómo es ser un empresario gastronómico en Argentina, atravesar una pandemia sin relegar la pasión por la alta cocina y salir fortalecido. Ganó el Traveller’s Choice 2021 de Tripadvisor como el segundo mejor restaurante de Sudamérica y el mejor de la Argentina.

Según el diccionario, un restaurador es una «persona que tiene o dirige un restaurante». Sin embargo, su significado es muy antiguo y tiene mucho más que ver con quien ejerce el oficio dar de comer, ‘restaurando’ las fuerzas de quienes se sientan a sus mesas. 

Esta segunda concepción está más ligada al humanismo y la calidez con la que Andrés Porcel -creador y alma máter de Chila Restaurant- habla de su profesión.

«Para ser un buen restaurador, lo primero que hay que tener es una idea bien clara sobre el proyecto: desde qué lugar partís y dónde querés llegar. Lo principal es no despegarse de ese objetivo, porque si en el transcurso del camino te vas desviando mucho de la columna vertebral, empiezan a aparecer las fallas», señala.

Y agrega: «Con los años entendí que incluso en el fracaso se aprende mucho. Y aunque en la Argentina las reglas del juego sean complicadas, me encanta trabajar acá. Soy un restaurador empedernido, por eso se que siempre hay una nueva oportunidad para volver a restaurar».

En el caso de Andrés, esta pasión -como él la nombra- viene de mucho tiempo atrás. Tal es así, que en el primer menú de Chila se podía leer una anécdota que dice mucho de la persona que está detrás del restaurante que hoy ocupa el puesto número 19 en el ranking Latin America’s 50 Best. 

«A los 11 años estaba con mi hermano mayor y sentí ganas de cocinar algo para compartir con él. ¡Le hice un pollo al horno con papas: no lo podía creer! Nunca le pregunté a nadie cómo hacer ese plato, no existía Internet: todo partió de mi intuición y mis recuerdos, probablemente de mirar con atención lo que hacía la cocinera que trabajaba en mi casa. Al día de hoy, mi hermano todavía dice que fue el mejor pollo al horno que comió en su vida», recuerda.

Cuando era adolescente, Andrés viajaba mucho con su familia y los restaurantes internacionales de alta cocina eran parte de su vida. Ese mundo despertó su curiosidad desde temprano. A tal punto que se sentaba a la mesa con una libretita en la que anotaba sus impresiones sobre cada salón que visitaban: los platos, la decoración, la iluminación, el servicio y la música. 

«Me apasionaban los detalles de la cocina gourmet, por eso anotaba esas pequeñas cosas que me quería acordar en el futuro, cuando tuviera mi propio restaurante», explica.

Cuánto cuesta y qué comer en Don Julio Parrilla, el mejor restaurante de Argentina en los 50 Best del mundo

Si bien siempre supo que iba a tener un restaurante, siguiendo el legado familiar estudió Finanzas, una carrera que nunca ejerció formalmente pero lo ayudó a llevar adelante su negocio. Luego de recibirse y de 6 meses en obras, el 17 de marzo de 2016 inauguró Chila con Soledad Nardelli al frente de la cocina. 

Con ellos comenzó un antes y un después en lo que Buenos Aires entendía como alta cocina. «La recepción del público fue buena desde el principio. Sin embargo, recién en 2010 -cuatro años después de la apertura- sentí que había llegado a hacer lo que quería. El boom de turismo que se vivió en esa época nos dio la posibilidad de radicalizar cada vez más nuestra propuesta y el menú degustación para ofrecer lo que siempre tuvimos en mente: una experiencia completa».

La evolución como atributo

Uno de los atributos que mejor define a Chila es la evolución. Luego de una renovación total del restaurante en 2012 y de la incorporación de Pedro Bargero como Chef Ejecutivo en 2015, se apegaron aún más de su columna vertebral y redujeron su propuesta únicamente al menú degustación de 7 pasos en sus dos versiones: con proteína animal y vegetariano. Ambos van cambiando a lo largo del año, de acuerdo a la estacionalidad y a lo que quieren transmitir Pedro y Andrés.

Experiencia multisensorial

La pandemia, como a la mayor parte de los proyectos gastronómicos, también obligó a Chila a repensarse. En este sentido, también incorporaron al menú degustación una propuesta a la carta orientada al público argentino

«Esta situación nos hizo más conscientes de que hay que disfrutar, porque nos quitó un montón de tiempo y también nos puede quitar la vida. Nosotros somos un restaurante que ofrece una experiencia. Sigo creyendo en la gastronomía gourmet, en el menú degustación, en buscar cada vez más esa experiencia integral y que la gente, en Chila, ante todo se divierta», sintetiza Andrés.

Recientemente, Tripadvisor distinguió a Chila con su premio Traveller’s Choice 2021 como el segundo mejor restaurante de Sudamérica (y el mejor de la Argentina)

Este listado de 25 restaurantes se basa en las opiniones y calificaciones de viajeros de todo el mundo durante los últimos 12 meses. Según Tripadvisor, Chila es «una experiencia multisensorial».  

Yugo Omakase

Otra gran apuesta de Andrés en 2021 es la inauguración, junto a Pedro Bargero, de Yugo Omakase, una barra con 12 lugares y un menú que se crea cada día. Situado en el centro comercial Estación Pilará (Pilar), este restó ofrece un menú japo-argentino creado en el momento y delante de los comensales ($ 6.500).

Omakase significa «entregarse en las manos chef». Y ahí radica gran parte del encanto de esta experiencia: confiar plenamente en el cocinero, en la interpretación del producto y en la aventura que de eso resulta.

La marca de café que cumple 80 años y apuesta a sustituir importaciones para crecer

La marca de café Cabrales está cumpliendo 8 décadas en el país y decidió seguir celebrarlo con nuevas inversiones. Recientemente definió aumentar la fabricación local de sus nuevas cápsulas de cafe compatibles con dos importantes marcas de cafeteras.

En ese sentido, Martín Cabrales, vicepresidente de la firma, dialogó con Perfil y aseguró que «el 2021 fue un año de crecimiento en cuanto a volumen, donde también se invirtió en tecnología (presentará en sociedad una nueva máquina tostadora de granos de café), se abrieron nuevos locales y se renovaron otros».

De hecho, este miércoles 10 de noviembre, se realiza la reapertura de su local de Mar del Plata, ubicado en Güemes y Alberti, que será el único en llevar un nuevo nombre: Familia Cabrales. Con este lanzamiento, la compañía busca brindar una experiencia gastronómica internacional, donde el cliente podrá ver en vivo el tostado de granos, y acceder a productos que sólo se comercializarán en la sucursal.

El empresario Cabrales, en diálogo con PERFIL dio detalles de la decisión de bajar sus importaciones y aumentar la fabricación local de sus nuevas cápsulas compatibles con Nespresso y Dolce Gusto. «La nueva máquina permitirá duplicar la producción», aseguró. 

Cuánto saben de café los argentinos

En cuanto al consumo de café, el vicepresidente de la compañía destacó que «la gente conoce cada vez más de café y de sus propiedades positivas».

Mirando a ese consumidor que comienza a ser más sofisticado, tienen previstos nuevos lanzamientos para la marca en todas sus líneas de productos. «Queremos seguir creciendo, ampliando el negocio y llevando nuestro café a la mesa de todos los argentinos”, explicó.

También dijo que con la pandemia hubo que adaptarse a los nuevos hábitos de consumo, por lo que el canal online cobró mayor preponderancia. Vale recordar que en estos casi dos años el principal canal de comercialización que son los bares y restaurantes estuvieron cerrados. 

“Es un orgullo celebrar junto a todos los que hacemos la compañía nuestros 80 años en el país. Tenemos grandes planes a futuro, siempre apostando y poniendo en el centro de la escena a nuestros consumidores y clientes de canales gastronómicos”, adelantó.

Vale recordar que la marca comenzó un 10 de noviembre de 1941 a cargo de Antonio Cabrales, quien llegó de Asturias y hoy es una de las empresa líderes en importación de café fino de la más alta calidad. Además, exporta a Uruguay, Paraguay, EE.UU., Bolivia y España y en 2008 sumó una nueva filial en Chile. 

Alejandro Vigil: De los vinos de lujo a la cerveza de autor

Fuente: La Nación ~ El director de Enología de la familia Catena Zapata avanza con su plan de expansión en otros proyectos de gastronomía y comenzará a exportar su cerveza Chachingo.

Desde la provincia del buen vino, hay un enólogo que quiere conquistar el mundo con su producción de cerveza. Alejandro Vigil, el conocido director de Enología de las bodegas de la familia Catena Zapata hace 23 años, está expandiendo su marca de cerveza Chachingo, con la apertura de nuevos locales fuera de Mendoza y la exportación de sus variedades en lata. Ya realizó una primera venta a Perú y mandó distintas partidas a Bélgica, Alemania y Canadá. Además, está creciendo con otras tres propuestas gastronómicas que impulsa con su familia y comanda su mujer: Casa Vigil, República y Bur 22.

Sin dejar de lado su principal actividad, el también ingeniero agrónomo comenzó en 2015 un pequeño emprendimiento con amigos y hermanos, que creció al punto tal de contar ya con una producción mensual de 60.000 litros mensuales y perspectivas de duplicarse en pocos meses. Además de la venta en latas que se encuentran en supermercados, la marca Chachingo ya cuenta con cinco bares abiertos, de los cuales tres están en Mendoza, una franquicia en Neuquén y otro en el aeropuerto internacional de Ezeiza. En los próximos cuatro meses abrirán otros cinco más y se expandirán a Salta, San Juan, Córdoba y la ciudad de Buenos Aires.

“Empezó como algo chico: hacer cerveza de poco volumen, pero alta calidad. Buscábamos estilos que me acostumbré a beber cuando viajaba por mi trabajo del vino. Hace 21 años no existía la cerveza artesanal o tirada en la Argentina, era una cosa extraña para nosotros, y cuando viajaba a California y a Oregon probaba las distintas variedades”, dice Vigil.

Alejandro Vigil, ingeniero agrónomo y enólogo posa en su restaurante, Casa Vigil, ubicado en un mall de Mendoza.
Alejandro Vigil, ingeniero agrónomo y enólogo posa en su restaurante, Casa Vigil, ubicado en un mall de Mendoza. Marcelo Aguilar – LA NACION

Desde entonces, el emprendimiento no paró de crecer. En 2017 abrieron el primer local sobre la avenida Arístides Villanueva, en la capital mendocina, y se sorprendieron por la demanda que encontraron. En los años siguientes abrieron otros dos establecimientos y comenzaron a proveerles de cerveza a otros 60 bares. Luego, hicieron un acuerdo con la cervecería Rabieta para que le elaboraran la producción en latas en Buenos Aires. Y en plena pandemia, decidieron abrir un bar en el principal aeropuerto internacional del país.

Diversificación

Pero Chachingo no es el único proyecto que tiene la familia Vigil. Hace unos años convirtieron una pequeña vinoteca que tenían en un centro comercial de Godoy Cruz (Mendoza) en el restaurante Casa Vigil, con 70 cubiertos y 800 etiquetas de vino. Al poco tiempo abrieron la bodega y otro local “a las brasas”, en Maipú. Luego se expandieron con nuevos emprendimientos y así nació República, una propuesta gastronómica que ofrece un tipo de comida mediterránea (pastas y pescados), y en un mes abrirán su primer local de hamburguesas, Bur 22.

“Sigo trabajando con la familia Catena Zapata. Con Adrianna, la hija menor, tenemos el proyecto de El Enemigo, y también trabajo en las bodegas que administra Laura. Los proyectos que estamos abriendo funcionan en paralelo, los dirigen mis hermanos y cuñados, y están liderados por mi mujer, María Sance”, dice Vigil.

Alejandro Vigil es enólogo jefe de la bodega Catena Zapata y tiene sus propios vinos, El Enemigo, que los hace la bodega Aleanna, donde él es copropietario junto a Adrianna Catena. Vigil también tiene locales gastronómicos con diferentes propuestas.
Alejandro Vigil es enólogo jefe de la bodega Catena Zapata y tiene sus propios vinos, El Enemigo, que los hace la bodega Aleanna, donde él es copropietario junto a Adrianna Catena. Vigil también tiene locales gastronómicos con diferentes propuestas. Marcelo Aguilar – LA NACION

Además, señala que el concepto de los restaurantes es tener acceso a copas de vino a un valor fácilmente adquirible. “Normalmente nos encontramos con las copas de vino que, al no tener rotación, los negocios las cobran caras. Hemos descubierto que, si tenes una buena variedad de vinos y de alto precio, la gente los consume; no necesariamente hay que cobrarlo pensando que se van a perder copas de vino”, señaló.

A la conquista de otros mercados

El “Universo Vigil” —como se llama al grupo que reúne todos los proyectos— no se detiene solo en el mercado doméstico y busca seguir el camino de la industria vitivinícola que, tras la crisis de 2001, comenzó su conquista a otros países. En las próximas semanas comenzará a exportar latas de cerveza (cuestan alrededor de 220 pesos cada una de 473 m3) a Perú y está trabajando en llevar una partida a Bélgica, Alemania y Canadá.

“En la Argentina tenemos muchas posibilidades de hacer productos especiales de cerveza porque somos productores de cebada, tenemos buenos lúpulos. Por eso tenemos que empezar a exportar un poco más la Argentina también a través de la cerveza”, indica Vigil.

Además, el enólogo se ilusiona con abrir un local de Chachingo en Estados Unidos. “Sería la primera marca en ir al exterior. Si bien mi idea es irme al oeste, a Los Ángeles o San Diego, el ambiente más latino de Miami hace que sea el lugar más propicio para empezar”, explicó.

Alejandro Vigil, ingeniero agrónomo y enólogo. Actualmente es enólogo jefe de la bodega Catena Zapata y tiene sus propios vinos, El Enemigo, que los hace la bodega Aleanna, donde él es copropietario junto a Adrianna Catena. Vigil también tiene locales gastronómicos con diferentes propuestas.  

Alejandro Vigil posa frente a su local, Chachingo, ubicado en un mall de Mendoza.
Alejandro Vigil, ingeniero agrónomo y enólogo. Actualmente es enólogo jefe de la bodega Catena Zapata y tiene sus propios vinos, El Enemigo, que los hace la bodega Aleanna, donde él es copropietario junto a Adrianna Catena. Vigil también tiene locales gastronómicos con diferentes propuestas. Alejandro Vigil posa frente a su local, Chachingo, ubicado en un mall de Mendoza. Marcelo Aguilar – LA NACION

Apostar al turismo

Superada la pandemia, Vigil dice que hay que apostar al turismo como principal actividad económica. “Mendoza va a explotar, ya está lleno de turismo nacional y en poco tiempo llegará el internacional. Va a ser una fuente de ingreso fundamental. El turismo es uno de los motores de desarrollo de la provincia: la minería está prohibida y tenemos poco desarrollo de industria pesada, no tenemos industria automotriz, por ejemplo. El turismo es una manera de tener una economía basada en la sustentabilidad social y ambiental, que es fundamental”, opinó.

También recomienda invertir más en turismo en todo el país y desarrollar el ecosistema con más conectividad, hoteles, restaurantes y guías. Sobre Mendoza, el enólogo indica que el desarrollo de la actividad turística no se debe solo a la montaña, sino también al vino. “Cuando se habla de que la comunicación del vino es muy mala y elitista, pienso que no existiría este movimiento de la industria vitivinícola, si no se hubiera hecho apuntada al segmento premium”, explicó.

Alejandro Vigil en República, su restaurante, ubicado en un mall de Mendoza.
Alejandro Vigil en República, su restaurante, ubicado en un mall de Mendoza. Marcelo Aguilar – LA NACION

Propósito social

Más allá de divertirse con los nuevos desafíos que tiene la familia Vigil, el objetivo final de todos los emprendimientos culmina en la fundación de un instituto terciario para capacitaciones en gastronomía, turismo, enogastronomía y sommelier.

“Tenemos un proyecto global, de sustentabilidad social y ambiental, con la creación de puestos de trabajo, con la apuesta a la reinversión y el objetivo de desarrollar nuestra zona. La idea es que el terciario sea gratuito para la gente del barrio, de Chachingo, y que sea pago para los que vengan de afuera. Este es el proyecto final de todo lo que estamos haciendo”, concluyó.

El nuevo desafío de Donato De Santis: un restaurante de pastas 100 % sin gluten

Fuente: Clarín Gourmet by Pietro Sorba ~ Reconvirtió su local de Palermo, Cucina Paradiso, para que todos sus platos sean aptos para celíacos.

Hace veinte años, celiaquía era una palabra conocida por pocos. Con el tiempo empezó a tomar un lugar cada día más protagónico dentro de la agenda de las enfermedades vinculadas a la alimentación contemporánea. Los motivos son muchos.

Los principales son, seguramente, un mayor conocimiento sobre la patología (que ayudó muchísimo en el diagnóstico del problema) y el uso masivo de derivados refinados de avena, cebada, centeno y trigo (causantes de la respuesta inmunitaria que desencadena la inflamación y el deterioro del intestino) por parte del modelo de alimentación de esta época.Las pastas de Cucina Paradiso adaptaron su fórmula para elaborarse con harinas aptas para celíacos. Foto: G.Adrasti.

Las pastas de Cucina Paradiso adaptaron su fórmula para elaborarse con harinas aptas para celíacos. Foto: G.Adrasti.

Es una situación que condiciona la vida del 1 % de la población del país: 460.000 personas. Un ejército de ciudadanos que necesitan alimentos y elaboraciones compatibles con su condición. Uno de los problemas más importantes que tienen que resolver es cómo reemplazar las harinas hostiles con otras que no lo son.

Normalmente este anhelo se transforma en una búsqueda frustrante ya que es muy difícil reproducir -con resultados golosos o que se acercan a las recetas convencionales- pastas, tartas, tortas, empanadas, galletas, galletitas sin TACC, postres y otras especialidades.

Para muchos, finalmente, la solución más práctica es olvidarse del mundo de las harinas y encontrar nuevos caminos del gusto. A esto se suma la ruleta rusa de ir a comer afuera con el peligro de la espada de Damocles de la contaminación cruzada.

La propuesta para celíacos de Donato De Santis

Hace tiempo que el conocido chef empresario Donato De Santis tenía en la cabeza un desafío gastronómicamente audaz: adaptar su repertorio culinario a las necesidades de los celíacos. Un objetivo arduo considerando la presencia masiva de harina de trigo en la cocina italiana contemporánea.La fachada de Cucina Paradiso senza glutine, el restaurante de Donato de Santis apto para celíacos. Foto: G. Adrasti.

La fachada de Cucina Paradiso senza glutine, el restaurante de Donato de Santis apto para celíacos. Foto: G. Adrasti.

Estaba convencido de que podía lograrlo sin modificar el alma de los platos. Reconvirtió su restaurante palermitano al servicio de esta noble causa para eliminar el riesgo de la contaminación cruzada.

Resuelto el primer problema, empezó a ensayar con su fiel grupo operativo (la gran compañera Micaela Paglayan, Gastón Miño, Mariana Soto y Andrea López) versiones de las conocidas pastas, panes, focacce, panini, street food peninsular y platos de su carta utilizando harina y almidón de arroz, mandioca y maíz y harina de quínoa, lino y sorgo.La focaccia de Cucina Paradiso, sin TACC. Foto: G.García Adrasti.

La focaccia de Cucina Paradiso, sin TACC. Foto: G.García Adrasti.

Los resultados superaron las mejores expectativas. La focaccia Paradiso es alta, dorada, esponjosa y confortable. Sus tomatitos confitados y el romero enriquecen aún más el sabor de la masa. Los panes de molde (de almidón de maíz-harina de arroz-mandioca y de semillas-harina de quínoa-lino-sorgo) son dos mimos para la panera y las bruschette de la casa.Raviolone Nino Bergese. Foto: Germán Garcia Adrasti.

Raviolone Nino Bergese. Foto: Germán Garcia Adrasti.

El aristocrático raviolone Nino Bergese no perdió un gramo del linaje primordial. El corazón de ricota, espinacas y yema de huevo frescas y queso parmesano es protegido por una masa delgada, discreta y firme. La misma utilizada para los cappellacci de zapallo, los agnolotti de osobuco de cordero y las cintas verdes y amarillas.

Cierre dulce con un tiramisú Paradiso, torta Caprese y torta Sogno di Bronte que regalan momentos de intenso placer goloso. Desayunos, meriendas y almacén.

Cucina Paradiso Senza Glutine

Cocina italiana de autor 100 % sin gluten

Arévalo 1538, Palermo, CABA

Teléfono Tel. 11 2516-2059

Horario Lunes a domingo de 9 a medianoche.

Instagram @cucinaparadisosenzaglutine Precio promedio por persona